Discurso de toma de posesión

Bienvenidas, bienvenidos, queridas amigas y amigos del Ecuador y del mundo entero,

a nuestros ilustres visitantes del extranjero los recibimos con los brazos abiertos en el país mega diverso más compacto del planeta.

En Ecuador tenemos los cuatro mundos: la Costa marina, la Sierra andina, la Selva oriental y esa maravillosa Región Insular, nuestras Islas Galápagos, las Islas Encantadas, patrimonio natural de la humanidad.

Y todo esto en un territorio de apenas algo más de 256.000 kilómetros cuadrados, en donde se dan todos los climas y microclimas imaginables. En un mismo día, el turista que nos visita podrá desayunar con frutos del mar recién pescados, en la playa; luego, almorzar en las faldas del Cayambe, un soberbio glaciar en la línea equinoccial; y, luego, cenar en plena Selva amazónica. Al día siguiente, a menos de dos horas de vuelo, nuestro asombrado turista estará ya en las Islas Galápagos, una de las Siete Maravillas Naturales del planeta.
Ecuador ama la vida. Las ecuatorianas y los ecuatorianos hemos declarado que la Naturaleza tiene derechos como espacio de reproducción debida, así lo hemos reconocido en nuestra Constitución, la primera en el mundo y la única hasta ahora en otorgárselos.
Cerca del 20% de nuestro territorio está protegido en 44 Reservas y Parques Naturales, entre ellos el Parque Yasuní, joya selvática del pleistoceno y reserva mundial de la biósfera, donde en un kilómetro cuadrado podrán encontrar más variedad de árboles que en toda la América del Norte.
La gama multicolor de nuestra flora y fauna se complementa y enriquece aún más con la diversidad de nuestras culturas humanas: tenemos, además de una mayoría mestiza, 14 nacionalidades indígenas con sus correspondientes lenguas ancestrales, incluyendo a dos pueblos no contactados que han preferido el aislamiento voluntario en el corazón de la selva virgen. Nuestra nueva Constitución define al Ecuador como un Estado unitario, plurinacional y multicultural.
Los argentinos, muy orgullosos, querido Monseñor, dicen “el Papa es argentino”; Dilma dijo: “Bueno, el Papa será argentino, pero Dios es brasileño…”… Nosotros no tenemos nada contra aquello, de seguro el Papa es argentino, probablemente Dios es brasileño, pero con toda certeza… ¡el paraíso es ecuatoriano!
¡Bienvenidos a nuestro país!
Hoy conmemoramos 191 años de la batalla del Pichincha, cuando conquistamos la libertad a costa de sangre y dolor.
Aquel 24 de Mayo de 1822 en las faldas del volcán Pichincha logramos nuestra independencia política de España, pero quedó pendiente, nuestra segunda y definitiva independencia: la independencia de la pobreza, de la desigualdad, de la injusticia.
Simón Rodríguez, el gran maestro del libertador, decía que “nuestras naciones, nuestras repúblicas nacieron en una gran mentira”, porque supuestamente habíamos logrado la libertad, pero aquella nunca había llegado a los indios, a los negros, a las mujeres, a los pobres, a los marginados de siempre.
Por eso, el Mariscal Antonio José de Sucre continúa combatiendo por la esperanza; Manuelita Sáenz, convocando a la insurrección de los descalzos.
La espada libertaria de Simón Bolívar, quien pensaba en siglos y miraba en continente, permanece desenvainada hasta que la pobreza, la desigualdad y la exclusión sean borradas de la Patria Grande para siempre.
Por esa segunda y definitiva independencia es que luchamos y gracias a Dios avanzamos. El país está cambiando profunda y positivamente en lo económico, político y social.
De acuerdo al Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, el último reporte, 2012, en el período 2007-2012, coincidente con nuestro gobierno, entre 186 países Ecuador es uno de los cuatro que más escaló posiciones en la clasificación mundial de desarrollo humano, sólo superado por Tanzania, que escaló 15 posiciones; Bielorrusia, que escaló 12 posiciones, y luego Ecuador y Hong Kong, que escalaron 10 posiciones. Así nuestro país ha pasado del grupo de desarrollo humano medio a desarrollo humano alto. Eso hay que verlo con cierto criticismo, no hay índices perfectos, yo no creo que estamos en el nivel de desarrollo humano alto, eso nos da el indicador de las Naciones Unidas, pero lo que es indudable es que el país avanza hacia el futuro, hacia el Buen Vivir, hacia la Patria con la que soñamos.
En cuanto a logros económicos, Ecuador es una de las economías más dinámicas de América Latina. Durante nuestro Gobierno creció en promedio 4.3%, mientras que la región lo hizo en un 3.5%, todo esto pese a la crisis de 2009 y sin tener moneda nacional, lo cual los países europeos en recesión saben bien lo que significa.
Ecuador también es el país que más baja tasa de desempleo tiene, con 4.1%, destrozando la economía ortodoxa, que nos decía: a menor salario, menor estabilidad, menores obligaciones patronales (léase mayor explotación laboral), más empleo. Hemos hecho exactamente lo contrario, eliminar esa explotación laboral legalizada que se llamaba tercerización, ¡Prohibido Olvidar!; elevar el salario nominal y con ello el salario real al más alto nivel de la historia; por primera vez el ingreso familiar de un hogar típico ecuatoriano permite cubrir la canasta básica de consumo; hemos incrementado en un millón de trabajadores la afiliación a la seguridad social, derecho irrenunciable; y no obstante todo lo anterior, se han generado centenas de miles de puestos de trabajo.
Es una lección aprendida para gobierno, empresarios, trabajadores: permitiendo vivir mejor a los demás, todos vivimos mejor.
