CRISTINA JUESAS
Por algún motivo que se me escapa, la oratoria ha sido, durante muchos años, una asignatura pendiente en España. Ningún sistema educativo ha recogido, ni un poco transversalmente, el aprendizaje de algo tan básico como hablar delante de otras personas. Se da por hecho que como ya hablamos, pues hacerlo delante de un público es lo mismo. Y no. No es lo mismo.
De la misma forma que aprendemos a escribir, a resumir un texto, a redactar una carta, un informe o una memoria (o un artículo para internet), debemos aprender a hablar delante de otras personas. Mi “primera vez” fue un examen oral de Derecho Civil en 1º de carrera que, por supuesto, suspendí por quedarme absolutamente en blanco, pese a que era una de mis asignaturas favoritas (y cuya recuperación, escrita, aprobé con nota).
Más tarde, las nuevas tecnologías nos trajeron PowerPoint, una fabulosa herramienta para volcar toda la información que queríamos contarle a nuestra audiencia… además de matarla del aburrimiento mientras leíamos viñeta por viñeta cada frase de la presentación. Y así, hoy, desde el colegio hasta la empresa, vamos haciendo presentaciones soporíferas queriendo desaparecer hasta evaporarnos para no tener que exponer delante de otros.
En los últimos años, con el auge de los eventos de todo tipo, hemos empezado a ver a algunos ponentes hacer las cosas de una forma diferente, ¿por qué? (Os cuento el secreto: porque se han preparado).
Hay gente que de forma natural tiene ciertas habilidades, es extrovertida, no tiene vergüenza, se expresa bien… Como quien va a correr. Hay personas que de forma natural corren largas distancias, que parece que han nacido para hacer maratones y otras que sufrimos para hacer un kilómetro desde nuestra más tierna infancia. ¿Significa que las que sufrimos no podemos correr maratones? No… Pero si queremos correr una maratón, tendríamos que entrenar. Y entrenar duro durante un tiempo…
Pues con la oratoria pasa lo mismo. Podemos pasar de titubear ante una audiencia a ser los amos del escenario si nos preparamos bien para ello.
Cada vez más están surgiendo organizaciones y profesionales que se dedican a preparar a otras personas para hablar en público: los clásicos, Toastmasters International, que con clubes en todo el mundo, precios bastante razonables, y más de 200 000 socios, es una de las organizaciones más grandes dedicada a la enseñanza de este tipo de habilidades, Dale Carnegie, que ofrece cursos para grupos más o menos reducidos con su propia metodología y, como digo, empresas o profesionales más pequeños que realizamos formaciones a medida in-company o asesoramiento personalizado a aquellas personas que necesitan hacer la presentación de sus vidas.
Como es natural, mucha gente prefiere el do it yourself, o sea, aprender por su cuenta. Para esto, nada como hacerse con algunos buenos libros en la materia. Aquí mismo, en las reseñas de libros de retórica, puedes encontrar buenos ejemplos para empezar a hacerte una idea de por dónde empezar.
En mi experiencia, los mejores libros son los que además de soltarte el rollo teórico, se bajan al lodo de lo práctico, con ejemplos que puedes adaptar. En esta línea, un par de “clásicos” son El Arte de Presentar, de Gonzalo Álvarez Marañón o Presentación Zen, de Garr Reynolds. Sin embargo, la última vez que le eché un vistazo a Presentación Zen, las presentaciones ya estaban un poco obsoletas (en apenas diez años las modas del diseño han cambiado mucho más de lo que puede parecer a simple vista).
También me gusta mucho Nancy Duarte, experta en presentaciones, que tiene varios libros en los que analiza charlas según su método spark (Slide:ology, Resonancia o Datastory). Pero este método es complejo y yo diría que requiere cierta experiencia previa para trabajar con él.
Y, como organizadora de TEDxVitoriaGasteiz, me sé casi de memoria, por supuesto Charlas TED, de Chris Anderson, el Director de TED. Esta sí me parece una guía práctica y actual para preparar… una charla TED. Pero ¿qué pasa con las reuniones de la oficina? ¿qué pasa con las presentaciones que nos toca hacer ante colegas o en algún evento al que nos invitan?
Como no encontraba ningún método que terminara de encajarme del todo y después de muchos años de formación, de formadora y de preparadora de los ponentes de mi propio TEDx, además de haber visto varios cientos de charlas… junto con otros dos organizadores TEDx, Agustí López, de TEDxTarragona y Robert Ferrer, de TEDxGràcia, decidimos darle una vuelta a un método que ha servido para contar historias desde el principio de los tiempos: el viaje del héroe.
El viaje del héroe es la denominación que encontró el antropólogo estadounidense Joseph Campbell para unir historias como la de Moisés, Ulises… o Luke Skywalker. Es un viaje iniciático y trepidante, donde las personas salen de su zona de confort, viven aventuras y desventuras… y terminan volviendo a su zona de confort con superpoderes habiendo conseguido su propósito. ¿Nos suena a todos, verdad?
El viaje del héroe que Campbell estudió tenía 17 etapas que transcurrían entre el mundo real y un mundo especial. Más tarde, el guionista Christopher Vogler readaptó este viaje para que le sirviera como plantilla para hacer sus guiones y apostó por hacerlo más corto, con solo 12 etapas… pero claro, en nuestras vidas ni tenemos superpoderes, ni hay villanos de película (o no suele… o igual sí), pero necesitamos brevedad, no tenemos el tiempo ni los recursos que una película o una serie o todo un libro tienen para poder narrar una historia.
Así que hemos simplificado esta estructura narrativa a tan solo cuatro pasos:
- Premisa de partida o nuestro entorno cotidiano
- Aparición de un conflicto que hay que solucionar
- Cómo solucionamos este conflicto
- Y aprendizajes recogidos.
Y ya. En este esquema caben el 99% de las charlas que todos hacemos en empresas, escuelas de negocios, cursos de todo tipo. Es el esquema con el que trabajan los científicos, con el que organizamos proyectos. Es un esquema maestro para organizar nuestra narrativa y para que estructurar nuestras charlas deje de ser un problema.
Y a partir de aquí, lo único que nos queda ya es practicar y practicar y practicar porque ya lo dijo Machado, el camino se hace al andar.
Es un método. Hay mil métodos más. Pero todos ellos pasan por la práctica. Sin entrenamiento, no hay éxito. Y en estas cuestiones, cuando no hablas con frecuencia… es como cuando te pasas un tiempo sin hacer ejercicio: se nota.
Cristina Juesas es consultora de comunicación. Organiza el TEDxVGasteiz y ha escrito varios libros sobre comunicación. Es subcampeona de España de oratoria en la modalidad discurso humorístico en inglés. (@maripuchi)
Podéis saber más sobre el libro «Hablar en público en 4 pasos», en nuestra ficha