No hay buena imagen, sin buen mensaje

El pasado 17 de diciembre realizamos el IV Beers&Politics, con el título “El Candidato ante los medios, Telegenia e imagen personal y política“, con Yuri Morejón como “estrella” invitada, que nos habló de la imagen de los políticos y sobre como mejorarla.
Para los que no pudieron venir, os adjunto un resumen:

No basta con hacerlo bien, hay que saber comunicarlo. La clave pasa por la gestión de la percepción. La gestión de la imagen de un político no es solo elegir que corbata le sienta mejor o que comunicación no verbal es la adecuada. Esto es importante, por supuesto, pero no lo es todo. La imagen es muchísimo más que eso.

Partimos de una base en la actualidad, y es la desafección. Los políticos son considerados ya el 4º problema según los españoles, por encima incluso del terrorismo. Hay una falta de cercanía con los problemas e inquietudes de los ciudadanos. Y ello es debido especialmente a la mala comunicación:
– Mensaje difuso, incoherente, enrevesado e improvisado
– Formato y lenguaje equivocados. Como cuando actúan unidireccionalmente en su relación con los internautas
– No responden o ni siquiera conceden preguntas a los periodistas (cada vez más son comparecencias y no entrevistas)

La falta de credibilidad es una constante: no cumplen sus promesas, estallan escándalos de corrupción y por si fuera poco el contexto es el de una grave crisis económica. La credibilidad genera confianza, y sin confianza no hay amistad, no hay amor, no hay cliente… y tampoco hay voto.
¿Cómo crear una buena imagen?
1. No hay buena imagen, sin buen mensaje
– La imagen nunca ha de robar protagonismo al mensaje (proyecto, programa, discurso), sino acompañarlo, complementarlo, reforzarlo o simplificarlo. En definitiva, perfeccionarlo.
– La imagen ayudará a vender o comunicar mejor lo que queremos. Hacerlo más comprensible, más necesario, más creíble, más atractivo…
– Ser consciente de la primacía de la televisión y de los contenidos audiovisuales en Internet.

2. Humanizar a los políticos
– Ante los medios se necesita escenografía. Ante los ciudadanos se necesita mensaje.
– En política cada gesto, cada fotografía… comunica. Hoy en día la imagen es el mensaje y, prácticamente, la noticia. Por encima de un texto, de un titular, siempre será la instantánea la que quedará en nuestra retina. Un buen ejemplo son los diarios gratuitos, que la gente lee en 10 o 20 minutos cada mañana. En ellos prima la imagen al texto, y eso es lo que ven los lectores.
– No perder de vista la photo-opportunity, sin olvidar que en comunicación… todo tiene que estar tan bien preparado que parezca improvisado.


3. Identificación con el elector
– La comunicación tiene mucho de sentido común, de intuición… y de investigación.
– Hay que realizar un diferencial semántico que mida a nuestro candidato en términos de capacidad, honradez, trayectoria, humor, fe, origen familiar, oratoria, sinceridad, credibilidad, empatía, etc. nos dará pistas para posicionarlo como un candidato cercano a lo que busca el electorado.
– Un asesor de comunicación no puede pretender cambiar la personalidad del propio político por adecuarla a una imagen prototípica.
– De lo que se trata de potenciar las fortalezas y minimizar las debilidades.

4. Diseñar la imagen deseada ¿Qué atributos queremos transmitir?
– Humanizar al candidato, buscando la identificación
– Simplificar el mensaje, persiguiendo la comprensión y recuerdo
– Orientarse hacia los medios: posicionamiento y difusión

5. Entrenar, proyectar y perfeccionar la imagen
– Entrenamiento audiovisual para dar buenas imágenes y buenos mensajes. Eso hace al político más próximo, más creíble, más seguro y más atractivo.
Y todo ello genera más confianza.

Los políticos también deben entrenarse, para comunicar mejor, colocar sus mensajes en los medios, hacer más atractivos los discursos, salir más convincente en TV… y en definitiva… para que le conozcan más.

Muchas gracias a Yuri por la charla. Un placer tenerle por Barcelona.