Señor Presidente:
Junto con agradecer la hospitalidad suya, la del Estado de Minas Gerais, quisiere recordar que aquí desde este Estado, donde surgió un Juscelino Kubitschek, para pensar en grande e irse a Brasilia, de acá de este Estado surgió un Tancredo Neves, para fortalecer el proceso democrático de Brasil.
Pero estamos acá recordándonos de los 10 años. Y yo creo que lo que Mercosur ha conquistado en estos 10 años es un patrimonio de identidad. Y ese es un recurso no menor, en un mundo donde cada vez los perfiles regionales son cada vez más importantes y más significativos. Más allá de nosotros, el mundo mira a Mercosur como un elemento importante del proceso de integración.
Yo sé que podemos hacer un catastro con todas nuestras diferencias, con las dificultades, particularmente en el campo del comercio intraregional, pero desde fuera el Mercosur se ve mucho más como un horizonte de integración, que va más allá de los flujos comerciales. Y esto tiene mucho que ver, me parece, con dónde estábamos 10 años atrás. Diez años atrás veníamos hablando mucho menos de globalización y mucho más de cómo fortalecíamos nuestras democracias, después de la década del 70 y del 80. Diez años atrás estábamos mucho más conmocionados por el fin de los paradigmas y las certezas absolutas, después que se produce la disolución de la Unión Soviética. Y diez años atrás, yo diría, lo que siempre sabe emerger con fuerza, era la sensación que sin un proyecto regional colectivo, difícilmente podíamos participar en un mundo donde los conglomerados regionales son los que dan fuerza.
Y quiero decir, entonces, que desde Chile vimos nacer el Mercosur como un aporte fundamental a partir, quiero decirlo aquí derechamente, de la gestación de nuevas confianzas en América Latina y en América del Sur, el nuevo escenario de diálogo que se creó entre los dos países mayores de la región Sudamericana. Y ese espacio de diálogo de los dos países mayores está en el germen profundo de por qué hoy celebramos 10 años.
Es cierto, el origen institucional de Mercosur es un acuerdo arancelario, pero intuíamos que era más que acuerdo arancelario. Y yo quiero reivindicar eso hoy día, porque Chile se sumó, dos años después, como Estado asociado, al igual que Bolivia, precisamente como asociado, porque no estábamos en condiciones de participar del acuerdo arancelario, en tanto eso implicaba tener que aumentar nuestros aranceles para después, desde el Mercosur, comenzar todos a bajarlos.
Pero quiero recordar también que desde mi primera participación en Mercosur, en julio del año 2000 en Buenos Aires, fui enfático en señalar que Chile estaba dispuesto a participar a plenitud de Mercosur, si Mercosur lo entendemos como algo más que un acuerdo arancelario.
Y casi a 5 años de esa declaración, yo quisiera volver a reiterarla acá, señor Presidente. ¿Por qué? Porque en estos años hemos constituido un Mercosur para aumentar la cohesión social, y ahí están las reuniones de los ministros de Salud, de los ministros de Educación, de los ministros del Trabajo, de los ministros de Infraestructura. ¿Y todas esas reuniones qué son? Todas esas reuniones son más que aranceles.
En el intertanto, se estableció un tribunal para la solución de controversias, que era un planteamiento que habíamos hecho con mucha fuerza. Y quiero reiterar lo que dije hace seis meses en Iguazú: Chile desea ser parte de ese tribunal de solución de controversias, y quisiera que en la próxima reunión de Mercosur, en seis meses más, no tenga que volver a decir lo mismo, porque ya vamos a ser parte del tribunal para solución de controversias. No creo que tengamos que ser miembros plenos, porque también tenemos controversias con cada uno de los aquí presentes, de tipo comercial, y nos gustaría participar de ese tribunal, aunque no seamos parte del arancel externo común.
De igual manera, hemos avanzado en algo que hemos dicho siempre, y practicado poco, que es un mecanismo de coordinación de políticas macroeconómicas, porque buena parte de las desinteligencias comerciales tienen que ver con los cambios abruptos de tipo de cambio que se generan en nuestros países, cuando tenemos políticas macroeconómicas tan distintas.
Y quiero decir, entonces, y no quiero recordar historias antiguas, que los momentos difíciles de Mercosur han sido cuando un país tiene que devaluar su moneda en 50, 60, 80 ó 100 por ciento, y el resto queda, entonces, tratando de adaptarse a esa nueva realidad.
