Queridas compañeras, queridos compañeros, querido compañero Hermes Binner, señoras y señores.
Para mi constituye un altísimo, un enorme honor, ocupar esta tribuna pero además me representa un placer, una alegría, una enorme felicidad estar frente a Uds. pero con Uds., juntos, conmemorando estos 100 años queridos del Partido Socialista de Uruguay.
100 años, un siglo, cómo medir ese tiempo, cómo dimensionar. El tiempo es muy relativo.
100 años puede ser mucho tiempo, por ejemplo para la vida del hombre y de la mujer de nuestros días, que tiene una expectativa promedio de 80 años de vida, mucho tiempo a
veces, demasiado.
En la vida de las naciones 100 años son mucho más relativos. Pueden ser pocos o puede ser mucho tiempo y estará en función de la edad de ese país, de su historia, de su cultura, de su educación, de los accidentes climáticos, del medio ambiente. Y 100 años pueden ser muchos, a veces intolerables como le puede estar pasando al pueblo hermano de Haití, o a veces 100 años apenas es un fogonazo en la larga vida de países milenarios, como China.
100 años es un tiempo importante donde ocurren cosas, hay acontecimientos, vive y pasa mucha gente por esos100 años del Partido Socialista de Uruguay.
Por todas las cosas que vivió ese Partido, nuestro Partido en esos 100 años, por la gente, por nuestro tiempo, por nuestras cosas y por ustedes, felicidades a los jóvenes 100 años del Partido Socialista.
Por muchos años más, y gracias por invitarme a participar en este acto, y a todos ustedes gracias, muchas gracias de corazón por las muestras de afecto y de cariño con que me han recibido, muchas gracias de corazón.
Los aniversarios de los partidos políticos son también buenos tiempos para hacer análisis político. Son tiempos útiles, y de análisis políticos necesarios e imprescindibles.
A veces son muy densos, muy extensos, pero son necesarios y hay que hacerlos. Seguramente el Partido Socialista lo está haciendo.
Buen tiempo para realizar un balance de lo hecho, tratar de interpretar el presente, y modelar el futuro, porque el futuro se modela desde el presente.
Tiempo importante para análisis político. Yo no voy a hacer hoy análisis político, por dos razones.
La primera, porque ustedes están tan o mejor capacitados que yo para hacerlo, y además tienen la libertad de poder hacerlo.
La segunda, y no es que yo no tenga la libertad para hacerlo, es que no lo hago porque cuando dejé la presidencia de la república, como ustedes saben, (tuve ese honor gracias a vuestro apoyo y a vuestra decisión soberana), me comprometí a realizar un tiempo de silencio político, que todavía no ha terminado.
Así que si alguien vino a buscar de mi boca nuevas palabras, nuevas ideas y nuevos conceptos, lamento decirles que se van a desilusionar.
Sí voy a hacer un paréntesis para realizar tres consideraciones, pero antes de hacerlas, quiero decir también, que no me voy a referir al tema que convoca este seminario.
No lo voy a hacer porque acabamos de ocupar un gobierno de izquierda en este país, y no somos nosotros quienes tenemos que evaluar cómo hemos actuado, son ustedes.
Tampoco lo voy a hacer porque no quiero emitir juicio de valor sobre gobiernos de pueblos y países hermanos Pero voy a decir, sí, dos cosas al respecto. En primer lugar, apostamos fuertemente antes, durante y después de estar en el gobierno nacional, a impulsar gobiernos de izquierda, gobiernos progresistas, porque son los únicos que pueden dar respuesta cabal, a los problemas reales que tiene la gente. Y en segundo lugar, porque apostamos fuertemente a un proceso de integración. Hemos defendido la integración, antes, durante y después del gobierno, porque los países, por grandes que sean, no tienen destino en soledad, porque este mundo exige que nos integremos, que nos integremos como se integran los pueblos fronterizos, de los que tenemos que aprender cómo es la real integración que quieren los pueblos.
No una integración para reuniones permanentes, para conversatorios, para discursos muy floridos, muy interesantes, para almuerzos, para cenas, o para la foto de familia.
