El Gobierno argentino adoptó el concepto de «revolución» para su propaganda, vendió la idea de una transformación cultural, económica y política. Por otro lado, la oposición, sindicatos y sectores del peronismo y radicalismo utilizaron el concepto de «caos» para describir la situación actual de Argentina. Así lo planteó Damián Cunale, director del diario El Territorio, durante su ponencia en el Beers&Politics que se realizó el viernes 15 de noviembre, en Posadas.
En tanto, Carla Chini, comunicadora y analista de opinión pública, expuso que Javier Milei mantiene un alto nivel de apoyo entre los jóvenes. Sucede que este grupo etario aún confía en que cambiará el rumbo de Argentina y que será una potencia. Sin embargo, reconocen que -hasta el momento- no se cumplió con la revolución, las promesas de campaña y se tomaron medidas contrarias a sus intereses.
Reformas políticas y económicas
Al analizar más a fondo, Cunale observó que hay mucha propaganda en torno a los conceptos de revolución y caos, pero poca sustancia. Consideró que el gobierno intenta convencer que lleva adelante una revolución, cuando en realidad no rompe estructuras. En algunos casos, incluso se retrocede hacia un conservadurismo histórico, tanto político como económico.
En el ámbito político, más que una revolución, se implementan parches regulatorios. Una verdadera reforma, según Cunale, implicaría un país más federal, rediscutir la coparticipación federal de impuestos y el rol de las provincias y funcionarios nacionales.
En el ámbito económico, sucede lo mismo. Sostuvo que las medidas actuales no cambian la estructura interna. Entiende que una verdadera revolución económica debería incluir una reforma fiscal, que alivie la presión sobre los más pequeños y aumente sobre los más grandes.
Para Cunale, una reforma fiscal debería hacer que la producción argentina sea competitiva a nivel mundial. Contrario a eso, hoy se abren las importaciones y eliminan gravámenes sin modificar la estructura impositiva de la producción interna. Esta situación recuerda a la década del 90, que “no terminó bien para la economía del país”, advirtió.
El cambio, según los jóvenes
De enero a octubre, Carla Chini realizó una investigación para conocer la opinión de jóvenes libertarios. En su intervención en el Beers&Politics, planteó que no hablan de un caos aunque tampoco es la revolución que esperaban. “Ellos constantemente repiten que el gobierno desarrolla una organización controlada y que tienen mucha fe y esperanza. Aunque, estos sentimientos disminuyeron en el transcurso del año”, explicó.
En el intercambio con los presentes, relató que los jóvenes valoran el esfuerzo y la responsabilidad. Son conceptos que se repiten en los discursos de Milei. Los jóvenes mencionan que, aunque la sociedad no está bien, están dispuestos a esforzarse. A la vez, reconocen sus contradicciones. Aceptan los recortes de fondos a las universidades públicas, más allá de que no puedan pagar una privada. Al respecto, Chini señaló que para “ellos es necesario debido a la inacción de gobiernos anteriores”, con esto justifican las medidas de la gestión libertaria.
Caos en la política, no en la calle
Cunale también mencionó que, al igual que el gobierno vende la idea de una revolución inexistente, la oposición lo hace con la del caos, que no se refleja en las calles. En realidad, el caos no está presente en la vida cotidiana de los ciudadanos.
“Creo que la gente está dispuesta a resistir porque, al mirar a su alrededor, encuentra las mismas razones que la llevaron a votar a Milei: no hay alternativas claras”, expuso al ser consultado sobre ¿hasta cuándo tendrá apoyo? En ese contexto, observó que falta una figura que rompa con lo anterior y ofrezca algo realmente distinto, alguien nuevo. Las «nuevas canciones» de las que tanto habló el kirchnerismo no lo son realmente, son los mismos discursos con otro intérprete. “Pero esas canciones, por sí solas, ya no alcanzan”, aseguró.
“El país vive en una tensa calma, que podría estallar en cualquier momento, aunque nunca se sabe exactamente por qué”, afirmó el periodista. En Argentina, las crisis suelen detonarse más por razones económicas que políticas; especialmente cuando afectan a la clase media que, en gran parte, ya no existe. Muchos de los que antes se identificaban como clase media ahora son clase baja, y son pocos los que ascendieron.
En 2001, la explosión se dio porque se confiscaron los ahorros a través del corralito implementado por el Gobierno de Fernando de la Rúa. Pese a que muchos han decidido quemar sus ahorros, podrían surgir otros intereses no tan visibles que, si se ven amenazados, detonen un nuevo estallido. Por ahora, la decisión de aguantar parece firme.
Votaron por sus padres
En las elecciones generales de Argentina del 2023, uno de los grandes cambios sociales fue que los jóvenes votaron “por sus padres”. Del trabajo que realizó Chini, se desprende que están cansados de que sus padres no lleguen a fin de mes, sin empleo y en malas condiciones. En su exposición, la analista de opinión pública resumió que los jóvenes votaron por un cambio, por sus padres. Esto marca una nueva tendencia, ya que en comicios anteriores eran los padres quienes orientaban el voto.
Otro dato que reveló es que los jóvenes reconocen que Milei necesitará tiempo, entre 7 y 30 años, para transformar el país. Asimilan el discurso del presidente. En ese marco, Chini comentó que al inicio de la investigación, los jóvenes manifestaron ser apolíticos. Recordó que se negaban a hablar de política, pero al avanzar el diálogo aparecieron muy claros los conceptos de Javier Milei.
Disrupción y redes sociales
Para los jóvenes, la aparición de Javier Milei en el escenario político argentino fue disruptiva. Una nueva forma de comunicación. Un discurso que rompió las tradiciones de moderación, con falta de empatía y pocos recursos lingüísticos. En su alocución, Carla Chini detalló que para los jóvenes la mayor fortaleza del presidente es que cumple con la palabra, una gran diferencia con lo que denominan la casta. Lo ven como una persona común, uno más de los que sufren décadas de decadencia.
El nuevo imaginario se construyó a través de las redes sociales. Con Tik Tok como herramienta fundamental, tanto de propaganda como de expansión del mensaje centrado en la imagen presidencial. En el cruce de ideas, el público coincidió en que las burbujas están más vivas que nunca. En particular, la red social X que, a través de los algoritmos, creó time lines bien diferenciados. “Uno es el que vemos nosotros y otro el que tienen ellos”, puntualizó Chini. Según la especialista en opinión pública, la red social diferencia intereses, edades y costumbres de cada uno de los usuarios. El círculo de la comunicación cierra con los grupos y canales de difusión de WhatsApp.
Estas herramientas sirvieron a La Libertad Avanza para difundir el mensaje. La promoción de los candidatos a través de redes sociales reemplazó la cartelería y el cotillón de campaña en la vía pública. Esta estrategia, de acuerdo a Chini, fue muy valorada entre los jóvenes, debido a que consideran un gasto innecesario los carteles en las calles.
El debate, que se dio en el Beers&Polítics, concluyó que el primer año de gobierno de Javier Milei estuvo marcado por una fuerte propaganda de revolución. Mientras que en la práctica, las acciones fueron más conservadoras y de parche.