CRISTIAN SALOMONI
Nunca me cansaré de aconsejar que la gente vea la película “The Village”, (en castellano “El bosque”) por su enorme contenido filosófico y político.
Será por deformación profesional, pero me gusta analizar las películas: buscar qué quiere decirnos el director y los guionistas, contemplar los planos, los detalles y los símbolos preguntándome ¿qué mensaje quieren trasmitirnos?, ¿hay una moraleja? ¿narra la realidad que estamos viviendo o intentan ver el futuro que nos espera?
Si no has visto la película puedes seguir leyendo o este seria el momento para parar momentáneamente la lectura y retomarla cuando la hayas visto.
Árboles, campos, animales, estamos sin duda sumergidos en la naturaleza, se trata de un aldea en un valle de Filadelfia rodeado de bosques. Los aldeanos son gente simple, que viven con humildad sin utilizar ningún tipo de tecnología, como si fuera un aldea del siglo pasado, pero parecen ser felices. Sin embargo, deben estar siempre alerta, pues en los bosques que los rodean habitan unas enigmáticas criaturas capaces de aniquilar a la comunidad. Afortunadamente, ha existido siempre una tregua entre las criaturas y los aldeanos, con cada bando respetando el territorio opuesto. Los confines tienen que respectarse y son debidamente marcados.
Pero todo cambia cuando un aldeano recibe una grave herida, y será necesario que alguien atraviese el bosque, en busca de medicinas para curar al herido… y eso podría destruir la frágil tregua entre la aldea y los habitantes del bosque.
Pero no todo es lo que parece y una vez mas el director del “Sexto sentido”, M. Night Shyamalan, da un giro inesperado en la narración porque en verdad no se trata de un aldea del pasado que no usa tecnología porque no haya sido todavía inventada o creada. En verdad, se descubre que la comunidad ha sido fundada por grupo de personas, autoproclamados “los ancianos fundadores”, que decidieron formar esa aldea escapando del dolor de la vida moderna.
¿Qué de político hay en esta película? Todo.
Para mantener su comunidad unida tuvieron que crear una mentira, fabular un chivo expiatorio, un mal fuera de los muros que rodean el bosque, en definitiva buscar un culpable para crear unas fronteras intransitables. Por eso la comunidad está unida por el miedo. Miedo a las criaturas, miedo hacia los limites fronterizos y miedo al bosque.
El miedo es parte de nuestra condición de ser humano, al no conocer nuestro futuro, y por eso hemos transformado este miedo en productos culturales como las instituciones. Esta creación es muy positiva porque hace que produzcamos culturas, comunidades, historia, símbolos etc., pero como el miedo nos abre al mundo y a la curiosidad también puede cerrarnos hasta llegar a no pensar, y quitarnos nuestro sentido critico.
La política tendría que ser el instrumento para organizar nuestro futuro y poder vivir juntos en armonía, para que todos tengan los mismos derechos y libertades, pero hay también una política que produce un miedo artificial que promete resolver pero que en verdad ella misma ha creado. En lugar de resolver el miedo muy normal de un joven que no encuentra trabajo, la maquina del miedo le dice que es culpa de un migrante y repitiendo a la saciedad esta mentira al final la comunidad se lo cree. En lugar de preocuparse de explicar el verdadero motivo del porqué los jóvenes no forman familia, o en lugar de dar mas ayuda a las parejas que quiere tener un hijo, le dice que es culpa de otros.
Y la gente que repite esta mentira y utiliza esta política del miedo al final viene votada y entra en las instituciones porque el miedo se ha convertido en moneda de mercado a cambio de votos. Obviamente este miedo no será nunca resuelto porque si lo resolviera nadie le votaría y por eso constantemente tendrá que tener vivo este miedo.
Los ancianos del aldea siempre tendrán que hablar de los monstruos, siempre tendrán que enseñar algo que demuestre su existencia, sino el grupo se rompería.
El resultado es el desastre. El grupo se cierra y al final empeora. En Italia la Lega de Salvini, la España de Vox, el Brasil de Bolsonaro, la Francia de Marie Le Pen… nunca resolverán el miedo al migrante y al refugiado porque, sino, no los votarían y por eso en los periódicos y en los medios de comunicación en general solo ponen problemas de inmigración y de seguridad cuando las estadísticas dicen todo lo contrario: que en Italia han disminuido los robos y los asesinatos. Por eso el monstruo es Carola la capitana del barco Sea Watch 3. O la criatura innombrable es el colectivo gay que destruye la familia.
Nadie puede pasar los confines, es ilegal. Pero en la película hay alguien que quiere pasar la frontera: una ciega y un loco, dos personajes que son considerados la parte marginal de la sociedad, son ellos quienes potencialmente pueden romper la armonía de la comunidad, son ellos que ven mas allá, que ven la otra parte de la sociedad, ven la puesta en escena, la falsedad de la aldea.
Las instituciones utilizan el miedo para controlar la sociedad, y te dicen además a quien tener miedo. Nos privamos de nuestra libertad para tener seguridad. ¿Quién son hoy en día los monstruos a los cuales le damos la culpa de todos nuestros males? ¿Los migrantes?, ¿los homosexuales?, ¿el diferente?, ¿el otro?.
Cristian Salomoni es criminalista experto en comportamiento no verbal. Es profesor en universidades, imparte clases en importantes institutos de humanidades y negocios y fundaciones universitarias. También colabora con medios de comunicación españoles e internacionales. Vicepresidente de ACoNVe (@SalomoniCris)