Integración para dar respuesta a las necesidades y requerimientos que nuestros pueblos tienen. Eso es lo que espera nuestro pueblo en los procesos de integración.
Creemos en la UNASUR, claro que creemos en la UNASUR, sobre la UNASUR política, esa que estuvo presente cuando se quiso atentar contra las instituciones democráticas y la libertad del hermano pueblo de Bolivia y su presidente Evo Morales. Que estuvo presente y actuó como tenía que actuar, cuando se intentó derrocar al presidente de Ecuador, estuvimos junto al pueblo y presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Creemos en el MERCOSUR, por eso hemos dicho permanentemente: queremos más y mejor MERCOSUR.
Quizá no se avanzó todo lo que quisiéramos que hubiera avanzado, pero se avanzó y podríamos dar múltiples ejemplos, voy a dar uno solo.
Los fondos de recursos para políticas sociales o de infraestructuras (Fondos Estructurales), integrados por la mayoría de capitales que aportan los países de mayor economía, como Brasil y Argentina, pero que a la inversa reciben en mayor proporción los países de menor economía, como Paraguay y Uruguay.
No hay destino en soledad para los países, por eso fuertemente seguimos defendiendo y apostando al proceso de integración de la región.
Decía, hace un instante, que iba a hacer un paréntesis en mi silencio político, e iba a hacer tres consideraciones.
En primer lugar voy a decir desde donde intento hacer muy modestamente, esas consideraciones. Lo intento hacer como enano subido a los hombros de gigantes que nos precedieron, como dijo Bernardo de Chartres, hace ya muchos siglos. Y lo intento hacer, en primer lugar como ciudadano, la mejor condición y la más hermosa. Ciudadano que integra un pueblo, un pueblo hermoso como el pueblo uruguayo, pueblo sabio, inteligente, serio, responsable, solidario. Un pueblo que ha trabajado fuerte, para mejorar sus condiciones de vida, y vaya si en los últimos tiempos lo hemos logrado. Mencionaremos algunos parámetros, algunos pocos para fundamentar esta aseveración que acabo de hacer.
América del Sur, América Latina es la región del mundo que reparte peor la riqueza que genera, la que tiene más inequidades. En ese contexto tan lamentable, Uruguay es el país, la región que distribuye mejor la riqueza. Que falta mucho, y sí claro que falta mucho esto es un proceso y es evolutivo y como tal lleva tiempo, pero estamos en el camino.
El Uruguay, las uruguayas y los uruguayos, amamos la democracia. La democracia se ha transformado para nosotros como ese aire habitual que respiramos sin darnos cuenta, somos el pueblo que respalda y quiere más las instituciones democráticas.
El Uruguay ha luchado contra la pobreza y en los últimos años, la misma ha caído más de un 30% a un 20%, y la indigencia, a la mitad. Han mejorado los salarios de sus trabajadores, de las prestaciones de jubilaciones y pensiones, se han recuperado derecho de los trabajadores que los tenían perdidos, ha disminuido la mortalidad infantil. Aquel lastimoso 53 por mil de las Láminas, ha caído a 13 por mil. Tiene que caer más.
Tenemos un país hermoso, falta mucho, claro que falta mucho, siempre va a haber que construir, que arreglar, que reparar, que mantener, pero hemos avanzado.
Reflexionemos uruguayas y uruguayos, no matemos la gallina de los huevos de oro una vez más, no tiremos infinitamente de la piola porque un día la piola se rompe, y en una sociedad como la nuestra, que está avanzando, cuando la piola se rompe los que más sufren son los que menos tienen.
Creo que estamos en un tiempo necesitado de reflexiones. Apelamos a la madurez de uruguayas y uruguayos para seguir avanzando por el camino trazado que ya está dando sus resultados.
