ROMÁN VARELA
Alfonso Rueda Valenzuela se anota su tercera victoria electoral desde que fue nombrado presidente por accidente tras la marcha de Feijóo a Madrid. En las elecciones del 28M recuperó la Diputación de Pontevedra con una jugada de Risk y el 23J los gallegos votaron en masa al expresidente de la Xunta, Núñez Feijóo. Cuando todos, incluso los suyos, lo daban por muerto, Alfonso Rueda y Paula Prado pusieron a funcionar la maquinaria, perfectamente engrasada y en forma, del partido más grande de Galicia para alcanzar otra mayoría absoluta incontestable.
Los populares saben siempre tocar las teclas idóneas y previsibles. Aunque para el resto nos pueda parecer que no hay nadie al mando, en una Rueda que parecía a la deriva, el resultado es el que es. No obstante, el PP en Galicia no se puede entender solo como lo que hace el partido. Para ellos el partido y ganar lo es todo y ante el posible cambio electoral, han utilizado instituciones de toda la ciudadanía gallega como la CRTVG para hacer campaña o el dinero de todos para, con cheques y avisos de aumentos de sueldo, influir en la decisión del voto.
Con todo, pese a que el PP sigue trabajando como el PPdeG, algo cambió el domingo en Galicia y nada lo refleja mejor que las caras de alivio y sorpresa de Prado y Rueda cuando celebraron solos, con la militancia, el magnífico resultado electoral. Un gran resultado electoral que Feijóo vivió desde Madrid, en una videollamada con su, por el momento, emisario en Galicia. Y eso es una decisión del propio Rueda que, después de adelantar las elecciones en el país que, según ellos, es una isla de estabilidad, tiene toda la legitimidad que otorgan las urnas para poder, por fin, si quiere, poder volar solo. De presidente por sorpresa a presidente reforzado. Sin embargo, esa primera vídeo llamada para dar cuenta al jefe ya nos adelanta que la dinámica va a ser la misma durante los próximos cuatro años porque, piensan ellos y las urnas así lo reflejaron, funciona.
Galicia ha cambiado porque la alternativa a Rueda es seria, real y tangible
Y por que digo que Galicia cambió? Porque las elecciones gallegas tomaron una importancia que pocas veces habían tenido, con una participación de las más altas de la historia. La izquierda consiguió por fin movilizar, pero la derecha subió la apuesta y sacó un resultado excepcional. El BNG de Ana Pontón alcanzó un resultado también extraordinario luego de una campaña brutal y de una trayectoria de ocho años que solo podía desembocar en este resultado. El nuevo BNG, capitaneado en este campaña por Rubén Cela y comandado comunicativamente por Xavier Campos, cautiva a esa “nueva Galiza” que se abre paso y sigue petando en la puerta cada vez con más fuerza. Además, poco a poco, el nacionalismo y el espacio que se fracturó en contexto pre-15M, vuelve a estar bajo el mismo paraguas y bajo el liderazgo incuestionable de doña Ana Belén Pontón Mondelo.
No obstante, este gran trabajo de vista larga y construcción de hegemonía no llegó a San Caetano de momento porque falló la otra pata de la coalición. El PSdeG trajo a Messi, en plena forma, pero se practicó un harakiri y José Ramón Gómez Besteiro no fue suficiente. El partido cosechó el peor resultado de su historia en el intervalo más bajo que pronosticaba Tezanos. Ferraz empujó y Besteiro echó media campaña en Vigo de la mano de Abel Caballero pero no fue suficiente por una cuestión multifactorial que sería muy larga de explicar en un artículo de panorámica general. La buena noticia es que el PSdeG tiene ahora un liderazgo claro, fuerte y con visión de país que tendrá que ser reforzado en las primarias de la secretaría general más pronto que tarde. Aun así, Besteiro cogerá su acta en el Hórreo y tendrá cuatro años y nueve soldados para poder conseguir lo que siempre quiso y no pudo conseguir en escasos tres meses después de siete años en la cuneta: la presidencia de la Xunta de Galicia.
