ENTREVISTA A TON VILALTA Y A NADIA RODRÍGUEZ
El próximo 4 de marzo hay elecciones en Italia. Se presentan reñidas, pero las encuestas indican una potencial mayoría para el centro derecha. ¿Podrían llegar a gobernar? ¿Y quién lo haría, con Berlusconi inhabilitado hasta 2019?
TON VILALTA: “Según las simulaciones que se han realizado, para que los efectos mayoritarios de la nueva ley electoral funcionaran y la coalición Forza Italia-Lega-Fratelli d’Italia pudiera obtener una mayoría parlamentaria, debería superar el 40-42% de los votos. A finales de enero, antes del «blackout electoral», los sondeos estimaban la intención de voto a la coalición de centro-derecha alrededor del 35-37 %. No es imposible, por lo tanto, aunque parece difícil. Sobre quién podría ser el Primer Ministro si logran esa mayoría, el candidato que parece mejor colocado parece ser el ex-comisario europeo y actual presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. Aunque Berlusconi manda deliberadamente señales contradictorias y ambiguas. Lo más probable es que se acabe produciendo una situación típica de la Prima Repubblica, en los timeppos del sistema proporcional puro: en base a los resultados – y habrá que considerar tanto los resultados de las diferentes coaliciones como los resultados intra-coalición – se intentará tejer una mayoría parlamentaria (que no tiene por qué coincidir con las coaliciones pre-electorales) y encontrar un candidato de consenso que pueda poner de acuerdo a diferentes grupos. Algo parecido a lo que sucedió en 2013 con Enrico Letta.
NADIA RODRÍGUEZ: “Cabe la posibilidad. En este sentido, varias son las claves a tener en cuenta a la hora de pronosticar, hipotetizar y descifrar un posible escenario postelectoral en Italia. En primer lugar, y para entender la presencia de Berlusconi en estas últimas contiendas electorales, debemos tener presente la modificación y aparición del nuevo y problemático sistema electoral, el Rosatellum; una ley que apenas salida del horno ya mostraba claros signos de favoritismos en pro de los partidos que habían hecho posible su «nacimiento» -véase el Partito Democrático de Renzi y Forza Italia de Berlusconi- y sus respectivas coaliciones. En efecto el texto, ya llevaba implícito de forma contractual un guiño hacia il Cavalliere, quien pese a estar inhabilitado por fraude fiscal y ser expulsado del Senado Italiano en cumplimiento de la Ley Severino, pudo finalmente desafiar, gracias a esta última reforma electoral, su inhabilitación política y figurar así en la campaña de su nuevo pero a la vez antiguo partido, Forza Italia. Berlusconi ha logrado erigirse así como el líder «natural» de una coalición constituida a partir de la unión de FI, Liga Norte y Fratelli d’Italia, los cuales consiguen, con sus discursos xenófobos y antieuropeistas, convertir al tres veces Premier de Italia en la cara amable del centro destra. De esta forma, que se haya dibujado un escenario político marcado y limitado por una ley electoral pensada para reforzar a los partidos fuertes de la clásica política italiana blindando a las coaliciones y dificultando así, y gracias a las circunscripciones uninominales, la amenaza de M5S, parece ser la ecuación perfecta para que la alianza liderada por Berlusconi levante el vuelo y logre, finalmente, hacerse con el poder. La convergencia de estas circunstancias, el escándalo de Macerata y el incremento del partido ultraderechista, Liga, consigue evidenciar el descontento del pueblo italiano, la visible atomización y pérdida de poder de la izquierda y un claro clima de euroescepticismo que reina en Italia, quien con su intención de voto a la centro destra da su OK implícito al discurso de cualquiera de sus partes integrantes. No sería por tanto de extrañar que haya un sobrepaso de última hora del partido Lega Nord, quien presenta datos positivos con respecto a los resultados de la anterior legislatura. En ese caso, Salvini no dudaría en reclamar su paso al Palazzo Chigi. Por contrapartida, en el supuesto de que sea FI la primera fuerza de la coalición, la inhabilitación de Berlusconi acabaría por constituir como nuevo premier de Italia (quizás) a Antonio Tajani, a quien todos apuntan como la apuesta más firme del político. Nada está escrito. Lo único que está claro es que la reaparición de Berlusconi y el auge de partidos ultraderechistas ha agitado el escenario político italiano, un proscenio en el que, dicho sea de paso, la coherencia brilla por su ausencia».
