SARA PELLICER
Son jóvenes y son líderes políticos reconocidos internacionalmente. Su edad no sólo no les ha impedido posicionarse como destacados mandatarios, sino que les ha ayudado a ganarse a los votantes que se acercan por primera vez a las urnas.
Todos ellos tienen en común más que su juventud: controlan las redes sociales, hablan varios idiomas y conocen bien el poder de su imagen. Han comenzado su carrera política de la mano de Twitter, Facebook e Instagram, enamoran a las cámaras y además de votantes, tienen seguidores.
Los jóvenes políticos actuales están más preparados y lo demuestran en cada aparición pública, en la que crean un mensaje global con sus palabras, su imagen y su comunicación no verbal.
Alexandria Ocasio-Cortez:
La mujer más joven de la historia en llegar al Congreso de los Estados Unidos. Ella es el vivo ejemplo del uso de la imagen como herramienta de comunicación: todas sus elecciones estilísticas están pensadas para acompañar su mensaje, a la vez que busca resultar inspiradora a su público. Utiliza pintalabios rojos y pendientes de aro como homenaje a las jóvenes del Bronx, el barrio en el que se crió, y a una mujer que es para ella un modelo a seguir: la juez de la Corte Suprema Sonia Sotomayor.
En su nombramiento como congresista vistió de color blanco, en honor a las sufragistas que, según ella, le abrieron el camino, y llevó un pin que decía: “Las mujeres que se portan bien rara vez pasan a la historia”. Toda una declaración de intenciones.
Su apuesta por la imagen es arriesgada: muchos periodistas hablan más de su uso de la moda que de sus políticas, aunque ella sigue manteniendo que es una herramienta que le ayuda a comunicarse mejor con su público.
Sebastian Kurz:
Es el canciller de Austria desde el año 2017, puesto al que llegó con sólo treintaiún años. Tiene casi 70.000 seguidores en Instagram, una red social que utiliza exclusivamente para el ámbito profesional. Trabaja su imagen para conseguir una madurez necesaria para el cargo que ostenta, y en el que se codea con otros líderes internacionales con más experiencia que él.
Es muy difícil verle con algo que no sea un traje oscuro, eso sí, ajustado y moderno, y con una discreta corbata, también en tonos oscuros. Pocas veces se permite presentarse en actos públicos con vaqueros y sin corbata, y lo hace únicamente cuando quiere mostrarse cercano ante sus votantes.
Es consciente de que él mismo es su marca personal, y no deja nada al azar. Muestra de ello son sus cuidadas fotografías corporativas, donde muestra una imagen evocadora y muy profesional.
Jacinda Ardern:
Tiene treintaiocho años y es la primera ministra de Nueva Zelanda. Es muy activa en las redes sociales, donde publica incluso selfies. Su imagen es muy cercana, sus fotos tienen un estilo muy casual y muestra también partes de su vida privada.
Su posicionamiento es el de una mujer moderna pero normal, muy cercana a sus conciudadanos. Tanto por su imagen exterior como por su forma de comunicarse, se desprende que Jacinda quiere hacer política desde una posición de igualdad, de escucha activa y de acercamiento a los problemas reales de los habitantes de Nueva Zelanda.
Volvió a trabajar seis semanas después de tener a su primer hija, a la cual se llevó a una asamblea de la ONU cuando ésta se encontraba en periodo de lactancia.
Nayib Bukele:
Este joven salvadoreño ha sido recientemente elegido presidente de su país, con treintaiocho años. Fue alcalde de Nuevo Cuscatlán desde 2011 hasta 2015, y alcalde de San Salvador desde ese año.
Llegó a la política tras una exitosa carrera empresarial que comenzó con dieciocho años. De madre católica y padre musulmán, es un hombre moderno y actual, y así le gusta aparecer en sus redes sociales y actos públicos.
Es habitual verle con una cazadora de cuero, pantalones vaqueros y botas en plena campaña, y cuando decide vestir más formal utiliza un traje oscuro, sin corbata y con la camisa abierta hasta el pecho.
Su estilo comunicativo es más parecido al de una celebridad que al de un político al uso, se muestra cercano en cada aparición pública y no pretende aparentar madurez, más bien lo contrario: le gusta dejar claro que es joven y que ha llegado hasta la presidencia de su país por méritos propios.
Elise Stefanik:
Esta joven congresista estadounidense del partido republicano ejemplifica que juventud no es siempre sinónimo de modernidad. Se encuentra más cómoda en Twitter que en Instagram, donde sus fotos son más personales que profesionales, y por su expresión facial se diría que es tímida y no se siente cómoda al posar frente a la cámara.
Su estilo es clásico, muy acorde con las políticas que promulga. A menudo viste vestidos, siempre a la altura de la rodilla, que suele acompañar con chaquetas de corte masculino, que le aportan autoridad. El color azul republicano se repite en su vestuario, se maquilla de una forma muy natural y sus peinados son siempre sencillos.
Su estrategia de imagen pasa por mantenerse discreta, sobria, no quiere comentarios al respecto pues cree que de esa manera se la tomará más en serio en un partido en el que los hombres son la gran mayoría.
Pablo Casado:
Presidente del Partido Popular español y candidato a la presidencia del gobierno, Pablo Casado simboliza la renovación de la derecha en España, una renovación sólo visible por la diferencia de edad respecto a su antecesor, pues a nivel de imagen, Casado se mantiene en el clasicismo típico de los conservadores.
Su perfil de Instagram nos desvela que conoce muy bien sus puntos fuertes, que cree en su marca personal y que sabe conectar con sus votantes. Siempre sonriente, el traje oscuro es su uniforme habitual, pero también se deja ver con vaqueros y chaqueta americana, un look acorde a su edad y al nuevo público al que se quiere dirigir su partido.
Se comunica con seguridad, demuestra que tiene una amplia formación y experiencia como político, y aprovecha el uso del traje para añadirse los años que cree necesarios para ser presidente del gobierno.
Sara Pellicer es Experta en comunicación e imagen (@sarapellicert)
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