Emmeline Pankhurst, la fundadora del sufragismo inglés

GUILLEM PURSALS

Como consecuencia de la moderación del Partido Laborista Independiente al defender el sufragio femenino, Emmeline Pankhurst organizó su propio movimiento.  La Unión Social y Política de Mujeres (WSPU, según sus siglas en inglés), como se llamaba, defendía la acción directa, las manifestaciones públicas y la desobediencia civil. Así se organizó el primer movimiento sufragista de masas del Reino Unido, y del Imperio Británico. Existían otros, pero no llegaron a ser tan multitudinarios y con tales apoyos. 

Un año después de su fundación, en 1904, miembros liberales del Parlamento sabotearon una enmienda del Partido Laborista que quería incluir el proyecto de ley del sufragio femenino a debate. Dicho proyecto de ley fue redactado por el ya entonces fallecido Richard Pankhurst, marido de Emmeline Goulden, que adoptaría el apellido Pankhurst tras casarse. Frente a ese boicot de los laboristas, la respuesta del movimiento de Emmeline Pankhurst fue un cambio de estrategia. Ya no irían a pedir cortésmente a los diputados laboristas que les hicieran caso. Irían a molestar a todos los partidos que integraban el Parlamento para conseguir sus fines: igualdad de voto para las mujeres e igualdad de condiciones de voto que los hombres. 

Esta estrategia llevó a importantes sufragistas a pasar días o semanas en la cárcel, pues era delito interrumpir o sabotear actos políticos, entre ellas Christabel Pankhurst, hija de Emmeline, o Annie Kenney, también fundadora de la WSPU. Como no había una respuesta política a dicha presión, llegó el gran desafecto en las filas sufragistas, y otro giro en las acciones emprendidas. En 1908 el gobierno británico se comprometió a aceptar las reivindicaciones sufragistas después de la masiva manifestación de Hyde Park, pero luego no hizo nada. La respuesta al respecto por parte de Pankhurst fue escalar más la tensión. 

En marzo de 1912 Emmeline Pankhurst dirigió una campaña que llamaba a romper cristales de los escaparates de las tiendas de Londres. Acción peculiar. El viernes primero de marzo de 1912, a las seis de la tarde, casi doscientas sufragistas armadas con martillos y piedras comenzaron a romper escaparates. ventanas. Asaltaron todas las tiendas de Westminster, Strand, Haymarket, Piccadilly, Bond Street, Oxford Street y Regent Street. Emmeline Pankhurst incluso destrozó los cristales de la residencia del primer ministro, Herbert Henry Asquith, en el número 10 de Downing Street. Arrestaron a 148 sufragistas, incluida Emmeline Pankhurst. Pasó dos meses en la cárcel. Y allí inició una huelga de hambre. 

En solidaridad, otras presas también iniciaron huelgas de hambre. Y así la huelga de hambre se convirtió en un mecanismo de lucha más de las sufragistas. Muchas de ellas murieron entonces por la alimentación forzada a través de medios violentos. O estuvieron sometidas a castigos físicos. Las torturas más conocidas fueron las de la prisión de Holloway, donde se las maltrataba físicamente, en algunos casos la alimentación forzada les provocaba serios problemas de salud, eran torturadas y humilladas. Esta firmeza les ayudó a ganar mucha popularidad. Para frenar su popularidad, el Parlamento aprobó la Ley de Alta Temporal por Mala Salud. En resumen, estabas encerrado hasta que no estabas bien de salud, y cuando te recuperabas, te volvían a encerrar. Como aun así las sufragistas no conseguían doblegar la voluntad política a su favor, aunque sí la social, incrementaron sus acciones. 

Aquí hay que hacer especial mención a una mujer en particular, Emily Davidson, miembro de la WSPU, quien durante las carreras en Epsom de junio de 1913 se cayó delante del caballo del rey Jorge V, Anmer. Davidson intentaba colocar una bandera del movimiento feminista en otro caballo, pero cayó y el caballo del rey no paró. La arrolló y la dejó inconsciente hasta su muerte cuatro días después. 

En 1914 estalló la Gran Guerra, y las actividades del WSPU cesaron para concentrarse con los esfuerzos bélicos.  Emmeline Pankhurst y su hija Christabel eran partidarias de cesar toda actividad reivindicativa, pero Sylvia, otra de sus hijas, quería continuar con los saboteos y las acciones directas para conseguir el sufragio femenino. Como consecuencia de ello fue expulsada y el WSPU se dividió, formándose una facción socialista alrededor de Sylvia y otras sufragistas. 

Dos años después, aun en plena guerra, Emmeline Pankhurst viajó a Estados Unidos y Canadá. En EE. UU. pidió que se pusieran del lado del Reino Unido en la guerra, como también trató la importancia del voto femenino en igualdad con el masculino.  Y en 1917 viajó a la Rusia revolucionaria, que acababa de firmar el Armisticio con las potencias centrales. 

La retirada de Rusia de la guerra desanimó mucho a Emmeline Pankhurst, pues veía que ayudaba a los imperios centrales a combatir con más fuerza a los franceses y a los ingleses al desaparecer un frente. Y el enroque soviético a mantener la paz a toda costa para el triunfo de la revolución la desilusionó completamente con las ideas izquierdas. Fue en ese momento donde pasó de una posición neutral a ser simpatizante de cierta derecha británica. La preferencia de Aleksander Kerensky, entonces líder del gobierno provisional ruso republicano, con quien se reunió, de dar preferencia la lucha de clases al conflicto de naciones hizo que se distanciara aún más del socialismo. 

Después de la guerra, en 1918, se aprobó la Representation of the People Act, según la cual las mujeres mayores de treinta años que residían en propiedades valoradas en más de cinco libras esterlinas tenían derecho al voto, fueran suyas o de su marido. Mientras que los hombres mayores de veintiún años no tenían por qué cumplir con este requisito. En 1928 hubo ya la igualdad electoral. Pankhurst no vería esta última ley. Murió un mes antes de que la promulgara el rey Jorge V. 

La prensa británica, canadiense y estadounidense llevó en sus páginas mensajes que la recordaban. Y aunque algunos periódicos se habían mostrado contrarios a las ideas que predicaba, reconocieron la gran labor que había hecho con sus actos y discursos.  Un año después de morir, su retrato se colgó la National Portrait Gallery, trascendiendo así a los anales de la historia británica. Y al año siguiente, por suscripción popular se inauguró una estatua en el Jardín de la Torre Victoria en su honor. Incluso asistió el primer ministro conservador Stanley Baldwin. 

Emmeline Pankhurst fue trascendental para que las mujeres tomaran las riendas de sus derechos políticos en el Reino Unido. Y no solo allí terminó su influencia. Los medios de comunicación imperiales la convirtieron en una figura conocida en todo el imperio británico, influenciando a otras mujeres organizadas en Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Sudáfrica y otros territorios. Fue consciente que se saltaba las leyes y pasó por la cárcel, donde fue torturada. Llegó a poner su vida en peligro en las huelgas de hambre. Aun así, siguió adelante hasta conseguir que las mujeres pudieran votar.

 

Guillem Pursals es politólogo y experto en seguridad pública. (@Gpursals)

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