Asunción de la presidencia argentina

MAURICIO MACRI

Señores jefes de Estado, representantes de delegaciones extranjeras, invitados especiales, autoridades de la Corte, señores gobernadores, miembros del Congreso reunidos en Asamblea; especialmente, queridos argentinos: hoy se está cumpliendo un sueño, termina una época completa sin violencias y esto, que parecía tan difícil, se hizo realidad. Por eso, hoy más que nunca, les tengo que decir que tenemos que ser optimistas respecto de nuestra esperanza y de nuestro futuro.

Quiero reiterarles un mensaje de confianza, decirles que este gobierno que iniciamos hoy va a trabajar incansablemente los próximos cuatro años para que todos los argentinos, especialmente aquellos que más nos necesitan, al terminar, estén viviendo mejor. Hoy me han elegido para ser presidente de la Nación y me llena de alegría y de orgullo. Pero quiero decirles que voy a ser el mismo, aquel que esté cerca, que escuche, que les hable sencillo, con la verdad, que comparta sus emociones y que recuerde siempre que no es infalible. Y como presidente quiero ser un ciudadano que se pueda comunicar con todos los argentinos para transmitirles mis dudas, mis certezas, mis ideas, mi esperanza y todas mis ganas de hacer.

Como les dije en la campaña, para mí la política no es una competencia entre dirigentes para ver quién tiene el ego más grande. Es el trabajo entre dirigentes modernos que trabajan en equipo para servir a los demás. La política no es tampoco el escenario en que algunos líderes mienten para engañar a la gente y al mundo con datos falsos. Quiero pedirles que nuestro lugar de encuentro sea la verdad y que podamos reconocer cuáles son nuestros problemas para que juntos encontremos las mejores soluciones.

No me alcanzan ni existen palabras para describir el enorme agradecimiento que tengo hacia todos aquellos que trabajaron incansablemente, que me acompañaron todo este tiempo para que yo hoy esté acá.

Quiero agradecer a todos mis compatriotas porque los siento parte de un camino común y porque decidieron darme el honor de ser presidente. Yo voy a poner lo mejor de mí para que esa decisión beneficie a todos. Veo al país como un gran equipo conformado por millones de seres esperanzados y a ellos les ofrezco, agradecido, mi mejor esfuerzo.

En el siglo pasado la sociedad privilegiaba liderazgos individuales en todos los ámbitos; en la empresa, en la ciencia, en la academia, en la política, en todos los campos de la actividad humana se buscaban genios que lo resolvieran todo. En el siglo XXI hemos entendido que las cosas salen bien cuando se arman equipos, se combinan los esfuerzos, el profesionalismo, la experiencia y las buenas intenciones de muchas personas.

A lo largo de mi vida, en el ámbito del deporte, en los ocho años que tuve el honor de conducir el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pude armar buenos equipos que

construyeron soluciones concretas para los problemas de la gente.

En este nuevo desafío, para hacer los cambios a los que nos comprometimos, necesitamos armar equipos diversos, sumar visiones distintas de nuestra realidad.

Argentina es un país con enormes diversidades. En cada provincia, en cada lugar se han desarrollado distintas formas de ver la realidad. Estas deben integrarse en un país unido en la diversidad.

Queremos el aporte de todos, de la gente que se siente de derecha y de la gente que se siente de izquierda, de los peronistas y de los antiperonistas, de los jóvenes que están en la edad de la trasgresión y de los mayores que aportan su experiencia, porque precisamente esa diversidad es la que nos enriquece y nos hace mejores.

Todo esto reconozco que puede sonar increíble después de tantos años de enfrentamientos inútiles. Pero es un desafío excitante. Es lo que pidieron millones de argentinos que estaban cansados de la prepotencia y del enfrentamiento inútil.

El país tiene sectores que piensan de diferentes maneras, pero no está dividido. Los ciudadanos votaron como quisieron, unos apoyaron nuestra visión y otros respaldaron a otros candidatos. Eso nos alegra porque pudieron elegir en libertad. Pero ya pasaron las elecciones. Llegó el momento en el que todos debemos unirnos para crecer y mejorar, para que nuestro país avance.

La mayoría de los argentinos que votó por nuestra propuesta lo hizo basada en tres ideas centrales. Ellas son: pobreza cero, derrotar el narcotráfico y unir a los argentinos. (Aplausos.)

