Una guía para entender las elecciones en Can Barça

ALEIX ANSELMO

El cargo de presidente del F.C.Barcelona es uno de los más codiciados en Cataluña. La entidad se ha convertido en uno de los grandes embajadores de Barcelona y Cataluña al mundo, actuando en muchas ocasiones como herramienta de soft power, ayudando a la vez a la cohesión de la población catalana en torno al Club. Todos los elementos que conforman el famoso lema barcelonista “más que un Club”, junto a un modelo de propiedad en el que los socios y socias siguen siendo los propietarios y quiénes deciden mediante elecciones cada 6 años su nueva junta directiva, conforman una entidad singular.

El éxito de la moción de censura impulsada contra la anterior junta directiva –presidida por Josep Maria Bartomeu- provocó la dimisión de éste, y un avance electoral de dos meses, al 24 de enero, que finalmente, a causa de la pandemia, se han visto aplazadas a 7 de marzo. La convocatoria de las elecciones iniciaba, para todo socio que se quisiese postular, el proceso de recogida de firmas en forma de aval. Para ser proclamados candidatos, quienes se quieran presentar disponen de un tiempo regulado por los estatutos para conseguir unos importantes avales monetarios y un aval del conjunto del censo. Sobre el censo total de cerca de 110000 socios, los candidatos debían aportar 2257 firmas válidas de socios, además de unos avales monetarios próximos a los 140 millones de euros (15% del presupuesto anual del Club) para poder ser proclamados candidatos.

Llegados a este punto, y obviando el proceso de recogida de firmas y sus incidencias, que sin duda daría para otro artículo de igual o más extensión, haremos un repaso de los 9 precandidatos que optaron a ser proclamados candidatos oficiales. Aunque casi todos ellos utilicen el agotadísimo tópico de que solo hay un “ismo” (el barcelonismo), la realidad es que desde hará casi 30 años, las desavenencias personales entre el entonces presidente Núñez y el entrenador del momento Johan Cruyff han marcado dos modelos, dos ideas de gestión de la entidad diferenciadas, dos ismos.

El Nuñismo se identifica por dar un mayor peso a la economía y el patrimonio del Club, por un mayor resultadismo en el césped y una visión del Club en torno a su vida asociativa. En otra forma de ver el Club, el Cruyffismo prioriza más la forma al fondo, el juego atractivo como forma de llegar a los buenos resultados deportivos, y su visión económica (asegurando siempre la estabilidad del Club) es secundaria a los resultados deportivos. Entre estas dos visiones voy a tratar de encajar a los precandidatos.

Agustí Benedito: Candidato ya en las elecciones de 2010 y 2015, no pasó nunca del 10%. Opositor en los años de Núñez y exmiembro de la junta directiva de Laporta, lo podemos situar en una idea de Club más cercana al Cruyffismo. Su fiel (aunque escaso) tirón electoral se vio afectado por las dificultades de recoger avales en tiempos de pandemia y no ha conseguido llegar al número de firmas para pasar el corte. Tampoco le ayudó su oposición a la moción de censura anterior a la convocatoria de las elecciones.

Jordi Farré: Ganó protagonismo por ser uno de los líderes en la recogida de firmas para la moción de censura que terminó forzando la dimisión de Bartomeu. Sin embargo, se debilita después en su precampaña y no llegó a los 2257 avales necesarios para convertirse en candidato. Tras conocerse que no obtuvo las firmas necesarias, anunció que daría apoyo a Joan Laporta. Las palabras de reconocimiento a Laporta y su implicación en la moción de censura le sitúan en el espectro del Cruyffismo.

Lluís Fernández Alà: Con su lema “Passió, seny i planter”, sin hablar directamente de ningún ismo, su plan de gobierno pasaba por recuperar la Masia y trabajar un consenso entre todo el barcelonismo. Gran desconocido por la masa social culé, quedó lejos de conseguir las firmas necesarias para ser candidato.

