El pasado 18 de junio tuvo lugar un nuevo encuentro online en Posadas. Hablamos de “El impacto de los feminismos en la conversación publica y las resistencias antigénero”, junto a PAOLA ZUBAN.
Paola Zuban es Politóloga y consultora de comunicación. Directora de Maratón Compol y secretaria general de Asacop Argentina. Investiga sobre opinión pública y género (@pzuban).
Este es el resumen, realizado por Dario Garay:
Por primera vez en un Beers&Polítics, Paola Zuban, directora de la Consultora Zuban-Córdoba, secretaria general de ASACOP Argentina e investigadora de opinión y género, compartió un trabajo de investigación que realiza desde el 2015 con la aparición del movimiento #NiUnaMenos en Argentina y el #MeToo en el resto del mundo. Plantea que, tras la salida de la pandemia, habrá que repensar los estados y las democracias con el objetivo de feminizar la política. Que una ética del cuidado debe triunfar sobre las estructuras patriarcales, bases sobre las que se ha desarrollado el mundo hasta hoy.
En Argentina, impulsado por movimientos que atraviesan todas las ideologías, el 2018 dejó una marca indeleble, «ese año hubo muchos hitos en términos de la agenda de los feminismos que penetraron en la conversación pública», expresó Zuban para introducir el tema en la conversación de una nueva edición del Beers&Politics Posadas online. «La impresión era, en ese momento, que a mayor información de la población todo iba a mejorar para las agendas de género», indicó.
La sensación generalizada, en el marco de las grandes movilizaciones que marcaron la previa y los debates parlamentarios de 2018 en Argentina, era que los temas de las agendas de los feminismos ingresaban a la sociedad, que los argentinos se informaban sobre los reclamos y demandas, asistían y participaban de los debates de un nuevo movimiento. “Pensamos que una vez que todos estuviéramos informados y, de alguna manera, empapados en éstas temáticas todo sería más fluido; todo mejoraría para la agenda de género y las temáticas que tenían que ver con lograr avances en torno a la igualdad entre las mujeres y los varones», expuso la consultora, pero no fue (tan) así.
Según las encuestas, que se desarrollaban a la par de la escalada en las movilizaciones, se pudo establecer que no sólo había falta de información, de sensibilización, «sino también movimientos de resistencia en contra de los avances en las agendas de género». Las resistencias, que se agrupan alrededor de los conservadurismos, promueven la polarización. Según Zuban, «los estados y las sociedades asisten a procesos más o menos elásticos de polarización ideológica» y, en la grieta, «quedan atrapados los movimientos sociales que proponen avances en torno a los feminismos, la inclusión, el multiculturalismo, nuevos paradigmas sociales y políticos». Es un emergente de un nuevo clima de época y es utilizada como filtro en las discusiones sociales por las resistencias.
Los grupos que se oponen a cualquier cambio en el statu quo han ejecutado estas campañas de oposición debido a que los feminismos proponen un reordenamiento social y cuestionan lo establecido por «la sociedad que se ha fundado en un paradigma de sociedad heteronormativa, patriarcal», explicó la consultora. Lo que promueven estos grupos de resistencia, según Zuban, es que «el modelo a seguir o a alcanzar es el europeo, donde todos somos blancos, heterosexuales y adherimos a los parámetros de la religión católica; donde la medida del éxito tiene que ver con el poder económico y el éxito académico». Para la normalidad de la época esas cualidades son las que posicionan a las personas en un lugar que no molesta, que no sale del sistema y que no permite que las cosas cambien.
Según Paola Zuban, los movimientos feministas lograron que en la opinión pública “haya cierto consenso en torno a la idea que lo personal es político, en el sentido que los problemas privados pasan a ser parte de un problema social y político”. Si bien los avances logrados eliminaron ciertos obstáculos, como algunos impedimentos “formales”, queda un largo camino para terminar con los impedimentos simbólicos, como los que se imponen de las puertas para adentro de los hogares y, también, de la puerta para afuera.