De acuerdo a la Comisión Económica Para América Latina (la famosa CEPAL), somos de los tres países que más reduce pobreza, el mayor atentado contra los derechos, las libertades humanas y la dignidad de las personas, la pobreza. En el periodo 2006 – 2012 en nuestro gobierno hemos conseguido que más de un millón de ecuatorianos dejen de ser pobres. La pobreza por ingresos ha caído de 37.6 a 27.3%, y la pobreza extrema, la indigencia, la miseria, de 16.9 a 11.2% de la población. Por supuesto, que haya un solo pobre en nuestra América ya es demasiado. Vencer la pobreza debe ser el imperativo moral del planeta, más aún cuando ésta, por primera vez en la historia de la humanidad, ya no es fruto de escasez, de ausencia de recursos sino que es fruto de sistemas perversos.
Y atención, en la etapa de desarrollo relativo en que se halla el país, el principal indicador de desarrollo, de Buen Vivir, no debe ser el crecimiento económico o el ingreso per cápita, sino la reducción de la pobreza, y, sobre todo, de la pobreza extrema.
En América Latina las aberrantes distancias sociales y económicas mucho se asemejan al yugo de la esclavitud del siglo XIX, pues estas enormes diferencias en la concentración del ingreso, el patrimonio y el consumo, impiden a una muy importante parte de nuestra población una vida digna. Por ello, como nación, estamos orgullosos de ser, nuevamente de acuerdo a la CEPAL de las Naciones Unidas, estamos orgullosos de ser el país que más reduce desigualdad en nuestra América, al haber disminuido en 8 puntos (Gabriela dijo 7, ya está el nuevo reporte, un punto adicional) la concentración del ingreso en Ecuador de acuerdo al coeficiente de Ginni, el principal indicador del ingreso, decrecimiento 4 veces superior al promedio de Latinoamérica que, la buena noticia es que finalmente se ve bajar la desigualdad, para algún día dejar de ostentar el vergonzoso título de la región más inequitativa del planeta.
Hoy tenemos Papa latinoamericano, Monseñor, paradójicamente nuestra América es el continente más cristiano del mundo. ¿Cómo puede ser también el más desigual? Querido Monseñor, yo estoy convencido de que el problema no es la escasez de golpes de pecho, sino la abundancia de pellejos demasiado duros.
De acuerdo a la última publicación de la CEPAL, Panorama Social 2012, ya somos de los tres países con menos desigualdad, junto con Venezuela, obra del Comandante Hugo Chávez Frías, y Uruguay.
Y tenemos logros sociales que nos llenan de orgullo, como el de ser el país de América Latina que mayor cantidad de pobres tiene matriculados, inscritos en la universidad –gracias a que la nueva Constitución estableció la gratuidad absoluta de la educación superior y a programas de becas de manutención-, o también nos llena de orgullo, sano orgullo, el estar a la vanguardia a nivel regional y mundial en políticas de inclusión de personas con discapacidades, entre las cuales hemos logrado ya prácticamente el pleno empleo (antes eran una carga para su familia, ahora muchas de ellas son el sostén de su familia), con cerca de 40.000 personas con discapacidad integradas laboralmente, y 6.000 familias con viviendas adecuada para familiares con discapacidad. Por supuesto, esta obra majestuosa, llena de humanidad, histórica, se la debemos, sobre todo a nuestro compañero Lenín Moreno Garcés.
A pesar de tener la mayor inversión pública de nuestra historia reciente (al menos desde que existen datos) y de toda América Latina -en el año 2013, alcanzaremos casi el 15% del Producto Interno Bruto en inversión pública-, el saldo de la deuda externa ecuatoriana es de apenas el 12,6% del PIB, de los más bajos del continente y de la historia del país.
Esto lo hemos logrado con la optimización en la acumulación y uso del ahorro nacional, básicamente a través de terminar con esa novelería, esa trampa para, independientemente de quién llegue al poder, continuar con lo mismo de siempre, que era la autonomía del Banco Central, el cual sacaba nuestras reservas que era ahorro público fuera del país, ahora se quedan para servicio del pueblo ecuatoriano, para desarrollo del Ecuador; gracias también, como no nos debemos a nadie que no sea nuestro pueblo, gracias también a una extremadamente exitosa renegociación de nuestra deuda externa, que era inmoral, ilegal, ilegítima, y esa renegociación permitió ahorrar más de 7.500 millones de dólares en flujos corrientes; gracias también a la renegociación de los contratos petroleros, que al pasar de contratos de participación, donde nos daban prácticamente una propina del petróleo que se nos llevaban, los convertimos en contratos de prestación de servicios, lo cual permitió revertir la proporción de ingresos que quedaban para el país: si antes, de cada 100 barriles de nuestro petróleo las transnacionales se quedaba con 80, ahora es exactamente lo contrario; esa impresionante inversión pública sin incremento del coeficiente de deuda, se debe también a que hemos más que duplicación en el ingreso, la recaudación tributaria, no por incremento de impuestos –los cuales podemos demostrar que son inferiores al promedio de la región, ni qué hablar de Europa, ayer hablaba con el Príncipe y le pregunté ¿cuánto es el IVA en España?, 21%, pregunten ¿cuánto es el IVA aquí?, tan solo 12%- no es por incremento de impuesto, eso es una falsedad, hemos reducido incluso muchos impuestos y eliminado otros tantos, es por la eficiencia recaudatoria: ya no se tolera la evasión, saben los evasores que con nosotros no se juega, que tienen que cumplir sus obligaciones tributarias; y también esa importante, ingente cantidad de recursos liberados para inversión pública, viene de uno de los mejores sistemas de compras públicas de nuestra América, lo cual ha permitido importantes ahorros por incremento de eficiencia y transparencia.
