GABRIEL FLORES
Muchos hemos escuchado la importancia del voto, en realidad es lo único que debería importar en unas elecciones, por un voto se pierde o se gana. Pero incluso sabiendo esto, no aprovechamos adecuadamente los recursos a nuestra disposición. Ocurre también en territorios donde aún hoy el machismo es imperante y el papel de las mujeres en campaña electoral es históricamente mínimo. ¿Reconocemos el potencial que tienen para de manera disruptiva influir en una sociedad que esta dudando a que candidato apoyar?
Empezó la campaña electoral de manera oficial, paso la etapa preparatoria en precampaña y ahora tienes en el mejor de los casos, un equipo central para coordinar todas las acciones propias de este proceso, ¿pero en realidad estas entendiendo el objetivo que debería de mantenerse en cada una de tus acciones de campaña?
Es importante que no falten las sillas, ni el audio en un evento, también que el candidato llegue a tiempo y le tomen las mejores fotos o videos, obviamente que los refrigerios estén listos y cada una de esas cosas que son necesarias para que un evento se realice sin percances. ¿Pero cada acción que estas realizando, aporta en la construcción del voto?
Esta incógnita le surgió a nuestro equipo de consultoría electoral conformado por Robinson Devia (Medellín, Colombia), Diego Matheus (Tauramena, Colombia) y este servidor Gabriel Flores (Guayaquil, Ecuador), en la ciudad de Tauramena, Casanare – Colombia. Ciudad ubicada en el llano colombiano y que aún conserva muchos rasgos machistas en su cultura interna. Allí vimos un potencial sin aprovechar en un segmento utilizado para otros fines, no tomados en cuenta, y ni siquiera imaginar que sean actores principales en un proceso de esta índole, sí, las mujeres y una en particular, la esposa del Candidato.
Encontramos en la esposa del Candidato una lideresa nata, con un alto nivel de empatía y sinceros deseos de ayudar a todo aquel que pase por su camino, notamos como mujeres de diferentes estratos sociales la observaban con respeto y admiración, nos pudimos percatar de rasgos en su personalidad que tal vez ella mismo no se había percatado, es así como nace la idea de crear un movimiento femenino llamado Corocoras.
Se utilizó como punto de partida un formato creado por Robinson Devia llamado, Efecto Mariposa, el cual reunió a un equipo de 20 mujeres, muy cercanas a la esposa del candidato y que sabíamos por nuestra investigación previa, tenían rasgos de liderazgo que serían muy útiles en este proceso electoral, se logró cohesionarlas como equipo e infundir en ellas el deseo de un cambio positivo por la sociedad en la que viven, sin usar tintes de odio contra los hombres o figuras de poder, se las empoderó con el sentimiento más noble del ser humano, el amor, el amor por sus familias, hijos, esposos, sueños y todos aquellos elementos tangibles e intangibles que conforman la fibra de una sociedad. Entendimos por lo que ellas nos conversaban, que nunca las habían tomado en cuenta de esa forma en elecciones anteriores, y eso que ellas aún no sabían que serian un equipo elite, que contagiarían a otras y saldrían a marchar por las calles de Tauramena, Casanare.
Ser disruptivo en una campaña electoral es siempre una de las metas, muchas veces por los avances de la tecnología, pensamos que la mejor o la única forma de serlo es a través de las redes sociales, y de ahí nació nuestra hipótesis, ¿Qué tal si el efecto en las redes sociales sea solo una consecuencia de nuestra acción en territorio? ¿Qué tal si logramos que un grupo de mujeres, cada vez más grande salga a las calles de la ciudad, con mensajes positivos a estilo de porras militares, para que sean otros los que divulguen en sus redes dichas acciones y se vayan sumando a la campaña?, efectivamente lo hicimos, con mucho escepticismo al inicio, principalmente por los rasgos machistas que se viven aún en el llano colombiano, pero poco a poco, aquellas personas que dudaban de estas acciones, incluyendo mujeres, se percataron como la población empezó a referirse a ellas, como las aplaudían, niñas, hombres, señoras, incluso militantes de otros partidos políticos, al verlas marchando en las calles enviaban mensajes diciendo, me gustaría ser parte de eso, nunca nos han tomado en cuenta como el movimiento Corocoras lo está haciendo, si no fuera por que soy de otro partido, ahí estaría y como estos, muchos mensajes más que nos demostraron que habíamos logrado ser disruptivos, sin ser ofensivos o generar un movimiento femenino que sea tildado de fomentar el divisionismo como muchos mal interpretan los movimientos de esta índole.
El movimiento Corocoras, cambió a un grupo de personas en un equipo de trabajo, aproximadamente mil mujeres que participaron en diferentes marchas, sintieron por primera vez lo importante que son para un proceso electoral, recibieron aplausos de todos los que las vieron caminar incluso cuando llovía y ni eso las pudo detener.
En un proceso electoral muchas veces perdemos de vista lo importante de los objetivos, no es tan solo hacer un campeonato de futbol, llevar un artista o hacer el mejor de los bingos. Logramos demostrar que el capital humano bien utilizado es una herramienta clave, los jóvenes no solamente son para la fiesta o cargar banderas, los hombres no son solamente para cargar cosas o gritar fuerte y las mujeres no son para estar metidas en la cocina o haciendo manualidades, todos son parte de una sociedad que necesita ver como todos son tomados en cuenta por igual y dándoles espacio para llegar más allá de las barreras mentales tradicionales que les impone su entorno social.
El caso de Corocoras demuestra que el capital humano bien utilizado, en este caso el potencial de las mujeres es una herramienta clave, para lograr cambios positivos en la sociedad. La campaña no solo fue disruptiva, sino también inclusiva, derribando estereotipos y ofreciendo a todos los miembros de la sociedad un espacio para participar y ser valorados por igual.
Gabriel Flores Avilés es consultor Político de Campañas Electorales (@GabrielFlores_a)
