La campaña británica de mayo

BERTA BARBET

El próximo 8 de mayo el Reino Unido celebrará elecciones para escoger a su nuevo parlamento. Hace unas semanas acudí a un evento en el que distintos académicos y estadísticos presentaron sus predicciones sobre el resultado. 7 modelos estadísticos después y como resumió Nick Moon la conclusión fue la siguiente: “No podemos saber qué pasará, y ni siquiera estamos muy seguros de la predicción”.

Es decir, a poco más de dos meses y a pesar de la gran cantidad de encuestas que se realizan en el país, pocos se atreven a anticipar cual será el escenario el día 9 de mayo. Pero vamos, por partes, ¿porque es tan difícil predecir el resultado? ¿Cuál es la situación actual? y ¿Qué puede cambiar de aquí al día 8?

La dificultad de predecir el resultado

La principal dificultad para predecir el resultado sale de dos fuentes: las ajustadas predicciones de les encuestas actuales y el sistema electoral del país. Con un sistema first-past-the-post, no sólo se debe predecir qué porcentaje de voto va a conseguir cada partido, también como se van a repartir estos votos y como esto afectará al resultado final. La gran mayoría de las encuestas se hacen a escala nacional, así que saber cómo esto se traduce en escaños es complicado. Existen algunas excepciones, como las encuestas a circunscripciones de Lord Ashcroft. Pero ningún proyecto tiene una muestra que permita predecir el resultado de las 650 circunscripciones.

Existen, evidentemente, modelos estadísticos que ayudan a predecir como los cambios en intención de voto se traducen en cambios en las circunscripciones. No obstante estos modelos se basan en características que afectaban a las distintas circunscripciones en el pasado. Y la situación política del país parece estar cambiando por lo que nadie puede estar seguro que los modelos antiguos sigan funcionando. El hecho de que el gobierno actual este formado por una coalición entre dos partidos en directa competición en muchas circunscripciones, la aparición en escena con fuerza de partidos como el UKIP, el SNP y quizá los verdes hacen dudar de que los modelos del pasado sigan funcionando.

¿Que sabemos ahora?

La principal i más importante es la caída en intención de voto del socio minoritario del gobierno, el partido Liberal Demócrata. El partido que generalmente había atraído mucho voto joven y con ganas de cambio se ha visto forzado, como parte del gobierno, a aceptar ciertas decisiones muy poco populares entre su electorado que se ha traducido en un gran caída en las encuestas. Es probable que esta caída no se traduzca en una caída de iguales proporciones asientos, pero la caída en intención de voto es clara en todas las encuestas.

La segunda cosas que las encuestas muestran es un importante aumento en la intención de voto para el UKIP. Y un aumento moderado en la intención de voto de los verdes. De nuevo es probable que estas intenciones no se traduzcan en un gran número de asientos ya que para ello el voto debe estar concentrado y no es probable que ninguno de los dos partidos lo consiga en muchos casos. No obstante esto ni implica que estos aumentos sean irrelevantes de cara al 8 de mayo. En primer lugar, estos partidos pueden dividir las bases de uno de los dos principales contrincantes y cambiar el equilibrio interno de algunas circunscripciones. Muchas circunscripciones seguras pueden dejar de serlo y otras hasta ahora muy competidas pueden pasar a ser muy fáciles para uno de los candidatos. En segundo lugar, será interesante ver si alguno de los dos partidos consigue ser segundo en un número importante de circunscripciones ya que esto podría ser importante de cara a las próximas elecciones.

El segundo elemento constante en todas las encuestas es el cambio de escenario en Escocia. A pesar de haber perdido el reciente referéndum sobre la independencia, el SNP está disparado en todas las predicciones. El desplome brutal de los LibDems junto a cierta crisis del laborismo y una buena gestión del SNP hacen que las predicciones para Escocia indiquen un gran vuelco. Una caída que puede suponer un problema para el laborismo y sus opciones para conseguir el gobierno.

Por último, las predicciones electorales ponen al laborismo ligeramente por encima del conservadurismo en intención de voto. Es decir, en principio la mayoría de encuestas predicen que el laborismo va a conseguir más asientos que el conservadurismo. No obstante parece muy poco probable que ninguno de los dos consiga una mayoría suficiente así que un nuevo “hung parliament” y un nuevo gobierno de coalición parecen casi inevitables.

Cosas a vigilar de aquí a mayo

Para empezar, una de las grandes incógnitas de todas las predicciones es el colapso o no de los LibDems de cara a las elecciones. Parece evidente que la caída en votos va a ser inevitable pero como esto se traduzca en asientos es incierto. Hasta el momento no parece que el partido consiga frenar la caída ahí donde es fuerte pero quizá una vez empecen las campañas grass-roots el efecto aparece. Si el partido consigue ser muy eficiente y mantener una parte de sus asientos el escenario puede cambiar mucho. No solo porque los LibDems sean uno de los principales candidatos a formar coalición. Además, un colapso del partido podría dar una gran ventaja a los conservadores, con quien compiten en gran parte de las circunscripciones, y por lo tanto cambiar completamente el ganador de las elecciones.

El segundo elemento clave a tener en cuenta es el voto táctico y hasta qué punto los terceros partidos, especialmente el UKIP, consiguen mantener su intención de voto actual. La campaña para el voto útil en algunos espacios será durísima y puede mover muchas circunscripciones. Es difícil de prever hasta qué punto el votante del UKIP será susceptible a ella, ya que una parte de sus votantes vienen de hecho de la abstención y no de uno de los dos partidos, pero el riesgo esta ahí. El porcentaje de voto a estos partidos puede cambiar los equilibrios en un gran número de asientos y por lo tanto será muy clave de predecir bien el resultado.

Por último será interesante ver si alguno de los dos grandes partidos tiene voto oculto y por lo tanto el equilibrio entre los dos cambia de ahora a mayo. En un escenario de recuperación económica con un líder laborista no precisamente popular, la partida está lejos de servida. Habrá que ver cómo evolucionan las intenciones de voto y como los partidos consiguen, o no, centrar el debate en los puntos que les interesan. Como guía: Europa inmigración o el déficit del país, es ganancia conservadora. Estado del bienestar y la crisis del costa de vida, el debate que quieren los laboristas.

Berta Barbet es politóloga. Estudiante de doctorado en la Universidad de Leicester y editora del Cercle Gerrymandering. @bertabarbet

Publicado en Beerderberg

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