Hablar de pobreza cero es hablar de un horizonte, de la meta que da sentido a nuestras acciones. Nuestra prioridad será lograr un país donde cada día haya más igualdad de oportunidades, en el que no haya argentinos que pasen hambre, en el que todos tengamos la libertad de elegir dónde vivir y desarrollar nuestros sueños.

Quiero darles una vez más la confirmación de que vamos a cuidar a todos. El Estado va a estar donde sea necesario para cada argentino, en especial para los que menos tienen. (Aplausos)

Vamos a universalizar la protección social para que ningún chico quede desprotegido.

(Aplausos.)

Vamos a trabajar para que todos puedan tener un techo con agua corriente y cloacas y vamos a urbanizar las villas para transformar para siempre la vida de miles de de familias. (Aplausos.)

Pero para que haya en realidad pobreza cero necesitamos generar trabajo, ampliar la economía, aprovechar los enormes recursos naturales y humanos que tiene la Argentina. Vamos a cuidar los trabajos que hoy existen, pero sobre todo a producir una transformación para que se multipliquen las fuentes de trabajo porque esa es la única forma de que haya prosperidad donde hoy hay una pobreza inaceptable.

El desarrollo de la Argentina llegará a través de una inversión inteligente y expansiva, que mejore la infraestructura, ponga las bases para el crecimiento de la producción, traiga oportunidades y genere la prosperidad que merecemos.

Otro de los grandes desafíos que va a tener nuestro gobierno es el de combatir el narcotráfico como ningún otro gobierno lo hizo antes. (Aplausos.) Miles de personas a lo largo de todo el país me transmitieron su profunda preocupación por este tema. Hay jóvenes que matan y mueren sin saber por qué, actuando bajo los efectos del paco y de la droga. La

droga arruina la vida de familias enteras. No podemos resignarnos ni aceptar esta realidad como algo natural. Vamos a encarar este tema de frente y vamos a trabajar con inteligencia y decisión para devolver tranquilidad y seguridad a las familias argentinas en todo el país.

Aunque el narcotráfico ha crecido en los últimos años de manera alarmante estamos a tiempo de impedir que se consolide. El tema es difícil y complejo, pero vamos a crear los mecanismos necesarios que nos permitan llegar a la solución que queremos. La forma de lograr estos grandes objetivos es simple: el diálogo, el respeto, la suma de visiones son objetivos comunes, y su realización requiere como paso fundamental que nos unamos para alcanzarlos. Ese objetivo, el de unir a los argentinos, el de poner nuestros puntos en común sobre nuestras diferencias integrándolas y respetándolas, es la clave de la construcción de la Argentina del siglo XXI a la que nos encaminamos hoy.

Se viene un tiempo nuevo: el tiempo del diálogo, del respeto y del trabajo en equipo; tiempo de construcción con más justicia social. Repetidamente a lo largo de la historia hemos vivido muchas divisiones, la confrontación nos ha llevado por caminos errados. Somos pasionales y es bueno serlo, pero a veces esa pasión nos tiende una trampa: crea conflictos innecesarios, genera fanatismos que tantas veces nos arrastraron a la violencia, a la incapacidad de razonar y a la falta de amor. (Aplausos.)

Tenemos que sacar el enfrentamiento del centro de la escena y poner en ese lugar el encuentro, el desarrollo y el crecimiento. En la pelea irracional no gana nadie, en el acuerdo ganamos todos. Para trabajar juntos no hace falta que dejemos de lado nuestras ideas y formas de ver el mundo, tenemos que ponerlas al servicio de nuestro proyecto común y lograr la construcción de un país en el que todos podamos conseguir nuestra forma de felicidad.

Podemos pensar de distinta forma pero la ley debe ser respetada. Una cosa es tener distintas visiones, ideas y propuestas; otra, avasallar las instituciones con proyectos personalistas o hacer uso del poder en beneficio propio. Ahí no hay una cuestión de opiniones diversas: se trata de la transgresión de la ley. El autoritarismo no es una idea distinta, es el intento de limitar la libertad de las ideas y de las personas. (Aplausos.)

