Discurso: Kennedy en Berlín

PEPE MARTÍNEZ

En la segunda decada del siglo XX, el Rathaus Schöneberg fue construido como sede del gobierno municipal del barrio de Tempelhof-Schöneberg. Durante años fue un modesto edificio gubernamental que vio como a su alrededor iba creciendo el Gross Berlín. Pero después de la Segunda Guerra Mundial y tras el reparto de la ciudad entre los aliados, este edificio se abriría un hueco en la historia.

En 1949, se convirtió en el centro del gobierno del Berlín Occidental y la sede de su parlamento. Sus paredes fueron testigos mudos del nacimiento de la República Federal Alemana y del devenir de la Guerra Fría.

Su puesta de largo ante el mundo, tuvo lugar el 26 de Junio de 1963, cuando fue la sede de uno de los discursos más conocidos de todos los tiempos.

Aquella mañana de junio, medio millón de personas se apretaban frente al Rathaus Schöneberg para escuchar al presidente Kennedy. Eran tiempos convulsos. Dos años antes, la RDA levantaba el Muro que dividiría Berlín durante las próximas tres décadas. Un año antes la crisis de los misiles puso al mundo al borde de la guerra nuclear. Apenas cinco meses más tarde, Kennedy sería asesinado en Dallas.

Pero aquella mañana, el ambiente era festivo. La población de un Berlín Occidental sitiado, veía a los americanos como sus protectores desde el puente aéreo de 1948 y la promesa de apoyo que mantenía la administración Kennedy lo había vuelto muy popular en Europa. Las palabras del presidente vinieron a reforzar esa creencia.

Kennedy era un buen orador y el discurso preparado por Ted Sorensen supo captar extraordinariamente el estado de ánimo del pueblo de Berlín. En apenas 9 minutos, el Presidente recordó a los berlineses que el mundo libre permanecía a su lado.

“Todos los hombres libres, vivan donde vivan, son ciudadanos de Berlín, y por ello, como ciudadano libre, estoy orgulloso de decir -Ich bin ein Berliner-”

La fuerza de sus palabras radica en que supo romper la lógica del relato de la guerra fría y hacer protagonista al pueblo de Alemania, en su crítica feroz contra el comunismo.

“Hay mucha gente en el mundo que realmente no comprende o dice que no comprende, cuál es la gran diferencia entre el mundo libre y el mundo comunista. Decidles que vengan a Berlín. Hay algunos que dicen que el comunismo es el movimiento del futuro. Decidles que vengan a Berlín. Hay algunos que dicen en Europa y en otras partes “nosotros podemos trabajar con los comunistas”. ¡Decidles que vengan a Berlín!”

Consiguió transmitir que el levantamiento del Muro no era solo un ataque contra Berlín o los Estados Unidos, era una afrenta contra todo el mundo libre.

“La libertad tiene muchas dificultades y la democracia no es perfecta. Pero nosotros no tenemos que poner un muro para mantener a nuestro pueblo dentro, para prevenir que se vayan”

Los críticos con la Administración Kennedy aseguran que el legado del presidente, no consiste en más que unas cuantas palabras. Y es cierto. Su corto mandato cuenta con pocos éxitos reales y pocas de sus políticas pudieron ser implementadas a largo plazo. Su muerte mitificó su herencia.

Pero las palabras importan. Las palabras de JFK hicieron ver que muchas cosas que se creían imposibles podían realizarse. Aquella mañana en Berlín, la fachada del Rathaus Schöneberg fue testigo de una arenga que dio esperanza a los berlineses y que insuflo una fuerza que la administración americana necesitaba más que nunca.

Norman Birnbaum escribió que los discursos de Kennedy “imaginaron la normalización de la política mundial y la eliminación gradual de la posibilidad de un fin apocalíptico para la humanidad”. Ese es su legado. “Hace 50 años los grandes errores políticos podían ser fatales, hoy, solo son errores”.

Aquel día fue la cumbre de su presidencia. Él lo sabía. Esa noche, dijo a Sorensen; “No volveremos a tener un día como este en toda nuestra vida”.

Hoy, el Rathaus Schöneberg es la sede de una exposición permanente a la memoria de Wylli Brand.  La plaza que lo alberga y que escuchó al presidente en 1963, lleva desde su muerte el nombre de John-F.-Kennedy-Platz.

 

* Enlaces de interés: Transcripción del discurso:http://www.beersandpolitics.com/discursos/john-f-kennedy/berlin-ich-bin-ein-berliner/254 / Video del discurso completo: https://www.youtube.com/watch?v=56V6r2dpYH8

 

Pepe Martínez trabaja en la Universidad de Santiago de Compostela. Es Secretario de Comunicación del Centro de Estudios de Seguridad y co-organizador de los Beers&Politics en Santiago de Compostela

Publicado en Beerderberg

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