¿Mujeres al poder en América Latina?

MARCEL LHERMITTE

Desde la presidencia de Isabel Martínez de Perón –en Argentina– hasta la fecha solo un puñado de mujeres fueron electas como jefas de Estado en América Latina. Con el paso de los años innumerables voces han denunciado las trabas que sufren las mujeres para acceder a cargos políticos. Actualmente no hay ninguna presidenta en la región, mientras que las precandidatas que se vislumbran con posibilidades para los comicios que se celebrarán en 2018 y 2019 son pocas.

Isabel Perón fue la primera mujer en ejercer la Presidencia de un país latinoamericano, pero con la característica que llegó al poder tras el fallecimiento de su marido y compañero de fórmula, el general Juan Domingo Perón.

Violeta Chamorro, en Nicaragua, fue la primera mujer en ser electa como presidenta por estos lares. Ejerció su mandato entre los años 1990 y 1997, en el país centroamericano, sucediendo a quien hoy es el actual jefe de Estado, Daniel Ortega.

Ya en este siglo asumieron la responsabilidad de presidir sus países Mireya Moscoso en Panamá (1999-2004), Laura Chinchilla en Costa Rica (2010-2014), Michelle Bachelet en Chile (2006-2010 y 2014-2018), Cristina Fernández en Argentina (2007-2011 y 2011-2015) y Dilma Rousseff en Brasil (2011- 2014 y 2015-2016 -no culminó su segundo mandato debido al impeachment, que significó su destitución el 31 de agosto de 2016-).

Una característica interesante es que en el año 2014 coincidieron en sus mandatos cuatro presidentas en América Latina; mientras que en la actualidad ninguna mujer ocupa la jefatura de Estado, con las lógicas excepciones de aquellas que asumen interinamente ante la ausencia temporal del presidente, como es el caso de Lucía Topolansky e incluso Patricia Ayala en Uruguay.

 

El futuro es hoy

Luego de que Mauricio Macri sucediera a Cristina Fernández, que Sebastián Piñera hiciera lo propio con Bachelet y que Rousseff fuera destituida y perdiera el poder en manos de Michel Temer, sumado a los procesos electorales que se avecinan, las esperanzas para que las mujeres sean jefas de Estado parecen escasas en el corto plazo.

De todas formas este año, en materia de acceso de mujeres a la presidencia, se dio un hecho histórico, con la asunción de Marta Lucía Ramírez como vicepresidenta de Colombia –compañera de fórmula de Iván Duque–, ya que es la primera vez que el cargo no es ocupado por un hombre en el país cafetero. Un hecho valorable, pero resulta ser muy poco para la región.

En lo que resta de 2018 solo se celebrarán elecciones presidenciales en Brasil, en donde si le permiten a Lula ser candidato seguramente sea electo, y en caso contrario aparece con mayores posibilidades el ultraderechista Jair Bolsonaro. La “tercera en discordia” sí es una mujer, se trata de la ambientalista de izquierda Marina Silva, que apenas supera el 10% de intención de voto en distintas encuestas.

Las posibilidades de Silva para ser presidenta dependen de que Lula sea inhibido como candidato y lograr captar la mayor parte de los votos del expresidente brasileño, para así pasar a un balotaje. De todas formas, las investigaciones de opinión pública que analizan un escenario sin Lula dan como ganador a Bolsonaro y tampoco aseguran que la exdirigenta del PT llegue a la segunda vuelta.

Luego de los comicios en Brasil, en febrero de 2019, se celebrarán las presidenciales salvadoreñas, allí no habrá candidatas a presidenta, pero sí habrá mujeres que formarán parte de las fórmulas.

En filas del oficialismo, la legisladora Karina Sosa acompañará a Hugo Martínez por el FMLN, mientras que en la oposición será la economista Carmen Aída Lazo, que irá junto al empresario Carlos Calleja por los derechistas de ARENA.

Aún resta definir quién será candidato a vicepresidente de quien aparece como el outsider del sistema, y favorito de algunas encuestas, Nayib Bukele, un joven político escindido del FMLN, exalcalde de San Salvador.

 

La esperanza

En 2019, además de en El Salvador, habrá otras cinco elecciones presidenciales en la región: Panamá, Guatemala, Bolivia, Argentina y Uruguay irán a las urnas.

Es difícil confirmar quiénes serán todos los candidatos, pero ya hay algunos nombres que seguro llegarán a la papeleta de las internas de junio en Uruguay. En filas del Partido Nacional la diputada Verónica Alonso ya hizo saber que será precandidata de su colectividad, pero parece tener muy pocas posibilidades ante los otros aspirantes blancos: Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga. Sí, es posible que finalmente –si logra realizar una aceptable campaña electoral– acceda a conformar la fórmula presidencial.

En el Frente Amplio existen mujeres con trayectoria y capacidad para ser candidatas, pero quien aparece con mayores chances de ganar la interna izquierdista es el intendente capitalino Daniel Martínez. Ante este escenario hay quienes indican que la fórmula debe ser completada por una mujer, pero no hay nombres definidos.

En Argentina se asegura que Cristina Fernández no será candidata, pero aún falta correr mucha agua bajo el puente como para conocer si realmente ella u otra mujer serán candidatas con posibilidades ciertas de acceder a la Presidencia.

En filas del oficialismo no puede descartarse que, en caso que Macri no vaya por la reelección, sea la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien aspire al cargo, una de las políticas con mejor imagen del país.

En Panamá, si bien aún también falta mucho –las presidenciales son el 5 de mayo–, toma fuerza la precandidatura presidencial de la diputada progresista del PRD, Zulay Rodríguez, pero deberá competir en la interna con otros 16 correligionarios de su colectividad política. También es precandidata la diputada independiente Ana Matilde Gómez, quien fue la primera mujer procuradora general de la nación.

En Guatemala es quizás donde las mujeres tienen mayores posibilidades de alcanzar la Presidencia. Existen tres mujeres con aspiraciones ciertas: Sandra Torres, Thelma Aldana y Zury Ríos. Actualmente parece bastante utópica la posibilidad que vuelva a postularse la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú.

Torres, exprimera dama durante el mandato de Álvaro Colom, es la secretaria general del partido Unidad Nacional de la Esperanza y es la candidata del progresismo guatemalteco. Por su parte, Aldana, precandidata independiente, es la exfiscal general, abanderada en la lucha anticorrupción y una de las personas con mayor popularidad en el país centroamericano, pero por motivos de seguridad reside en el exterior.

La derecha guatemalteca contará seguramente con la candidatura de la líder evangelista Zury Ríos, del Partido Republicano Institucional. La precandidata fue diputada y es hija del dictador Efraín Ríos Montt y esposa de Jerry Weller, exmiembro de la Cámara de Representantes estadounidense por el Partido Republicano.

En un momento en el que se reclama participación paritaria, fundamentalmente a nivel de legislativos y ejecutivos, es evidente que las candidatas a presidentas han quedado rezagadas en la región. Siguen existiendo barreras en el ámbito político que paralizan la promoción de las mujeres políticas. Por eso, el 2019 representa una posibilidad y una esperanza concreta para que alguna mujer vuelva a ser presidenta en América Latina.

 

Marcel Lhermitte es Consultor en comunicación política y campañas electorales. Periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magister en Comunicación Política y gestión de Campañas Electorales. (@MLhermitte)