El narcisismo en la Política: ¿Entre el liderazgo y la manipulación?

ROBERTO PLASENCIA

“Está claro que todos los políticos son narcisistas” Marie-France Hirigoyen

En el mundo de la política, el carisma[1] y la seguridad en sí mismo suelen ser cualidades esenciales para captar el apoyo de las “masas”, esto último de suma importancia en la política electoral para los procesos electorales; con el fin de obtener una mayor captación votos.  Para la postulación de personas candidatas, independientemente del tipo de perfil, carácter, trayectoria, arraigo, formación etc., se buscan perfiles con carisma. En cierta medida, el carisma se ha convertido en un factor real de poder[2], debido a que es prácticamente imposible ganar una elección sin esa cualidad.[3] No obstante, cuando estos rasgos se llevan al extremo, pueden derivar en el: narcisismo político, un fenómeno en el liderazgo caracterizado por la búsqueda constante de admiración, la falta de empatía y la tendencia a distorsionar la realidad en función de intereses personales.

A lo largo de la historia, diversas figuras políticas han manifestado rasgos narcisistas, afectando la toma de decisiones, la estabilidad de las instituciones y la confianza ciudadana. En este artículo, exploraremos el narcisismo político, características principales, ejemplos de personas líderes con este perfil y sus consecuencias para la sociedad.

Narcisismo: Entre la Confianza y la Patología

Basado en la psicología, el narcisismo es un rasgo de la personalidad que, en niveles moderados, puede fomentar la ambición y el liderazgo positivo. No obstante, cuando se convierte en un trastorno, se manifiesta a través de:

  • Sentido grandioso de importancia.
  • Necesidad excesiva de admiración.
  • Falta de empatía.
  • Expectativas irrazonables de trato especial.
  • Tendencia a la manipulación y descalificación de críticos.

En política, estas características pueden conducir a decisiones centradas en el beneficio personal en lugar del interés colectivo, manipular la percepción pública. Estas combinaciones pueden llevar a conductas destructivas en las libertades, la gobernanza y a la calidad gubernativa erosionando la confianza en las instituciones democráticas y en la ciudadanía. Dicho lo anterior, el narcicismo político se puede entender como un patrón de comportamiento en personas líderes o figuras públicas en el ámbito político, caracterizado por una excesiva autoadmiración, con una necesidad de validación constante y la percepción de superioridad sobre los demás.[4]

Tipos de Narcisismo en la Política

El narcisismo, según su grado, puede dividirse en dos categorías “narcisismo adaptativo” y el “narcisismo maligno”. El Narcisismo Adaptativo impulsa el liderazgo positivo y el deseo de reconocimiento y logros tangibles que fortalezcan su legado. Se asocia con características como: ambición y motivación; carisma; resiliencia y asumir riesgos calculados. Usando un enfoque analítico y no sensacionalista, tenemos algunos ejemplos:

  1. Alejandro Magno usó su carisma para consolidar un imperio y legado duradero. A pesar de su necesidad de veneración (al ser declarado hijo de Zeus).
  2. Barack Obama proyectó confianza y carisma para conectar con la ciudadanía. Aunque ha enfrentado diversas críticas, mostró resiliencia y autocontrol frente a los desafíos.
  3. Angela Merkel destacó por su capacidad de tomar decisiones. Equilibró firmeza con pragmatismo y empatía. Su carisma sutil y su enfoque racional le permitieron ser vista como una «líder confiable» en el ámbito internacional.

En cambio, el Narcisismo Maligno está relacionado con conductas autoritarias, centrarse en su imagen pública, manipulación y acumulación de poder.[5] Por ejemplo:

  1. Adolf Hitler construyó un culto a su personalidad con discursos de superioridad y mesiánicos.
  2. Napoleón Bonaparte exhibió una ambición desmedida y una autoimagen, creyendo estar destinado a conquistar toda Europa. Tomaba decisiones unilaterales impulsadas por su egocentrismo.
  3. Imelda Marcos conocida por su extravagancia y su obsesión por la imagen pública. Proyectaba una imagen de opulencia, poder y una falta de empatía hacia la situación económica de su país.
  4. Donald Trump ha sido un ejemplo muy citado y descrito como alguien dependiente de la admiración constante y a descalificar a sus críticos. Su estilo de liderazgo a menudo se centra en su persona, con un discurso egocéntrico.
  5. Nicolás Maduro ha mostrado un egocentrismo extremo, manipulación de la narrativa pública y una fuerte represión de la oposición.