Y aquí, entonces, respecto de políticas macroeconómicas, creo que podríamos avanzar más: uno, quiénes participan de coordinación ¿sólo los países plenos? Chile está disponible para avanzar en materia de coordinación, aunque seamos asociados; segundo, para no crear nuevas instituciones, por qué no pedir a CEPAL que monitoree aquellas partes más elementales de cómo nos ponemos de acuerdo en nuestras estadísticas. Y creo que eso es perfectamente viable.
En el intertanto, en el intertanto se creó la comisión de representantes permanentes de Mercosur, con sede en Montevideo, y en donde ahora, como señalé en Iguazú, tenemos a nuestro propio coordinador, el Presidente Duhalde. Y él ha colocado tres áreas en las cuales quiere poner el acento: el proceso de recursos para infraestructura, que está concretado en IIRSA, la necesidad de pensar en un proyecto energético en los distintos países de la región y las modalidades de financiamiento.
Entonces, fíjese usted, estamos señalando las bases de nuestro carbón y nuestro acero, que son estas tres cosas. Podríamos a lo mejor agregar dos más, si somos ambiciosos: cómo somos capaces de avanzar en una agenda digital común a nivel latinoamericano. Hay una cantidad enorme de temas que tenemos que… todos nuestros países tenemos agendas digitales, todos. Y cómo somos capaces de coordinar parte de ahí lo que tenemos.
Y hablar, entre paréntesis, en estos temas también con una voz, si queremos avanzar en agenda digital y suscribo plenamente el planteamiento de Jorge Batlle, que nos ha hecho respecto al tema de desarrollo científico. Porque en el ámbito de desarrollo científico, digámoslo, los países que más avanzan son los que están en condiciones de poner ciencia y tecnología a sus productos de exportación, y es muy distinto tener a Nueva Zelandia exportando, verdad, gérmenes de ganado debidamente mejorados, con técnicas biotecnológicas, que simplemente estar exportando el cordero propiamente tal.
Entonces, ¿qué quiero decir con esto, señor Presidente?, algo tremendamente concreto: yo no sé si es posible pedirle a la comisión de representantes permanentes de MERCOSUR, si a 10 años de Ouro Preto decimos «queremos tener MERCOSUR con miembros plenos. Punto. Y miembros plenos son, ¿podemos tener miembros plenos en tribunal? ¿Podemos tener miembros plenos en cada uno de estos otros proyectos? ¿Por qué? Porque 10 años atrás MERCOSUR era sólo unión aduanera.
Entonces yo digo, para participar en IILSA ¿vamos a ser Estados plenos y Estados asociados? ¿O podemos a plenitud participar en IIRSA? ¿O podemos a plenitud participar en cualquiera de estos otros instrumentos? Y si estamos pensando avanzar más, como pueden ser elementos que tienen la relación respecto a temas como un parlamento, mayor razón.
En otras palabras, tengo la convicción que la identidad de MERCOSUR ha ido mucho más allá que lo que nuestra acción representa, y eso yo creo que es lo que hace fuerte y atractiva la idea de MERCOSUR a otras regiones del planeta.
Es cierto, hemos avanzado con lentitud en lo que pensábamos que íbamos a andar más rápido, que son los acuerdos comerciales y arancelarios, pero creo que no sería justo, dado los otros avances que hemos tenido en MERCOSUR, decir «mire, vamos a mantener la distinción entre miembros plenos y asociados, porque lo que hace la distinción es su arancel». Si tenemos este conjunto de otros instrumentos más poderosos, más significativos, más fuertes, y que son los que nos dan también una presencia mejor ante el mundo.
Es cierto, cuando Mercosur negocia entendimientos, como ha dicho muy bien el Presidente Lula, con India o con los países del Africa, encabezados por Africa del Sur, creo que son elementos tremendamente importantes y significativos. Pero hoy tenemos que el grupo de países asociados es mayor que de países miembros plenos.
En consecuencia, creo que 10 años después podemos plantearnos qué es lo que entendemos por miembro pleno de Mercosur. Lo cual no significa que respecto de los aranceles, Bolivia, Chile, Colombia, etc., sigamos siendo asociados, porque no estamos en condiciones de tener una plenitud arancelaria como la que tienen en este momento los otros cuatro miembros plenos.
