Discurso de investidura de Pedro Sánchez

PEDRO SÁNCHEZ

Señora Presidenta,

Señoras y señores Diputados,

Buenos días,

En los últimos cuatro años España ha carecido de un Gobierno en plenitud de facultades durante un total de año y medio.

Un país sin Gobierno con plenas facultades es un país desprovisto de herramientas para abordar sus problemas y para encarar los desafíos de futuro.

Por tanto, es inadmisible que una situación así se repita en el futuro. Por eso, una vez concluya esta sesión creo que será el momento oportuno de buscar mecanismos para ese vacío que hemos vivido no se vuelva a producir. Y quiero por eso manifestar mi compromiso y el del grupo parlamentario socialista de buscar con los distintos grupos fórmulas para facilitar en el futuro la formación de mayorías de Gobierno frente a las mayorías de bloqueo.

Sin Parlamento no puede haber un Gobierno democrático. Pero sin Gobierno electo tampoco puede funcionar indefinidamente un Parlamento. Y sin gobierno electo y sin Parlamento es evidente que nuestro sistema democrático se resiente gravemente.

En resumen, es inadmisible pues que una situación así se repita en el futuro. Pero más inaceptable es todavía que una situación así se prolongue un día más en nuestro país. Los españoles y españolas han cumplido con su obligación de votar y lo han hecho no solo una vez, sino cinco veces en un año y nuestro primer deber es darles lo que han votado, que es un Gobierno. Más precisamente, cuando ese Gobierno que se propone está acorde con su voluntad.

El pasado viernes expliqué cuál podría ser el resultado que se produciría el pasado sábado. Dije textualmente que «Al concluir estas sesiones de investidura se producirá un voto. Y ese voto expresaría tres posturas:

– De un lado, se perfilaría la España que quiere avanzar, que trasciende sus diferencias -como hemos hecho distintos grupos parlamentarios a lo largo de estas últimas semanas- y segundo para avanzar formando una coalición de progreso, diálogo y de justicia social.

– En medio, quienes no quieren sumarse a ese avance, pero al menos no lo impiden gracias a su abstención.

– Y del otro lado, una coalición curiosa y variopinta en la que figuran desde la ultraderecha a partidos antisistema; y también los nacionalismos más intransigentes de uno y otro signo. Es la España que bloquea. Sin alternativa, sin solución, sin horizonte, sin respuesta. Solo no y solo bloqueo.»

Pues bien, así sucedió el pasado sábado. Y por eso, comparezco de nuevo hoy conforme a lo que prevé nuestra Constitución para pedir la confianza mayoritaria de la Cámara en representación del Partido Socialista -que fue quien ganó las elecciones y es la primera fuerza política en este Congreso- y en nombre de una Coalición Progresista que propongo a la cámara. Por sí sola esta Coalición, inédita en la historia democrática de nuestro país, constituye un esfuerzo por aunar voluntades. Suma 155 escaños y además puede obtener el respaldo suficiente para convertirse en la única opción de Gobierno posible.

Y es importante subrayar esto, recalcarlo, señorías: es la única opción de Gobierno posible después de cinco elecciones, dos elecciones generales el último año.

(Aplausos)

Tampoco sé porqué se pone así la bancada de la derecha porque estaba claro el jueves pasado hoy debe estar aún más claro tras escuchar a los distintos grupos. No hay otra opción de Gobierno.

Y es además la opción que obtuvo la victoria en las pasadas elecciones del 10 de noviembre y también en las otras cuatro elecciones que se produjeron a lo largo del año 2019.

Cinco elecciones con el mismo resultado no son una coincidencia, señorías. Se llama democracia y significa expresión de la voluntad popular. Y el primer principio de una democracia, es aceptar el resultado de las urnas, es aceptar la composición del Parlamento. Ninguna otra fuerza puede ofrecer un Gobierno a España, salvo el Partido Socialista.

Del otro lado, señorías, hay una suma elevada de diputados que merece nuestro respeto, hasta incluso, cuando nos han proferido insultos durante los días de la investidura. Pero, señorías, su suma elevada de diputados es tan heterogénea que solamente comparten el bloqueo, es el no. Por tanto, a la disyuntiva a la que nos sometemos hoy aquí con su votación, señorías, es la siguiente: o Coalición progresista o más Bloqueo para España y yo espero que la mayoría parlamentaria del Congreso opte por una coalición progresista.

