Serie: »Derry girls». La vida es lo que pasa durante The Troubles

ALEXANDRA VALLUGERA

Derry Girls es una sitcom irlandesa, producida por una productora independiente británica (Hat Trick Productions) y emitida por primera vez por Channel 4, canal público británico, en enero-febrero de 2018. La segunda temporada, contratada después de la emisión del primer episodio, se pasó en marzo-abril de 2019 y ya está en producción una tercera temporada, para 2020. En noviembre de 2018 Netflix la adquirió y en diciembre ya la estaba emitiendo. Es una de las series más exitosas que haya emitido Channel 4 y la más vista en Irlanda del Norte desde que hay registros sobre audiencias.

¿Por qué es relevante que Derry Girls tenga unas audiencias millonarias y sea una serie de éxito? ¿Qué tiene Derry Girls que la haya situado entre las comedias más valoradas de los últimos tiempos? Pues probablemente esto, que es una comedia. Que relata en clave de comedia la vida de cinco adolescentes en el Derry de los años 90 del siglo XX, una época convulsa, conocida como The Troubles, que se discute si puede ser considerada una época de guerra o “simplemente” como “violento conflicto sectario entre protestantes y católicos”, como lo define la Enciclopaedia Britannica.

Es una serie coral, con Erin, Orla, Michelle, Claire y James, las cuatro chicas norirlandesas y el chico inglés, de protagonistas y con un entorno familiar y escolar que les acompaña en su vida y en la comedia. Los personajes de la directora del colegio, Sister Michael, la monja que practica taekwondo; los padres y el abuelo de Erin, Mary, Gerry y Joe, que forman una familia muy unida y a la vez muy discutidora; las madres de las otras chicas; los tenderos del barrio… todos ellos tienen un peso importante en el desarrollo de la comedia, pero sobretodo en la transmisión al espectador que la vida de las adolescentes transcurre dentro de la normalidad en un entorno absolutamente anormal, como lo es crecer en un lugar en que los enfrentamientos y la violencia es el pan de cada día.

Temas como el conflicto entre católicos y protestantes, entre republicanos y unionistas, están presentes desde el primer capítulo, en que queda claro que las chicas van a un colegio privado religioso católico, lo que indica el posicionamiento político y religioso de sus padres, aunque en ningún momento de la serie se hace mención explícita a la opción política de los adultos. Las chicas toman partido por su país, por su ciudad, por su identidad, sin que por ello dejen de ser críticas con los que perciben como los suyos. Y la construcción de su identidad también pasa por la creación de un otro, que en el primer capítulo, se traduce en burlas y pullas a James, el primo inglés de Michelle, que se ha trasladado a Derry a vivir con su tía materna y su prima por el divorcio de su madre. La llegada de un chico inglés a un colegio religioso exclusivamente femenino se debe a que no están convencidos que pueda ser bien recibido en un colegio religioso católico masculino. Pero no sólo se percibe el rechazo de las católicas al protestante; cuando James llega a Derry también las considera una gente intransigente, cerrada, con un dialecto ininteligible y terroristas por si acaso.

Pero este conflicto, este estado de semiguerra o de guerra de baja intensidad, no sólo se refleja en opiniones o comentarios expresados por los personajes, porque realmente no hay demasiadas referencias explícitas en boca de ningún personaje a una determinada opción política. El conflicto es parte de la serie en sí misma: no se habla de él, sino que tiene un papel en la serie, como un personaje más.

Sin ánimo de hacer spoilers, y los hay a partir de esta frase, las situaciones que a nosotros nos parecerían extraterrestres, son el día a día de las chicas de Derry. Controles militares en los caminos al colegio, con soldados de la RUC armados hasta los dientes, con metralletas, entrando en autocares escolares; barricadas en medio de la calle que hay que sortear para ir a comprar un fish&chips; desactivación de maletas sospechosas que han sido “olvidadas” en un autobús de línea Derry-Belfast (de hecho, es de una de las chicas, pero no quiere confesar a la directora del colegio que va llena de vodka para el concierto de Take That en Belfast) por grupos de artificieros en medio de la carretera, con todo el pasaje mirándolo con cara de aburrimiento.

El conflicto es bélico y afecta y está presente en todas y cada una de las actividades cotidianas de la población. Afecta tanto que en uno de los episodios la família de Erin, con todos los miembros además de las chicas, se va a Dublín para evitar tener que soportar la marcha orangista que pasa por su barrio todos los años. Lo que hace de Derry Girls una serie diferente es que esta marcha, este intento de humillación, no es el eje central del capítulo: lo es la excitación de las chicas por ir a Dublín, la preocupación de Mary por si tiene libras irlandesas (el diálogo con su hermana sobre las monedas “de verdad y las otras” es hilarante), la discusión en la cafetería por si hay o no hay un tipo de bocadillo,… El eje central de cada capítulo es la normalidad de unas adolescentes creciendo y sus conflictos y sus tensiones con la familia, el colegio, entre ellas, con los chicos y con ellas mismas.

Las referencias al conflicto, como he dicho antes, no se dan en los diálogos entre personajes sino es muy tangencialmente y de manera sarcástica (imperdible el combate dialéctico entre Sister Michael y la directora del colegio protestante masculino en el primer capítulo de la segunda temporada) pero la actualidad política y del conflicto se sigue a través de las noticias de televisión y de la radio, que forman parte de diferentes escenas domésticas. Y en ellas sí que se sabe en qué momento en concreto de la década de los noventa Erin se queda esperando una cita sin que aparezca, Claire sale del armario, Michelle se abraza a su primo James y Orla se marca una clase de fitness en el festival del colegio.

El proceso de paz en Irlanda del Norte, con la tregua ofrecida por el IRA en 1994, las negociaciones de Gerry Adams (Sinn Féin) y John Hume (Social and Democratic Labour Party), la visita de Bill Clinton a Derry en 1995, … todo ello está presente y conforma el entorno en el que 5 adolescentes crecen y se enfrentan al mundo. Pero lo hacen, sobre todo, desde el humor, el sarcasmo, la ironía, el humor negro y la comprensión plena que la vida es aquí y ahora y es mejor ir y conocer a los chicos ucranianos que vienen de intercambio que alguno valdrá la pena (incluso si es un protestante que se ha despertado en Derry después de volver de Ibiza completamente borracho) que quedarse en casa.

Y este es el gran logro de Derry Girls, desde mi punto de vista. Sin disminuir ni edulcorar el conflicto, saber hacer una serie en que se pueda reír a carcajadas.

PD: En Irlanda del Norte, y se rumorea que puede ser debido a la tensión con la salida inminente del Reino Unido de la Unión Europea, el famoso Brexit, se han vuelto a suceder episodios de violencia. El hecho de que IN votara masivamente por un Remain y la vuelta a una frontera física y visible con la República de Irlanda, desaparecida (o disimulada) a partir de los Acuerdos de Viernes Santo en 1998, parece que pueden ser la causa de una nueva oleada de disturbios y conflicto. En abril de 2019 una periodista, Lyra McKee, de 29 años, murió de un tiro que le impactó en la cabeza mientras cubría unos disturbios en Derry, precisamente. Se sospecha del New Ira, con detenciones de 4 hombres. Pero la novedad, esta vez, es que la ciudadanía de Derry ha contestado “Not in our name!” en un mural histórico de la ciudad. Parece que es difícil que The Troubles vuelvan a empezar, aunque haya quien lo pueda intentar.

Alexandra Vallugera es Politóloga y consultora de comunicación (@alexvallbal)

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