El discurso: Emma Watson ante la ONU

ANA MANSO

La política ha sido un fenómeno extraño y ajeno a la mujer durante la mayor parte de la historia. Podría sonar paradójico que, aun siendo un sustantivo femenino, esté tan sumamente masculinizado, pero de lo que hemos de estar seguros es de que es un espacio cuya ocupación no debería depender de nacer con un cromosoma XX o uno XY.

Si pensamos en grandes discursos históricos, pocas son las mujeres afortunadas con tal distinción. Uno de los discursos que me atrevo a incluir en ese grupo reducido de “los grandes” es el pronunciado por Emma Watson en el año 2014 ante la ONU, como embajadora de buena voluntad para ONU Mujeres, en el marco de la presentación de la campaña HeForShe.

Por situarnos en contexto, ONU Mujeres es una entidad de Naciones Unidas creada en 2010 como una clara apuesta por acelerar y promover los objetivos relativos a la igualdad de género y empoderamiento de la mujer, y que da apoyo a los estados miembros en el establecimiento de normas, políticas y programas.

El encuadre (framing) de este discurso se marca como objetivo involucrar al género masculino. La estrategia y argumentación es sublime, pues no señala al hombre como protagonista del problema, sino como parte de la solución, no sólo como aliado, sino también como parte esencial en el camino hacia la igualdad de género, hacia un mundo más justo con la mitad de su población.

El discurso de Watson comienza buscando liberar de prejuicios al feminismo, señalando la problemática con la que se encuentra al hablar de ello, como si de una guerra orquestada contra los hombres se tratase:

“Mientras más hablo del feminismo, más caigo en la cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres es para muchos sinónimo de odiar a los hombres. Y si de algo estoy segura, es de que esto tiene que terminar. Feminismo, por definición, es creer que tanto hombres como mujeres deben tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría política, económica y social de la igualdad de sexos” […] “Feminismo se ha vuelto una palabra poco popular. Las mujeres han decidido no identificarse como feministas porque, aparentemente, ante los ojos de otros, esta expresión las hace ver agresivas, anti hombres y hasta poco atractivas.”

Watson pone sobre la mesa el conflicto con el que se tropieza el feminismo únicamente con el argumento de su origen etimológico, y trata de restar importancia a la palabra para entrar a fondo en el asunto, para no reducir la lucha feminista a una guerra de palabras, vaciándola de todo significado. “Y si todavía odias la palabra feminismo, te diré que no es la palabra lo importante. Es la idea y la ambición que hay detrás, porque no todas las mujeres tienen los mismos derechos que yo tengo hoy.”

En un intento más de incluir al género masculino en este relato y, también, en esta lucha, Watson alude a los estereotipos de género en su discurso con un relato en primera persona, señalando que ambos géneros los sufren.

“A los ocho años, por ejemplo, me preguntaba por qué me llamaban mandona por querer dirigir una obra para nuestros padres cuando a los chicos no les decían lo mismo. A los 14, (cuando ya trabajaba en el cine), comencé a ser sexualizada por ciertos grupos de la prensa. A los 15, mis amigas rechazaban unirse a equipos deportivos para no parecer masculinas. A los 18, mis amigos varones eran incapaces de manifestar sus sentimientos.”

Recuerda el famoso discurso que dio Hillary Clinton en Pequín en 1997 sobre los derechos de las mujeres para lamentarse porque “muchas de las cosas que ella deseaba cambiar en esa época son hoy todavía una realidad” y porque menos del 30% de los que le oían eran hombres, “¿cómo podemos cambiar el mundo cuando solo la mitad de él se siente invitado o bienvenido a participar en la conversación?”

Retomando el objetivo principal de HeForShe de involucrar a los hombres en esta lucha para dejar de ver al feminismo como una cuestión de mujeres hablando de mujeres, y comprenderlo como un reto que debe enfrentar la sociedad en su conjunto, Watson invita a los hombres a sumarse a esta defensa de los derechos de las mujeres, y vuelve a añadir los estereotipos que también sufren los hombres.

“Hombres, me gustaría tomar esta oportunidad para hacerles llegar una invitación formal. La igualdad de género también es tu problema. […] He visto a hombres aguantando el dolor de una enfermedad mental por miedo a pedir ayuda y a sentirse menos hombres, porque eso los hará ver menos masculinos. Si al hombre no se le hace creer que tiene que ser agresivo, la mujer no será sumisa. Si al hombre no se le enseña que tiene que ser controlador, la mujer no será controlada.”

La frase que mejor resume esta campaña es la que pronuncia a continuación Emma Watson. Desde ONU Mujeres conocen muy bien que las estrategias del feminismo que se han centrado únicamente en señalar culpables han fracasado en su objetivo final, por eso HeForShe se presenta con una mayor ambición, con más altura de miras, yendo un paso más allá: “Es hora de que veamos a los géneros como un conjunto, en vez de como un juego de polos opuestos. Debemos parar de desafiarnos los unos a los otros. Ambos podemos ser más libres y de esto es de lo que se trata la campaña: de libertad.”

Cita al filósofo político Edmund Burke: “Todo lo que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos y las mujeres buenas no hagan nada”, como crítica a la desidia y pasividad, a lo que añade: “La realidad es que si no hacemos nada hoy, van a tener que pasar 75 años o quizás 100 para que una mujer pueda esperar recibir el mismo salario que un hombre por el mismo trabajo. Más de 15 millones de niñas serán forzadas a casarse en los próximos 16 años y, al mismo ritmo, no será hasta el 2086 cuando las mujeres de las áreas rurales de África puedan ir a la escuela secundaria.”

El cierre del discurso es sencillamente exquisito con ese “Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo?”, una clara llamada a la acción e invitación a la reflexión: “Si crees en la igualdad, debes ser uno de esos feministas de los que hable poco antes y por eso yo te aplaudo. Para hacer el cambio necesitamos estar unidos y las buenas noticias son que ahora tenemos una organización unida. Te invito a que te dejes ver y que te preguntes: Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo? Muchas gracias.”

 

Ana Manso es Politóloga y Master en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política (@AnaMans0)

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