ROBERTO PLASENCIA
Las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, hipertensión, Alzheimer y los trastornos mentales, afectan a millones de personas en todo el mundo y exigen políticas públicas preventivas y con enfoque comunitario:
- En México, el 18.3 % de las personas adultas mayores tiene diabetes; el 64 % presenta sobrepeso y la hipertensión sigue en aumento.
- En España, el 14.8 % de la población adulta vive con diabetes, y más del 42 % padece hipertensión.
- En Europa, hasta el 22.5 % de las personas mayores de 85 años tiene Alzheimer.
- La depresión afecta a más de 350 millones de personas a nivel mundial.
Estas cifras revelan una necesidad urgente: llevar la salud a donde está la vida cotidiana, con acciones oportunas que prevengan antes que curar.
En muchas comunidades mexicanas, acudir al médico no es opción inmediata: la lejanía de los centros de salud, la falta de transporte o la gravedad del padecimiento dificultan la atención oportuna. Para enfrentar este escenario, el gobierno federal implementó el programa “Salud Casa por Casa”, una política pública que combina prevención, participación social y comunicación gubernamental desde el territorio.
Brigadas de salud recorren hogares para acercar servicios básicos, detectar factores de riesgo y generar un censo comunitario en tiempo real. El gobierno no espera que la ciudadanía acuda, va hacia ella, a su hogar. Este cambio no solo mejora la atención: transforma la relación entre ciudadanía e instituciones.
Atención preventiva con rostro humano
Durante las visitas domiciliarias, el personal de salud detecta signos tempranos de diabetes, hipertensión, obesidad, salud mental o deterioro cognitivo, además brindan orientación en salud y vacunación. Este modelo no solo identifica riesgos: acompaña, orienta y cuida. Aparte del levantamiento de un censo comunitario de salud permite generar inteligencia institucional para focalizar recursos, anticipar brotes y planear con base en datos reales. Así, cada hogar visitado se convierte en un punto de acción preventiva que beneficia a toda la comunidad, reduce costos y mejora calidad de vida.
Esta condición de políticas públicas, que llegan al hogar trascienden de lo médico. Refuerzan la idea de que el gobierno escucha, protege y actúa. En zonas rurales o con altos índices de desigualdad, esta presencia institucional es esencial. “Salud Casa por Casa” fortalece el tejido social: toda vez que promueven el autocuidado, visibilizan a poblaciones excluidas y dignifican el derecho a la salud. Por ende, este tipo de cercanía rompe barreras de miedo, desinformación o abandono. Así, la salud deja de ser solo asunto del consultorio para convertirse en una responsabilidad compartida.
Evolución y antecedentes
Antes de su expansión nacional, esta estrategia tuvo experiencias a nivel local. En 2014, la Ciudad de México lanzó “Médico en tu Casa”, enfocado en atender a personas postradas o embarazadas en riesgo. Fue replicado en ciudades y estados como León, Guanajuato (2021) y Yucatán (2018), donde surgió el programa “Médico a Domicilio”. En 2021, se renovó como “Salud en tu Casa” en la Ciudad de México, ampliando su alcance a salud mental y prevención comunitaria. Estas iniciativas locales sentaron las bases del modelo actual, que recoge sus mejores prácticas con una visión integral y territorial.
Asimismo, modelos similares han demostrado efectividad global, por ejemplo: En Brasil, la “Estrategia de Salud de la Familia” redujo hospitalizaciones. En Cuba, las visitas domiciliarias periódicas son pilar del sistema de salud. En India y Ruanda, las mujeres promotoras de salud detectan riesgos y cuidan desde la comunidad. En España, crece el debate sobre atención preventiva ante el envejecimiento poblacional. Estas experiencias coinciden en una premisa: acercar la salud al hogar mejora resultados y refuerza la confianza pública. México, con su diversidad social y territorial, ha diseñado un modelo propio que dialoga con el mundo desde lo local.
Cabe mencionar que, desde el estudio de la comunicación gubernamental, el programa “Salud Casa por Casa” representa una estrategia tangible de legitimidad institucional. Debido a que no solo comunica mensajes: los encarna. Derivado de lo anterior, cada visita casa por casa es una acción que dice: el gobierno está presente, escucha y actúa. Esta comunicación pública no necesita campañas espectaculares. Se da en el contacto directo, al tocar una puerta, mirar a los ojos, escuchar y orientar. Es una forma de gobernar que comunica con empatía, sensibilidad y hechos. Además, el censo de salud comunitario es una herramienta que traduce cercanía en inteligencia institucional. Se diseña política pública con evidencia, se planea con datos actuales y se gobierna desde el territorio.
Finalmente, los programas sociales como “Salud Casa por Casa en México, son mucho más que una estrategia de atención médica: son nuevas formas de ejercer gobernanza: más humana, más cercana, más inteligente. Una forma de reconstruir la relación entre gobierno y ciudadanía, de dignificar vidas y acercar derechos. En contextos donde la desconfianza institucional es alta, esta política ofrece una respuesta clara: los gobiernos sí pueden ser cercanos, empáticos y eficaces. Su impacto no se mide solo en diagnósticos o tratamientos, sino en confianza recuperada, comunidad fortalecida y presencia institucional sentida. En países donde muchas veces la distancia entre gobierno y ciudadanía se vuelve abismo, este tipo de políticas públicas logran acortarlas desde el territorio, con pasos concretos. Es prevención, pero también justicia social. Es política pública, pero también vínculo humano.
Concluyendo, estos programas son una apuesta por la prevención, pero también por la presencia institucional. Cuando los gobiernos tocan las puertas para servir con hechos, la comunicación gubernamental deja de ser discurso, las políticas públicas dejan de ser abstractas, y se convierten en actos de cuidado, empatía y transformación real.
Luis Roberto Plasencia Rodríguez es politólogo y administrador público por la UNAM, con un Máster en Comunicación Política Avanzada en Madrid. Con más de 14 años de experiencia, ha destacado como estratega en campañas políticas, asesor electoral, operador territorial y creador de contenido para redes sociales. Además de especialista en administración municipal y derecho electoral, su trayectoria refleja un firme compromiso con el fortalecimiento del quehacer político y el desarrollo de México. (@Robertoplasenci)