¿Cuáles son las principales coaliciones que están conformando estas elecciones después de la nueva ley electoral –Rosatellum– que obliga a gobernar con amplias mayorías? ¿Creéis que tienen futuro esas coaliciones?
TV: “El hecho que la nueva ley electoral atribuya el 36% de los escaños a través de colegios uninominales ha dado incentivos a las diferentes áreas políticas para unirse en coaliciones electorales. Pero la respuesta a estos incentivos ha sido diferente a derecha e izquierda. Por una parte, ha provocado un acercamiento entre las dos grandes componentes de la derecha italiana: Forza Italia y Lega Nord, que se habían separado después de la caída del gobierno Berlusconi en 2011, con el añadido de los postfascistas de Fratelli d’Italia (herederos de Alleanza Nazionale y del Movimento Sociale italiano). En cambio, estos incentivos no han sido suficientes para unir a la izquierda: en el último año el PD ha sufrido una escisión por la izquierda que ha llevado a la salida del partido muchos miembros históricos como D’Alema, Bersani, o jóvenes como Speranza y Civati. Junto a miembros de otros partidos como Sinistra e Libertà, este grupo ha formado la coalición Liberi e Uguali, liderada por el exjuez antimafia y ex-presidente del Senado Pietro Grasso, también procedente del PD. Los sondeos dan a Liberi e Uguali alrededor del 5% lo que dañará sensiblemente las aspiraciones del PD, sobre todo en los colegios uninominales. Finalmente tenemos al M5S, que es el único que se presenta las elecciones en solitario. Si estas coaliciones tendrán o no futuro dependerá en gran medida, como decía antes, de los resultados electorales. Si la coalición de derechas no consigue obtener la mayoría, es posible que empiecen los movimientos para buscar mayorías alternativas, quizás intentando atraer al PD, que sin embargo sería probablemente incompatible con la Lega. Probablemente las negociaciones después de las elecciones serán largas y complicadas.”
NR: “Estos comicios legislativos se proyectan sobre tres grandes bloques. El bloque del centro destra, constituida por Forza Italia, de Berlusconi; Lega Nord, dirigido por Salvini; Giorgia Meloni y su partido Fratelli d’italia y por último el partido liberalista y democristiano Noi con l’Italia-UDC, quien representa el cuarto polo de apoyo para la alianza. Al lado opuesto nos encontramos con la coalición centro sinistra, liderada por PD y Matteo Renzi y compuesta por Insieme per l’Italia, , + Europa de Emma Bonino y la lista de Civica Popolare, encabezada por Beatrice Lorenzin. En el «centro» y de forma transversal tenemos a M5S, quien aún y ser el partido más votado, no «le salen las cuentas» con el nuevo mecanismo impuesto por el Rosatellum. A no ser, claro está, que decida en última instancia coalicionarse, lo cual parece poco probable. Lo cierto es que, juzgando por las encuestas hasta ahora públicas, el equilibrio imperfecto existente entre estos tres bloques políticos y la nueva ley electoral podrían conducir a un parlamento sin mayoría”.
¿La ley Rosatellum está hecha para penalizar a M5S? ¿Cómo están enfocando esta campaña después de las críticas a su gestión en diferentes alcaldías, incluyendo Roma? ¿Creéis que hay probabilidad de que M5S coalicione con algún partido para intentar formar gobierno?
