¿Cómo llegan las urnas al techo del mundo? Elecciones en Afganistán y Pakistán

GUILLEM PURSALS

Aunque sólo están separados por una cordillera, los procesos electorales en las regiones montañosas de Pakistán y Afganistán son muy distintos. Desde el uso de asnos en este último caso, hasta colegios electorales solo para mujeres en el primero, la desdibujada frontera entre ambos países se remarca en el momento de votar a sus representantes. Sin embargo, no tanto como podría parecer, pues al final ambos países han llegado a utilizar los mismos métodos para hacer llegar las urnas a sus ciudadanos. Las características de los distritos electorales de Badakhshan en Afganistán y el de Chitral en Pakistán, son muy distintas entre sí aunque comparten peculiaridades en las formas de votar y en cómo llegan las urnas hasta los puntos de votación.

Los comicios electorales legislativos de Afganistán en 2010 -que fueron los segundos celebrados en el país después del derrocamiento del gobierno talibán- consolidaron el sistema democrático. Aun siendo un país realmente singular dada su geografía y en el que gran parte del territorio se encuentra entre los valles del Hindu Kush a gran altitud, y su sociología, por tratarse de un país compuesto por muchas minorías étnicas con tradiciones muy distintas, debemos destacar como parte más interesante de ello el cómo se llevaron a cabo los comicios en gran parte del país, puesto que dadas las circunstancias existentes, al faltar infraestructuras como carreteras se llegaron a emplear asnos de carga para transportar el material electoral a los más recónditos lugares del país. Este método también fue y ha sido útil para sortear controles o incluso emboscadas, que pudieran poner en riesgo los comicios, como consecuencia del control de la insurgencia talibán en gran parte de vías del país.

Los asnos de carga fueron y son utilizados debido a su capacidad de resistencia, pues pueden andar por casi todo tipo de terreno, así como también sortear obstáculos como piedras y o ríos, siendo este un hecho habitual en los comicios del 2010, donde el gobierno se propuso que habría urnas en todos los pueblos y ciudades posibles. Es por eso que desde diferentes distritos cercanos a la capital, Kabul, hasta los valles de Badakhshan o de la provincia de Baghlan y Panjshir, fue habitual ver asnos con un par de urnas a cada lado y dentro de ellas las centenares de listas electorales para que los habitantes de las aldeas por donde pasaban pudieran votar. Este método, aunque parece arcaico, dio sus resultados, hasta el punto que en las siguientes elecciones presidenciales del abril del 2014, el mismo método fue llevado a cabo por parte de la comisión electoral de Afganistán. De hecho, en algunos pueblos y municipios fueron recibidos con gran alegría puesto que era la primera vez que votaban, ya que -por consecuencia de la guerra-, no pudieron hacerlo en 2010.

Uno de los casos más interesantes de analizar es el de la provincia afgana de Badakhshan, que se encuentra situada a más de 3.500 metros de altitud, en los valles más altos del Hindu Kush y la cordillera del Pamir, donde se hallan dos picos de siete mil metros. En esta provincia, formada por trece distritos en los que mayoritariamente es necesario llegar a ellos con burros o helicópteros para llevar las urnas al centro de votación, uno de los primeros planes era dotar a sus más de 370.000 habitantes registrados de los casi 900.000 que viven con una infraestructura de 2.400 mesas electorales, con sus tiendas de votación, sillas y pantallas. Por lo tanto, fueron necesarios 3.200 asnos para hacerles llegar las urnas necesarias para celebrar los comicios, la mitad de los cuales la provincia los necesitó para llevar a cabo la implementación electoral.