La segunda consideración, estoy aquí orgulloso de decirlo, porque soy frenteamplista, porque creo en el Frente Amplio. Porque el Frente Amplio es esa herramienta política que surge de la matriz misma del pueblo uruguayo, que surge de la historia de los partidos políticos de izquierda, del movimiento sindical uruguayo, de ese amplio entramado de red social y del trabajo social que surge del pensamiento de los intelectuales, de los trabajadores, de los empresarios; es una herramienta fundamental que tiene como núcleo, para su trabajo, al mejor proyecto político que el Uruguay tiene, para que toda su gente viva mejor. El proyecto político de la izquierda uruguaya, el mejor proyecto político.
En algún momento alguien confundió este término y puso en mi boca que había dicho que el proyecto político de la izquierda uruguaya era el único proyecto político, nunca lo dije. Dije que era el mejor y cuando digo que es el mejor es porque hay otros, y todos tuvimos la oportunidad de intentar desarrollar esos proyectos de gobierno nacional, y como dicen las sagradas escrituras: “por sus frutos los conoceréisâ€. Y ahí están los frutos que dio el proyecto político de la izquierda uruguaya.
¡Qué herramienta el frente Amplio! Cuidémoslo apoyémoslo, defendámoslo, relancemos a nuestro Frente Amplio y a nuestros frenteamplistas al campo de batalla, que nuevamente comencemos a recorrer con fuerza y con ganas, sacudiendo alguna modorra que puede a veces tentar, como una debilidad. Retomemos nuevamente el contacto persona a persona, barrio a barrio, ciudad a ciudad, pueblo a pueblo, en todo el país, en todo momento y en todo lugar, y creo modestamente, tener credenciales para poder pedir esto, porque cuando fui dirigente, cuando fui presidente del Frente Amplio-Encuentro Progresista, recorrimos todo el país, hablamos con la gente, fuimos de pueblo en pueblo , de lugar en lugar, en el contacto directo, aprendiendo con la gente.
Porque cuando fui intendente de Montevideo, recorrimos todos los barrios de Montevideo, y hablamos con toda la gente, y cuando fui presidente de la República recorrimos todo el país, y cuando fui candidato seis, siete, ocho veces, en el año recorríamos todo el país, y en campaña electoral mucho más.
Y defendamos a nuestro Frente, defendiendo su unidad, la unidad dentro del Frente Amplio.
Miren compañeras y compañeros, uruguayas y uruguayos, por muchas razones, fueron muchos los factores por los cuales nuestra fuerza política llegó al gobierno nacional.
Muchos factores. Si hubiera faltado uno de ellos, cualquiera menos uno cualquiera de ellos, un programa político más rebajado, otros candidatos, hubiéramos llegado igual al gobierno nacional.
Pero si hubiera faltado la unidad, no hubiéramos llegado al gobierno nacional, y si falta la unidad, vamos a perder las posiciones que hemos ganado. Hay que luchar por la unidad del Frente sin resquebrajamientos y no hacer el más pequeño gesto que siquiera roce o lesione a la unidad.
Más comité, más participación, la clásica, el boca a boca, el cuerpo a cuerpo, en los barrios, en las ciudades, en los pueblos, en todo el país.
Sí, lo clásico, pero también golpea a nuestras puertas, lo moderno. El Frente Amplio tiene que crear comités de bases virtuales, una computadora en cada comité, en cada coordinadora, en cada departamental, abrir los caminos de participación. Darle oportunidades a cientos de miles de jóvenes y de personas que no van a ir jamás a un comité de base clásico, pero que van a participar si le abrimos los caminos de participación con los medios modernos que tenemos.
Para que se pueda contactar el comité de base del Cerro con el de la Unión, con el de Bella Unión, o con el de Young o con el de Guichón.
Para que las coordinadoras estén en contacto permanente, y las departamentales, para que recibamos información, sugerencias, porque el pueblo uruguayo es inteligente y hay que escucharlo y aprender con él.
