Pau Solanilla es consultor internacional, emprendedor, formador y conferenciante. Especialista en desarrollo de negocio internacional, gobernanza y comunicación estratégica e identidad pública. Ejerce también como formador en comunicación estratégica y en negociación. Es autor del libro “La República de la reputación”
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BARCELONA: Extrema derecha: el combate de las ideas
Podéis saber más sobre él en la entrevista inferior:
¿A qué te dedicas?
Me gusta definirme como un constructor de confianza. Asesoro a empresas e instituciones a construir y proteger su reputación que creo es uno de los factores críticos para la competitividad y la sostenibilidad. También asesoro en innovación sobre nuevas formas de gobernanza tanto en lo público como corporativa.
¿Cómo te formaste?
He ido formándome a medida que me he ido desarrollando profesionalmente. Empecé en el mundo de la construcción como Jefe de Obra en el negocio familiar y estudiando la carrera de aparejadores. Luego transité hacia la actividad política e institucional vinculada a las relaciones internacionales y estudié Ciencias Políticas. Aprovechando mi paso por el mundo de la empresa cursé un Posgrado en Comercio Exterior y un Máster en Administración de Empresas. En los últimos años en el ámbito de la Consultoría de comunicación hice un Máster en Dirección de Comunicación. En definitiva intento hacer realidad eso del Long Life Learning.
¿Cómo llegaste a ser consultor?
Lo he hecho en varias etapas de mi vida. Me gusta poder tener una cierta autonomía profesional, flexibilidad y trabajar en varios proyectos. Para ser consultor hay que tener capacidad de adaptación a diferentes realidades y trabajar con diferentes perfiles de clientes y equipos. Me gusta la diversidad, y la consultoría es enriquecedora en eso.
¿Cuáles son las cualidades imprescindibles que tiene que tener un buen consultor?.
Creo que hay tres cualidades imprescindibles. La primera es la humildad. Tenemos unas ciertas capacidades profesionales que ponernos al servicio de los clientes, pero hay que ser consciente asesoramos, pero no tenemos necesariamente la verdad, la solución o método ideal. La segunda es la capacidad de ser flexible, esto es, adaptarte en parte a la cultura de trabajo del cliente o del entorno y saber trabajar con equipos a veces complejos. No eres el rey sol, no tienen que cambiar los demás para trabajar como tú quieres. La tercera es inteligencia emocional. Hay que hacerse cargo del estado emocional de las personas, los grupos o los equipos. A veces trabajas con gente que está bajo presión y hay que empatizar, escuchar y empoderarlos para sacar lo mejor de ellos.
¿Qué consejo les daría a quien quiere iniciarse con éxito en el sector?
Que sea curioso, atrevido y aproveche las oportunidades. También que tenga una mirada de medio-largo plazo. Estamos en la tiranía del corto plazo. Un consultor ha de ser un asesor de rumbo que de coherencia y sentido a las personas u organizaciones que asesora. Se debe tener sentido de urgencia a veces en algunos de los proyectos en los que nos involucramos, pero hay que conducir con las luces largas. Para mí es imprescindible tener una visión estratégica del entorno, del sector o del mundo en el que te desenvuelves.
¿Un libro?
Citar un solo libro es complicado. Pero “León el Africano” del escritor libanés Amin Maalouf me marcó mucho. Es una historia que de alguna manera es la metáfora de mi propia trayectoria personal. Naces en un lugar, en una cultura y cómo la vida te lleva en un viaje constante por el mundo a lugares insospechados y aventuras que te van transformando y enriqueciendo personal y profesionalmente. Algo así como el poema “Ítaca” de Cavafis.
¿Una película o serie?
Me gusta las películas y las series de acción. La serie “Vikingos” me ha gustado. Radiografía una etapa en la que la violencia era el factor dominante. Pero muestra cómo el contacto entre culturas va modelando a las personas y los grupos y se crean interdependencias.
¿Un bar?
Viví 8 años de mi vida en Bruselas. Le Faltaff, un bar centenario en el centro de la ciudad en el que se bebe y se come bien. Un clásico.
¿Un hobby?
Dos que se complementan bien, viajar y leer.
¿Una cerveza?
No soy muy cervecero a pesar de ser exjugador de rugby. De joven las bebía flojitas. La “blanche” belga era la mía.
¿Un lugar para perderse y hacer turismo político?
Washington D. C. y perderse paseando por Georgetown.
¿Un momento histórico que te hubiese gustado vivir?
La transición española del 78
¿Un líder histórico al que te hubiera gustado conocer?
Nelson Mandela y pasar horas charlando con él.
¿Estás en alguna asociación de comunicación política?
En ACOP. Creo que es un proyecto que crece internacionalmente con calidad.
¿Qué especialidad ofreces a tus clientes?
Reputación y diplomacia corporativa. Invertir en construcción de confianza a través de las conversaciones de calidad, tanto en la organización como con los diferentes stakeholders.
¿Cómo pueden contactarte?
Soy fácil de encontrar je je. A golpe de click. En Linkedin, redes sociales i en mi web personal.