Este gobierno va a saber defender esa libertad que es esencial para la democracia. Aspiramos a un nacionalismo más sano, que no se logra partiendo del rencor, la enemistad, la lucha permanente o la demonización del otro. El verdadero amor por el país es antes que nada amor y respeto por su gente, por toda su gente. (Aplausos.) La patria es más que sus símbolos. Somos las personas que vivimos en ella, a las que hay que cuidar, ayudar y desarrollar.

Quiero hacer especial énfasis en otra intención básica del período que hoy empieza. Este gobierno va a combatir la corrupción. (Aplausos.) Los bienes públicos pertenecen al conjunto de los ciudadanos y es inaceptable que un funcionario se apropie de ellos en beneficio propio. Voy a ser implacable con todos aquellos que de cualquier partido o filiación política, sean propios o ajenos, dejen de cumplir lo que señala la ley. No habrá tolerancia con esas prácticas abusivas. No hay principio ideológico que pueda justificarlas. Los bienes de la Argentina son para todos los argentinos y no para el uso incorrecto de los funcionarios. (Aplausos.)

Otro pilar importante de nuestro gobierno será liderar una revolución en la educación pública; porque la calidad educativa es necesaria para impulsar el crecimiento nacional, pero también es lo que nos va a garantizar que los chicos el día de la mañana puedan elegir cómo quieren vivir y en qué lugar del país hacerlo.

Vamos a trabajar para inspirar en todos una ética del crecimiento y la superación. Ahí

es donde nuestra sed de conocimiento va a encontrar un espacio para celebrar la fiesta de la creatividad y la innovación. El conocimiento es un factor clave para que nuestra potencialidad individual y colectiva se transforme en una realidad concreta.

Queremos dar lo mejor a todos nuestros hijos y por eso vamos a dedicarle a este objetivo nuestro mejor esfuerzo, y para lograrlo vamos a darle más prestigio y valor a la vocación docente, más protagonismo a quienes elijan dedicarse a ella. (Aplausos.) No se trata de recuperar la educación argentina; se trata de crear una educación amplia, inclusiva, atenta a su calidad y acorde a las realidades del siglo XXI.

Este nuevo siglo ha traído nuevas posibilidades y nuevos desafíos al mundo entero. No podemos seguir pensando en la educación con las ideas y los objetivos del pasado. Tampoco podemos creer que el trabajo, la salud, la seguridad, el diálogo o nuestra forma de votar pueden ser seguir pensándose y gestionándose con ideas viejas. Hay que mejorar todo lo que haya que mejorar. Hay que animarse a responder con recursos nuevos a nuestros problemas. Hace falta osadía de ideas, osadía de invención y atrevimiento de proyectos nuevos y distintos.

La entrada al siglo XXI, que la Argentina en cierto sentido ha retrasado, es una gran responsabilidad de este gobierno y es un motivo de gran excitación, de gran entusiasmo. Invitamos a todos a sumarse a esta apasionante tarea de ser pioneros de un mundo nuevo. Queremos que la Argentina entre en el siglo XXI incorporando políticas de gobierno abierto. Esconder y mentir sobre nuestra realidad es una práctica que nos ha hecho mucho, mucho daño. (Aplausos.) Una práctica que enturbia y entorpece los procesos de la gestión pública.

La colaboración y el diálogo libre al que aspiramos, la participación de todos los sectores y protagonistas de nuestra vida nacional requieren transparencia, que la información del gobierno sea puesta a la luz del día y accesible a todos. Solo haciendo públicos la información, los planes y objetivos vamos a poder sumar a cada argentino que quiera aportar su talento y su capacidad.

Quiero aprovechar este mensaje inaugural para expresar también mi total apoyo a la justicia independiente. (Aplausos.) En estos años fue un baluarte de la democracia e impidió que el país cayera en un autoritarismo irreversible. En nuestro gobierno no habrá jueces macristas. No existe justicia ni democracia sin justicia independiente, pero hay que acompañar a la justicia en un proceso en el que se limpie de vicios políticos. No puede haber jueces militantes de ningún partido. (Aplausos.) No puede haber jueces militantes de ningún partido. A quienes quieran serlo les decimos claramente: no son bienvenidos si quieren pasar a ser instrumentos nuestros. La justicia está para ayudar a las personas a resolver sus conflictos con la aplicación debida de la ley, y tiene que hacerlo con celeridad. Justicia tardía no es justicia. (Aplausos.) Habrá que dotar a la tarea de la justicia de recursos actualizados para que sus procesos estén a la altura de la realidad que vivimos, a las nuevas exigencias de una Argentina que despega.