¿Por qué lo digo? Porque creo que en el fondo lo que está es que Mercosur es hoy un proyecto de crecimiento político, político en el buen sentido de la expresión, en cada uno de estos temas. Y por cierto que nos plantea el desafío, ese Mercosur de crecimiento político, de cómo lo diferenciamos o cómo lo subsumimos dentro de un proyecto mayor.
Y cuando vemos que acá está con nosotros el Canciller de México, como demostración del deseo de México también de ser miembro asociado en el sistema clásico, pero estoy seguro también que pensaría ser miembro pleno si hacemos una definición en términos políticos, como la que estoy señalando aquí.
En suma, Presidente, creo que así como miramos diez años atrás, si usted mira ¿qué van a pensar los que estén en torno a esta mesa el año 2014, en diez años más?, me gustaría pensar que los temas arancelarios van a haber sido superados, pero son estos otros temas los que le van a dar carne a Mercosur. Si tenemos entendimientos energéticos, si tenemos mejoramiento de infraestructura, si tenemos cierta coordinación de políticas macroeconómicas o si podemos seguir avanzando en cualesquiera de los otros campos en los cuales hemos avanzado con más rapidez que en el tema estrictamente arancelario.
Y esto, entonces, me lleva a hacer un planteamiento, que no sé si cabría aquí, que sería, en el fondo, ¿podemos pedirle a nuestra comisión de representantes permanentes que exploren una modalidad para nuestra próxima reunión en seis meses más, de cómo entendemos este proceso? Porque obviamente que en estos diez años hemos dado un salto. Y si hemos dado un salto, modernicemos la forma en que nosotros nos reunimos.
Y, finalmente, yo quisiera señalar que nuestra convicción en Chile es que una cosa son entendimientos comerciales, pero nuestra identidad aquí es mucho más fuerte cuando vemos qué porcentaje de las inversiones chilenas en el exterior tienen lugar en los países que están en torno a esta mesa, qué porcentaje de nuestras inversiones están hoy día, y que es muy elevado.
En consecuencia, eso también es parte del flujo que tenemos, de nuestras inversiones que hay en Argentina, que hay en Brasil, que hay en Perú, que hay en Bolivia, en muchas partes, en Colombia, por cierto. En consecuencia, creemos que eso es lo que nos tiene que colocar también en un nivel económico.
Y si estamos en esta ciudad quisiera concluir diciendo, y me gustaría también mucho más de un Mercosur que apunta a lo que son nuestras raíces y nuestras identidades culturales, porque también para poder subsistir con talante propio en el mundo, nuestras identidades culturales son las que nos permiten también, en último término, tener presencia por lo que somos…….. que cada uno de nuestros países hace, lo que permanece.
Y con el mayor respeto, estoy seguro que un Jorge Amado va a seguir permaneciendo durante mucho tiempo, más allá de los distintos Presidentes, bajo los cuales Jorge Amado ha escrito, si se me permite esa expresión. Y qué decir que un Neruda o una Mistral van mucho más allá de lo que un Presidente, por definición, transitorio, en un país democrático todos somos transitorios, lo puede hacer. Y eso también es parte de cómo nos queremos presentar en el mundo.
Y creo, entonces, que cuando se hizo diez años atrás el deseo de tener una cumbre acá en Ouro Preto, se estaba rescatando lo que es la riqueza cultural tremenda de este Brasil. Y creo, entonces, que tal vez, pensar también cómo podemos tener un Mercosur cultural, con mucha más carne y contenido para que en diez años más, los que aquí estén, puedan celebrarlo como una forma que nos da identidad y espesura, en un mundo cada vez más global, pero que a partir de nuestra identidad propia podemos dar nuestra palabra.
Ultima reflexión, creo que lo que hemos avanzado en tareas concretas para tener una voz única, como ha dicho el Presidente Lula, es muy importante en los distintos grupos. ¿Podemos tener una voz única frente a la reforma de Naciones Unidas? ¿Una voz única frente a lo que son los entendimientos comerciales en la ronda de Doha, como en el Grupo de los 20, una voz única sobre qué es lo que queremos hacer con organismos financieros internacionales? Yo soy un convencido que sí. Y si eso es así, bueno, quiere decir que habrá mayores razones para pensar en cómo definimos la plenitud de la membresía en Mercosur. Porque creo que buena parte de los asociados quisiéramos ser miembros plenos si la definimos en un sentido que va más allá de una mera unión arancelaria.
Ojalá pudiéremos tener algún debate sobre esto en la próxima cumbre, a la que nos invita el Presidente Duarte. Muchas gracias.