JUAN FERNANDO MILNE
Bueno fuera que estuviéramos hablando de la novela de Julio Verne. Ojalá estas líneas fueran acerca de las aventuras de Phileas Fogg y Jean Passepartout. Cambiamos Londres como inicio del viaje por Wuhan. Ahí empezó todo.
El nuevo coronavirus COVID-19 ha infectado a más de 407.000 personas en 185 países del mundo. El número de decesos alrededor del globo supera los 18.000 y es probable que para cuando esto se publique haya superado los 20.000. Para cuando estén leyendo esto, las probabilidades son aún menos alentadoras.
El viaje ha sido duro y con varias escalas. El primer golpe lo recibió Asia. En enero los números crecían de manera constante, Europa comenzaba a preocuparse mas no a ocuparse. Para América por el momento era ajeno. Allá por febrero comienza a empeorar la situación en Italia y es ahí cuando sus vecinos inician acciones. España no se imaginaba lo que venía. Llegó marzo y Europa se convirtió en el nuevo epicentro de la pandemia. Italia se encerró y el número de contagiados en varios países de la UE paso de 2 dígitos a 4 en cuestión de días. América recién abría los ojos. ¿Acaso no recordamos nuestras clases de historia? Cristóbal Colón llegó a América por un error intentando arribar a India en 1492… Claramente el COVID-19 encontraría su camino ¿Qué nos hizo sentir inmunes a este problema? Ahora estamos culminando el mes de marzo con el número de enfermos aumentando cada día. Todo apunta que para el mes de abril Estados Unidos será el nuevo epicentro del virus. Y claro, como buenos latinos hemos dejado todo para después.
Todo esto evidentemente asusta. Se vienen momentos de decisiones muy difíciles en la región. Algunos líderes han optado por tomar medidas drásticas, otros siguen teniendo una actitud pasiva. Trump por ejemplo, ha dicho que “la cura no puede ser peor que la enfermedad” en un claro mensaje de apoyo al capital y al sistema financiero. En Ecuador, Lennin Moreno se enfrenta a dos “enemigos” el COVID-19 y la región del Guayas que no respeta las medidas implementadas por el gobierno y concentra el 80% de los infectados en el país. Alberto Fernández en Argentina ha usado esto como herramienta para posicionarse como el verdadero líder de la nación y distanciarse así de su vicepresidenta. Colombia, Perú y Bolivia han optado por el aislamiento total aprovechando su bajo número de contagios. Nayib Bukele de El Salvador se ha convertido en una especie de “héroe” al librar por tres meses a su población de pagos en más de 30 rubros (Agua, Luz, pagos de crédito, hipotecas habitacionales etc…) -donde políticas públicas vemos, prestamos al Fondo Monetario Internacional no sabemos- Nicolás Maduro en Venezuela que ha aprovechado esto para condenar la supuesta “guerra económica” que tiene el imperio en contra de su régimen. Y por último México con un Andrés Manuel López Obrador que realmente pareciera que no tiene un plan y ha preferido enfrentar este problema sobre la marcha, con algunas que otras improvisaciones.
Como podemos ver se han tomado distintos caminos para enfrentar esta crisis. El tiempo dirá quien tomó las decisiones correctas y quién no. Por ahora, los mandatarios deben recordar que no es momento de politiquería barata. No es tiempo de divisiones o polarización. Es tiempo de acción, trabajo y resultados. Esta es una difícil prueba para todos. Recordemos que son varios los gobiernos que están en la primera etapa de su mandato y el COVID-19 es claramente un turista que ninguno planeaba recibir.
Bien lo dijo Phileas Fogg «80 días para darle la vuelta al mundo alcanzan y sobran» y el COVID-19 lo ha demostrado.
Juan Fernando Milne es venezolano. Abogado, consultor & analista en comunicación política (@Juanfe_8)