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Reseña: What’s the matter with Kansas (Thomas Frank)

MARC CASES

En noviembre de 2004, el Estado más pobre de los Estados Unidos, Virginia Occidental, reeligió a George W. Bush con más del 56% de los votos. Desde entonces, los candidatos republicanos a la Casa Blanca han salido victoriosos. El mismo Trump cosechó, en las primarias republicanas del mismo Estado, el mayor porcentaje de votos de todos los Estados, un nada despreciable 77%, cuando sus contrincantes, Kasich y Cruz, no llegaron ni al 10%.

Sin embargo, en los años treinta, el New Deal salvó a Virginia Occidental de la miseria y el Estado permaneció hasta los ochenta como un feudo demócrata, hasta el punto de votar en contra de Ronald Reagan. Aún quedan resquicios del sindicato de los mineros recordándonos a “Mother Jones”, activista del movimiento obrero americano, que luchó vorazmente en este mismo Estado.

No sólo en Estados Unidos, sino también en buena parte del mundo occidental, la izquierda navega en la perplejidad. Soy la herencia del movimiento obrero, encarno el combate por la emancipación social y, sin embargo, el pueblo me abandona, se lamenta. Esta angustia la traslada, con sus propias palabras, hacia una áspera problemática: ¿por qué diablos la gente pobre, sin recursos, apoya a la derecha, a los partidos de la clase dominante? ¿Cómo explicar que los hijos de la tierra proporcionan los sufragios a aquellos que juegan a ser los dueños del mundo?

La pregunta no es de ayer. En estos tiempos, se encuentra en una actualidad renovada. Para responder a esta pregunta podríamos optar por la vía teórica: desmenuzar los buenos autores y retomar el estudio de lo que se llamaba antaño, “servitud voluntaria” o “alienación”. Sin embargo, Thomas Frank encuentra otro camino: el del reportaje político, entre búsqueda sobre el terreno y el del paseo con sorna. El periodista dibuja Kansas en 2008, justo antes de la crisis econòmica mundial, como un Estado que fue precursor de ciertas libertades tanto colectivas como individuales pero dónde George W. Bush es el ídolo de las clases populares.

Frank se pasea por el Estado que le vio crecer y plantea a través de los personajes ciertas claves para la pregunta: What’s the matter with Kansas?

Frank se encontrará con el antiguo soldado Mark Gietzen, jefe de filas de un grupo de cristianos solteros que se ha pasado años yendo de puerta en puerta hasta que su ciudad ha basculado a la derecha. Frank le cogerá cariño a un tipo llamado Tim Golba, trabajador en una industria en cadena de botellas. Este entusiasta dedica su tiempo libre a movilizar comités hostiles contra la “decadencia moral”, partidarios de Darwin y otros “mundanos”. Frank quedará rendido a los pies de la senadora en el parlamento del Estado de Kansas, Kay O’Connor, que considera el voto de las mujeres como un símbolo de la decadencia americana. No se considera una mujer privilegiada, más bien el contrario, tuvo que hipotecar su casa, pero “sus pensamientos parecen sacados del credo político de los millonarios del siglo XIX”, nota el autor.

Thomas Frank se describe muchas veces como un hombre perdido en un mar de fervor religioso y odio a todo lo que representa la izquierda. Describe la estrategia republicana que, por un lado se ha apropiado de un tema abandonado por los demócratas, como es el furor de las masas contra las élites; y, por otro lado, ha substituido la “guerra cultural” por la lucha de clases. “Lo que divide a los americanos es la autenticidad y no esa cosa tan compleja y repugnante que es la economía”, precisa el autor.

De ahí la marginalización de los temas propios de la izquierda (salarios, protección social…) y el triunfo de problemáticas como el aborto o la religión, por poner dos ejemplos.

En este sentido, las masas desfavorecidas reclaman el fin de los derechos de sucesión y la privatización de los hospitales. La ira no apunta a las élites económicas, sino la izquierda “liberal”, “cosmopolita” y “arrogante”: “Mirad a esos demócratas que odian la América profunda, mirad a esos parásitos sindicalistas que les falta tiempo para traicionar al país, mirad a esos universitarios, incapaces de llevar una arma o de instalar un enchufe en casa, pero sí expertos en feminismos y geopolítica exterior”.

A modo personal, me gustaría retar al futuro lector de What’s the matter with Kansas? a que reflexionara sobre los actuales resultados de las primarias americanas, tanto republicanas como demócratas, analizando los discursos, lemas, mensajes y candidatos de la campaña de Donald Trump y de Bernie Sanders. Es evidente la relación del libro con los grandes mensajes de campaña de los candidatos, “Make America Great Again” (Trump), por un lado, o, “Bring People Together” (Sanders), por el otro. Pero más allá de lo evidente está la esencia de saber explicar una historia, ese relato que movilice al electorado, algo que vaya en la dirección correcta y que muestre una verdad, la que sea, pero que sea auténtica.

Marc Cases  es socio-director de Think o’Clock, consultoría en Comunicación y Estratégia Política (@casesmartin).

Publicado en Beerderberg

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