Víctor Font: Partía como uno de los favoritos antes del anuncio de la candidatura de Laporta, gracias a la que perdió protagonismo y pasó a un segundo plano. Él mismo se considera Cruyffista en lo futbolístico, presenta también un ambicioso plan de reformas económicas para “llevar al Club al siglo XXI”. Colaborador de Laporta en las elecciones de 2003, argumenta para diferenciarse que su propuesta es más renovadora y que las soluciones que proponía Laporta y funcionaron en 2003 ya no sirven en 2021. Presentó 4710 firmas, siendo el segundo que más obtuvo. Será importante en campaña el papel de Xavi Hernandez, leyenda del club azulgrana que supuestamente volvería en caso de ganar.

Toni Freixa: El exmiembro de la junta directiva de Sandro Rosell (presidente anterior a Bartomeu) es conocido por el socio medio por su participación en la contienda de 2015 y su papel como portavoz de la junta en años anteriores. Su vínculo con la directiva de Rosell y sus críticas a la oposición ejercida sobre Rosell y Bartomeu le convierten en el candidato aspirante a juntar los socios que más puedan temer una victoria de Laporta. Será el tercer candidato en estas elecciones al pasar el corte con algo más de 2700 firmas. Una de sus bazas es las simpatías de las que goza en el entorno de la Grada d’Animació, un espacio del Camp Nou ocupado por grupos de animación que apoyan al equipo durante todo el partido.

Joan Laporta: Fue presidente del Barça entre 2003 y 2010, época en la que se cosecharon los mayores éxitos deportivos de la entidad, consiguiendo también poner las bases para los éxitos posteriores a su mandato. Su candidatura en 2003 nació de la Plataforma Elefant Blau, opositora al exmandatario Josep Lluís Núñez, y tejió grandes relaciones con el exentrenador Johan Cruyff, por lo que fue el primer presidente de la entidad en adoptar un modelo antagonista al Nuñismo. Actualmente, a juzgar por las firmas, su vuelta a la presidencia es la opción favorita por los socios del Barça, ya que entregó cerca de las 10000 firmas, 5 veces más de las necesarias, mostrando así su músculo electoral. Su propuesta gira en torno a la recuperación económica mediante emisión de bonos y una vuelta al modelo con el que ya triunfó en su primer mandato. Se trata de un personaje controvertido que no deja a ningún barcelonista indiferente, muy admirado por los suyos pero a la vez muy vilipendiado por sus detractores, lo que podría motivar una mayor polarización en torno a su figura.

Emili Rousaud: Exmiembro de la candidatura de Bartomeu. Durante la recogida de firmas, trató de convencer al socio de que era necesario tratar de volver a gestionar el Club tal y como lo hacía Núñez, lo que junto a la incorporación de destacados colaboradores de Núñez a la candidatura le convertían en unos de los candidatos aspirantes a ocupar el espacio de voto Nuñista. Su pesada carga fue el haber sido miembro de la directiva de Bartomeu y su poca popularidad. No pasó el corte de las firmas por apenas unas 60.

Xavi Vilajoana: El otro precandidato saliente de la última junta directiva, de carácter también por tanto Nuñista. Su principal propuesta era la recuperación y mejora de La Masia, la cantera del Club. Sin embargo, ha gozado de poca visibilidad durante la precampaña y no ha alcanzado el número mínimo de firmas.

Como vemos, tan sólo 3 precandidatos (Joan Laporta, Víctor Font y Toni Freixa) consiguieron pasar el corte de los avales y ser proclamados candidatos. El hecho de que el Barça sea una entidad tan grande, con tanta presencia en los medios, y ocupe un espacio tan grande en la sociedad catalana, hace que siempre haya muchas candidaturas, que aún poseer remotas opciones de ganar, se puedan lanzar a la aventura con tal de obtener visibilidad de cara a otras contiendas o de cara a su futuro profesional.

