Medir bien para gobernar mejor

RUBY SORIANO

En la última década, México ha enfrentado una marcada transformación en el uso y la aplicación de la demoscopia.

Los diferentes sistemas de medición han adquirido una importancia relevante no sólo durante los procesos electorales, sino también como una estrategia para la toma de decisiones en los actos de gobernanza.

Entre los gobernantes mexicanos cada vez es más común la realización de encuestas y aplicación de diversos sistemas de medición con la finalidad de definir el rumbo de sus plataformas de gobierno o bien para conocer sus niveles de aceptación en la sociedad.

Pese a lo anterior, falta mucho por concientizar a gobernantes y políticos sobre la necesidad de aplicar la demoscopia antes, durante y al concluir sus gestiones gubernamentales.

Uno de los problemas más frecuentes estriba entre los hombres del poder quienes pocas veces se detienen a realizar un análisis e investigación de fondo, que permita establecer esas políticas públicas que servirán de anclajes para lograr niveles de aceptación en sus mandatos.

En México las mediciones se han hecho cada vez más indispensables no sólo en las épocas electorales, sino también para conocer los niveles de aceptación o rechazo hacia quienes hoy gobiernan.

Medir es ya una obligación que debe asumirse como la estrategia básica para establecer los programas con los que gobernantes deberán iniciar su mandato.

Hoy en día, México vive una guerra de encuestas debido a que algunas empresas actúan sin ética y se han dado a la tarea de “crear” esos resultados que el gobernante quiere oír para difundirlos.

Toda medición es un retrato del momento en el que se aplican este tipo de instrumentos.

En plena efervescencia electoral por el relevo presidencial, las encuestas en México representan un barómetro calibrado que por primera vez, están consultando y analizando no sólo gobernantes, candidatos y organizaciones sociales. También lo están haciendo grupos de la sociedad civil quienes saben la importancia de dar seguimiento a las tendencias.

 

Encuestas que definen gobiernos

En México aún hace falta fortalecer una cultura de las mediciones como una herramienta fundamental para la toma de decisiones por parte de gobiernos y líderes de opinión.

En entrevista para Beers&Politics, Iván Nieva Maldonado, director de Estudios de Opinión del Beap, empresa dedicada a las mediciones resaltó la importancia que en la última década adquirieron las encuestas en México para la toma de decisiones de los gobiernos.

“Los gobernantes no tienen la verdad absoluta, por lo tanto el hecho que asistan a la colonias y reúnan gente es sólo indicativo de su popularidad.

Si el gobernante no tiene un diagnóstico de lo que realmente ocurre en su territorio de gobierno, es difícil que sea asertivo a la hora de definir sus programas de políticas públicas.

Tanto en campañas como en gobiernos, una encuesta realizada con una buena metodología y muestreo representativo, se convierte en una guía preponderante para definir estrategias electorales y en acciones de gobernanza”.

Nieva Maldonado lamentó que muchos mandatarios sigan actuando de manera empírica o por intuición, lo que se refleja en una gran cantidad de desaciertos que provocan baja popularidad y el desgaste de su marca personal.

“El político mexicano no acaba de entender la importancia de aplicar una metodología y evitar las improvisaciones en sus campañas o gobiernos.

Esto no puede ser así, los escenarios políticos cada vez son más competitivos y lo que se busca además del triunfo es refrendar la presencia en el poder.

Antes no se estilaban las encuestas, porque el sistema político mexicano estaba diseñado para que ganara quien eligiera el Presidente, era la democracia de las décadas de los años 70 y 80 en México”.

Fue con el arribo de los políticos neoliberales a la presidencia de México, cuando las mediciones empezaron a darse con mayor frecuencia.

Sin embargo, Iván Nieva reconoce que en nos falta madurar para habituarnos a tomar en cuenta los resultados y tendencias de los estudios de opinión. 

Estamos acostumbrados a dejarnos llevar por lo que dicen los medios de comunicación, debido a que varios de ellos, responden a intereses del poder para generar la percepción que más convenga en determinadas circunstancias.

El director de Estudios de Opinión del Beap concluye: “Las encuestas han perdido credibilidad porque las explican quienes menos saben de ellas.”

“Las encuestas no son instrumentos predictivos, son un reflejo del momento que sirve para definir e identificar acciones de gobernanza que mejoren la gestión pública.”

 

Mercaderes de la demoscopia

En los últimos años, los estudios de opinión, se han convertido en una actividad muy rentable para las empresas dedicadas a este rubro.

Muchos han sido los cuestionamientos que se han dado en torno a la ética con la que actúan las empresas encuestadoras en México, pues algunas con poca seriedad, han cedido a comercializar sus resultados para generar “la percepción que convenga al cliente”.

En México el mercado de la demoscopia se encuentra muy definido por casi una decena de empresas que son las que actúan con mucha seriedad.

Gobiernos, procesos electorales y organizaciones de la sociedad civil han entendido la importancia de medir para poder actuar.

Las mediciones enfrentan un gran reto frente al actual proceso electoral que inició en México. Desde los últimos meses, medios de comunicación y sociedad están atentos a los resultados y mediciones que se están publicando periódicamente para conocer las tendencias en intención del voto hacia los candidatos presidenciales.

Vivimos una elección atípica, histórica, y las encuestas jugarán un papel importante.

Las casas encuestadoras están midiendo de manera periódica para proyectar tendencias y dar certidumbre a un proceso electoral que está muy vigilado y observado por los escenarios internacionales.

No podemos escapar a la guerra de encuestas, sin embargo, las firmas con seriedad tienen un mercado cautivo que ha logrado generar credibilidad hacia su trabajo.

Entre las más reconocidas figuran: Mitofsky, Mendoza Blanco, Demotecnia, Parametría, Buendía y Laredo.

La población mexicana no sólo desconfía de los resultados de las encuestadoras, sino también al responder los sondeos, pues dada la inseguridad que se vive, es complicado para los encuestadores aplicar sus mediciones de campo ante la desconfianza y el riesgo que corren al realizar su trabajo.

 

Peña Nieto reprobado

Durante el actual gobierno federal que encabeza en México el Presidente Enrique Peña Nieto, se han tenido momentos decisivos en el establecimiento de políticas públicas como las reformas estructurales educativa, energética y laboral.

El gobierno ha sido duramente criticado por la percepción que ha generado al interior de su círculo más cercano de asesores, quienes aseguran haber aplicado mediciones que indicaban un consenso y una buena respuesta de parte de la población.

Los resultados de lo anterior han sido desastrosos para un presidente que concluirá en nueve meses su mandato, con niveles de aprobación sumamente bajos y cuyas principales críticas se centran justamente en la aplicación de estas reformas.

Establecer sistemas de medición en los gobiernos es fundamental para garantizar la conexión con una sociedad que en la mayoría de los casos, se siente al margen de las decisiones tomadas por sus gobernantes.

El caso Peña Nieto marca un precedente en México que puede representar un fenómeno histórico. El hartazgo y desaprobación al gobierno del actual mandatario, se refleja en las numerosas encuestas que han sido realizadas particularmente en esta recta final de sexenio.

Conocer los indicadores en los diferentes segmentos de la política gubernamental que lidera Peña Nieto, permiten refrendar los resultados de encuestas donde el próximo primero de julio se confirmará si el pueblo mexicano elige en las urnas abrir una etapa histórica, donde gobierne por vez primera una propuesta de izquierda encabezada por el candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.

 

Ruby Soriano es Consultora en Comunicación Polìtica e Imagen Pública. Directora de Mediatikos Consulting (@rubysoriano)

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