Desde hoy, con Gabriela y todo nuestro equipo, vamos a hacer el mayor de los esfuerzos para que los habitantes de esta tierra rica y hermosa puedan vivir cada día mejor, porque eso es la política para nosotros. Quiero ser el presidente que pueda acompañarlos en su crecimiento; el presidente del desarrollo del potencial de cada argentino, del trabajo en equipo, de la igualdad de oportunidades; el presidente de la creatividad y la innovación; el presidente de la integración y la colaboración entre distintos sectores; el presidente del trabajo, de las soluciones de una Argentina unida y de pie.

Aprovecho para darles un mensaje a nuestros hermanos de América y del mundo. Tenemos una visión nueva de la política. Somos hijos de este tiempo y tratamos de comprenderlo sin prejuicios ni rencores. Creemos en la unidad y la cooperación de América Latina y el mundo. (Aplausos.) Creemos en la unidad y la cooperación de América Latina y el mundo, en el fortalecimiento de la democracia como única posibilidad de resolver los problemas de sociedades diversas. Es necesario superar el tiempo de la confrontación. Por supuesto que sostendremos todos nuestros reclamos soberanos y nuestros valores sin que eso impida un normal relacionamiento con todos los países del mundo.

Quiero saludar especialmente a los candidatos que compitieron con nuestra fuerza en las recientes elecciones: Daniel Scioli, Sergio Massa, Margarita Stolbitzer, el Adolfo Rodríguez Saá, Nicolás del Caño. (Aplausos.). Estamos unidos por la vocación democrática y por el sueño de ver una Argentina desarrollada. Sé que estamos más juntos que distantes. Y también quiero saludar a cada gobernador e intendente electos, y decirles que cuentan conmigo para llevar a cabo la tarea de mejorarle la calidad de vida a cada ciudadano, y yo también sé que cuento con ustedes. (Aplausos.)

Quiero terminar una vez más diciéndoles el mensaje central que quiero transmitirles hoy. Convoco a todos a aprender el arte del acuerdo. Desafiemos todo lo que alguna vez nos haya confundido. Está en nuestras manos y en las de todos nosotros superar las situaciones que nos hayan separado y desviado del camino del crecimiento.

Arturo Frondizi dijo una vez: por su magnitud, el desafío que nos aguarda no es cosa de una persona ni de un grupo de personas; es tarea de todo el pueblo argentino e implica también una responsabilidad compartida por todos. (Aplausos.) Lo cito porque creo profundamente en esas palabras. Al país lo vamos a sacar adelante entre todos. No dudo de nosotros. El deseo de progreso fue la base de nuestra Nación. Todo lo que somos fue hecho por personas que apostaron, con un optimismo inteligente, por el resultado de su trabajo. Lo que da sentido a nuestras vidas es esa aventura de crecimiento. Vivámosla juntos. Es una aventura extraordinaria.

Quiero decirles por último que siempre voy a ser sincero con ustedes. Creo que es la base de la confianza que me tienen y que pretendo preservar e incrementar. Y parte de esa sinceridad es decirles que los desafíos que tenemos por delante son enormes y que los problemas no los vamos a poder resolver de un día para el otro; pero las grandes transformaciones se hacen dando pequeños pasos todos los días; y eso, les aseguro, nos llevará a estar cada día un poco mejor.

Cuento con ustedes para gobernar. Necesito de su aporte. Necesito que nos marquen nuestros errores, porque sabemos que no somos infalibles. Y tenemos un enorme compromiso con hacer, con hacer mucho. Y hemos aprendido que cuanto uno cada vez más hace, más se equivoca. Por eso es ahí donde los necesito, porque esto lo hacemos juntos.

Y quiero decirles desde el fondo de mi corazón que estoy convencido de que si los argentinos nos animamos a unirnos, seremos imparables. (Aplausos.)

¡Vamos juntos, argentinos! ¡Vamos Argentina! ¡Vamos Argentina! Muchas gracias.

(Aplausos.)

Enviado por Santiago Castelo