En Argentina, desde 2018, dentro de la agenda de los movimientos de género y los reclamos feministas, el que más sensibiliza y más adhesiones genera es la violencia física en contra de las mujeres. Zuban explicó que “ese año medimos cómo la sociedad conversaba en torno a la problemática de #NiUnaMenos. El 96,7% de la población estaba al tanto de qué trataban las consignas del movimiento. De ese porcentaje un 70% había participado de las movilizaciones, en mayor medida por redes sociales, a favor o en contra, pero había participado”.
Un reconocimiento de la población tan elevado de la agenda pública, a través de una consigna, es muy significativo. Cualquier sistema político que quiera ser exitoso, dentro del concepto de las democracias occidentales, aspira a que la opinión pública esté informada de los temas de conversación. De esa manera los consensos son mucho más fáciles de lograr, además de permitir que los planteos de políticas públicas busquen solucionar los problemas del conjunto social.
La participación pública en el debate desde las redes sociales
Otro de los eventos que generaron una participación social récord en 2018 fue el paro del #8M, Día Internacional de las Mujeres. Los datos que presentó Paola Zuban, en el Beers&Politics Posadas online, indican que se emitieron 1,23 millones de tuits en un sólo día en Argentina. Si bien no es la red social más importante del país, ya que sólo el 16% de la población tiene una cuenta activa, funciona como una caja de resonancia. Es un escenario donde se intercambian discursos, muchas veces contradictorios, entre la clase política, los medios de comunicación y la opinión pública.
Como sucede en casi todo el mundo occidental, lo que generan los tuits es materia prima de la comunicación política. “Lo que pasa allí se traslada a los medios de comunicación tradicionales, que tienen un target de consumo reservado a un rango etario mayor”, observó Zuban. Así se sostiene la conversación en el mainstream local, que también tiene intereses creados en la conversación pública.
Otro de los temas que atravesó el 2018 en Argentina fue el debate sobre la despenalización del aborto. Una encuesta nacional –de 1.200 casos- arrojó que casi el 98% de la población estaba al tanto de la temática que se debatía en el Congreso de la Nación, “con posturas a favor y en contra, pero sabían de qué se trataba”, señaló la consultora. Un porcentaje muy significativo también se dio en los debates sobre la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). De los consultados, el 77,8% estaba de acuerdo con que se dictara la materia en las escuelas y el 72% creía que debía ser obligatoria e incluir perspectiva de género e información sobre diversidad sexual.
El mismo año se aprobó la Ley Brisa, que estableció un régimen de reparación económica para niñas, niños y adolescentes, que sean hijas e hijos de víctimas de femicidios, equivalente a una jubilación mínima hasta los 21 años y vitalicia si el menor tiene alguna discapacidad. También la Ley Micaela o Ley de Capacitación Obligatoria en Género, para todas las personas que integran los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial), y el año anterior, en noviembre, se había a probado la Ley de Cupo Femenino, que estaba establecido en un 30% y se elevó al 50%.
Las características del movimiento
Zuban comentó que, en la actualidad, en el seguimiento hecho desde la consultora de las temáticas de género, se puede observar que “académicos, teóricos y activistas debaten si estamos frente a una cuarta ola del feminismo”. Señaló además que está caracterizada por una militancia transversal en el sentido de las edades. “Se ve militando a mujeres muy jóvenes, casi niñas y mujeres muy mayores. Además, tiene una nueva forma de participación política, porque es transversal a todas las pertenencias ideológicas y partidarias, desde la izquierda hasta la derecha. Ha sido motorizado, principalmente, a través de las redes sociales”.
Uno de los resultados más importantes que dejaron las movilizaciones de 2018 es que la mayoría de las consignas que se militan hoy son las que se establecieron ese año. Esto no sólo sucedió en Argentina, los hashtags se viralizaron a nivel mundial, como no había sucedido con los que se habían creado con el nacimiento de los movimientos #NiUnaMenos o #MeToo en 2015. En el análisis de la participación “esto generó lo que se denomina ciudadanía StandBy, un tipo de ciudadanía que no participa habitualmente en política o consignas pero que se activa en su compromiso cuando hay causas o consignas que las movilizan y hacen empatía”, explicó la consultora.
Redacción: Dario Garay
Edición: Isabel Carrera