ÁNGEL ARCE
¿Cómo, cuándo surgió y qué es el arte urbano?
De acuerdo con algunos especialistas e historiadores, el arte urbano es tan viejo como la humanidad misma. Como ejemplo de estas aseveraciones, podemos concretar que con el hallazgo de algunas cuevas que no se habían descubierto hasta mediados del siglo XIX en Europa –en donde también se encontraron por primera vez numerosos objetos “prehistóricos” elaborados en piedra o hueso con representaciones talladas de animales– las primeras pinturas rupestres –que no fueron descubiertas hasta 1879– en realidad fueron las primeras expresiones de arte urbano en el espacio público que buscaron representar visual y artísticamente la cosmovisión de la realidad que vivían los seres humanos de esa época. Otros ejemplos antiguos que podemos catalogar incluso ya como graffiti, datan del año 79 aC, en la ciudad de Pompeya, en donde frases políticas han sido descubiertas en los edificios de la ciudad histórica aunado a ilustraciones fálicas, una práctica común durante el Imperio romano.
¿El espacio público mundial como lienzo?
El arte urbano es una expresión artística visual y popular que tiene el objetivo de visibilizar, posicionar e invitar a la reflexión con respecto a un tema político o social que, a su vez, se convierte en una invitación subversiva mediante lo lúdico y la ironía en el espacio público. Durante el imperio Austro-Húngaro, a principios del siglo XIX, el vienés Joseph Kyselak –considerado el abuelo del graffiti moderno– utilizó el espacio público como lienzo para escribir su nombre por todo el imperio. Es considerado que el origen del arte callejero se dio simultáneamente alrededor del mundo como un ensayo o anticipación de la globalización distintiva de los medios masivos de comunicación, por lo que otra expresión considerada precedente del arte urbano es la del lenguaje conocido como “boxcar”, el cual era escrito en las paredes de Inglaterra y Estados Unidos en forma de símbolos por parte de los vagabundos de dichas naciones a partir de 1890 para comunicarse entre sí, continuando sorprendentemente hasta la fecha con artes cada vez más elaborados.
¿El arte urbano como expresión política subversiva?
Se ha considerado también que el carácter subversivo, rebelde y político del arte urbano, proviene en parte, de la influencia de las políticas revolucionarias europeas que a menudo utilizaban la técnica del esténcil, como parte de su maquinaria propagandística para comunicar su agenda, su ideología y su llamado a la acción de las masas. En este contexto cabe mencionar que el artista francés Blek LeRat, considerado el precursor de la técnica del esténcil, estableció en sus memorias que su trabajo fue manchado debido a la utilización de plantillas de dicha técnica por parte de Benito Mussolini para la difusión de su agenda e ideología fascista en Italia. Sin embargo, e irónicamente, esta técnica de arte urbano sería también utilizada por parte de movimientos antifascistas, como el grupo de resistencia Rosa Blanca en Alemania y el movimiento estudiantil Mayo de 1968 en Francia. Una característica de esta técnica que popularizó su utilización en el espacio público sobre todo durante los años 60, momento en que la liberación sexual y la lucha por los derechos civiles dominaron la escena activista y política de masas, fue la fácil producción de los carteles que permitían a sus creadores: producir una cantidad importante en poco tiempo y desde el anonimato. Justamente es en la década de los 60 es cuando se considera que el arte urbano se consolida como un medio de expresión y comunicación popular masivo con tintes subversivos en el contexto del desarrollo de grandes movimientos sociales y revolucionarios, por lo que las piezas como las etiquetas o “stickers”, los esténciles, los carteles y los murales establecieron lo que sería el tono de lo que también, sería una de las revoluciones artísticas más grandes del finales del siglo XX.
El arte urbano contemporáneo y su impacto e influencia política en la actualidad
Durante dos décadas consecutivas –los años 70 y 80– y hasta acuñarse con fuerza a mediados de los años 90 con el término Street art, arte callejero o urbano, esta expresión artística y comunicativa, se desarrolló, evolucionó y maduró hasta convertirse en una herramienta que jugando con la identidad y los espacios públicos, se posicionó como la técnica artística popular más influyente con la que la protesta social, la visibilización de las problemáticas comunales, locales o nacionales hasta la oposición más férrea y rebelde a los movimientos anticapitalistas, adquirió tintes democráticos al dar “voz” a mujeres y hombres, que ahora podían expresar sus desencuentros, disidencias y posiciones políticas de una manera creativa, influyente y subversiva con una amplificación envidiable gracias a la utilización del espacio público como medio de comunicación.
Desde las obras de Banksy Stop and Search, Guantanamo Bay Prisoner o Soldier Throwing Flowers, hasta la diversidad de murales pintados por artistas cómo Xena Goldman, Cadex Herrera, Greta McLain, Niko Alexander y Pablo Hernández, originarios de diversos países que van desde Alemania hasta Siria, en homenaje a George Floyd condenando su asesinato a partir del racismo, el impacto que dichas obras han tenido en la comunidad internacional es innegable, incentivando una reacción social masiva tanto a nivel territorial como digital que se tradujeron no solo en la toma de consciencia global con respecto a la violencia sistemática que aún existe por cuestiones de raza y condición social en Estados Unidos, sino también expendiendo la conversación al interior de dichos países con respecto a sus propias problemáticas que también tienen que ver con racismo, discriminación y violencia a partir de la desigualdad, entre otros temas de interés social y político como los que frecuentemente plasma Banksy en sus obras alrededor del mundo. Desde su aparición, hasta su consolidación, el arte urbano ha sido un elemento creativo, expresivo y político fundamental de los movimientos sociales, revoluciones y grandes transformaciones que han surgido a lo largo de la historia de la humanidad, fungiendo como un megáfono que da “voz” a través de los trazos en el espacio público al sentir y pensamiento de millones de ciudadanos, activistas y artistas que deciden tomar la justicia en sus manos para ejercerla por medio de las latas de aerosol, los pinceles, las brochas y los colores con el objetivo de activar al juez más severo y protagonista de los cambios históricos: la opinión pública. Sea la elección presidencial del país más influyente del mundo o la defensa de los derechos de las minorías étnicas, de las comunidades LGBTTIQ o de los colectivos feministas en países de talante autocrático o autoritario, el arte urbano sin duda, siempre estará ahí para alzar la “voz” y pintar las paredes de los colores de las causas y la lucha por una sociedad cada vez más democrática, plural, progresista e igualitaria.
Ángel Arce es Consultor político y presidente y director general del colectivo creativo y boutique de diseño Luciérnaga 360° Ad. (@AngelArceComPol)
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