Esta gigantesca inversión pública ha generado históricas transformaciones en vialidad, puertos, aeropuertos, telecomunicaciones, generación eléctrica, justicia eficiente, seguridad ciudadana, prevención contra riesgos y en la competitividad sistémica de nuestra economía.
Los importantes recursos generados y optimizados también nos han permitido atender de manera sin precedentes la más importante de las deudas: la deuda social. Mientras que en el 2006, antes de nuestro gobierno se destinaba 4.2% del PIB para el sector social, en el 2012 se destinó casi el 9%. En valores absolutos ahora se invierten 3.6 veces más en educación que en el 2006, y en salud 3.3 veces más.
Y aquí algo importante, esto no es trivial, no es casual, tiene una profunda significación de los cambios que están ocurriendo en el país, la asignación de los recursos sociales, sobre todo la asignación presupuestaria, demuestra las relaciones de poder al interior de un país, quién manda en esa sociedad; y los datos nos demuestran claramente, incuestionablemente, que en Ecuador ya no manda el capital financiero, ya no mandan las burocracias internacionales, las oligarquías, esto nos demuestra que aquí ya manda el pueblo ecuatoriano.
Para nosotros, este es el cambio más importante en estos seis años: la Patria ya es de todos y sobre todo de los más pobres. Podemos tener errores, que los hemos cometido, y muchos, pero ahora y aquí, el mandante es el pueblo ecuatoriano.
Los pobres socioeconómicos no dejarán de ser pobres con caridad, peor con ritos, sino con justicia, y eso implica el cambio en las relaciones de poder dentro de la sociedad, es decir, un proceso político. Esta es la razón de nuestra Revolución Ciudadana, aquí nadie está por ambiciones personales, por ocupar un cargo, por pasar a la historia, estamos por servir, cambiar esas relaciones de poder en función de las grandes mayorías, que aquí no manden pequeñas élites, peor poderes extranjeros, si no que mande el pueblo ecuatoriano.
Muchas veces se nos ha querido acusar de que estamos rompiendo la paz en Ecuador, y creo que hablo por otros colegas mandatarios, en nuestros países, esa muletilla que estamos “polarizando la sociedad”. Por supuesto, todo proceso de cambio implica resistencias. Sin embargo, la paz no es solamente la ausencia de guerra. La insultante opulencia de unos pocos en América Latina, al lado de la más intolerable pobreza, son también balas cotidianas en contra de la dignidad humana.
Y para aquellos que se nos quieren robar conceptos sublimes como el de “libertad”, que entiendan bien: no puede haber libertad sin justicia. No sólo aquello, en regiones tan desiguales como América Latina, sólo buscando la justicia lograremos la verdadera libertad.
La consecuencia lógica de este proceso –primero el ser humano antes que el capital- es la estabilidad política del país. No es que el país era ingobernable como se nos quería describir, teníamos malos gobiernos, gobiernos traidores. Gracias a ello, a poner al ser humanos antes que el capital, superamos una etapa de terrible inseguridad jurídica y política, pues desde el año 1996 hasta el 2006, ningún presidente había logrado culminar el período de gobierno para el que fue electo. En 10 años tuvimos 7 presidentes, algo que sorprendía a cualquier ciudadano del mundo e impedía el avance del país. ¿Cómo se puede gobernar un país con un promedio de 18 meses por presidente?
Ahora, en cambio, el gobierno de la Revolución Ciudadana ha ganado nueve procesos electorales consecutivos, entre ellos dos reelecciones en una sola vuelta y tres consultas populares, ejemplos de democracia directa. Tenemos las más altas tasas de aprobación política, de apoyo popular, desde nuestro retorno a la democracia, esto ocurrió en 1979, el retorno y, como ustedes conocen, en las últimas elecciones presidenciales y legislativas del 17 de febrero de este año, el pueblo ecuatoriano, con su inmensa generosidad, nos ha ratificado su confianza al darnos la victoria electoral en una sola vuelta, con más del 57% de los votos, con casi 35 puntos porcentuales de diferencia con nuestro inmediato seguidor, lo cual representa cerca de tres millones de votos de ventaja. Vencimos en 33 de las 34 circunscripciones electorales dentro y fuera del país, y obtuvimos representantes legislativos en todas y cada una de estas 34 circunscripciones, esto es un total de 100 asambleístas entre 137. Quiero decirles que de esos 100 asambleístas, 52 son hombres y 48 mujeres, nosotros practicamos lo que predicamos, compañeros. Y representa ese bloque el 73% de la representación parlamentaria. Es decir, se trata de un proyecto político realmente nacional y con una legitimidad democrática sin precedentes en la historia ecuatoriana.
Se ha consolidado enormemente la democracia formal, pero también la democracia real, aquella de acceso a derechos, igualdad de oportunidades, condiciones dignas de vida.
Y hablemos de Derechos Humanos, ya que Ecuador y nuestro gobierno tienen mucha solvencia para hacerlo. Bienvenidos a uno de los apenas siete países de los 34 del sistema interamericano que ha suscrito absolutamente todos los instrumentos interamericanos de Derechos Humanos. Aquí, no se permite la tortura, no hay pena de muerte, no hemos invadido absolutamente a nadie, no hay aviones no tripulados matando selectivamente y sin juicios previos a supuestos terroristas, junto con “daños colaterales”, como su familia, mujer, niños, etcétera. En Ecuador, como en todo verdadero Estado de Derecho, se persiguen delitos, no personas, pero precisamente porque ya nadie puede estar por encima de la ley, enfrentamos a los poderes fácticos que nunca la cumplieron.
En su desesperación, porque ya no controlan al país, al gobierno, a la justicia, soportamos un linchamiento mediático permanente.
