Por qué es buena idea comportarse en la red como lo harías en la vida real

JAVIER LÓPEZ MENACHO

No es casualidad que las figuras públicas que trascienden al primer plano mediático tengan ciertos problemas con su reputación digital. Le ha pasado recientemente al ministro más fugaz de la historia, Máxim Huerta, y el último caso en trascender ha sido el de Andrés Gil, el periodista que borró miles de tweets de su cuenta personal a poco de filtrarse su candidatura para presidir RTVE.

El pasado y el presente se unen en este vértice de nuestra historia digital, donde dejamos atrás la época del Internet salvaje para configurar un nuevo espacio en el que el autocontrol es clave a la hora de actuar en las redes sociales y en los escritos que colgamos en el ciberespacio.

Más allá de un debate necesario sobre la responsabilidad de nuestro yo pasado sobre nuestra reputación presente, cabe destacar que el propio transcurrir de la actualidad nos va dilucidando algunas claves sobre nuestra manera de comportarnos en la red. Y esas claves pasan por usuarios que actúen teniendo en cuenta no solo su manera de sentir, sino su manera de estar y comportarse en sociedad.

La hiperconexión nos empuja a crear un superyó universal, capaz de estar presente en redes de trabajo pero también en círculos afectivo-familiares, con una presencia y valores que pueda defender en público y en privado. Ni más ni menos, que lo que hacemos más allá de los tentáculos de la red. Así pues, parece buena idea esta vuelta a lo básico, a saber comportarse como lo harían nuestros abuelos y abuelas en sociedad. Analizamos los porqués a continuación:

 

Porque reforzará tu marca personal

Proyectar buenos valores en cada comunicación on line, tu espíritu de superación, comunicar con entusiasmo tus proyectos personales, tu manera de disfrutar del ocio y tu sensibilidad ante actos de calado social, servirá para enarbolar tu prestigio y marca personal. De manera consciente o inconsciente, ya lo hacemos desde el mismo momento que tenemos un avatar, una firma, un histórico en cualquier red social. Es necesario comprender que los valores asociados a nuestro discurso en la red terminarán asociados a nuestra persona de forma indisoluble, y es mejor interiorizarlo desde el primer minuto.

 

Porque te ahorrará disgustos profesionales

Hoy en día cualquier recruiter o persona que quiera proponerte un proyecto profesional va a inspeccionar, siquiera mínimamente, tú huella digital. Por ello, qué menos que cuidarla y aportar en la red los valores que quieres transmitir. Es mejor controlar tu propia huella digital que ser controlada por ella como si fuera un episodio de Black Mirror. Si no es indispensable cultivar tu reputación en profundidad, sí al menos ser autoconsciente de lo que encuentra la gente cuando teclea nuestro nombre en buscadores, intentando establecer una coherencia entre lo que se exporta y lo que verdaderamente somos -salvo que quieras crear un alter-ego de manera consciente-.

 

Porque evitará que digas estupideces

Los content curators son unas figuras del mundo digital que se encargan de agrupar, cuidar, corregir y depurar los contenidos que van a lanzarse en la red. A menor escala, debes convertirte en esa figura con tu propia actividad. Cuidar tus comunicaciones es también una manera de desechar aquello que es intrascendente, banal o desconsiderado. Igual que cuando nos expresamos en grupo durante una comida de empresa no decimos lo primero que nos viene a la cabeza, en la red tampoco. Los dardos mal lanzados vuelven como boomerangs. Decía Stephen Curry, la estrella de baloncesto de los Golden State Warriors, “siempre leo dos veces lo que voy a publicar antes de darle al clic. Si durante esa lectura dudo alguna vez, no lo publico”. Es un buen comienzo.

 

Porque cuando comuniques algo verdaderamente importante, tendrá mucha más fuerza

No es lo mismo expresarse a cada minuto y con cada hecho que acontece en la red, a seleccionar bien cómo y cuándo emites un mensaje. Hacerlo poco y bien es mucho mejor que hacerlo mucho y mal. Otra vez aludiendo a la vida real, no hay nada peor que un charlatán. No hace falta tener una opinión de todo, a veces el silencio habla más que las palabras. Por contraste, si controlamos el flujo y la intensidad de la información, cuando queramos transmitir algo importante, adquirirá más relevancia para la comunidad que interactúa con nosotros.

 

Porque te hará sentir en paz contigo mismo
No hay nada mejor que dormir con la conciencia tranquila… y también vale para tu actuación en la red. Si te comportas como un troll y aireas tus demonios, podría volverte el boomerang en forma de crisis de reputación, vinculando tu nombre a discusiones agrias y sin sentido. Si te vas a la cama habiendo transmitido mensajes constructivos y compartido contenido de interés, podrás acostarte tranquilo que lo único que puede volver, será el interés de tu comunidad. En el apartado digital hay una norma esencial, no te conviertas en la causa de ninguna crisis.

Javier López Menacho es escritor y Social Media Manager, es autor de ‘SOS, 25 casos para superar una crisis de reputación digital’. (@LopezMenacho)

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