Señora presidenta, señorías,

Yo comprendo en particular la contrariedad de las fuerzas conservadoras. Comprendo su frustración. Lo han intentado todo. Han intentado cinco elecciones y han fracasado. Lo han intentado de nuevo en esta Cámara y tampoco lo van a conseguir. Si una mayoría respalda la investidura, el bloqueo de romperá. Y por tanto, volverán a fracasar.

Por cierto, señorías, han ido cambiando de argumentos a lo largo del tiempo para justificar el bloqueo; pero la verdadera razón siempre ha sido la misma. Dicen que resulta inaceptable la abstención de Esquerra Republicana. Antes dijeron que era inadmisible un Gobierno con Unidas Podemos dentro. Pero, tampoco aceptaron antes un gobierno del Partido Socialista en solitario cuando pudieron permitirlo con su abstención.

Han ido cambiando, señorías, de pretextos para ganar tiempo.

El Congreso de los Diputados y la Constitución no son suyos, es de todos los que estamos aquí presentes. Respeten el uso de la palabra del orador, tengan un poco de nivel democrático, señorías. Tengan un poco de nivel democrático señorías, respeten al orador en el uso de la palabra. Esta Cámara no es suya.

Han ido cambiando, señorías, de pretextos para ganar tiempo, pero la razón siempre fue la misma: o gobiernan las derechas o no hay Gobierno en España.

Ustedes han tensionado y tensionado la situación para ver si por algún lado aparecía una nueva oportunidad.

Pues ya está. No lo han conseguido. No ha funcionado. Va a gobernar en España una coalición progresista porque así lo han decidido los españoles y porque así lo va a decidir la mayoría parlamentaria de esta Cámara.

Yo comprendo, pues, la contrariedad de las fuerzas conservadoras y comprendo también su frustración. Pero les pido que acepten la realidad. Ustedes han perdido las elecciones y van a perder la votación en el día de hoy.

Y llegados a este punto, pueden hacer dos cosas: o seguir indefinidamente en el berrinche o aceptar el resultado. Les recomiendo que hagan lo segundo. Que acepten el resultado democrático que salga de esta cámara.

No les compensa seguir en el berrinche indefinidamente. Para empezar, daña algo muy importante en nuestro país que se llama convivencia; para continuar, tampoco es bueno para sus propios votantes a quienes van a contagiar una crispación que no tiene razón de ser. Para acabar, no es bueno siquiera para ustedes porque no se puede construir nada positivo desde la amargura y la frustración.

Es preferible que acepten el resultado electoral. Va a haber una coalición progresista porque así lo han decidido los españoles y la mayoría parlamentaria del Congreso de los Diputados.

Es cierto Señorías que el salario mínimo se elevará hasta niveles más decorosos y que se movilizarán recursos en favor de las familias en riesgo de pobreza. Es cierto también que algunos españoles de los más acaudalados van a tener que contribuir un poquito más al bienestar pagando más impuestos. Pero también les digo una cosa Señorías, eso es algo que solo afectará a uno de cada 200 contribuyentes en nuestro país y no hay que suponer que todos los afectados rehúsen contribuir de manera solidaria a las arcas públicas y además las PYMES verán reducida su carga impositiva.

Es verdad que protegeremos los derechos de los trabajadores, evitaremos los abusos y atajaremos la precariedad laboral que sufren muchos de nuestros trabajadores en nuestro país. Pero eso no perjudica a nadie, menos aún a los empresarios que en su gran mayoría basan la productividad de sus empresas en la innovación, en la formación y en la motivación de los empleados, que es precisamente lo que vamos a fomentar.

Es verdad que trataremos de restaurar derechos sociales en educación, en sanidad, en dependencia, en pensiones, siguiendo fortaleciendo nuestra causa por la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres que han ido recortándose durante los años de gobierno del PP. Y que incluso intentaremos extender esos derechos a la educación temprana y a las becas o con nuevas prestaciones como por ejemplo la salud bucodental en el sistema nacional de salud.

