El partido liberal fértil en traiciones é intrigas, cuando trata de medir sus armas con las de los leales defensores de nuestro Rey Carlos V (Q.D.G.), ha podido lograr en Navarra y Provincias vascongadas el efímero triunfo de comprar al vil Maroto y unos cuantos seres despreciables y de alma tan baja como la suya, habiendo resultado de la traicion , grande y ventaja para la causa del rey, que ha descubierto los hombres pérfidos y venales, que abrigaba en su seno ; y arrojados de el para siempre van a ser el desprecio de aquellos en cuyos brazos se han lanzado cobardemente.
Monstruos de semejante naturaleza estan obligados á combatir á todos los españoles sin distincion de edades ni sexo por sagrado deber de la mas santa y justa de las causas que se han defendido hasta el dia. Este duque de farsa, al que impropiamente le llaman de la Victoria, este comerciante Espartero hace en la guerra una especulación puramente mercantil, y el silbido del plomo le causa mas respeto que el trono vacilante de la niña á quien sirve; el oro, el veneno, la intriga y todas cuantas cosas puede sujerir el espíritu infernal, han sido puestas en juego por este vil traficante. Ha apelado á todas las raterias propias de los liberales, propias de aquellos hombres que como él no conocen religion, probidad, ni buena fe, ni todas aquellas cosas que constituyen el hombre de bien. El infame Cabañero, convertido en capitan de bandidos, es en el dia uno de sus predilectos, porque conoce en él unos sentimientos tan viles como suyos; infelices unos y otros os engañais torpemente en vuestro triste juicio, y una triste esperiencia os hará conocer que no perdonaré recursos para destruir planes infernales y que hallen vuestro sepulcro en este pais, allí donde se hallan sepultados millares de vuestros antecesores.
Eterna ignominia cubrirá á los indignos españoles que con descarada imprudencia, y á una con sus enemigos, han trabajado por mas de dos años para inutilizar la noble sangre que con envidiable ha derramado la fidelidad en los campos vascos-navarros. Si entre vosotros circulasen las palabras venenosas de la paz y fratenidad, abominad de ellas y avisadme.No hay otra paz que la que nos dará nuestro amado rey Carlos V, nunca más ilustre que cuando aparece mas desgraciado. ¡Voluntarios! me conoceis y os conozco: pelearé, siempre como general y como soldado.
Viva la Religion
Viva el Rey absoluto
Enviado por Enrique Ibañes