¿Todos los políticos mienten?

CRISTIAN SALOMONI

Estoy seguro de que algunos de vosotros habéis utilizado la frase “todos los políticos mienten” y estamos tan acostumbrado a esto que el hecho de no darle importancia solo subraya lo ocurrente que es esta realidad.

Pero hay que saber que todos mentimos. Y de hecho lo hacemos bastante. Si mantenemos una conversación superior a los diez minutos, mentiremos en el 20% de lo que digamos, ya sea por exageración, omisión, minimización o evasivas. Además, vivimos en un mundo repleto de mentiras: ¿a quién no le llega correo basura o mensajes engañosos sobre supuestas loterías? Somos blancos cada día de la publicidad engañosa de la televisión que nos ofrece productos milagrosos que en verdad no funcionan o basta ver el telediario que cuenta de estafadores profesionales. Lo tomamos como un hecho normal y está tan arraigado en la sociedad que, si quitásemos toda esta mentira, no solo no conoceríamos nuestra sociedad sino que sería muy difícil vivir en ella.

¿Os imagináis decir la verdad siempre? ¿Como en la película de Jim Carrey Mentiroso Compulsivo? Aunque nos quedaríamos a gusto al decir a nuestro jefe lo que de verdad pensamos de él, una sociedad así no puede existir, necesitamos esas mentiras piadosas para poder vivir en sociedad y llevarnos bien con todo el mundo. Al final la mentira es un lubricante social que nos permite vivir en armonía y no en el caos.

Pero en política esto no debería pasar, ¿o sí? Por mucho que analicemos, nadie pasa el corte de la mentira, ni tú que estas leyendo este artículo, nadie va a ser un candidato “puro”, pero ¿esto significa que no podemos ser candidato para la política? A lo mejor la única solución sería montar un robot.

Si la política fuera una tienda lo que vendería seria la confianza, y la contraprestación sería la mentira. En el escaparate encontraríamos cosas como la ideología, el candidato o la campaña con sus eslóganes y carteles.

En mi trabajo como experto en comportamiento no verbal me ocupo de analizar a los políticos para saber cómo se sienten. Esto es importantísimo y potentísimo. Analizo su comunicación no verbal, ese lenguaje silencioso que nunca calla. Miro fijamente horas y horas de debates y declaraciones ante los medios, desgrano las campañas electorales para ver una cosa fundamental para mí en la política: la congruencia. Con esto me refiero a la congruencia entre lo que dice y como lo dice, la gran máxima de ser, estar y parecer.

La comunicación no verbal es el lenguaje más sincero, más rápido y por eso más fiel. Cuando encontramos una incongruencia emocional y comunicativa allí está la mentira del político, porque no está alineado. Como cuando a Rubalcaba se le pregunta si pondría la mano en el fuego por José Blanco y con las palabras dice que sí, pero sus gestos con el rostro y con la mano son de negación absoluta. Como cuando Matteo Salvini, político de la Liga Norte ya famoso en España para haber prohibido la entrada en Italia del Aquarius, se pone en la mano en el corazón jurando que el migrante es su hermano, la lástima es que lo hace después de decir la palabra y eso significa que no es un gesto natural, sentido, porque si lo fuera llegaría una décima de segundo antes. O cuando Cospedal y Soraya juran que tienen una buena relación, y sus miradas y cuerpos se alejan completamente dejando sillas vacías por el medio.

La literatura nos da muchos ejemplos también ya convertidos en históricos, como el de Nixon que delante de una “manada” de periodistas afirma que “no es un político corrupto” se aleja del atril con miedo y cruza los brazos para defenderse como un niño que acaba de hacer algo malo.

Por eso los asesores políticos tienen que alinear a los políticos para que sean congruentes. Para que sepan que el votante no vota por cómo es el candidato sino por cómo son ellos. Por eso ahora Pedro Sánchez con unas brillantes acciones comunicativas (o de marketing) se muestra cómo es, al natural, con su perro, poniéndose las gafas en el avión, Errejón posa para una revista, Soraya se va de karaoke… Por fin se muestran naturales y auténticos.

Todavía hay gente que se pregunta cómo Donald Trump pudo llegar a la casa Blanca. Pues la respuesta está en este artículo. Esta persona es totalmente congruente con lo que piensa, lo que dice y cómo lo dice. Una persona que es así, que es tan natural, no te puede mentir. Es una persona impresentable y no lo esconde.

Por eso hay que tener cuidado porque si no estamos alineados, nuestro cuerpo nos delatará, y siempre lo hace.

 

Cristian Salomoni es criminalista experto en comportamiento no verbal. Es profesor en universidades, imparte clases en importantes institutos de humanidades y negocios y fundaciones universitarias. También colabora con medios de comunicación españoles e internacionales. Vicepresidente de ACoNVe (@SalomoniCris)