Buenas noches a la familia reunida hoy a esperar el nuevo año. Buenas noches también a los que están solos, a los que cuidan las fronteras de nuestra patria, buenas noches a los que viven fuera del territorio nacional.
Termina el 2002, mañana estaremos en el 2003. Igual que un barco que ha recorrido una distancia y que tiene otras por recorrer, Chile también ha hecho su tarea hacia atrás pero nos afrontamos a los desafíos por delante.
Los países avanzan cuando la mirada de toda su gente está puesta en un horizonte, hacia donde el barco avanza a un futuro común compartido por todos.
Hemos tenido el año 2002 luces y sombras, como acontece siempre en todas las empresas humanas. Sin embargo, este país ha permanecido fiel a sus propósitos, a pesar de haber navegado en aguas turbulentas y enfrentado condiciones internacionales muy difíciles.
Junto a grandes éxitos, en este año hemos tenido algunas cosas y sinsabores que nos han preocupado a todos los chilenos. Porque todos los chilenos queremos que la función pública y la honradez sean una sola. Asuntos que deberíamos haber enfrentado como país hace mucho tiempo y que ahora estamos encarando integralmente y sin dilación.
Los chilenos somos un país de gente honesta, en Chile a la función pública se llega a servir y no a servirse, lo he dicho muchas veces y lo sostengo con mayor convicción que nunca.
Tenemos un tremendo capital en la honradez de nuestros funcionarios públicos. También tenemos un tremendo capital humano que es el que nos ha permitido firmar tres acuerdos históricos. Por eso la falta de transparencia, los actos de corrupción tienen que ser cortados de raíz. Así como no tuve vacilaciones en impedir que intereses particulares dejen en jaque el normal funcionamiento del sistema de transporte de Santiago, con esa misma decisión digo, que todo lo que esté a mi alcance será hecho para que nuestro servicio público sea cada vez más transparente, moderno y eficiente. Para que la relación entre el dinero y la política sea limpia y diáfana.
Junto con esto, hemos resistido con éxito la crisis económica mundial. Nuestra economía ha crecido en un 2%; hemos detenido el aumento del desempleo en cifras cercanas al 9%; hemos podido crear miles de puestos de trabajo con inversión pública; y hemos tenido también instancias de cooperación con empresarios para trabajar juntos por el progreso de todos los chilenos. Los trabajadores de Chile han colaborado para que muchas de sus justas demandas deberían esperar momentos mejores. Mi reconocimiento y gratitud en esta noche por su comprensión.
También se está avanzando en tener nuevas redes de protección a las personas. Comenzó este año a funcionar el Seguro de Desempleo; son más de 200 mil trabajadores los que mañana si quedan sin trabajo podrán tener una mantención de sus ingresos hasta que encuentren otra labor. El programa Chile Solidario, para atacar la pobreza de los más pobres de los chilenos, ha llegado a más de 50 mil familias, más de 200 mil chilenos hoy día tienen un futuro un poco mejor.
En el Congreso Nacional están avanzando los proyectos para tener una mejor salud para cada uno, los proyectos vinculados al Auge avanzan; los proyectos para tener 12 años de educación obligatoria continúan su marcha; los proyectos para financiar adecuadamente la educación superior de cada uno de los hijos de Chile, estoy cierto que este año 2003 se hará realidad.
Junto a eso contamos con Fuerzas Armadas plenamente integradas a la vida republicana, hemos avanzado para reformar nuestra Constitución y hacerla más democrática. Hemos avanzado, y esperamos que el 2003 podamos tener una Ley de Divorcio, que permita proteger adecuadamente a la familia chilena cuando hay una ruptura familiar y quiere tener una nueva oportunidad. Hemos ampliado las regiones donde se aplica la Reforma Procesal Penal. Hemos eliminado la censura cinematográfica, tiene que ver con la dignidad de cada chileno y chilena, que ellos decidan que quieren ver y oír. La creación artística y cultural se ha expandido en Chile como nunca antes.
Junto a todo esto hemos firmado tres importantes tratados internacionales, con Europa, Estados Unidos y Corea, esto es un gran triunfo para Chile. Es un triunfo de todos los chilenos, de los 15 millones de chilenos. Con estos tratados se abren enormes horizontes, inmensas oportunidades, nuevos empleos.
Estos tratados significan más responsabilidades, mayores exigencias. Estar asociados con los grandes del mundo nos invita a trabajar más y mejor, a estudiar más, a exigirnos más. Un país que se abre al mundo tiene que ser capaz también de mejorar las oportunidades, ser un país más cohesionado. Para ello necesitamos más y mejor educación, mejor protección al medio ambiente, mejores instituciones laborales, mejores instituciones sociales.
Este, mis amigos es un desafío demasiado grande, que sólo lo podemos enfrentar unidos. Unidos para mirar todos juntos el horizonte, unidad de objetivos y propósitos, esto es lo que nos permite a nosotros avanzar más rápido, es la manera de aprovechar la oportunidad histórica de este tremendo salto a nuestro desarrollo como país para tener un mayor bienestar material y espiritual en cada hogar de Chile.
Si el desafío que tenemos por delante es grande, mayor es la oportunidad que tenemos. Por eso mi mensaje esta noche, es un mensaje de confianza, de unidad. El futuro está al alcance de nuestras manos, que nadie se sienta solo esta noche porque los 15 millones queremos trabajar juntos, que cada niño y cada niña sienta que alguien cuida de ellos a partir de las instituciones que creamos. Ese es nuestro gran desafío, a eso los quiero invitar. Por eso quiero decirles a todos y cada uno de ustedes feliz año nuevo, feliz 2003.
Muchas gracias.