Ustedes habrán escuchado que la prioridad número uno de mi próximo gobierno será impulsar una profunda transformación en la educación.
Chile, gracias a lo invertido desde que recuperamos la democracia, ha mejorado en acceso, en infraestructura, en condiciones laborales, pero sabemos muy bien que la tarea no está completa.
Más aún, fue hace apenas casi dos años, en enero de 2008, cuando la Presidenta Bachelet promulgó la Ley N° 20.244 que reconoce legalmente a los asistentes de la Educación.
Sé que fue un sueño largamente anhelado por ustedes, pero que hoy ya es una realidad concreta. Y es a partir de estos avances que hemos ido logrando que podemos plantearnos nuevos desafíos.
Se trata, como señaló la Presidenta Bachelet en esa ocasión, de un logro que tiene que ver con “más justicia y más igualdad de oportunidades†para que todos los chilenos y chilenas tengan más oportunidades y puedan vivir mejor.
Por muchos años ustedes fueron calificados como no docentes. Y claro, era solo una denominación o un nombre. Pero que no reconocía el aporte que ustedes hacen a la comunidad educativa. Y a mí como papá me tocó ver muchas veces que mis hijas, con quienes construían un nexo de confianza, a quienes acudían cuando tenían un problema, era a ustedes, los asistentes de la educación. Por eso la ley que promulgó la Presidenta Bachelet no fue sino un acto de justicia.
Creo que es justo reconocerlo, fue en democracia que fue posible dar este gran paso. Por eso quiero invitarlo a que reflexionen profundamente sobre este tema, porque definitivamente –con todas las limitaciones e incluso demoras que muchos de ustedes puedan justamente sentir sobre lo logrado- es claro que Chile nunca había progresado tanto como en estos años.
Pero esto que señalo no tiene que ver con conformismo ni con decir que toda la tarea está hecha. Tiene que ver con mi profundo convencimiento de que Sólo a partir de estos avances podemos plantearnos nuevos desafíos.
Por eso, ante ustedes, quiero formular un compromiso fundamental. Los cerca de 80 mil asistentes de la educación que se desempeñan a lo largo de todo el país, serán parte de la gran reforma que haremos a la educación.
Porque cualquier cambio en esta área no puede dejar fuera a inspectores, personal administrativo auxiliares, paradocentes, asistentes de párvulos, vigilantes, bibliotecarios, laboratoristas, fonoaudiólogos y otras varias actividades que son fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros niños y niñas.
Cuando hablamos de una comunidad educativa compuesta por alumnos, apoderados, profesores, también estamos hablando de todos ustedes. Sin su aporte su trabajo y su sacrificio diario sería imposible llevar adelante una transformación como la que requiere Chile en materia de enseñanza.
Para mejorar la calidad de la educación se hace necesario entender que este desafío es tarea de todos y cada uno de los actores de la unidad educativa; por ello se hace urgente la tarea de profesionalizar y especializar la función del Personal Asistente de la Educación, ya que este personal comparte la mayor parte del tiempo con los alumnos, y les toca enfrentar directamente muchos problemas como la drogadicción, la violencia y convivencia escolar, el embarazo precoz o la necesidad de orientar a los niños, niñas y jóvenes.
Y para cumplir con esta demanda hay que entregarles, las herramientas necesarias, capacitarlos e invertir en ustedes. Por ello hoy quiero comprometerme ante el personal asistente de educación del país a que en mi Gobierno trabajaremos junto a ustedes para seguir avanzando en todas aquellas materia que tienen que ver con la normativa que los rige. No avanzaremos en el gran objetivo de mejorar la educación para todos nuestros niños y niñas si es que no lo hacemos trabajando de manera conjunta el Estado y los actores del sistema educativo, en especial el personal asistente de la educación del país.
Ustedes mejor que nadie saben que si Chile puede avanzar hacia el desarrollo, debe hacerlo con todas y todos. A diferencia del candidato de la derecha, estoy convencido que nadie puede quedarse en el camino, que en materia de progreso no vale el que cada cual se rasque con sus propias uñas, que el empuje individual es absolutamente necesario, pero que necesita del apoyo para ser fructífero.
Y eso significa trabajo decente, respeto a los derechos laborales, posibilidades efectivas de negociar. Y por eso he planteado también avanzar hacia una profunda reforma laboral que permita reconocer los derechos de todos los trabajadores del país, respetar el derecho a sindicalización y ampliar el derecho a negociación colectiva, incluyendo a los trabajadores de sector público.
Hay temas que queremos abordar en conjunto con ustedes, como el bono de la Ley N° 19.464; los fondos de retiro; las asignaciones de zona, desempeño difícil o excelencia académica; el sueldo base para los asistentes de educación; la carga horaria; y los temas de perfeccionamiento, entre otros.
Amigos y amigas:
Hoy quiero hacerles una invitación, invitarlos a ser parte del Chile más justo y solidario que construiremos.
Ser parte de un Chile en el que cada uno de sus habitantes pueda vivir mejor. Un país que garantice igualdad de oportunidades a todos sus habitantes.
Y ciertamente, ese desafío no será posible sin el aporte de todos los asistentes de la educación, porque la labor que ustedes realizan es clave en la formación de nuestros niños y jóvenes, que serán los creadores del mañana. Sólo con una buena educación, podremos formar buenos estudiantes, buenas personas y ciudadanos libres. Y ese sueño no es posible sin el aporte de ustedes.
Muchas gracias.