Analizando un discurso: ‘Sobre el voto femenino’, de Clara Campoamor

JUAN MANUEL VIZUETE CALAFELL

Comentario del discurso dado por Clara Campoamor ante el Congreso de los Diputados el 1 de octubre de 1931.

La historia de España está plagada de gestas y épicas, la Batalla de las Navas de Tolosa, el descubrimiento de América o la Batalla de Bailén. Una de esas “batallas” épicas fue sin duda la que sostuvo Clara Campoamor en el Congreso de los Diputados el 1 de octubre de 1931. Sus armas eran las palabras, su pendón era el de los derechos humanos y su victoria fue la igualdad.

Tras la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931, uno de los debates que la sociedad española tenía pendiente salió a la palestra en el Congreso de los Diputados en proyecto de la Comisión Constituyente: El sufragio femenino. El primer país en reconocer el derecho al voto femenino fue Nueva Zelanda, en 1893, siguiéndole los países europeos de Finlandia, Noruega y Suecia (estos nórdicos siempre nos llevan ventaja) y en 1920 lo hizo Estados Unidos. Los españoles aún tardamos 11 años en plantear este debate, pero lo hicimos. Y entonces se armó la batalla dialéctica por la igualdad de derechos en nuestras Cortes Generales. El bando a favor de la igualdad de derechos lo encabezaba Clara Campoamor y el bando contrario a alcanzar esa plena igualdad lo lideraba Victoria Kent, que abogaba por aplazar el voto femenino hasta haber “demostrado” que la mujer estaba suficientemente preparada.

Comenzó la “Batalla por la Igualdad” y la primera en lanzar sus ataques fue Victoria Kent, haciendo alusión a que no busca “mermar en lo mas mínimo la capacidad de la mujer”, sino que su objetivo es salvar la República, porque considera la mujer no entendía que en la República tenía su salvación, su voto puede podría ser “peligroso” –Pero hoy, Sres. Diputados, es peligroso conceder el voto a la mujer-. El temor de Kent era que la mujer llegase a votar en contra de la propia república y de los intereses de la misma, por su ignorancia y desconocimiento, así como por la influencia que tendrían los maridos sobre sus mujeres a la hora de votar.

Tras estos duros golpes, aplaudidos por una gran parte de la cámara, le llega el turno a la Diputada Campoamor, la cual elabora un discurso perfecto en argumentación y fondo:

  • Señores diputados: lejos yo de censurar ni de atacar las manifestaciones de mi colega, señorita Kent, comprendo, por el contrario, la tortura de su espíritu al haberse visto hoy en trance de negar la capacidad inicial de la mujer.

Que una mujer argumentase contra el voto de la mujer no fue pasado por alto por Dª. Clara, quien la disculpa entendiendo la contradicción que debe haber sufrido al auto negarse a sí misma.

[…] ¿Que cuándo las mujeres se han levantado para protestar de la guerra de Marruecos? Primero: ¿y por qué no los hombres? ¿quién protestó y se levantó en Zaragoza cuando la guerra de Cuba más que las mujeres? ¿Quién nutrió la manifestación pro responsabilidades del Ateneo, con motivo del desastre de Annual, más que las mujeres, que iban en mayor número que los hombres? ¡Las mujeres! ¿Cómo puede decirse que cuando las mujeres den señales de vida por la República se les concederá como premio el derecho a votar? ¿Es que no han luchado las mujeres por la República?.

Mientras Kent esgrimía que las mujeres no estaban preparadas para votar por falta de conciencia en la República, Campoamor sacó una batería de situaciones en las que, precisamente las mujeres, habían sido decisivas para llegar a la misma. Demostrando que las mujeres tenían conciencia suficiente sobre la República y ya merecían ese derecho a votar.

Otra cosa, además, al varón que ha de votar. No olvidéis que no sois hijos de varón tan sólo, sino que se reúne en vosotros el producto de los dos sexos.[…] aunque no queráis y si por acaso admitís la incapacidad femenina, votáis con la mitad de vuestro ser incapaz. Yo y todas las mujeres a quienes represento queremos votar con nuestra mitad masculina, porque no hay degeneración de sexos, porque todos somos hijos de hombre y mujer y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser, argumento que han desarrollado los biólogos. Somos producto de dos seres; no hay incapacidad posible de vosotros a mí, ni de mí a vosotros.

El argumento y la estrategia es maravillosa. En lugar de negar la incapacidad de la mujer, parte del hecho que todos tenemos 2 partes en nuestro ser: una de hombre y una de mujer. Si los hombres pueden votar teniendo una mitad de mujer (parte incapaz), las mujeres podrían votar con su parte de hombre (parte capaz). Recordemos que solo dos diputadas eran mujeres y Campoamor debía convencer a un público masculino. En lugar de elevar la capacidad de la mujer y generar rechazo, incluye en su propio ser la capacidad del hombre para poder votar, cambiando completamente el marco de discusión (framing).

  • No dejéis a la mujer que, si es regresiva, piense que su esperanza estuvo en la dictadura; no dejéis a la mujer que piense, si es avanzada, que su esperanza de igualdad está en el comunismo. No cometáis, señores diputados, ese error político de gravísimas consecuencias. Salváis a la República, ayudáis a la República atrayéndoos y sumándoos esa fuerza que espera ansiosa el momento de su redención.

Contra el argumento de Kent señalando que el voto de la mujer podía ser peligroso para la República, Campoamor argumenta que precisamente el poder votar en la República será una forma de atraer a las mujeres. El voto demostrará a las mujeres que es en este sistema donde tendrá sus derechos y no en la dictadura o en el comunismo, enemigos de la República. Para convencer a las mujeres, debían darle el voto, no negárselo.

Clara Campoamor cierra su discurso disculpándose por si ha ofendido a alguien, pero que es esa su convicción y que, siendo mujer, “nadie como yo sirve en estos momentos a la República española”.

Cuando el polvo de la batalla levantada por los aplausos se disipa, el resultado es ajustado pero claro: 161 votos contra 121 y 188 abstenciones. La igualdad fue proclamada. Victoria.

 

Juan Manuel Vizuete Calafell es Socio-fundador de Retoria Formadores en Comunicación. Abogado, máster Asesoría en Imagen y Comunicación Política (UCJC). (@juanvizuete)

Discurso íntegro Clara Campoamor: https://www.beersandpolitics.com/discursos/clara-campoamor/sobre-el-voto-femenino/1144

Discurso íntegro Victoria Kent: https://www.beersandpolitics.com/discursos/victoria-kent/discurso-sobre-el-voto-femenino/1120

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