SERENA GABRIELA IORDACHE
Existe una sutil diferencia entre ver y mirar. Miramos cuando dirigimos los ojos hacia algo o alguien, pero solo vemos cuando procesamos aquello que nos entra por la mirada. Según la quinta definición de ‘mirar’ que aparece en el diccionario de la Real Academia Española, este verbo también puede significar “pensar o juzgar”. Y es que por mucho que estemos más acostumbrados a ir al oftalmólogo que al psicólogo, a veces el cerebro nos falla mucho más que la vista. Me explico.
Nuestra mirada suele ser mucho más objetiva que nuestra mente, sin que esto último sea un aspecto negativo. Pero no ser consciente de los sesgos que tenemos como humanos acaba siempre desembocando en una superioridad moral que se impone a todo aquello diferente o contrario a nuestras ideas. Es entonces cuando queremos ver las cosas solo para reafirmarnos en nuestras convicciones.
Esta podría ser la reflexión que hizo la cineasta Ava DuVernay cuando tituló la miniserie de cuatro capítulos que lanzó Netflix el año pasado, ‘When they see us’ o ‘Así nos ven’ en su traducción al castellano. Aunque la interpretación pueda ser subjetiva, el mensaje que transmite con apenas cuatro palabras es bastante claro y conciso.
La historia está basada en hechos reales, en el que se conoce como el ‘Caso de la corredora de Central Park’, que tuvo lugar a finales de los ochenta. Cinco jóvenes de entre 14 y 16 años de Harlem, Nueva York, fueron arrestados y acusados por asalto, violación, abuso sexual e intento de homicidio, entre otros delitos. Cuatro negros y un hispano -solo dos de ellos se conocían- que resultaron estar en el lugar equivocado en el momento equivocado ese 19 de abril de 1989 y eso, sin duda, les cambió la vida. Pero no todo fueron casualidades y el tiempo ha acabado demostrando que su color de piel no fue irrelevante a la hora de arrestarlos y condenarlos.
Esa noche Trisha Meili, una neoyorkina de 29 años salió a correr por el parque cuando fue asaltada, violada y agredida brutalmente hasta perder el conocimiento. Estuvo 12 días en coma y sufrió daños irrecuperables a pesar de salir con vida del ataque. La agresión conmocionó la ciudad de Nueva York, que en aquel entonces no vivía su mejor momento económico ni social. La caída de la bolsa dos años antes impactó gravemente en las clases más desfavorecidas, aumentaron los disturbios en la ciudad a la vez que crecía la percepción de inseguridad de la clase media neoyorkina, mayoritariamente blanca.
En ese contexto, el relato no fue difícil de vender y la policía encontró el blanco perfecto para devolver a los neoyorkinos la confianza perdida en el sistema. Sin embargo, mientras los agentes y la fiscalía se daban palmaditas en la espalda por haber cerrado el caso y llevado entre rejas a los cinco chicos, el verdadero violador de Trisha Meili siguió en libertad, violando a otras cinco mujeres y asesinando a una de ellas. Unos acontecimientos que a lo mejor se podrían haber evitado si el Departamento de Policía de Nueva York hubiera seguido las pistas y el modus operandi del violador en serie, en vez de acusar a los cinco adolescentes sin un argumentario sólido y en base a la discriminación racial.
Pero explicar historias siempre implica dirigir la mirada hacia un punto, desde donde empieza la narración. Ya se conocía la historia oficial de este caso, lo que se escribió en la sentencia, lo que escribieron los periódicos, también la historia de Trisha Meili, que publicó un libro explicando su recuperación años más tarde, pero aún no se había dejado constancia de la historia de los cinco chicos, o como los bautizó la prensa estadounidense en su momento, “Los cinco de Central Park”.
Ava DuVernay, directora y guionista afroamericana nominada a un Óscar, también conocida por otras producciones de denuncia social y crítica al racismo institucional, como la película Selma (2014) y el documental Enmienda XIII (2016), se propuso dar voz a Anton McCray, Yusef Salaam, Raymond Santana, Kevin Richardson y Korey Wise en ‘When they see us’.
“Pienso que cada cual ve la historia a través de su propia lente, y no le discuto a nadie que quiera ver lo que quiera ver. Esto es lo que yo veo. Esto es lo que vemos. Y eso debería ser válido. No voy a discutir la historia”. Estas fueron las palabras de DuVernay en una conversación que tuvo con el escritor Gay Talase a raíz de las críticas surgidas por la película Selma, y que siguen dando sentido a su última producción.
La propuesta que la cineasta hace en ‘When they see us’ no es casual y por ello se divide en cuatro capítulos que tienen un hilo argumental y un propósito muy claros. Cada uno de ellos hace una crítica al funcionamiento de las cuatro grandes patas del sistema penal estadounidense: el sistema policial, el judicial, el penitenciario y el de reinserción. Según vemos en la serie, cuatro engranajes de una única maquinaria que repite los mismos sesgos y discriminaciones hacia los mismos colectivos.
A través de la experiencia de los cinco chicos, que participaron en la creación de la serie, DuVernay muestra las injusticias constantes y sistemáticas que sufrieron, desde las confesiones forzadas, al encarcelamiento injustificado, la violencia policial, las trabas para la reinserción y la campaña millonaria que pedía la aplicación de la pena de muerte. Una campaña encabezada por el hombre que hoy se encuentra en la Casa Blanca y que hace tres décadas pagó 85.000 dólares para poner anuncios en la prensa neoyorkina pidiendo la pena capital para los cinco acusados y abogando por el ya conocido y actual “ley y orden”.
La cineasta también deja constancia de los entresijos que existen entre la política y el sistema judicial estadounidense, que se explicitan cuando la fiscal del Estado y defensora de la víctima parece tener muy claro que va a ganar el caso a toda costa: “Ya no se trata de justicia, sino de política. Y la política trata de sobrevivir”.
Este es uno de los matices que DuVernay sabe dar a la serie, pero en tan solo cuatro capítulos, la cineasta es capaz de contar una historia con muchas lecturas sin caer en ningún momento en la superficialidad. Otro tema que trata, sin verse obligada a hacerlo, es el de la identidad de género. El relato hubiera podido eludir a la hermana trans de uno de los jóvenes condenados, pero DuVernay decide dar otra perspectiva a la historia realzando su papel a través de la interpretación de la actriz también negra y trans, Isis King.
Hace ya más de treinta años del ‘Caso de la corredora de Central Park’ en que se condenó injustamente a cinco adolescentes a pesar de que la información, los hechos y las pruebas a su favor estuvieran ahí, pero no se vieran o no se quisieran ver. En ‘When they see us’, Ava DuVernay consigue que como espectadores reflexionemos sobre cómo miramos a los demás, desde dónde y si nuestra mente se adelanta a nuestra mirada para juzgar antes de ver con claridad. Por eso, no es insignificante que el objetivo de la directora sea que nos preguntemos: “¿Qué ves cuando ves a niños negros?”
Serena Gabriela Iordache es Estudiante de Periodismo u ciencias políticas en la la Universitat Pompeu Fabra. Socia de Deba-t (@_Serenagb)
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