En alerta roja la democracia

RANIERO CASSONI

La democracia ha sido el modelo político por excelencia que reconoce una serie de libertades que preservan los derechos políticos, civiles y sociales de cada ciudadano. Es una relación bidireccional que permite a la sociedad demandar deberes, reclamar o establecer derechos al sistema. Luego de la guerra fría, el mundo unipolar dejo instaurado el modelo de democracia como la mejor forma política, como resultado a una lucha incesante ideológica entre la revolución que promovía el “comunismo” y el régimen de libertades que promovía el “capitalismo”.

Al no existir el debate se dejo de sembrar la democracia y cada nación se concentró en los asuntos domésticos de una sociedad que aún vive la transformación digital. Hoy, estamos en presencia del cisma que pudiera quebrar a todas las democracias. Lo acontecido en Estados Unidos, el gran ganador de la guerra fría y principal promotor de la democracia, es una alerta roja que clama por cambios en las formas de hacer política con el fin de preservar al modelo, y que requiere con urgencia adaptarse al nuevo pensamiento social de la expansión de la existencia política.

En la batalla de imponer el modelo ideológico y ganar al comunismo, los Estados Unidos comprendieron que las dictaduras o autoritarismo no era garantía de apoyo, ni que fuera sostenible en el tiempo. En la década del 50 en América Latina tuvimos la confrontación del modelo. Trujillo desde República Dominicana incitaba a las dictaduras contra el gran enemigo del comunismo y, desde Venezuela, Betancourt promovía la doctrina de la democracia como la mejor alternativa para evitar una revolución como la cubana al mando de Castro. Al final, Trujillo fue asesinado, Castro perduró y la doctrina de la democracia se instaura, con el añadido de una vigilancia de los servicios de inteligencia e intervenciones sistemática en la política de la región.

A lo interno del imperio yankee no se correspondía con lo que profesaba como política exterior en favor de la libertad y la democracia. Se realizaron diferentes manifestaciones y violaciones a los derechos humanos que han quedado en evidencia en diferentes sucesos de la historia republicana de USA. El mismo Bill Clinton en el 2008 manifestó durante su discurso de apoyo a Obama que en el mundo “la gente está más impresionada por el poder de nuestro ejemplo que por el ejemplo de nuestro poder”. Esa frase parecía una critica a las desigualdades civiles interna para promover al primer presidente afro descendiente.

Ese poder ha sido fracturado por lo ocurrido en los últimos años, al menos con cinco sucesos de trascendencia que ha infectado al farol ejemplar de la libertad de las democracias:

1. Polarización política
En el mundo hay una epidemia de polarización política producto de la transformación digital, con una sociedad que tiene exceso de información y que ha llegado a cuestionar todo el sistema de valores culturales. Esta búsqueda de identidad constante se alimenta de las redes sociales, se dinamiza por la vorágine informativa que absorbe la vida cotidiana de los ciudadanos, alimentando las creencias radicales que confronta la realidad con la percepción, produciendo nuevos movimientos sociales y líderes antisistemas.

El mayor problema de la polarización radica en no reconocer la oposición, al punto de degradar su existencia que termina por debilitar las instituciones. En especial, en países cuya institucionalidad esta atada a un sistema de partidos, una tradición que configuró al Estado Nación moderno y que actúa como un sistema de elites que frenan al personalismo.

Esta polarización surgió durante la elección del candidato republicano para el 2015 con Donald Trump, un candidato antisistema que amenazó recurrentemente con no reconocer los resultados de la primaria si no era electo, porque sería candidato de igual forma. La misma diatriba se presentó durante su campaña con Hillary, una candidata que representa el status quo del sistema político. Como resultado de la elección, Estados Unidos se dividió en dos grandes mitades.

2. Personalismo político
El liderazgo fulgurante de Trump polarizó durante su campaña con todos los actores claves del sistema. Su gobierno no fue la excepción. El dilema de estar con él o contra él, excluyendo la construcción de consenso. La personalización del gobierno centrado en la figura del líder como institución válida por encima de las establecidas por el sistema o por la cultura institucional. Un presidente con una comunicación directa a través de las redes sociales, capaz de cuestionar cualquier decisión de instituciones y sin la menor diplomacia. Estas características que izaron al primer personalismo político en Estados Unidos que se centra en la figura del líder y que centró el debate entre Trump y un anti Trump.

3. Débil sistema electoral
Quedó en evidencia la fragilidad del sistema electoral norteamericano que se fundamenta en la autonomía de decisión de los Estados, pero que no cuenta con un criterio unificado y con un padrón difícil de auditar. Son 50 sistemas distintos con reglamentos que apegan a las leyes que obedecen al mandato local de los estados. Además, no es una democracia directa que se apega a la elección del voto sino a la victoria por estados y la repartición de votos de los colegios electorales.

Ante el cuestionamiento realizado de los resultados electorales, las decisiones judiciales y de los entes reguladores del proceso electoral no han permitido realizar auditoría. Todos los dictámenes judiciales han certificado la victoria de Biden. El último intento ocurrió el pasado miércoles 6 de enero que desde el Senado se solicitaría una auditoría por 10 días de los resultados en los estados cuestionados.

4. Asalto al Capitolio
No necesita explicación. Observar a una institución que en diferentes películas hemos visto como el centro del poder legislativo del mundo es defendida de todo tipo de ataque y siempre salió airosa. El pasado miércoles 6 de enero fue invadido por un centenar de personas que llegaron a saquear oficinas y robar materiales de trabajo. Con un saldo de 5 fallecidos y el quiebre de la superpotencia que promueve la democracia.

5. Censura
Por si fuera poco, la decisión unilateral de empresas de telecomunicación de borrar, suspender y hasta eliminar las cuentas de quien aun es el Presidente de los Estados Unidos. Esta decisión termina de ridiculizar el poder de la Casa Blanca que siempre ha sido el vigilante de las libertades pero que termina por censurar a su propio jefe de Estado. Sin una motivación basada en leyes, alimentando aun más la división y destruyendo la imagen de la defensa de la libertad de expresión.

Hasta acá solo nos hemos dedicado a poner en evidencia el daño colosal al modelo democrático, en ningún momento hemos establecido un juicio sobre el deber ser, sino expuesto las evidencias de una forma política condenada al fracaso sino existe una adaptación a la era digital.

¿Hacia dónde va la democracia?
Las dudas que tiene la población en occidente sobre sus gobiernos los han llevado a transitar sobre la necesidad de transformar al sistema político. Ni hablar de las estrategias de factores de poder geopolítico, entiéndase Rusia, China, entre otros, que han utilizado los mismos algoritmos que han marcado una tendencia del pensamiento antisistema, para infundir temores, miedos y creencia a partir de sucesos reales sobre la decadencia de la democracia.

Algunos se atreven con soñar con sistemas autoritarios, otros piensan en capitalismo de Estado bajo la creencia de que ofrezca resultados de mejor calidad de vida a sus ciudadanos, como ha sido la propaganda del gobierno chino, pero ninguno garantiza las libertades que tenemos hoy en democracia.

En mi opinión, es tiempo de reinventar el modelo de la democracia o estaremos en presencia de la caída de un imperio y del régimen de libertades que de forma imperfecta garantiza mayores derechos civiles, económicos y políticos.

 

Raniero Cassoni es politólogo y maestro en gerencia política. CEO de la consultora Con Contacto Directo (@ranierocassoni)