El periodo electoral en tiempos de Covid-19 ha implicado muchos menos actos físicos y un peso todavía mayor de lo digital. En las elecciones del Barça, con un censo tan reducido, tenía peso para los socios a la hora de decidir el voto el contacto humano y la proximidad de los candidatos. El acto típico de pedir el voto era el candidato pisando el territorio y mostrando su barcelonismo, cosa que no se puede hacer en el contexto actual y que ha perjudicado a los precandidatos menos conocidos.

Hasta ahora, hemos visto pocos actos de campaña que no fuesen propia comunicación del candidato, todo se ha reducido a ruedas de prensa, presentación de miembros de la hipotética junta directiva y reuniones telemáticas. Quien se está moviendo como pez en el agua en este contexto de campaña poco física es Joan Laporta. El expresidente ha protagonizado la que hasta ahora es la acción más destacable, colgando una pancarta de su candidatura al lado del estadio Santiago Bernabéu, sede del archienemigo Real Madrid. Sin haber explicado mucho todavía de su proyecto para 2021, Laporta ha ido dando golpes de efecto que lo sitúan como favorito. Por el momento, tanto Font como Freixa siguen jugando a remolque y sin dominar el debate. El contexto de crisis económica y deportiva del Club, saliendo de una junta directiva nada afín a las formas de Laporta, favorece la movilización de los acérrimos a Laporta y deja sin un candidato claro a aquellos socios poco partidarios del retorno del expresidente.

De momento, el aplazamiento electoral al 7 de marzo (veremos si es la fecha definitiva) supone el primer y único contratiempo para Laporta. Su candidatura fue la que se mostró más reticente a aplazar la fecha, ya que a corto plazo tenía todas las de ganar. Veremos si al disponer ahora de más de un mes y medio de tiempo, hay un cambio de estrategia que nos haga ver al Laporta más combativo y excéntrico o bien si va a tratar de seguir con la estrategia defensiva. El tiempo extra también dará más días a los otros dos candidatos para tratar de negociar la incorporación de otros miembros en su junta directiva, hemos visto de momento las negociaciones (no fructíferas) entre Freixa y Rousaud para unir fuerzas. No se prevén muchos movimientos de este tipo. Otro tema en disputa será, tal y como han comentado algunas cuentas influyentes culers en redes sociales, la discusión sobre si las elecciones del 7 de marzo vuelven a tener nuevo periodo de recogida de avales, suponiendo una segunda oportunidad para muchos precandidatos. Por el momento, parece una opción remota, pero en caso de darse, nos situaría de nuevo en el punto de partida inicial.

Veremos cómo evoluciona la campaña tras la proclamación de candidaturas del jueves 14 de enero. Por el momento, Joan Laporta se está centrando en no cometer errores, convencido que le bastará. Víctor Font se ha centrado en contar su proyecto y hablar de Joan Laporta como nostalgia del pasado, claramente desplazado y apelando a un espacio electoral de socios escépticos con el expresidente en el que no se siente demasiado cómodo. Freixa, por su lado, ha hecho un buen trabajo apelando a su espacio, sin embargo es un número lo bastante reducido de socios como para tener opciones reales de ganar.

Las elecciones a tres nos plantean un escenario que beneficia también a Laporta, ya que si el socio vota en clave plebiscitaria sobre él, se dividirá el voto del socio contrario a Laporta entre los otros dos candidatos, Font y Freixa. Además, en unas elecciones con una participación siempre baja (rondando el 40%), bastará probablemente con menos 25000 votos para hacerse con la presidencia, cobra vital importancia la movilización, y el electorado más movilizado ahora mismo para forzar un cambio de rumbo en la dirección es el que aboga por el cambio, el de Laporta, que a pesar del aplazamiento electoral, sigue siendo el favorito.

 

Aleix Anselmo es Politólogo por la UPF y Máster en Comunicación y márketing político por CESCOMPOL y la UAH (@aleixanselmo97)