Vamos arriba con el Frente Amplio, vamos a sacudir la modorra, vamos a proyectarnos con fuerza, vamos a ir al terreno de la lucha, al que siempre pertenecimos y al que pertenecemos, y defendamos también al gobierno nacional que es nuestro gobierno, es el gobierno que votaron los uruguayos, es el gobierno nuestro porque nosotros lo votamos. Yo lo vote, y José Pepe Mujica es mi presidente, y yo lo defiendo, como hay que defender a todo el gobierno, como hay que defender al Frente y al proyecto político, sin vergüenza, sin ambages, con decisión porque estamos caminando por el sendero correcto.
Defendámoslo sin obsecuencia, porque acá no es cuestión de decirle a todo que sí al gobierno nacional. Le decimos que sí cuando estamos dentro del Programa, dentro de los planteamientos de la fuerza política, que es lo que está haciendo nuestro compañero Mujica y los compañeros que integran el gobierno nacional.
Pero cuando tengamos alguna discrepancia, tenemos que tener también la libertad de analizar, de discutir, de pensar, de opinar, de tratar de colaborar para torcer a veces un rumbo que puede ir en una dirección que es la más adecuada.
Cada cual desde sus responsabilidades, desde el lugar de donde lo tiene que hacer, sin hacer de esto una competencia mediática. No hay que confundir ciudadanía, con teleaudiencia.
No hay que confundir que tiene más razón quien grita más. No es así compañeras y compañeros, hay que hacerlo con altura, con argumentos, con tolerancia y con respeto.
En ese compromiso tenemos que estar todos los frenteamplistas orgullosos del gobierno que tenemos, de la fuerza política que tenemos, del proyecto político que tenemos, orgullosos de nuestro pueblo.
Y en tercer lugar estoy aquí, porque soy socialista.
Ciudadano uruguayo, frenteamplista y socialista. Yo creo en el socialismo.
Y no me pidan una definición académica como lo hizo muy bien Hermes, brillantemente sobre el socialismo. Solamente si me preguntan qué es el socialismo, yo podría decir que es una pasión. Es una pasión que nos devora, que nos exige razón y voluntad, que a veces nos pide esfuerzos desgarradores, pero que siempre nos responde con dignidad y con esperanza.
El socialismo es libertad, es paz, es democracia, es justicia, es igualdad, es solidaridad, por eso yo creo en el socialismo, y en los 100 años de vida del Partido Socialista de Uruguay.
Vaya si el Partido Socialista de Uruguay habrá sembrado estos pensamientos. Partido generador de siembras y de sembradores, y en esta aventura de la vida tengo la suerte, el placer de experimentar la pasión de ser socialista, de pertenecer a esta fuerza política aunque no lo sea orgánicamente, yo soy socialista.
Y creo en el socialismo, y lo digo como enano a los hombros de gigantes que nos precedieron, que fueron muchos, miles, que si hiciera una lista y apuntara para no olvidarme de nadie, sé que cometería una injusticia porque de alguien me olvidaría, porque fueron muchas mujeres y hombres gigantes, que nos hicieron llegar a este momento.
Pero quiero, en la figura de cuatro compañeros, representar a todos esos gigantes que nos precedieron, algunos de ellos no fueron socialistas, pero fueron compañeros de camino.
Quiero recordar al compañero Líber Seregni, gigante hacedor de lo que es la izquierda uruguaya hoy.
Quiero recordar a alguien, quizá hubo muchos frenteamplistas como él, pero más que él ninguno, me refiero al Dr. Juan José Crotogini.
Quiero representar a esos gigantes, en la figura de quien dedicó toda su vida para luchar por los justos derechos de los trabajadores, José Pepe D’Elia
Y estoy seguro que en sus oídos igual que en los míos, suena una voz que nos está diciendo: “estuvo muy bien compañero Tabaré en recordar a esos gigantes, porque los socialistas nunca caminamos y estuvimos solos, siempre estuvimos acompañados, ese fue nuestro caminoâ€. Me estoy refiriendo al maestro de los maestros, a José Pedro Cardoso.
Ante esas figuras, ante tantas mujeres y hombres que han pasado por estos tiempos de 100 años, de tantas cosas y tantos acontecimientos, y ante todos ustedes me inclino y los reverencio diciéndoles, como despedida, ¡¡hasta la victoria siempre!!.