Turismo de magnicidios en Madrid

ALBERT MEDRÁN

A lo largo de los siglos XIX y XX, Madrid fue el escenario de los asesinatos de cuatro presidentes del Gobierno. Prim, Canalejas, Dato y Carrero Blanco perecieron en sendos atentados en varios puntos de la capital no demasiado lejos los unos de los otros. La Puerta del Sol, la Puerta de Alcalá, el barrio de Salamanca y Cortes son los escenarios. Los que vivimos o visitamos Madrid pasamos muy a menudo por lugares que, hace ya varias décadas, marcaron la historia del país, y lo hacemos casi sin darnos cuenta.

Calle Marqués de Cubas: el atentado contra el General Prim

El General Prim, tras ocupar varios cargos políticos, fue presidente del Consejo de Ministros desde junio de 1869 hasta su muerte el 30 de diciembre de 1870. Su llegada a la presidencia del Gabinete se da tras la Revolución de 1868 y fue uno de los máximos valedores de Amadeo de Saboya como Rey de España. De hecho, murió horas antes de la llegada del breve monarca.

El 27 de diciembre de 1870 se terminaron de decidir en las Cortes algunos aspectos relacionados con la Casa Real. Un mes antes, las Cortes habían elegido por mayoría dar la corona de España al duque de Aosta, Amadeo de Saboya, que reinaría bajo el nombre de Amadeo I.

Prim abandonó el Palacio de las Cortes, el actual edificio del Congreso de los Diputados, para preparar su viaje a Cartagena para recibir al nuevo rey.

Sobre las 19:30 horas, el General subió a su carruaje y siguió el camino habitual, girando a la izquierda en la calle del Turco, hoy conocida como calle del Marqués de Cubas. En la esquina de esta calle con la Calle Alcalá, en una de las puertas actuales del Banco de España y a escasos metros del Palacio de Buenavista –residencia, por aquel entonces, del presidente-, dos carruajes impedían el paso de la berlina presidencial.

Aprovechando la confusión, tres individuos se acercaron al carruaje y abrieron fuego, hiriendo de gravedad al presidente. Tras el ataque, el carro del presidente pudo seguir hasta llegar a la calle Alcalá y se dirigió al Palacio. Prim entró por su propio pie y fue atendido por sus heridas. Moriría tres días más tarde a consecuencia de la infección de las mismas.

Puerta del Sol: Canalejas cae abatido

Canalejas ocupó cuatro carteras ministeriales, la presidencia del Congreso de los Diputados y la presidencia del Consejo de Ministros hasta su muerte en 1912. Inició una serie de reformas, como el impuesto de consumos, creó el servicio militar obligatorio e intentó dar respuesta a las aspiraciones catalanas con el proyecto de Mancomunidad catalana con Enric Prat de la Riba. Presidió tres gobiernos distintos y tuvo que hacer frente a una sublevación republicana.

Pese a ello, las reformas no pudieron continuar, ya que el 12 de noviembre de 1912, mientras miraba el escaparate de la librería San Martín, fue tiroteado por el anarquista Manuel Pardiñas Serrano. La librería estaba en el número 6 de la Puerta del Sol, donde hoy encontramos una joyería y una efigie del presidente asesinado recuerda el trágico suceso. A las 11:25 horas, el anarquista disparó dos tiros certeros a la cabeza del presidente, acabando con su vida.

Se cree que en realidad el objetivo del asesinato era el rey Alfonso XIII, que debía estar en la Puerta del Sol a esa hora. El asesino de Canalejas trató de huir pero fue perseguido por un policía que le abatió, muriendo también ese día.

Canalejas fue enterrado el 13 de noviembre en el Panteón de los Hombres Ilustres. Con su muerte, el Partido Liberal perdió a su líder, siendo el origen de su fin como partido tras una larga pugna por el liderazgo.

Plaza de la Independencia y el atentado a Eduardo Dato

Nueve años después del asesinato de Canalejas, el presidente Eduardo Dato sufrió otro mortal atentado. Dato, al igual que Canalejas, también fue ministro en varios gobiernos de Su Majestad y presidió el Congreso de los Diputados.

Gobierna desde octubre de 1913 y lo hará hasta su muerte, con un paréntesis de algo más de dos años y medio. Fijó la política de neutralidad de España durante la I Guerra Mundial, accedió a la formación de la Mancomunidad Catalana y aprobó las Juntas Militares. Vivió años socialmente convulsos, con la tensión social como pauta. La recesión posterior a la Gran Guerra y el auge de la lucha del movimiento obrero –el pistolerismo catalán- son el telón de fondo de su asesinato.

El 8 de marzo de 1921, los anarquistas Pedro Mateu Cusidó, Luis Nicolau Fort y Ramón Casanellas Lluch atentaron contra el presidente. Salió, bien entrada la tarde, del Senado que está en la Plaza de la Marina Española, y se dirigió en el coche presidencial hasta su casa en la zona del inicio de la calle Serrano.

Desde las 19 horas, los anarquistas daban vueltas en Cibeles. Esperaban la llegada del coche presidencial. Justo en Cibeles, el coche de Dato siguió su camino hacia la Plaza de la Independencia, mientras el Ministro de Guerra, que iba en el coche trasero, cambiaba de dirección. El coche subía por Alcalá y al llegar a la Puerta de Alcalá debía girar a la izquierda hacia Serrano. Era el recorrido habitual. Los anarquistas identificaron ese momento como el más vulnerable.

Así, a las 19:14 el “Hudson” de color negro con matrícula ARM-121 frenaba y el sidecar de los asaltantes se acercó para disparar al vehículo durante más de dos minutos. Agotaron la munición a gritos de “¡Viva la anarquía!” y escaparon por Serrano hasta Ciudad Lineal con un sidecar Indian de color gris con un motor de 7 cv.

El presidente murió en el acto: 18 balas impactaron en el coche.

La operación Ogro: Luis Carrero Blanco y el atentado en Claudio Coello

El del almirante Luis Carrero Blanco es el último magnicidio de la historia de España. Participó en el bando fascista durante la Guerra Civil y fue uno de los hombres de confianza del dictador Francisco Franco. Por ello, ocupó varios cargos gubernamentales hasta llegar a la presidencia del Gobierno en 1973, llamado a ser el responsable de continuar la obra del Caudillo tras su inminente muerte.

La “Operación Ogro” de la banda terrorista ETA acabó con su vida en diciembre de 1973, dando lugar a uno de los momentos clave del tardofranquismo, por la trascendencia política del asesinato, así como la espectacularidad del atentado.

Los terroristas alquilaron un semisótano en el 104 de la calle Claudio Coello, en el corazón del barrio de Salamanca. Excavaron un túnel por debajo de la calzada de la calle. Esa operación les permitió colocar los explosivos (unos 100 kg de Goma-2) que estallaron al paso de su coche oficial.

Ese 20 de diciembre, el almirante hizo su recorrido habitual. Salió de su domicilio en el número 6 de la calle Hermanos Bécquer y fue a misa en la iglesia de San Francisco de Borja en el 104 de la calle Serrano, en frente de la embajada americana. A las 9:25 horas, subía al coche tras salir de misa. Minutos más tarde, el coche presidencial saltaba por los aires y se elevaba más de 30 metros hasta llegar a la terraza interior del convento adyacente a la iglesia.

Hoy puede encontrarse una placa en memoria del presidente.

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Albert Medrán es director de comunicación en Change.org. Publicado en www.albertmedran.com.

Publicado en Beerderberg

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