TV: “En primer lugar decir que es divertida esta obsesión de los italianos por bautizar sus leyes electorales latinizando el nombre de su creador, en este caso «Rosatellum» por Ettore Rosato, el parlamentario del PD que presentó la propuesta en la Cámara de Diputados. Dicho esto, el Rosatellum como he dicho antes, atribuye un 36% de los escaños con un sistema uninominal. Esto penaliza al M5S de dos maneras: por una parte, el M5S a menudo no dispone de una clase política a nivel local, lo que dificulta encontrar candidatos competitivos con posibilidad de disputar esos escaños. Por otra parte, los colegios uninominales favorecen a las coaliciones y el M5S nunca ha mostrado ni la capacidad ni la voluntad de formar alianzas con otros partidos. Además, las encuestas dicen que el 52% de sus electores no quieren que el M5S se alíe con otros partidos, mientras que solo un 10% vería con buenos ojos una coalición con el centro-derecha y un 5% con el centro-izquierda. Por otra parte, si el M5S se niega a intentar formar coaliciones con otros partidos no hay mucho que hacer: no existe una ley electoral razonable que pueda garantizar una mayoría absoluta a un partido con un 30% de los votos”.
NR: “Si penalizar significa frenar y controlar el abrumador -y en su momento inesperado- crecimiento M5S a costa de acelerar a PD y FI, la respuesta es sí, desde luego. El Rosatellum, con su sistema mixto mayoritario para el 36% de los escaños de la Cámara de los Diputados y del Senado y con un sistema proporcional aplicado al 64% restante hace que se necesiten amplias mayorías para gobernar. Lo cual, a juzgar por la ya sabida naturaleza del partido creado por Beppe Grillo, quien siempre ha dicho que concurriría en solitario, parece ser un boicot en toda regla. Con respecto a la gestión de la campaña, la cual arrancó con concentraciones y muestras de rechazo al método electoral escogido, se ha valido a lo largo de estos meses de los recurrentes populismos a los que el partido nos tiene acostumbrados. La alusión a la «revolución democrática» y el intento de retar a la «vieja política» parecen ser una constante en esta carrera hacia la victoria. Eso sin obviar que, la «desaparición política» de Grillo y la entrada en escena de una nueva y joven figura, como la del nuevo líder del movimiento, Luigi Di Maio, ha resultado ser una decisión arriesgada a la par que acertada. El carácter comedido del candidato por M5S, también vicepresidente de la Cámara ha persuadido a los «grillinos». De hecho, el aluvión de críticas no parece haber sido un óbice a la hora de seguir obteniendo buenos resultados. Al desgranar y examinar detalladamente la anatomía del partido revolucionario y populista Movimento 5 Stelle, parecía que pudiéramos llegar a obtener pistas sobre los futuros pasos del la «organización anti sistémica». Su idiosincrasia, que inicialmente delataba una firme crítica a los partidos tradicionales y a su forma de hacer política, revelaba implícitamente la imposibilidad de que la «asociación libre de ciudadanos», como a ellos les gusta definirse, se aliara a ninguna de las otras fuerzas políticas que tanto desaprueban. Un acercamiento a lo que ellos denominan“casta”, no mostraba signos de ser una opción viable y ni mucho menos, planteable. Sin embargo, el hábito no hace al monje, y lo que en un primer momento parecía evidente quizás ahora sea, en clave de política italiana, uno de los principales enigmas sin resolver. Luigi Di Maio, y su catch all party de ideología poco definida, parecen no querer quedarse de brazos cruzados tras las dificultades impuestas por el nuevo sistema electoral que les obstaculiza el acceso al poder, motivo por el que han manifestado recientemente la posibilidad de, en caso contrario a obtener mayoría absoluta, aliarse con algún partido. La coalición consistiría en, técnicamente y según palabras de Di Maio, una unión de prioridades en las que se descarta, terminantemente, contemplar la opción de redefinir o tocar alguno de los 20 puntos originales del programa cuya vigencia parece infranqueable. De ahí en adelante, la probabilidad de aliarse o no es cuestión de tiempo. Lo único seguro es que a ojos de Europa, y a tenor del antieuropeismo que planea sobre el centro destra, una alianza con la izquierda puede ser, sin lugar a dudas, más fácil de digerir”.
En estas elecciones ha crecido el euroescepticismo o, directamente, el anti europeísmo. ¿A qué creéis que se debe?