Si nos trasladamos al vecino Pakistán, concretamente al distrito de Chitral, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa (KPK), son las Fuerzas Armadas las que colaboran con la comisión electoral y hacen llegar las urnas a los distritos electorales a través del aeropuerto de la ciudad homónima cada vez que hay elecciones presidenciales y/o legislativas. En la capital de la provincia, Peshawar, reside la Asamblea Provincial de la KPK, y los representantes que son elegidos en Chitral, se votan con sus propias urnas, que ya tienen ellos, para así no tener que desplazarlas hasta allí. El distrito tiene una población de 414.000 habitantes, que forman parte del pueblo Kho y también de la tribu Kalash, de la que se rumoreaba que sus miembros eran descendientes directos de la cultura helénica, puesto que Alejandro Magno llegó hasta allí.

Si hacemos un poco de historia, y hacemos referencia a ambos países Paquistán y Afganistán: en la circunscripción de Chitral, durante las elecciones generales de 2013, la Liga Musulmana de todo Pakistán (All Pakistan Muslim League), partido político fundado por el antiguo presidente Pervez Musharraf, el cual hizo un golpe de Estado contra el presidente Rafiq sin ningún incidente y que gobernó de 2001 a 2008, consiguió su único escaño, el NA-32. En las elecciones locales, el distrito consta de 24 municipios, de los cuales cinco fueron para la centro-izquierda y seis para el partido nacionalista pashtu Qaumi Watan Party. En lo referente a Afganistán, la provincia de Badakhshan está compuesta por 1.200 pueblos, y los idiomas oficiales son el persa, el Kho, el Pashtu, el Kirguiz y otros más. Los últimos gobernadores de la provincia han formado parte del partido islámico Jamiat-e-Islami -Sociedad Islámica-, y promueven los derechos de los tayikos y el uso de la ley islámica como base del Derecho dentro del país. Así pues, aunque separados por una cordillera, las dinámicas electorales de los dos distritos, Chitral y Badakhshan son completamente distintas:

En el caso de Badakhshan, ésta elige de forma proporcional sus representantes en la Mlay Shura o Asamblea Nacional de Afganistán, mientras que la provincia paquistaní de Chitral, elige a su único representante a la Asamblea Nacional de Pakistán. Aun así, la falta de recursos por parte de Afganistán en plena guerra, no ha permitido mejorar las infraestructuras, pero sí que ha dotado de dispositivos GPS a los convoyes electorales de asnos, para que puedan ser localizados por satélite si hay algún incidente con las milicias talibanes. Por su parte Pakistán, en el distrito de Chitral, con su capital situada al pie del Tirich Mir, cima de 7.708 metros de altitud, la mayor montaña del Hindu Kush, tiene representantes de las circunscripciones PK-89 y PK-90, y también forma parte de la WR-10, el escaño reservado para mujeres en la Asamblea de Khyber Pakhtunkhwa.

De la misma forma que pasa en la ciudad de Chitral, y volviendo a tierra afgana en Fayzabad, capital de la provincia de Badakhshan con una población de 44.400 habitantes, en invierno queda aislada, por lo que en el momento de convocar elecciones, éstas no pueden ser celebradas durante la temporada de nieve al no poder llegar ni salir de ella. Así pues, no solamente es necesario tener que dotarse de una capacidad de asnos y helicópteros para poder votar en gran parte de estas dos regiones, sino que además no es viable hacer comicios en invierno al ser imposible celebrarse.

Esto tiene como consecuencia que gran parte de las campañas electorales tampoco pueda celebrarse en determinadas temporadas por cuestiones climáticas de mucho calor o mucho frío, haciendo que sea complejo todo el engranaje electoral. Aun así, esta dificultad de hacerlo, genera un efecto inverso y muchos candidatos cuando recorren el país en busca de apoyo electoral, buscan hacer parada en una u otra provincia como claro símbolo de fuerza política.

En conclusión, al revisar las acciones que en ambos países se llevan a cabo tanto por parte de los partidos como del Estado, se aprecia la importancia de recoger la voluntad de la totalidad de sus habitantes a pesar de las dificultades geográficas que la región les impone.  

Guillem Pursals es politólogo y Director de Seguridad. Master en Seguridad. Columnista sobre Israel, Irán, Rusia y China en @RevistaEndavant. Vaticanista y analista de conflictos (@GPursals).