XAVIER GUXENS
“Para mentir hacen falta dos: uno que mienta y otro que escuche.”
¿Les suena esta frase? Se le ocurrió a una de las celebridades más conocidas en el mundo; Homer Jay Simpson. El intrépido ejemplar de, según sociólogos, el hombre medio estadounidense nos viene a decir con su sabiduría popular que no podemos mentirnos a nosotros mismos. Sin embargo, como en tantas otras ocasiones, el bueno de Homer Simpson erra en el ángulo de la estocada a pesar de asestarla en la dirección correcta.
Es en el sexto episodio de la decimosegunda temporada, bajo el nombre original “The Computer Wore Menace Shoes”, que nos atañe el tema de debate del presente artículo: las archiconocidas fake news. El metraje muestra que la adquisición de un ordenador por parte de Homer le impulsa a curiosear por internet y a crear una página web repleta de animaciones “robadas” de otros sitios web para labrarse una popularidad, cosa que lo fuerza a esconder su identidad tras un avatar bajo el nombre Mr. X, y debido a un chivatazo logra obtener dicha popularidad al denunciar un escándalo del alcalde Quimby. En ese momento, Homer se convierte en el azote de las prácticas fraudulentas y corruptelas de sus vecinos hasta el punto de que le entregan un premio Pulitzer a Mr. X. Movido por el afán de lucro y fama, Homer se revela ante Springfield y ello le cuesta la desconfianza de sus conocidos. Su capacidad de difusión mediante el web se ve mermada ante la escasez de chismes y noticias, teniendo el siguiente diálogo con su hija superdotada de ocho años:
—Lisa: Bueno, no puedes publicar noticias si no tienes.
—Homer: ¡Qué estupenda idea! Me inventaré alguna noticia.
Vamos a detenernos un instante en este punto para hacer unas especificaciones. ¿Qué se entiende por fake news en este artículo? Según Marc Amorós García en su libro Fake News, La verdad de las noticias falsas, las fake news son informaciones falsas diseñadas para hacerse pasar por noticias, con el objetivo de difundir un engaño o desinformación deliberada para obtener un fin político o financiero. El ejemplo por antonomasia que el autor explica es el que acabó por provocar la independencia de Cuba mediante la guerra entre Estados Unidos y España: el ataque al navío Maine. Al oír de la situación de la isla caribeña, William Randolph Hearst, magnate periodístico y dueño del periódico New York Journal, quiso enviar a un dibujante para ilustrar la disputa bélica. Éste, al percatarse de que no había clima beligerante en la isla tal, y como Hearst publicaba día tras día, le informó así mediante un telegrama. La respuesta que llegó al dibujante desde Estados Unidos fue inequívoca y tajante: “Yo hago las noticias. Tú haz los dibujos, que yo pondré la guerra.”
Irónicamente, Homer logra representar en sus actos como muckracker a las dos caras de la moneda periodística de los Estados Unidos: Joseph Pulitzer y William Randolph Hearst. La luz y las tinieblas, el periodismo de investigación y el sensacionalismo exacerbado. El propósito de Homer para difundir bulos no obedece a ninguna lógica política o financiera in stricto sensu, pues lo hace para su propio bien personal, pero al extrapolarlo a nivel de los medios de comunicación y generadores de opinión pública se puede enlazar que tanto Homer como estos requieren de una reputación –vital– para su prosperidad como medio difusor, una reputación que se traduce en legitimidad. ¿Por qué los habitantes de Springfield creen que Homer tiene razón al afirmar que el italiano y el castellano son el mismo idioma o que se puede controlar el comportamiento de las personas mediante la vacuna de la gripe? Pues porque a diferencia de muchos, él tiene un premio Pulitzer que corrobora su dedicación al periodismo de calidad y una plataforma de viralización que consiste en su web donde publica las noticias.
La viralización es un ingrediente esencial para que una fake new sea exitosa, y ello suele lograrse con la fórmula de la kryptonita humana de los tiempos presentes: el impacto visual. La información más fácil de retener para el cerebro humano son las imágenes y las emociones. Cuando enlazas estos dos elementos en una memoria, el producto resultante no se olvida jamás. ¿Qué hacía Homer en el episodio? Recurrir a los titulares más inverosímiles que se le ocurrieran, porque no importaba si eran verdad o no, sino el número de visitas, los retweets, en definitiva, –la dictadura del click–. Visibilidad en un mundo donde todos queremos ser especiales y muy pocos llegan a ser únicos. En un mundo extremadamente visual como el nuestro, donde las emociones siempre están a flor de piel y se enaltecen románticamente en justificación de acciones determinadas, se pueden usar para controlar el pensamiento ajeno. Roger Ailes, fundador y antiguo presidente de Fox News y para muchos considerado el padre de las fake news modernas, dijo una vez:
“Si tienes dos tipos en un escenario y un tipo dice: ‘Tengo una solución al problema de Oriente Medio’, y el otro tipo cae en el hoyo de la orquesta, ¿quién crees que va a estar en las noticias de la noche?”.
Esta frase, que resume la teoría del hoyo de la orquesta acuñada por el mismo Ailes, explicaría en parte como Donald Trump Jr. llegó a ser elegido presidente de los Estados Unidos en 2016 mediante el impacto mediático, las salidas de tono constantes, la incorrección política y el populismo barato. Fox News hizo campaña a favor de Donald Trump y en las elecciones de 2008 y 2012 se dedicó a desprestigiar a Barack Obama por su segundo nombre Hussein en alusión al expresidente de Irak, Saddam Hussein, con el que Estados Unidos entró en guerra por la supuesta existencia de un arsenal repleto de armas de destrucción masiva (que acabó por ser otro bulo de Fox News y Ailes), su perfil socialdemócrata que coqueteaba peligrosamente con el comunismo, su raza negra que amenazaba a las familias blancas y un largo etcétera…
En el episodio de Los Simpson, una de las trolas que Homer saca del sombrero acaba por ser verdad, lo cual le sorprende profundamente y lo envía a una isla alejada de la civilización por “saber demasiado”. Sería divertido, desde un punto de vista paradójico, ver que los creadores y productores de la serie Los Simpson fueran enviados a una isla perdida por actuar también como una suerte de oráculo. Vivimos en un mundo donde la post verdad ha borrado la fina línea entre la ficción y la realidad, donde ya no se vislumbra el bien y el mal. Y la lección a extraer de entre las líneas del presente artículo, si es que alguien la estuviera buscando, es que no hay mayor legitimador de fake news que nosotros mismos, pues para mentir no siempre hacen falta dos. A veces basta con que una sola persona crea sus propias mentiras por una imperativa necesidad de confirmación ajena o personal. Y eso es el Jerusalén de toda noticia falsa, que como dijo Salāh ad-Dīn en 1187:
“No vale nada y lo vale todo.”
Xavier Guxens Sanahuja es politólogo y está cursando el Máster en Comunicación y Marketing Político de la UAB-MMP. (@guxensxavi)
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