Para ejemplificar mejor estos patrones de comportamiento te dejo estos vídeos:

  • Discurso egocéntrico (uso excesivo del «yo»). Donald Trump: Discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde afirmó: «En menos de dos años, mi administración ha logrado más que casi cualquier administración en la historia de nuestro país».[6]
  • Manipulación emocional. Hugo Chávez: Apelar al nacionalismo y a la lucha de clases, presentándose como el salvador del pueblo. Sus programas televisivos, como «Aló Presidente», eran plataformas donde empleaba estas tácticas.[7]
  • Descalificación constante de opositores. Jair Bolsonaro: El presidente de Brasil ha sido conocido por descalificar constantemente a sus opositores políticos y a aquellos que critican su administración.[8]
  • Sensibilidad extrema a las críticas. Recep Tayyip Erdoğan: El presidente de Turquía ha mostrado una marcada sensibilidad a las críticas, emprendiendo acciones legales contra caricaturistas, periodistas y ciudadanos que lo han criticado o satirizado.[9]

Ahora bien, ¿Reconoces o conoces a alguna persona líder desde local hasta nacional con las características que: ¿Promete más de lo que puede cumplir?, ¿Toma decisiones impulsivas para destacar?, ¿Se rodea de personas que lo elogian constantemente?

En consecuencia, el narcisismo político sitúa a las sociedades en una encrucijada: aunque pueden manifestarse como liderazgos carismáticos que inicialmente impulsan logros efectivos y significativos para consolidar su poder, a largo plazo pueden resultar como una manipulación estratégica que dividen, minan y puede afectar profundamente la estabilidad democrática y la cohesión social. Entre sus principales efectos destacan:

  • Polarización social. La manipulación del “nosotros contra ellos”: Refuerzan conflictos con sus narrativas y dificultan el diálogo al dividir a la sociedad entre «aliados» y «enemigos», también incrementa las tensiones sociales y dificulta el diálogo constructivo. La retórica de Hugo Chávez en Venezuela enfrentó a las clases populares contra las élites, generó divisiones.
  • Populismo. La promesa vacía del cambio: Apelan a la emoción en discursos, promesas y soluciones (frecuentemente irrealizables) para captar apoyo, pero sin resultados tangibles. Jair Bolsonaro utilizó un discurso para conectar con sectores descontentos, prometiendo un cambio radical que, en muchos casos, no cumplió.
  • Tendencias autoritarias. La máscara del liderazgo fuerte: Debilitamiento de instituciones democráticas y concentración de poder al no tolerar la crítica. Esto incluye la censura de medios, la persecución de personas y la manipulación de procesos electorales. Un claro ejemplo: Nicolás Maduro en Venezuela.
  • Consecuencias a largo plazo: Estos liderazgos dejan un legado de desconfianza pública hacia las instituciones y sus líderes. Socava las democracias al debilitar las normas institucionales, promoviendo una cultura política basada en personalismos y dependencia de figuras autoritarias.

En resumen, el narcisismo en la política plantea el dilema de cuánto puede beneficiar o perjudicar un líder carismático a una sociedad. Si bien algunos lo utilizan para movilizar y generar cambios positivos, en muchos casos se convierte en una herramienta de manipulación y división.

Finalmente, es esencial que la ciudadanía desarrolle un criterio crítico para distinguir entre líderes que guían con carisma y aquellos que lo usan como herramienta para manipular y dividir. La política debe centrarse en pilares fundamentales como la transparencia, rendición de cuentas, empatía, servicio público e inclusión, dejando de lado la validación personal como objetivo principal. La ciudadanía no puede permitirse ser pasiva, es imprescindible educarse políticamente, fomentar el debate informado, exigir instituciones sólidas y participar activamente en la toma de decisiones para construir una ciudadanía consciente y comprometida. El reto de nuestro tiempo no es solo identificar el narcisismo político, sino evitar que destruya los principios esenciales que sostienen nuestras sociedades. En última instancia, los desafíos radican en fortalecer democracias sólidas y resilientes, capaces de afrontar los efectos del narcisismo político y priorizar el bien colectivo sobre el ego y los intereses individuales.

Luis Roberto Plasencia Rodríguez es politólogo y administrador público por la UNAM, con un Máster en Comunicación Política Avanzada en Madrid. Con más de 14 años de experiencia, ha destacado como estratega en campañas políticas, asesor electoral, operador territorial y creador de contenido para redes sociales. Además de especialista en administración municipal y derecho electoral, su trayectoria refleja un firme compromiso con el fortalecimiento del quehacer político y el desarrollo de México. (@Robertoplasenci)

[1] El carisma es el talento natural que tiene una persona para atraer a los demás por su presencia, personalidad o palabras. https://bit.ly/4jUyeCj

[2] Olivia Fox Cabane publicó “El mito del carisma” Según ella, existen 4 tipos de carisma que se pueden fomentar. Uno de ellos es el Carisma de autoridad, el cual muestra la mayor capacidad de atracción. Quienes lo poseen, tienen la convicción de poder influir en la vida de los demás. Detentan la capacidad de motivar a seguirles a quienes los escuchan. Un personaje que ejemplifica este carisma sería Winston Churchill. https://bit.ly/4jUyeCj

[3] El Carisma en las Campañas Electorales. https://bit.ly/4hNQnQm

[4] Post, J. M. (2015). Narcissism and Politics: Dreams of Glory. Cambridge University Press.

[5] Campbell, W. K., & Miller, J. D. (2011). The Handbook of Narcissism and Narcissistic Personality Disorder.

[6] https://bit.ly/4hzNlj3

[7] https://bit.ly/3WUwsab

[8] https://bit.ly/4hDpjU4

[9] https://bit.ly/42W9WBY