Sobre los partidos extraparlamentarios solamente cabe destacar la valentía, nobleza y coherencia de Marta Lois ante un reto mayúsculo que también penaliza la concentración del voto en el BNG. A pesar de que se intentó, a la campaña le faltó una mayor dosis de galleguismo y afinar los mensajes a favor en unas elecciones en las que los únicos que votaron en contra fueron los que optaron por la papeleta del Partido Popular. Tanto BNG como PSdeG se hartaron de hablar de propuestas. La cuestión no era tanto si Rueda caía o no, ya que no despierta ningún tipo de emoción negativa como sí podría hacer Feijóo, el tema era que iba a hacer Marta Lois si llegaba a ser conselleira en ese gobierno de coalición galaicoprogresista. El cambio tendrá que ser a dos o no será? Pues en el 2024 estuvo claro que sí, pero el espacio a la izquierda del PSdeG tiene cuatro años para armar algo solvente y serio o si decide integrarse en alguno de los dos partidos de izquierda galleguista que van a seguir teniendo representación en el Hórreo.
Quién gana tras el 18F? Todos o casi todos
En resumen, sale reforzado Rueda, sale reforzada Pontón y sale reforzado a futuro el PSdeG con un Besteiro que se va a centrar exclusivamente en Galicia. El que no sale reforzado es Jácome que, de poder ser llave, pasa a ser irrelevante y no hay nada que le haga más daño al “Puigdemont de Galicia” (Lara Salgado dixit). En el plano estatal, sale reforzado también Feijóo y Díaz es la gran derrotada de la noche. Sánchez? Pues puso todo para recuperar Galicia pero, si lo piensa, no va a tener que apoyar un BNG tan fuerte en Galicia y puede centrarse plenamente en las elecciones vascas de los próximos meses en los que podrá seguir eligiendo socio: PNV o EH Bildu, partidos que pueden hacer una lectura positiva de lo que ha pasado este febrero en nuestro país.
A pesar de todo, los 40 parlamentarios populares no nos pueden hacer olvidar que el Real Madrid de Galicia llegó al domingo pidiendo la hora y que el Celta (derrota tras derrota) entró en Champions jugando muy bien el partido. Tampoco que Messi tuvo poco tiempo para que el pueblo gallego viese sus filigranas y que va a tener cuatro años para hacer un equipo a su medida para poder ganar el Balón de Oro que tanto se le resiste.
Además, no podemos obviar que el voto al PP no fue en sí un voto a favor de Rueda, sino un voto en contra de una presidenta nacionalista, en contra de dar el poder al BNG. Aquí los únicos que hicieron una campaña en positivo fueron aquellos que se presentaban cómo alternativa de gobierno. ¿Tiene Rueda un proyecto de país? ¿Va a tener autonomia? La primera señal va a ser el reparto de las carteras del Consello de la Xunta que veremos en las próximas semanas. Habrá cambios, pero no podemos olvidar que se trata de un partido serio, tradicional y previsible.
Se vienen otros cuatro años apasionantes de política gallega en la que el galleguismo debe tener como reto la creación de una esfera pública gallega propia amplia y saludable que vaya más allá de la formulada por el PP a través de sus terminales mediáticas. Es ahora cuando toca ponerse a trabajar en la capilaridad y en el “parroquia a parroquia” para que en el 2028 haya seguro el cambio que, por pura higiene democrática, Galicia necesita. El pueblo gallego ha hablado y no toca otra que aceptar los resultados y felicitar a los ganadores, pero no nos resignamos a poder mudar este país y llevar a cabo las propuestas que se presentaron y compenetraron tan bien en campaña.
Román Varela es Periodista, consultor y analista político (@roman_varela_)
Artículo publicado originalmente en gallego en el mensual gratuíto STGO!