MARINA DE MIGUEL
La historia de la ciudad de Madrid estuvo muy vinculada al traslado de la Corte Real por parte de Felipe II de Toledo a Madrid en 1526, hecho que convirtió la ciudad en centro político manteniéndose hasta nuestros días.
Los muros de Madrid han sido testigos de la Guerra de Independencia, la Guerra Civil, el nacimiento de nuestra Constitución, los inicios de nuestra democracia, sede de las instituciones políticas nacionales, de embajadas y de órganos de representación de la Comunidad. Es difícil pasear por sus calles sin encontrarse con algún lugar de relevancia para nuestra política.
¿Quién no conoce el Congreso y los disparos de Tejero que todavía pueden verse en su techo? ¿O el Senado? ¿El espectacular edificio del Ayuntamiento de Madrid (antiguo Palacio de Telecomunicaciones)? ¿Quién no conoce la Puerta del Sol y el 15-M?
Sin duda, nuestra capital es tan conocida como visitada, pero aunque pasen 100 años siempre esconderá regalos ocultos para todos los amantes de la política que crean en las palabras de Comte “Que para conocer una ciencia hay que conocer su historia” y que decidan bajarse del ritmo acelerado de Madrid para perderse en sus tesoros.
Empezando por el Ateneo de Madrid. Lugar de tertulias y debate abierto, el Ateneo de Madrid fue pasando a lo largo de su “vida” (1835) por numerosas sedes, entre las que figuran el Palacio de Abrantes, la calle Carretas, la plaza del Ángel, la calle Montera, hasta llegar a la calle del Prado, 21. Su actual sede fue inaugurada por Cánovas del Castillo en 1884 y ha actuado a lo largo de la historia como catalizador de la vida política del país. Tiene el orgullo de haber acogido a dieciséis presidentes de Gobierno, todos los Premios Nobel nacionales, los gestores políticos de la Segunda República y prácticamente lo más renombrado de la generación del 98, de la del 14 y de la del 27.
La Institución nace, según sus propias palabras, para “discutir tranquila y amistosamente cuestiones de legislación, de política, de economía y, en general, de toda materia que se reconociera de utilidad pública” y sin duda lo consiguió.
Tomando un tentempié en Casa Manolo. No toda la política se hace en el Congreso, y desde luego en España la tradición de resolverlo todo mientras se bebe y se come es ancestral y recurrente. Y eso en Casa Manolo lo saben. Situado al lado del Congreso tiene el privilegio de haber dado de comer a tres cortes durante un siglo. No olvides probar sus croquetas mientras disfrutas del ambiente político que se respira siempre entre semana.
Continuando en La Taberna del Alabardero. Junto al Palacio de Oriente, es una de las tabernas más emblemáticas de la vida política y cultural de Madrid, que recogió las reuniones clandestinas entre Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, Antonio Fontán y Felipe González, reuniones que permitieron sentar los acuerdos y las bases de nuestro actual sistema democrático y de nuestra Constitución.
Hasta llegar a La Posición Jaca. Paseando por los Jardines de El Capricho, situados en la Alameda de Osuna, es difícil imaginar que a 14 metros por debajo nos encontramos con el búnker conocido como “Posición Jaca”, una obra realizada durante la Guerra Civil, diseñada para resistir ataques químicos y que tiene en su diseño elementos propios de los submarinos. Fue el Cuartel General del Ejército Republicano en plena Guerra Civil y lugar de reunión del Estado Mayor de los generales Miaja y Rojo. Un lugar que ha permanecido cerrado al público durante más de 30 años, pero cuyos 2.000 metros cuadrados hoy pueden visitarse todos los sábados y domingos.
Visitando a la desconocida Julia. Paseando por el mítico barrio de Malasaña puedes toparte con ella. Pasa casi inadvertida. Descalza y apoyada suavemente en la pared está Julia. Si te detienes a conocer su historia ya no la verás igual. En la calle Pez y sujetando unos libros y carpetas esta escultura es un homenaje a la primera mujer que se atrevió a ir a la universidad en 1840, cuando era un espacio reservado únicamente a los hombres. Dicen las lenguas que podría tratarse de Concepción Arenal, que se coló en la Universidad Central de Madrid disfrazada de hombre para poder asistir a las clases de Derecho. De lo que no hay duda es de que se trata de un homenaje a las que lucharon y luchan por los derechos de la mujer y la igualdad de género y un recordatorio para todas de su esfuerzo y nuestra responsabilidad.
Deteniéndonos en un púlpito con historia. En mitad del gentío de la Plaza Mayor es difícil reparar en él, y los que lo hacen a menudo lo ven como un elemento ornamental más, pero no lo es. Si te adentras a través del “Arco de Cuchilleros”, encontrarás esta extraña barandilla semicircular que tiene forma de púlpito. Se dice que en 1808 fue desde él desde donde el fraile Antonio del Convento San Gil pronunció un discurso que alentó a un gran número de madrileños a levantarse contra el invasor francés en ese histórico Mayo, germen de lo que luego sería la Guerra de la Independencia.
Visitando el Monasterio de las descalzas. Un convento de clausura por el que pasaron importantes personajes de la realeza, pero lo que poca gente conoce es que, según los archivos, fue el lugar donde se celebraron las primeras Cortes en Madrid en el año 1329, cuya celebración se trasladó a Madrid por ser un lugar que geográficamente facilitaba las comunicaciones. El objetivo de estas Cortes fue discutir la mejor forma de hace frente a los desafíos del Reino de Castilla entre los que destacaba la guerra contra los musulmanes.
Deleitándonos en la Biblioteca Nacional. No es una desconocida, pero si una olvidada. Entre sus colecciones posee una de un carácter muy especial y poco habitual en los documentos de este tipo de instituciones. Alberga una colección de carteles de propaganda entre los que encontramos una sección exclusivamente de política que hace las delicias de los interesados en comunicación política. La colección únicamente puede ser admirada a través de visitas especializadas.
Y terminado en el Edificio Telefónica. Uno de los primeros edificios “altos” de Madrid, construido entre 1926 y 1929 y el emblema de una época. Fue el centro neurálgico de las telecomunicaciones de nuestro país, pero a los seis años de su puesta en funcionamiento estalló la Guerra Civil y tras el fracaso del pronunciamiento en Madrid, la ciudad se convierte en objetivo militar de los sublevados. Es en este contexto donde el edificio adquiere mayor importancia, pasando a convertirse en el nudo de comunicaciones que el Gobierno utilizaba con el exterior. Además ofreció servicios de comunicación a los distintos corresponsales de guerra que se alojaban en los hoteles de las inmediaciones y no cesó en su labor de central de comunicaciones pese a recibir el impacto de incontables proyectiles durante el conflicto. Hoy sigue perteneciendo a Telefónica y es su sede social.
Unos pocos de los innumerables rincones por descubrir en Madrid si buscas una mirada política en tu próxima visita.
Marina de Miguel es Socia-fundadora de RedComPol. (@redcompolitica)
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