El poder de la palabra. La palabra del poder

El pasado viernes, 17 de abril celebramos un nuevo Beers&Politics, a cargo de ALFONSO PINILLA, profesor contratado y Doctor de Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura.

Reencontrarnos cada cierto tiempo alrededor de la mesa de un bar y hablar sobre cualquier tema elegido, ésa es una de las reglas básicas que en cualquier Beers & Politics se debe cumplir. Y como se trata de conversar, el viernes 17 nos reunimos en El lugar del vino para hablar El poder de la palabra. La palabra del poder.

Partiendo de la definición de poder como “la capacidad de cristalización de los deseos, de imponer esos deseos sobre los demás” comenzamos nuestro encuentro con el poder dentro de cualquier organización. Esa separación, esa distancia, entre quien ejerce el poder y el resto de los miembros de la organización es una relación basada en el antagonismos. Sin conflicto no hay organización y sin regulación del conflicto, las relaciones se diluyen hasta desaparecer. Cualquier poder –bien sea el de un líder político ante sus correligionarios o el de un padre sobre sus hijos– siempre intenta mantener la organización regulando los naturales conflictos que la explican y soportan. Es evidente que esa regulación se puede hacer ejerciendo la violencia –ese es el último y más expeditivo medio–, pero sobre todo se debe hacer utilizando la palabra, el discurso. De este modo, la posible separación se mitiga y el antagonismo resulta menos intenso, aún sin desaparecer del todo.

En esta sesión hemos hablado del poder, esa pulsión humana por hacer realidad nuestros particulares deseos, por imponer nuestros designios sobre quienes nos rodean. Y lo hemos hecho, según el maestro Rodríguez de las Heras, poniendo de manifiesta siete estrategias que todo poder utiliza para mitigar los naturales antagonismos existentes en la sociedad, la inevitable distancia que siempre separa al gobierno de los gobernados.

Siempre siete estrategias, administradas de distinta forma, cadencia y medida según el auditorio sobre el que el orador en cuestión lanza su discurso; siempre siete maneras de persuadir o rechazar, de atraer o expulsar a quienes nos rodean. A saber: sublimación, favor, desviación, miedo, culpabilidad, represión y expulsión.

En las 7 regulaciones se aprecia una clara gradación, desde las más conciliadoras(sublimación, favor), aquellas en que la sintonía Orador-Auditorio es mayor, hasta aquellas en que el antagonismo se hace más patente (culpabilidad, represión, expulsión), pasando por las regulaciones consideradas blandas (desviación, miedo).

El trayecto desde la sublimación hasta la expulsión es el de las diferentes maneras de resolver el antagonismo existente. Analizar con detenimiento las regulaciones que más prevalecen en cualquier discurso –sea o no político- arroja mucha más información sobre la naturaleza del poder y el momento en el que la organización se encuentra.

Sin duda, analizar discursos y mensajes políticos, atendiendo a estas siete estrategias dialécticas, máxime en momentos electorales como los que ahora vivimos, ha resultado de gran interés para todos los asistentes.