ANDREA CORONEL
“No me despierto pensando cómo joder a México”. Enrique Peña Nieto.
Esta desacertada expresión, por decir lo menos, a la que recurrió en octubre pasado el presidente de México, Enrique Peña Nieto, para defender su gestión de gobierno, no sólo que desató críticas y burlas de ciudadanos mexicanos, sino que alimentó sus niveles de desaprobación.
Las intervenciones del jefe del Ejecutivo Federal, de lejos invitan a los mexicanos a involucrarse en un Proyecto de Nación, en el Plan Nacional de Desarrollo que según dijo Peña Nieto al inicio de su mandato, fue delineado con la sociedad “para caminar juntos hacia una nueva etapa del país”. Muy por el contrario, los reproches han llegado a formar parte de su discurso y más allá de la publicidad, con ofrecimientos y propuestas de mejoras que no llegan, se acentúa la crisis de gobernabilidad en ese país.
Tras el decreto del “gasolinazo” que comenzó a regir en 2017, creció el descontento popular: los mexicanos no creen en su presidente. Y es que a más de alejarse de su proyecto de gobierno, Peña Nieto demuestra carencia de narrativa política, ausencia de construcción de un relato, la inexistencia de un mito de gobierno.
Como bien afirma Mario Riorda, “El mito de gobierno es, en comunicación política, un elemento unificador que simboliza la dirección, la voluntad y la justificación de las políticas.”
El mito de gobierno no es cualquier ocurrencia, debe representar el ejercicio coherente de lo propuesto discursivamente como contrato de gestión en la fase electoral y la actuación de lo mejorable o renovable de ese contrato, una vez que el gobierno se constituya como tal.
Para Mario Riorda y Omar Rincón, autores de Comunicación gubernamental en acción: narrativas presidenciales y mitos de gobierno, “La fuerza del mito político está en la historia de su sociedad.” Son específicos en señalar que no se trata de informes de gestión, de una atractiva publicidad o de una estrategia de relaciones públicas, sino de juntar las acciones de gobierno y comunicación en torno a unos valores, ideales y al proyecto político.
Esta obra realiza un análisis de la comunicación de varios líderes de Estado y nos enseña el proceso de construcción de ese mito político que parte de un personaje como un héroe, que encarna sus ideales y que utiliza un lenguaje que evoca el pasado, retorna al presente y se proyecta hacia el futuro.
Así, por ejemplo, se observa que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, construyó un exitoso mito: “La Patria ya es de todos”. En el caso ecuatoriano el héroe de la Patria es el general Eloy Alfaro, que reencarna en Correa y en consecuencia sus discursos adquieren un tono militar combinado con una retórica revolucionaria: “Hasta la victoria siempre”.
Alfaro en Ecuador, Martin Luther King en Estados Unidos, Perón en Argentina, Simón Bolívar en Venezuela, son algunos héroes míticos mencionados en esta obra, que por su aporte académico, creatividad política y riqueza analítica, mereció en 2015 un Victory Award a mejor libro político del año.
A través de este texto, en el que participan 16 autores, comprenderemos que para ser mito hay que reencarnar en el pueblo, “En nombre del pueblo se gobierna… se legisla y se comunica” . Veremos que en Colombia, Álvaro Uribe gobernó bajo el mito de la guerra y Juan Manuel Santos por la paz; que en Uruguay, José Mujica reinventó la política; que en Bolivia, Evo Morales es un mito indígena; o que en Venezuela, Hugo Chávez se constituyó en el revolucionario del siglo XXI.
Uno a uno, los modos de comunicar de los gobiernos en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela son analizados en esta obra.
Con su vasta experiencia, Mario Riorda nos enseña que los mitos de gobierno llevan años y que es indispensable que exista coherencia entre el decir y el hacer. Y mientras reviso las páginas de este mapa de construcción de gobernabilidad, con desconcierto veo estallar en las redes sociales una desatinada declaración del secretario de Empleo de Argentina, Miguel Ángel Ponte, aseverando que las contrataciones y despidos deben ser algo tan natural “como comer y descomer”, un pronunciamiento realizado en un momento crítico para el gobierno de Mauricio Macri, por el planteamiento de reformas laborales que implicarían eventuales despidos.
Y esto me lleva a mencionar una advertencia de Riorda: “Sin confianza, sin valores, sin políticas públicas, ningún relato es eterno. Todo mito de gobierno que ve caer la aprobación de las principales políticas públicas que lo sostienen, cruje. Cruje y se rompe en el tiempo.” Pero esta alerta la realiza en su último libro: Cambiando. El eterno comienzo de la Argentina y que sin duda nos deja a sus lectores con ganas de aprender más.
Andrea Coronel es consultora en comunicación política (@andrecoronel_)
Publicado en Beerderberg
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