¡Pueblo de Madrid! ¡Combatientes del frente! Llegó la hora del esfuerzo decisivo. Los ataques del enemigo se estrellan contra nuestra voluntad de vencer. Es el momento, no sólo de hacer frente al enemigo, sino de arrojarlos de una vez para siempre de sus posiciones actuales, de librar a Madrid de la garra fascista, que se extiende impotente sin poder llegar al corazón de nuestra capital.
El Gobierno, estrechamente unido a los combatientes del frente, los conjura a proseguir su lucha heroica, a no ceder un solo palmo de terreno, a lanzarse al ataque con la violencia del que, sin saber combatir, tiene de antemano asegurada la victoria.
A la vez que exige, el Gobierno anuncia a las fuerzas del frente que dispone de todos los medios necesarios para lograr el triunfo. Disciplina férrea. Ni un solo paso atrás. Hacia delante siempre. Y que los prisioneros que caigan en nuestras manos, sean, al ser respetadas sus vidas, como os ordeno que las respetéis, la mejor evidencia de qué lado están la barbarie y la destrucción y de qué otro el heroísmo de quienes por defender la causa del pueblo, pueden permitirse la grandeza que inspira las masas populares.
Obedecer con toda tranquilidad y confianza en las órdenes de vuestros jefes y de vuestros Comisarios de guerra.
¡Al ataque!
¡Por la liberación definitiva de Madrid, fortaleza suprema de la lucha mundial contra el fascismo!
Aguarda la llegada de vuestros partes de victoria el presidente del Consejo de ministros y Ministro de la Guerra.
Orden general
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