Para los que leen cierta prensa, nuestras cárceles están repletas de presos políticos, de periodistas supuestamente críticos al poder. Vayan, compañeros extranjeros, vayan, visiten nuestras cárceles, que cada vez mejoran y se convierten en referentes de América Latina; hablen con nuestra policía, ahora con salarios dignos, con cuarteles decentes, policía que cada vez respeta más los derechos humanos, porque por fin se respetan los de ellos.
Visiten nuestros juzgados, que gracias a la reforma judicial aprobada y ordenada por el pueblo ecuatoriano en consulta popular, en las urnas, algo inédito en nuestra América, se están convirtiendo en uno de los mejores de la región, esa justicia, esos juzgados. Entendamos los códigos: que la justicia no es independiente significa sencillamente que los de siempre ya no la pueden controlar. Pese a sus intentos, ya no se juzga en los titulares, sino en los tribunales.
Ahora que por fin hay Estado de Derecho, autoridad legítima, ahora que finalmente la ley es para todos, nos dicen que existe “dictadura”. ¡Vaya contrasentido!
No han podido ni podrán con nuestra integridad. No pudieron frente a la de Néstor Kirchner, no pudieron frente a la de Hugo Chávez, no podrán frente a la de Cristina Fernández de Kirchner.
Esta tradición de respeto a los Derechos Humanos es muy larga en Ecuador. Hoy también recordamos 32 años de la muerte de un joven presidente con el que inauguramos el retorno a la democracia, siendo Ecuador el primer país en hacerlo en una de las horas más oscuras de nuestra América, repleta de dictaduras. Un Presidente que vivió y probablemente murió por los derechos humanos, el Presidente Jaime Roldós Aguilera. En aquel accidente de aviación también fallecieron Martha Bucaram de Roldós, esposa del Presidente; el Gral. Marco Aurelio Subía Martínez, Ministro de Defensa; su esposa Gladys Irlanda Sarango de Subía; el Tnte. Crnl. Marco Andrade Buitrón, piloto de la nave; el Tnte. de Aviación Galo Romo Altamirano, copiloto; el Tnte. Crnl. Armando Navarrete Landázuri, Edecán del Presidente; el Tnte. Crnl. Héctor Alfredo Torres Velásquez, edecán del Ministro Subía; y María Soledad Rosero Zapata, azafata.
La Patria no los olvida, y les expresa a sus familiares, algunos presentes el día de hoy, todo el reconocimiento y solidaridad.
Si Roldós no hubiera muerto, estoy seguro que la historia del país y de nuestra América sería diferente. El nefasto populismo no hubiera hincado sus garras en nuestra gente. El neoliberalismo, el neocolonialismo, los atentados a los derechos humanos, hubieran tenido más voces de denuncia.
Seguramente terribles coincidencias históricas, pero es a partir de Enero de 1981, cuando asume un gobierno republicano de línea dura en Estados Unidos, el cual respaldó a las dictaduras y justificó los atentados a los derechos humanos, es a partir de ese gobierno cuando asume, en apenas 6 meses y en similares accidentes de aviación, mueren tres líderes latinoamericanos: Jaime Roldós, Presidente del Ecuador, quien fallece el 24 de mayo; Rafael Hoyos Rubio, general nacionalista peruano, quien muere el 5 de junio; y el Gral. Omar Torrijos, Presidente de Panamá, quien fallece el 31 de julio.
Probablemente la muerte de Jaime Roldós, de Martha Bucaram de Roldós, es un caso de padres desaparecidos en esas terribles horas que vivía nuestra América.
Pero también hubo casos de hijos desaparecidos, como Santiago y Andrés Restrepo. Nuestra eterna solidaridad a Don Pedro Restrepo, su esposa Marta Cecilia, su hija María Fernanda, y a esa madre inmortal que es Luz Elena Arismendi. Don Pedro [Restrepo], gracias por estar aquí, nos honra con su presencia, Usted lo sabe, su lucha, su testimonio de amor de padre, cuánto nos ha inspirado, cuánto nos ha alentado.
Las investigaciones de estos casos dejaron más dudas que certezas. Cuenten siempre con nosotros para buscar y encontrar la verdad.
Y la otra cara de la medalla, un genocida como Jorge Rafael Videla falleció hace pocos días. Nuestro saludo fraterno a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, a los familiares de los millares de muertos y desaparecidos, a los hijos arrancados de sus padres por la brutalidad de las dictaduras que asolaron el continente.
Hoy, los grupos que apoyaron a tanto genocida, sus medios de comunicación, sus adláteres, frecuentemente son los que nos hablan de derechos humanos. Saben que ya nadie va a aguantar las botas de las dictaduras en nuestra América, y por ello inventan medios más sutiles para continuar oprimiendo a nuestros pueblos. Instancias históricas y emblemáticas de derechos humanos en aquella época de dictaduras sangrientas, se han convertido en instrumentos políticos de persecución de gobiernos progresistas, instancias dominadas por países hegemónicos, por el oenegecismo más infantil o mal intencionado, y por el gran capital, especialmente aquel que está detrás de los negocios dedicados a la comunicación.
¿Cómo es posible, que la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se encuentre en un país que NO es Estado parte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, y que no ha ratificado NINGUNO de los instrumentos interamericanos sobre Derechos Humanos?
¿Cómo es posible que la CIDH se financie casi en su totalidad por los países que no han ratificado la Convención, por “Estados Observadores”, que no son parte de América, y por organismos y supuestas fundaciones de cooperación internacional de esos mismos países? Es decir, pagan para controlar a los demás, y todos sabemos que desde que el mundo es mundo, aquel que financia impone las condiciones.
Todo esto no se trata de una coincidencia, peor aún de ingenuidad, sino que responde a una visión política, de doble moral, que se ha aplicado en nuestra región desde siempre, pero deben entender que esta América digna, soberana ya no es patio trasero de nadie.