También al derecho a la vivienda. Eso no debiera incomodar a nadie -tampoco a los votantes conservadores a los cuales ustedes representan- puesto que también ellos tienen hijos que estudian, también enferman, también precisan de un techo y también envejecen. Y todos los españoles podrán beneficiarse de estos nuevos derechos porque son derechos para todos y para todas.

Es cierto que todos los españoles verán ensanchada su libertad para expresarse, para asociarse, para vivir la vida de acuerdo con sus valores y creencias, sin leyes mordaza, sin ilegalizar partidos políticos, ni cerrar medios de comunicación como dicen algunas fuerzas políticas en nuestro país.

Pero señorías, fíjense, llevamos 40 años de democracia, ya antes llegaron derechos como el divorcio, el aborto o el matrimonio homosexual y nadie se vio obligado a ejercerlos, simplemente procuraron mayor libertad y bienestar a quienes optaron por ejercer esos derechos.

Es cierto que todos deberemos adaptar nuestros modos de producción, de consumo, de transporte y de vida a la lucha contra la emergencia climática. Y que deberemos asumir otros hábitos que hagan posible la protección de nuestro aire, de nuestras aguas, de nuestros bosques, de nuestra biodiversidad en definitiva. Pero lo haremos asegurando una transición justa al nuevo modelo energético en el que nadie resulte dañado.

Y todos, sin distinción de ideologías, resultaremos beneficiados de un aire más puro, de unas aguas más limpias y de un planeta más sostenible.

Es cierto que recibirán mayor atención nuestros compatriotas que viven en extensas zonas en riesgo de despoblación. Pero ese paso no distingue a una u otra ideología y beneficiará a todos por igual. También es cierto que viviremos un tiempo de diálogo, de un diálogo necesario en nuestro país para superar los contenciosos territoriales. Pero lo haremos siempre dentro de la Constitución y velando por integrar las diferencias en base al respeto y trabajando por el bien común.

Igual que estos cambios, impulsaremos otros en la Ciencia, en la Investigación, en Cultura, en Infraestructuras, en Revolución Digital, en el sector primario, en la creación de empleo. Y si algo lamento Señorías de este debate de investidura es que se hayan visto muy poco atendidas en el debate, por parte de la oposición conservadora las propuestas que realizamos en estos y otros muchos ámbitos. Creo que estos y otros asuntos que afectan e interesan a millones de españoles han salido perjudicados de este debate como consecuencia de su acaloramiento y su exaltación durante la semana pasada.

En todo caso, tengo la esperanza de que sea posible despejar , de verdad lo creo, creo que es necesario y que es posible, despejar este clima tóxico al que no queremos ni vamos a contribuir en absoluto. Nos vamos a esforzar por crear un clima constructivo que contribuya a superar las diferencias y no a encontrarlas.

Confío en que, superado este trámite parlamentario que es imprescindible para tener un Gobierno y que funcione plenamente la democracia, sea posible superar con él la atmósfera de irritación, de crispación que ustedes han traído a esta cámara y podamos recuperar espacio para el entendimiento, el consenso y los pactos que necesita nuestro país y que nuestros conciudadanos demandan.

Permítanme que lo exprese con las palabras de un compatriota de bien en el que creo que podemos reconocernos todos quienes aspiramos a la convivencia democrática. Dijo el presidente de la República Don Manuel Azaña: «Se comprobará, una vez más, lo que nunca debió ser desconocido: que todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo río». Porque, Señorías, también en palabras de Don Manuel Azaña, «nadie tiene el derecho de monopolizar el patriotismo.

Señorías, concluyo. En mi intervención del viernes dije lo siguiente:

«Lo único que les pido humildemente es que piensen en la gente que nos ve desde sus casas.

Suban a esta tribuna y expongan una visión alternativa al programa que he expuesto. Defiéndanla con pasión y la convicción que les dicte su conciencia. Y voten según su criterio.

Pero les ruego que no contribuyamos con nuestras palabras a que la convivencia se resienta. No traslademos desde esta tribuna más división a la calle, más discordia a las familias, más desencuentro también a las empresas.

Eso, Señorías, también es patriotismo.»

Muchas gracias

 

Imagen de Europa Press