TV: “Este ha sido un fenómeno que no se ha producido de la noche a la mañana, sino que lleva años madurando. Las causas son profundas y diversas. Por una parte, la respuesta de la Unión Europea ante la crisis en los países del sur de Europa no ha sido, digamos, ejemplar. Por otra parte, los diferentes partidos a menudo han preferido descargar sobre Europa la responsabilidad y el coste político de algunas reformas dolorosas (recortes, aumentos de impuestos, reforma laboral), mientras se atribuían el mérito de los beneficios derivados de la integración. Esto ha generado una sensación de ensañamiento por parte de Europa. Existe también un fuerte debate acerca del Euro, alimentado sobre todo por la Lega y, en menor medida, por el M5S. Muchos consideran que la moneda única ha dañado la economía italiana, provocando un aumento de precios (algo en realidad desmentido) y privándola de un instrumento como la devaluación competitiva, que Italia usó a menudo hasta los años 90. Finalmente hay que tener también en cuenta el debate en torno a la inmigración, que está ocupando un espacio central en esta campaña electoral. Los sondeos nos dicen que Italia es hoy uno de los países más racistas de Europa, esto se debe en parte a la instrumentalización de la cuestión por parte de todos los partidos de la derecha italiana. Pero existe también la sensación de que la Unión Europea ha dejado a Italia sola con la gestión de la crisis de los refugiados, dado que los flujos migratorios procedentes del Norte de África pasan necesariamente por Italia”.
NR: “El modelo Europeo ha producido entre la mayor parte de los ciudadanos italianos, y en especial entre el sector más joven, un rechazo que deriva indudablemente de una crisis económica que ha hostigado al «popolo italiano», el cual cada vez se muestra más unánime a la hora de asegurar que la pertenencia a una UE excesivamente burocratizada y nada cooperante ha sido un factor decisivo a la hora de explicar su debilitación económica. En efecto no podemos rehuir de un dato importante y es que Italia actualmente se enfrenta a un problema de endeudamiento público alarmante. El País Transalpino podría llegar a alcanzar un 130.8% de déficit público en 2018, una cifra que se sitúa muy por encima de la media del débito al que se enfrenta la Eurozona en su conjunto y que le convierte en el país más endeudado de Europa, sólo superado por Grecia. De forma anexa a esta visión euroescéptica, cada vez está ganando mayor peso otra causa de rechazo de índole social: la inmigración. La desconfianza que les produce a los italianos la incapacidad de la UE de dar respuestas y enmendar la crisis de los refugiados y la consecuente oleada de inmigrantes que el país recibe año tras año genera un sentimiento casi involuntario de recuperación de soberanía».
La Lega Nord se presenta ahora en toda Italia, con el nombre de la “Lega”, y con la bandera de la lucha contra la inmigración. ¿Creéis que les puede funcionar?
TV: “Esta fue una operación ambiciosa, que probablemente permitirá a la Lega obtener los mejores resultados de su historia en unas elecciones generales. Al mismo tiempo tiene limitaciones muy claras: a nivel nacional, la Lega parece haber tocado hoy su techo electoral alrededor del 15%. En 2013-2014, cuando empezó esta campaña de recolocación del partido, la Lega experimentó una fuerte subida en las encuestas, en buena parte a costa de una Forza Italia en horas muy bajas. Sin embargo, una vez alcanzado el nivel actual en las elecciones regionales de 2015, hoy no parece tener mucho margen para continuar su progresión, en buena parte a causa por su incapacidad de mejorar sus resultados en el sur de Italia”.
NR: “Este cambio de nombre es la sintomatología más evidente de lo que se cuece, en términos de estrategia electoral, en el interior del partido euroescéptico. Lega, originariamente de carácter regionalista, ha experimentado cambios en su relato y qué mejor forma de visibilizarlos que modificando, aunque sea simbólicamente, el nombre del partido a quien representan y que , por otro lado, dejó de ajustarse hace ya tiempo a su nuevo discurso; un alegato al federalismo que esconde bajo una imperceptible y aparente inofensiva «modificación» un premeditado y claro deseo de sobrepasar las fronteras del Norte de Italia para obtener pase directo y penetrar así en el sur. Esta «regeneración» del partido es, en realidad, un plan urdido con tiempo, cuidado y caución que aspira a obtener unos resultados esperanzadores de un perfil de votante electoral al que aún le falta tiempo para poder olvidar la originaria naturaleza secesionista del aún presente para muchos, Lega Nord”.