Estas graves incoherencias han terminado por pervertir gravemente un sistema pensado inicialmente en beneficio de todas y todos los americanos. En lugar de aquello, unos países pretenden intervenir en otros, en tanto se erigen en jueces a su vez injuzgables por la inmunidad al no estar sometidos a la jurisdicción del Sistema.
La Comisión, sin lugar a dudas, cumplió un papel histórico de inmenso valor en la investigación, documentación, sistematización de archivos y documentos, de testimonios y de pruebas materiales en contra de los procesos despóticos de América Latina, principalmente en las dictaduras militares. Sin embargo, ahora que nuestros países están, en una muy importante proporción, dirigidos por gobiernos de enorme legitimidad, ahora que hay un verdadero cambio de época en nuestra América, a esos gobiernos democráticos se los trata muchas veces peor que a los regímenes dictatoriales, y, paradójicamente, son acusados y denostados por los grupos que antes, de manera velada o pública, apuntalaron a esas dictaduras que no tuvieron ningún respeto por los derechos humanos. Bastaría recordar tan solo el rol de diario El Mercurio de Chile en el golpe de Estado contra Salvador Allende… ¡Prohibido Olvidar, compatriotas!
Ecuador, como Estado Parte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, siempre estará dispuesto a defenderlos y a cumplir con sus obligaciones, pero no permitirá más que se socave su soberanía y que simples burocracias intenten ponerse por encima de nuestros Estados.
“Odiamos” –entre comillas- tanto al sistema de Derechos Humanos que buscamos que todos lo ratifiquen, pero si no lo hacen, tampoco seguiremos siendo tontos útiles de nadie. Colegas, la sede de la CIDH, es obvio, tendrá que ir a un país signatario del Pacto de San José, son cosas demasiado elementales. Hagamos las piruetas que hagamos para justificar lo injustificable, que la CIDH sea financiada y esté en un país que no ha ratificado el Pacto de San José, sólo tiene un nombre y este es: neocolonialismo, y este Ecuador soberano y digno del siglo XXI no está dispuesto a ser colonia de nadie.
Mucho de lo que hemos dicho sobre la CIDH lo podemos decir también sobre la OEA (Organización de Estados Americanos). ¿Cómo se puede sostener la irracionalidad (ya llega a la irracionalidad) de que la sede de la Organización de Estados Americanos esté en el país del bloqueo criminal a Cuba? Bloqueo que incumple abierta, descaradamente la Carta Interamericana fundacional de la OEA, bloqueo que ha sido condenado nada más y nada menos que 20 veces por las Naciones Unidas, la última condena en Octubre de 2012 con el respaldo de 188 de los 193 países miembros.
El bloqueo constituye sin lugar a dudas el mayor atropello al derecho internacional, al derecho interamericano y a los Derechos Humanos en nuestro continente.
Pero mientras que aplicar la ley y llevar a juicio a un periodista pillo pretenden considerarlo atentado a los Derechos Humanos, no se dice casi nada del bloqueo a Cuba, que pareciera ya parte del paisaje, o de las torturas en la base de Guantánamo, o de los Derechos Humanos de los aplastados por la prensa corrupta, que con sus insultos, difamaciones, atenta todos los días contra los artículos 11 y 13 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, y contra el artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, artículos que se refieren al derecho a la honra, a la reputación, a la privacidad, a la intimidad familiar. Insisto, Ecuador no aceptará más neocolonialismo. No podemos cohonestar esta clase de situaciones.
Cabría preguntarse también ¿para qué tener a la OEA si no podemos tener una postura definitiva regional sobre problemas tan cruciales, tan clamorosas, tan urgentes, tan evidentes como el de las Islas Malvinas, islas tomadas por la fuerza a Argentina en el siglo XIX, colonia británica al frente de las costas latinoamericanas, pero a más de 11.000 kilómetros de Londres? Las Malvinas no son solamente argentinas, son latinoamericanas.
Nuestros pueblos no nos disculparán si no tomamos decisiones históricas: si no podemos corregir esos vestigios de neocolonialismo en nuestra América, debemos sin temor, con rapidez buscar algo nuevo, mejor y verdaderamente nuestro. Felizmente ya tenemos a la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAC) y la Unión de Naciones del Sur, nuestra querida UNASUR.
Queridos compatriotas:
Estoy persuadido de que una prensa libre es vital para la democracia, pero estoy igualmente convencido de que una mala prensa es mortal para esa misma democracia. Y en Latinoamérica, no solo en Ecuador, en Latinoamérica, con las honrosas excepciones de siempre, la prensa es mala, muy mala…
La prensa latinoamericana “… viola a diario las más elementales nociones de la objetividad y de la ética periodísticas: silencia y manipula la información, deforma los hechos, abre sus páginas a las mentiras y calumnias que puedan dañar al adversario, a la vez que en todo el grupo de medios se despide o intimida a los periodistas independientes, y se recurre a las insidias y golpes bajos de los peores pasquines que viven del amarillismo y el escándalo…
Atentos: antes de que me lleven a la SIP, a la CIDH, llamen a Torquemada para quemarme en la hoguera. Quiero decirles que tan solo he leído textualmente la carta de Mario Vargas Llosa, premio Nobel de literatura latinoamericano, en su denuncia contra Diario El Comercio de Lima, por su descarada intromisión en las pasadas elecciones presidenciales peruanas. La pregunta es, ante tan grave acusación de alguien que es parte del sistema, que escribía en ese diario, ¿qué se hizo? Por supuesto, nada, absolutamente nada se ha hecho al respecto.
