MARILÚ BRAJER
La Covid-19 no sólo nos trajo la pandemia, también la construcción de un nuevo paradigma mundial, donde la violencia de género se incrementó a causa del encierro, el aislamiento, la falta de políticas públicas, la sociedad patriarcal, los entornos machistas de las víctimas, las preocupaciones relacionadas con las crisis económicas, la inseguridad y el miedo.
Las mujeres en Latinoamérica venimos luchando por muchas causas y durante esta pandemia se profundizó la necesidad de seguir enfrentando a una justicia ineficiente, que, cuando más la necesitamos, está en cuarentena, contra la falta de políticas públicas, de gobiernos que minimizan la seguridad y los derechos de las mujeres, contra sociedades patriarcales –que debemos romper– y contra entornos machistas, por lo general, dentro de las propias familias, que no escuchan.
Durante el aislamiento social y obligatorio, en la mayoría de los países latinoamericanos, los pedidos de ayuda de las víctimas no cesaron y se incrementaron de manera exponencial, al igual que el virus. Entre los delitos, el que más creció fue el femicidio durante esta pandemia. Por ello, es fundamental que los gobiernos presten atención a lo que está sucediendo y tomen medidas urgentes.
En México la situación es extrema: mueren miles de mujeres a diario. En Argentina, según el grupo de derechos humanos La Casa del Encuentro, el aumento de los femicidios durante la cuarentena fue de casi un tercio en comparación con el mismo período de 2018, es el número más alto de los últimos 10 años. Está claro que es de mayor incremento, así como los pedidos de ayuda telefónica en un sistema que, por falta de financiamiento y organización, está colapsado.
Ante esta situación, ¿qué estamos exigiendo?: que se pueda avanzar ya con un mayor presupuesto, por ejemplo para construir más refugios, porque muchas víctimas están condenadas a convivir con su abusador. ¡Más prevención y mayores sanciones!
Todavía estamos indignadas por la posibilidad concreta, que se abrió pasados unos días del inicio del aislamiento social obligatorio, de enviar cientos de presos a sus casas. Presos condenados, entre otros delitos, por violación, abuso y femicidio. ¡De hecho en la provincia de Buenos Aires se liberó a uno que estuvo viviendo a 50 metros de la casa de su víctima!
Entre tantas acciones de reclamo y también de impulso de normativa y programas que posibiliten la lucha contra un flagelo social, en mayo del 2019 se presentó en el congreso argentino un proyecto que propone declarar la “Emergencia en materia social por violencia de género” por dos años en todo el territorio nacional.
Ahora es tiempo de diseñar el futuro inmediato y pensar en la post pandemia, poner el foco en el día después y en que las mujeres saldremos fortalecidas de esta experiencia y ¡más unidas que nunca! Ha sido un gran aprendizaje. Nunca habíamos pasado por una situación ni siquiera parecida. Por eso te digo: no estás sola, estamos juntas y acompañadas.
La información y ayuda por canales masivos visibiliza alternativas y ofrece soluciones que pueden salvar vidas. Estoy segura de que las mujeres vamos a salir fortalecidas de esta situación porque no estamos solas, estamos juntas y acompañadas. Nuestro poder no está en cuarentena. Todos los días tenemos que luchar.
El mensaje a los gobiernos es: si lo que estoy haciendo no se condice con lo que estoy diciendo, hay un problema. Me parece muy bien que en Argentina tengamos un Ministerio de la Mujer encabezado por una ministra, pero sin presupuesto estamos en el mismo problema de siempre. Si no se asignan recursos, como está sucediendo con la nueva cartera ministerial, es una figura decorativa que no sirve para nada.
Desde el punto de vista de la integración de las mujeres en la toma de decisión de los gobiernos, en Latinoamérica sólo seis países tienen leyes de paridad y no se cumplen. En Argentina el 85% de las mujeres candidatas fueron víctimas de violencia en las redes sociales. Además, todavía en algunas provincias no se ha cumplido con las leyes de paridad, eso también es violencia.
Fortalecer las democracias en Latinoamérica
El mundo ya cambió. Estamos en un nuevo paradigma que llegó para quedarse y la mujer tiene un rol fundamental en este cambio. Uno de los factores que altera el buen funcionamiento de la democracia es la falta de participación paritaria de la mujer en los gobiernos. En la Argentina se ha avanzado muchísimo en este camino, gracias a los movimientos sociales y la participación de las mujeres que exigen ser escuchadas en cada lugar en la que se habla de ellas.
Del cupo que se tenía del 30% de los cargos electivos hasta este 2020 se avanza hacia la paridad en el gobierno nacional. En las provincias todavía falta mucho camino por recorrer y también falta que la mujer acceda en las diferentes áreas de la sociedad a puestos de decisión, entre ellos de decisión política.
Si uno mira los sindicatos, las empresas, los partidos políticos, realmente se da cuenta de que todavía la voz de las mujeres pesa mucho menos que la de los hombres. Yo les digo a las mujeres que ya no se trata de acompañar, se trata de liderar y ejercer el poder político a la par de los hombres.
No creo que las mujeres se desalienten ante las circunstancias. La lucha que se desarrolla en todo el mundo así lo demuestra. En México, durante 2019, las mujeres han perdido la vida por participar activamente en los movimientos sociales y en los partidos políticos como candidatas a posiciones legislativas o ejecutivas. Aun así, en ese camino, no abandonaron su objetivo, ni su misión, ni su vocación de ser política y de querer transformar la vida en esta sociedad que nos ha tocado.
Las mujeres raramente bajan los brazos. Hemos dejado el mandato antiguo por el que nos señalaban como el sexo débil. Las mujeres cuando toman una decisión la cumplen, hasta el final, aunque lamentablemente pierdan la vida, como sucedió con muchas de ellas en México.
Marilú Brajer es Periodista, consultora y analista política. Presidenta de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos. Vicepresidenta de la International Association of Political Consultants. (@marilubrajer)
Descargar en PDF
Ver el resto de artículos de la revista bPolitics 07