¿Cuál es el papel de Renzi y el PD en estas elecciones?
TV: “Para el PD estas serán unas elecciones extremadamente difíciles. Ha sufrido en solitario todo el desgaste derivado de la gestión de la crisis y la escisión lo ha debilitado sobremanera. La recuperación económica es demasiado tímida (Italia sigue siendo uno de los países con menor crecimiento de Europa) para poder capitalizarla políticamente. La consecuencia de todo esto es que el liderazgo de Renzi se encuentra hoy en el punto más bajo de su parábola. Paradójicamente, el PD ha renunciado a usar la que hubiera podido ser su mejor baza en esta campaña: el actual Primer Ministro Gentiloni, que goza de unos índices de aprobación sorprendentemente altos, a pesar (o quizás gracias a ello) de tener un estilo de gobierno discreto e incluso esquivo, lejos del personalismo que a menudo ha caracterizado a Renzi (o a Berlusconi)”.
NR: “Decisivo, pero no tanto. Renzi, que ha estado intentando allanar el terreno político por el que pasa y pisa desde que dimitió tras el abrumador fracaso del referéndum de reforma constitucional de esta última legislatura, ha apostado fuerte la carta de la renovación total. Sin embargo, su camino se ha visto marcado por una serie de decisiones tomadas que podrían no haber beneficiado del todo al ex primer ministro. El líder socialista, que intentó aprobar por ley elecciones anticipadas, aprovechando la inhabilitación de Berlusconi y la «temporal» inexistencia de un claro rival de entidad , participó activamente en el apoyo de la enésima reforma del sistema electoral italiano secundando, tras el intento fallido de mantener con vida la ley Italicum, el nuevo mecanismo,l presentado además de la mano del jefe del Grupo Parlamentario de PD en la Cámara de los Diputados, Ettore Rosato. El Rosatellum, inexplorado y confuso para una gran parte de los italianos, parecía que podía contener la clave para que en última instancia se inflaran los porcentajes finales del PD. Sin embargo, el panorama, aún y sus intentos de “lavado de cara”, no parece esperanzador. De hecho, la reforma electoral les abrió un frente directo con Movimiento de Demócratas y Progresistas (MDP), quienes acusaron a Renzi de enviar por un lado mensajes de fraternidad a la izquierda y por el otro apoyar un sistema que allana y facilita el acceso del líder de FI al poder. La polémica, estaba servida. Asimismo, no podemos olvidar como el partido ha sido espectador de la temida pero estrepitosa subida del M5S, quien ha logrado penetrar en el seno de la sociedad italiana como posible primera fuerza política. De serlo, lograría arrebatarle poder en el Sud de Italia, donde parece que la partida solo se disputará entre centro destra i el movimiento liderado por Di Maio. Frente a esta disyuntiva, Renzi tiene y exhibe, cual as en la manga, un programa electoral elaborado a partir de 100 propuestas concretas y sostenibles que derivan de otro centenar de medidas ya implantadas en la legislatura anterior que aspiran a ser «la otra forma de hacer política», la parte real de un caótico panorama en el que abundan, en todo caso, engaños, mentiras y promesas ilusorias . El mensaje es claro y el ataque, también. Queda patente que las constantes luchas y discrepancias, así como el pack de acciones tangibles y propuestas creíbles que plantean se antojan como un intento de revalidar su Ejecutivo. El resultado o el impacto que logren tener en clave de recaptación de votos, lo sabremos el 4 de marzo”.
Ton Vilalta es politólogo y profesional de la comunicación. Trabaja en Italia y colabora con diferentes publicaciones españolas e italianas (@TVilalta).
Nadia Rodríguez es una politóloga italiana, especializada en comunicación política y social por la Facultad de Comunicación de Blanquerna. Actualmente forma parte del equipo de ideograma (@nadiarcc).