Virginie Despentes, una teoría para romper con todo

LLEDÓ CUBEDO

Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica. Y empiezo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada, ni vengo a quejarme. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro.

Así empieza Teoría King Kong, la que es posiblemente, junto a la trilogía Vernon Subutex, la obra más conocida de la subversiva escritora francesa Virginie Despentes. Lo cierto es que la figura de Virginie Despentes es, tal y como señala ella, más interesante que ningún otro asunto, y es que las obras de la cineasta y novelista francesa se encuentran fuertemente influenciadas por los diferentes sucesos que han marcado su vida.

Nacida en el seno de una familia de izquierdas el 1969, Virginie Despentes se sumergió en la cultura punk rock desde el inicio de su adolescencia, hecho que provocó una ruptura con sus padres y su internamiento en un hospital psiquiátrico. A los diecisiete años, Virginie abandonó su Nancy natal y sufrió uno de los sucesos que más han marcado su vida y obra: en julio de 1986 fue violada por tres hombres mientras hacia autostop con una amiga para volver a casa. 

En 1991, una joven Virginie de veintidós años, harta de trabajar en un supermercado de Lyon (Francia), se introdujo en el mundo de la prostitución a través de minitel (servicio de transmisión de textos e imágenes desarrollado en la Francia de los setenta y predecesor de la www). Posteriormente se mudaría a París, donde trabajaría tanto salones de masaje erótico y peep-shows como ejerciendo de crítica de cine pornográfico. 

En 1999 publicaría su primera novela, Baise-moi (Fóllame), en la que dos mujeres desencadenan un frenesí de violencia tras ser violadas por tres hombres. La novela sería guionizada y dirigida por la misma Despentes y Coralie Trinh Thi en el 2000. Siendo censurada en multitud de países por su alto contenido en sexo y violencia.

En 2006 llegaría su famoso manifiesto feminista, Teoría King Kong, uno de los textos de referencia del feminismo y la teoría de género, en el que se entremezclan vivencias propias de Despentes junto con una fuerte crítica al sistema capitalista heteropatriarcal. 

Asimismo, en 2015, Despentes publicó el primer tomo de la trilogía Vernon Subutex, Vernon Subutex 1, en la que critica vehementemente a la sociedad francesa actual mediante un fuerte discurso de clase.

Virginie Despentes no deja indiferente a nadie, y es que sus textos han encontrado casi tantos detractores como partidarios. Con un lenguaje directo y sin tapujos, la francesa aborda cuestiones que tradicionalmente han preocupado al feminismo desde una nueva óptica, abriendo la veda a nuevas conversaciones sobre la feminidad, la interacción entre capitalismo y patriarcado o el trabajo sexual.

Uno de los rasgos característicos de la cineasta es cómo hace bandera de su masculinidad, defendiéndola a capa y espada ante los diferentes roles marcados por la sociedad. A sus ojos, la mujer actual goza de una libertad sin precedentes, tanto de circulación física como intelectual, pero, a pesar de ello, nunca antes ha vivido tan presionada por cánones estéticos y modificaciones feminizadoras como en la actualidad. Este examen constante al que se ve sometida la mujer no es más que la contrapartida a las libertades otorgadas. Los nuevos espacios en que la mujer se mueve actualmente vienen condicionados a su adherencia a nuevos sistemas de opresión, nuevos sistemas que tranquilizan a los hombres, les recuerdan que, pese a poder acceder a espacios tradicionalmente masculinos, la mujer sigue encadenada a su feminidad, obligada a complacer.

Dicho esto, Despentes no se olvida de masculinidad y nos recuerda que ésta no se encuentra exenta de mecanismos de opresión. Los hombres se encuentran igualmente sometidos y es que, tal y como dice la escritora francesa en un embate magistral contra el sistema imperante, el capitalismo es una religión igualitaria, puesto que nos somete a todos y nos lleva a todos a sentirnos atrapados, como lo están todas las mujeres (Teoría King Kong, 2006). 

En otro golpe contra el sistema capitalista y el poder férreo que ejercen los Estados en el cuerpo colectivo, Virginie arremete contra nuestras concepciones sobre la la violación, la prostitución, la pornografía y la maternidad, exponiendo sus argumentos con un tono brutalmente honesto y directo. 

Basándose en su propia experiencia, la francesa relata su propia violación y la define como el esqueleto del capitalismo, como la representación cruda y directa del ejercicio del poder de un sexo sobre otro. La violación se constituye así como una creencia política construida, una herramienta para atemorizar y enseñar a la mujer a someterse y no presentar batalla.

En cuanto a la prostitución, actividad que la propia Despentes ejerció en su juventud, la autora defiende el derecho de las prostitutas a trabajar en condiciones dignas, arguyendo que negarles tal derecho no es solo un ataque contra las mujeres, sino también un mecanismo de control sobre la sexualidad de los hombres. 

Su defensa de la prostitución es clara, no se diferencia de ningún trabajo asalariado legal ni tampoco de la seducción femenina que constantemente se exige a las mujeres. El único motivo por el que la prostitución es rechazada vehementemente por la sociedad, es la independencia que su ejercicio otorga a la mujer, por lo que, prohibir su ejercicio en un marco legar adecuado no es más que limitar a la clase femenina, estigmatizarla, privarla de la posibilidad de enriquecerse. La normalización del contrato de prostitución evidenciaría las deficiencias del contrato matrimonial, destaparía su verdadera naturaleza, dejando al aire una relación contractual asimétrica que en nada favorece a la mujer. 

Una perspectiva similar gobierna las ideas de Virginie Despentes respecto a la pornografía, industria para la cual trabajó como crítica durante un tiempo y de la cual considera necesaria la democratización. Virginie defiende la utilidad del porno para arrojar luz sobre las estructuras sociales que imperan en nuestra sociedad. Pese a que todos hemos consumido pornografía en algún momento, no hay discurso sobre este producto que consumimos. Se trata de un producto consumido desde edades tempranas y del que, sin embargo, no conocemos las estructuras sociales que lo configuran, pasando por alto su capacidad para contribuir a la deconstrucción de género, raza y clase. 

En cuanto a la maternidad, su perspectiva es clara: no hay elemento más glorificado socialmente en la condición femenina. 

Esta glorificación, fuertemente arraigada en el imaginario colectivo y potenciada por los medios de comunicación y la industria cultural, se presenta, a su parecer, como un caballo de Troya. La exaltación de la maternidad no constituye un poder otorgado en exclusiva a la mujer, sino que se presenta, más bien, como una cadena que la ata al trabajo reproductivo y de cuidados. Despentes defiende así el acceso de los hombres a una paternidad activa, concibiéndola como una herramienta para liberar a niños y niñas de las cadenas de la virilidad y feminidad tradicionales. La paternidad activa puede enseñar a futuras niñas a no desdeñar su masculinidad a la vez que puede destapar el falso triunfo de la masculinidad.

La totalidad de la visión de Virginie Despentes sobre las estructuras busca dinamitarlo todo, iniciar una revolución, dar una opción diferente a las mujeres y es que, tal y como dice ella, somos el sexo del aguante, de la valentía, de la resistencia, siempre ha sido el nuestro. Es por ello que debemos seguir luchando, cuestionando las estructuras que nos rodean y resistiendo a los embates contra el avance de nuestros derechos y libertades. No luchamos únicamente por nosotras, el feminismo es una aventura colectiva.

 

Lledó Cubedo es Graduada en Ciencias Políticas y Derecho por la Universitat Pompeu Fabra. Paralegal especializada en derecho marítimo.

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