Además de su dudosa propiedad… Recuerden que aquí teníamos medios de propiedad de empresas fantasmas en Islas Caimán. Además de su dudosa propiedad, en manos de élites que callaron ante las dictaduras y dominan desde siempre nuestros países, los medios de comunicación privados juegan un rol político. Ellos mismos frecuentemente se definen como el contrapoder del poder político. En ese caso, cabría preguntarse, ¿qué legitimidad puede tener en democracia un actor político, cuya única virtud ha sido el tener dinero para comprarse una imprenta? Y si les gusta tanto el equilibrio de poderes del que siempre hablan, ¿cuál es el contrapoder del mayor poder fáctico de nuestra América: la prensa?
Es hasta gracioso: hablan de criticar al poder, pero ellos mismos son uno de los mayores poderes, poder más invulnerable que el poder financiero, porque han tenido la habilidad de identificar sus negocios dedicados a la comunicación con libertad de expresión, criticar a un medio de comunicación es criticar la libertad de expresión, eso es tan brillante como decir que criticar al Presidente es criticar a la democracia, pero ellos creen que en la repetición está la demostración; y es un poder más eficaz que el poder militar, porque no hay ejército que pueda invadir el mundo, pero la desinformación de la prensa sí lo puede hacer.
Se definen como contrapoder, es decir, actores políticos, pero no toleran respuestas políticas. Si la prensa difama, desinforma, calumnia a nuestros gobiernos, es libertad de expresión. Si algún presidente les responde, es atentado a la libertad de expresión; o sea, unos son más libres que otros.
Da que pensar, como dice Eduardo Galeano, que “tengan absoluta libertad de expresión para publicar que no hay libertad de expresión”.
Al inicio, este poder probablemente era como un cachorro bien intencionado, allá cuando empezaban los medios masivos, cuando se alfabetizó la gente, cuando bajaron los costos por los adelantos tecnológicos, llegaron las democracias, etcétera, probablemente la prensa, los medios de comunicación, era este poder como un cachorro bien intencionado tratando de que el poder político no traspasara ciertas líneas rojas, como por ejemplo el “Yo acuso” de Emile Zolá, pero luego se convirtió en un mastín que acorrala al poder político e incluso a los propios ciudadanos, en defensa de sus intereses mercantiles, de clase y políticos.
No busca la generación de opinión pública, sino imponernos un Estado de Opinión. Esto no fortalece la democracia ni el Estado de Derecho: atenta contra ellos. No importa en el Estado de Opinión lo que se haya propuesto en la campaña electoral y lo que el pueblo, el mandante en toda democracia, haya ordenado en las urnas. Lo importante es lo que aprueben o desaprueben en sus titulares los medios de comunicación.
Y se quiere mitificar a los periodistas como heroicos luchadores contra gobiernos despóticos que no aguantan ninguna crítica, suena muy bonito, pero la verdad es que la realidad de América Latina es más cercana a gobiernos con una inmensa legitimidad democrática jugándose hasta la vida por superar las injustas estructuras de nuestra América, perseguidos inmisericordemente por periodistas sin escrúpulos y por un poder mediático muchas veces mayor al poder del mismo Estado, y que se sabe impune, además.
No informan sobre conflictos: los buscan los inducen, los crean, los anhelan, para vender más periódicos y, en el caso de gobiernos insumisos, como el nuestro, para sojuzgarlos. Esto es irresponsable en cualquier sociedad, pero más aún en las frágiles democracias latinoamericanas. Recuerden el 30S, prohibido olvidar, revisen quiénes lo propiciaron con sus noticias falsas.
Queridos compatriotas:
Defendemos la libertad de expresión, pero de todos los ecuatorianos y no solamente de los grupos de poder. Creemos en la construcción de medios plurales que expresen las distintas voces de la ciudadanía: medios comunitarios, públicos y privados. Creemos en la democratización del espectro radioeléctrico. Promovemos la generación de una ciudadanía crítica, que pueda exigir su derecho a la información y a la comunicación y ejercer el control social sobre los medios para que cumplan con su función y no abusen de su poder.
Pero también tenemos otros ejemplos de poderes fácticos, de nuevos colonialismos. Permítanme mencionar tan solo tres:
El primero, (y queridos colegas, esto es muy importante y también muy grave) ¿cómo instituciones internacionales a las que los Estados se adhieren de buena fe, se convierten en fiscales de esos Estados, cuando nunca se les otorgó esa atribución?
Un caso, la Interpol (policía internacional): desde el 13 de julio del año 2000 hay un juicio penal en nuestro país en contra del ex presidente Jamil Mahuad, a quien a nivel humano incluso le tengo cierta simpatía, solidaridad por todo lo que ha tenido que pasar.
Hace poco la Corte Nacional pidió la correspondiente orden de captura internacional y la contestación de la Interpol con sede en Lyon-Francia, fue que era una persecución política. Así, el pedido de la Corte Nacional del Ecuador fue desechado por una instancia burocrática como la Interpol.
De nuevo burócratas sin legitimidad alguna por encima de estados soberanos. ¡Hasta cuándo! ¡Esto es gravísimo! Esto es muy grave, se acabó la soberanía, son ellos los que juzgan, no nuestras Cortes, esto es intolerable.
El segundo ejemplo, ese atentado a la soberanía de nuestros Estados que constituyen los Tratados de Protección Recíproca de Inversiones, donde el capital tiene más derechos que los seres humanos, y cualquier transnacional puede llevar a un Estado soberano a un arbitraje, sin tener siquiera que agotar las instancias jurídicas internas. De hecho, sin acudir a ninguna. Si ustedes quieren ir instancias interamericanas de derechos humanos, tienen primero que agotar las instancias jurídicas nacionales, pero una transnacional, con estos tratados, puede llevar directamente a un Estado soberano a los centros de arbitraje. El capital con más derecho que los seres humanos.
