¿Y si, en lugar de estrellarse en un campo de trigo de Kansas, la cápsula espacial en la que viajaba Superman hubiese aterrizado en la estepa ucraniana? ¿Qué habría sucedido si, en lugar de convertirse en un icono de los Estados Unidos, el hijo del planeta Kripton hubiese sido educado en la URSS de Stalin?
El guionista Mark Millar se inventa las respuestas en Superman Rojo, un cómic surrealista y sensacional en el que Eisenhower comparece en televisión para alertar a sus conciudadanos de que Moscú dispone de un “superhombre extraterrestre fiel a los ideales comunistas” que dinamita los frágiles equilibrios de la Guerra Fría. La Casa Blanca se encomienda a Lex Luthor: sólo un científico superdotado como él puede ser capaz de alumbrar otro ser con parecidos superpoderes, el “antisuperman”…