Y se han dado aberraciones terribles, por ejemplo el caso Occidental Petroleum, la famosa OXY, donde el Centro de Arbitraje del Banco Mundial, el CIADI, con sede en Washington, condena al Ecuador a pagar 1.770 millones de dólares, más que nuestro presupuesto anual de salud, y adicionalmente cerca de 500 millones en intereses, la mayor condena pecuniaria en la historia del tribunal.
Sobre este laudo, cito y abro comillas: “Los actos ilícitos de la OXY, que violan el derecho ecuatoriano, se han subestimado groseramente y no se ha tenido en cuenta adecuadamente la importancia que tiene para cada Estado la observancia de su orden jurídico por parte de empresas extranjeras”, cierro comillas. Continúo citando: “El laudo de mayoría es tan escandaloso en términos jurídicos, y contradictorio en los términos jurídicos también, que no tengo otra alternativa que manifestar mis discrepancias”. Cierro comillas.
Estas citas y expresiones no son el grito indignado de algún funcionario patriota del gobierno ecuatoriano, sino el inusual voto salvado del árbitro Brigitte Stern, sorprendida por el descaro del írrito pronunciamiento.
Otro caso es el de la petrolera Chevrón, la tercera compañía más grande de Estados Unidos, la cual compró a la petrolera Texaco que operó en Ecuador hasta 1992. Chevrón fue demandada hace aproximadamente 15 años (Chevrón-Texaco) por comunidades indígenas amazónicas afectadas por la contaminación dejada por Texaco, este caso era estrictamente privado: comunidades amazónicas versus Chevrón-Texaco.
Chevrón se pasó la década pasada luchando para que no se la juzgue en cortes de Nueva York, lugar de domicilio de la empresa, sino donde supuestamente se había cometido la infracción, es decir Sucumbíos, provincia del Ecuador, y como perdió, se ha pasado esta década destrozando a esas mismas cortes que con tanto entusiasmo defendió cuando creía que podía comprarlas…
Y como retaliación a que perdió su juicio, además de una campaña mundial de desprestigio contra Ecuador, nos demanda ante otro centro de arbitraje, en este caso UNCITRAL, de las Naciones Unidas, invocando el Tratado de Protección Recíproca de Inversiones con Estados Unidos (tenemos un tratado con Estados Unidos); pero, en primer lugar, estos tratados no aplican para un juicio entre privados y, en segundo lugar, lo más grave, Chevron-Texaco dejó el país en 1992 y el tratado con estados Unidos recién entró en vigencia en 1997, cinco años después.
Pese a todo esto, en forma inaudita el tribunal se declara competente y, más aún, ordena detener la sentencia dictada en Cortes ecuatorianas contra Chevron. Es decir, nuevamente se acabó la soberanía del país, se acabó la independencia de nuestras cortes.
¿Cuál es la realidad? Que estos tratados de Protección Recíproca de Inversiones impuestos sobre todo en los años 90, en plena larga y triste noche neoliberal, aceptados por gobiernos entreguistas en nuestro país, son un verdadero atentado a la soberanía, además de existir multimillonarios negocios alrededor de todos estos casos y conflictos.
El informe publicado por el Transnational Institute (TNI) y el Corporate Europe Observatory (CEO) titulado “Cuando la injusticia es negocio” señala que un selecto grupo de abogados y árbitros internacionales se están enriqueciendo a partir de las disputas entre inversores y Estados en los tribunales internacionales, señala que promueven activa y permanentemente nuevos casos y, cito, “cabildean en contra de toda reforma a favor del interés público”.
Cecilia Olivet, uruguaya, una de las autoras del informe, afirma que, cito, “la presunta imparcialidad e independencia del arbitraje de inversiones es totalmente ilusoria. Los gobiernos tienen las manos atadas. Mientras que las multinacionales se benefician […], un pequeño grupo de firmas de abogados incita a las corporaciones a demandar a gobiernos”, cierro cita. La investigadora asegura que además, cito nuevamente, “un grupo de árbitros usa su influencia para garantizar que las normas del sistema no dejen de beneficiar a los inversores y las demandas contra gobiernos sigan generando millones de dólares”.
El tercer ejemplo de les quería mencionar: el Grupo de Acción Financiera llamado GAFI.
Ustedes saben que Estados Unidos de América fue objeto el 11 de septiembre de 2001 de uno de los peores atentados terroristas de la historia, que segó la vida de centenares de personas, entre ellos más de 30 ecuatorianos.
Como ustedes conocen, luego de la referida tragedia, los Estados Unidos advirtieron que era necesario controlar el movimiento de capitales, ya que descubrieron que el financiamiento de ese cáncer llamado terrorismo, se había generado desde las propias cuentas de bancos americanos, y reforzaron, dentro del grupo de las 7 potencias auto declaradas las más ricas o poderosas del mundo, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), con el fin de establecer mecanismos de coordinación para que todos nuestros países tengan un adecuado control del financiamiento del terrorismo y del narco-lavado. En Sudamérica, estas acciones se denominaron GAFISUD (GAFI del Sur).
Esa buena intención inicial pronto se convirtió en un nuevo mecanismo de dominación, ya que las “evaluaciones” se utilizan políticamente. En este momento, tenemos amenzas del mencionado GAFI para poner al Ecuador en la «lista negra», esto es, en la lista de los países que, en opinión de las grandes potencias, apoyan el terrorismo. O sea, somos los que apoyamos el terrorismo del narco-lavado. ¡Vaya y vean dónde están los paraísos fiscales, vayan y vean dónde están los casinos en los cuales sí se lava dinero y todo se mantiene en el anonimato, pero resulta que somos nosotros los que lavamos dinero y financiamos al terrorismo!
A no dudarlo, nuestra amistad con el Gobierno de Irán está pasando factura, amistad que la ratificaremos una y mil veces, por el cariño al noble pueblo persa y porque este Ecuador soberano no le va a pedir permiso a nadie para establecer relaciones bilaterales con los países que quiera.
Pero también hay mecanismos más sutiles de dominación que ni siquiera percibimos.
Los bienes ambientales son bienes públicos; es decir, de libre acceso y de consumo colectivo. Todos podemos respirar el aire puro producido por la Amazonía, y por todo el aire puro que genera la selva amazónica –pulmón del planeta-, sin el cual la vida humana en la tierra no solo sufriría un grave deterioro, dejaría de existir, los países de la cuenca amazónica no recibimos nada a cambio, mientras que los mayores contaminadores, los países desarrollados, no pagan, a su vez, absolutamente nada por consumir ese bien ambiental.
Pero imagínense ustedes por un instante si la situación fuera a la inversa, y los generadores de bienes públicos ambientales fueran los países ricos, y nuestros países fueran los contaminado¬res, los consumidores de esos bienes ambientales. ¿Quién puede dudar que hace rato nos hubieran obli¬gado –incluso por la fuerza, las invasiones que todos conocemos, etcétera- a pagarles entre comillas “una justa compensación” por esos bienes ambientales? Por supuesto, todo en nombre de la justicia, el derecho internacional, la civilización y ellos no nos pagan nada.
Pero, ¿cuál es la paradoja? Resulta que los países ricos también producen bienes públicos, de libre acceso y de consumo colectivo, conceptualmente lo mismo, es decir sin barreras técnicas para la exclusión, como por ejemplo conocimiento, ciencia, tecnología, cuando hay un nuevo conocimiento está disponible para todo el planeta. Pero entonces sí se imponen barreras institucionales, básicamente patentes, para ser compensados por el consumo de ese bien o la utilización de ese bien. Aquí mismo, en nuestro país, existe hasta cárcel por no pagar regalías – royalties- lo cual, dicho sea de paso, es lo más parecido a la cárcel por deudas.
Todo está en función del capital, todo está en función del más poderoso, no de la lógica ni de la justicia. Los bienes públicos globales producidos por países pobres, deben ser gratuitos, los mismos bienes públicos producidos por los países hegemónicos, hasta cárcel si no se pagan. Lo triste es que muchas veces, con entusiasmo, participamos en estos mecanismos injustos, diría, de explotación.
La compensación por la generación de bienes públicos globales implica un problema político de redistribución del ingreso mundial. Tenemos la iniciativa Yasuní-ITT, no nos ha ido tan bien, ¿por qué? Porque no es un problema de lógica ni de justicia, sino de poder…
Si he aprendido algo en estos seis años como Presidente, es que al mundo lo domina el capital, así como los intereses de países hegemónicos, también dominados internamente por dicho capital.
Queridas amigas y amigos:
¿Qué hacer? El orden mundial no solo es injusto, es inmoral; los dobles estándares cunden por doquier; y se quiere sostener hasta las más aberrantes irracionalidades, todo, como mencioné, en función del capital.
No pretendemos cambiar esta situación desde Ecuador o desde nuestra América -probablemente la cambiarán los ciudadanos indignados del primer mundo-, pero al menos debemos defender a nuestros pueblos de estos poderes, evitar que nuestras democracias sean restringidas, mantener nuestras soberanías.
Por ello la Patria Grande, ya no es sólo un ideal de nuestros libertadores, es una necesidad de supervivencia, un escudo contra la explotación, contra el neocolonialismo.
Desunidos, nos seguirán tratando como el patio trasero, separados será el capital transnacional el que nos imponga las condiciones. Juntos, seremos nosotros los que le pongamos las condiciones en función y en beneficio de nuestros pueblos.
Hay tanto que podemos hacer a nivel de la Comunidad Latinoamericana y del Caribe CELAC y sobre todo de la Unión de Naciones del Sur, a nivel del Alba, para evitar los abusos del capital transnacional, por ejemplo: crear nuestras propias instancias para resolver controversias en materia de inversiones; la nueva arquitectura financiera regional, nuestro propio fondo del Sur, Banco del Sur, nuestro sistema de compensaciones, de comercio; la armonización de políticas salariales, y, entre ellas, un salario mínimo regional para nunca más competir deteriorando, afectando a nuestros trabajadores, a nuestra fuerza laboral. No hay tiempo que perder, tenemos demasiado por hacer a nivel de la Patria Grande.
Ya se nos fueron dos inmensos latinoamericanos e integracionistas. Néstor Kirchner, primer Secretario Ejecutivo de ese sueño llamado UNASUR, y que como presidente de nuestra querida Argentina la levantó como el ave fénix de las cenizas en la que la había dejado el neoliberalismo más corrupto; y también se nos fue el Comandante Hugo Chávez Frías, quien abrió este cambio de época en nuestro continente, cuando solo contra el mundo pudo democráticamente derrotar en 1998 a las burguesías que habían saqueado a su país, y quien dejó la vida sirviendo a su adorada Venezuela y a la Patria Grande. Podrán haber partido físicamente, pero quedan millones de Kirchners, Chávez, para continuar con el sueño de la Patria Grande unida, justa, libre, digna.
Hermanas latinoamericanas, hermanos latinoamericanos, no tenemos tiempo que perder.
Queridos compatriotas:
Nuestra propuesta en campaña fue clara y los resultados electorales contundentes: utilizar con absoluta responsabilidad social y ambiental, pero en su máximo potencial, nuestros recursos naturales no renovables. Usar el extractivismo para salir de él, e ir hacia una nueva matriz productiva basada en el único recurso ilimitado: la mente humana, las ideas, la innovación.
También como lo anunciamos en campaña, del manejo de los sectores estratégicos, entre ellos nuestros recursos naturales no renovables, así como encargado de la diversificación de la matriz productiva, estará el querido amigo y compañero Vicepresidente de la República, Jorge Glas Espinel, a quien cedo en estos momentos la palabra.