Discurso en la noche electoral del ballotage porteño

MAURICIO MACRI

Gracias! un millón de gracias a los maravillosos vecinos de la Ciudad de Buenos Aires que, una vez más, nos dieron su apoyo. De corazón.
Ustedes fueron los que conversaron con nosotros todos estos años. Y así nos permitieron mejorar. Por el bien de la Ciudad.
Y quiero decirles que esta nueva muestra de confianza por este proyecto de cambio que se extiende por toda la Argentina es un apoyo enorme para nosotros.
Y quiero decirles, también, que, por conocimiento, por compromiso, por el equipo, por las ganas, por las cosas buenas que va a hacer, han elegido muy bien al próximo jefe de gobierno.
Ustedes saben que, de hace más de un año y medio, casi dos, recorro la Argentina aceptando las invitaciones de mucha gente que me ha hecho a su casa. La verdad, me ha hecho recorrer casi todas las provincias y es una experiencia maravillosa. De las más lindas que he tenido en mi vida. Porque todos aquellos —que muchos de ellos por ahí me están viendo en estos momentos— me abrieron las puertas de su hogar y compartieron conmigo sus sueños, sus ilusiones y sus temores.
Y, realmente, en esas conversaciones pude no sólo confirmar algunas ideas sino incorporar nuevas ideas. Y en ese intercambio sentí que habían madurado los proyectos que tenemos que llevar a cabo para realizar la Argentina que soñamos.
Después de tantos años de trabajo —porque ya van varios, intensos—, y después de conversar y dialogar con miles de argentinos, algunos que pensaban igual y otros distintos, siento que he crecido, que he aprendido y que he afirmado mis convicciones. Y la primera es que creo en una política distinta. Una política que busque despertar a cada argentino, no adormecerlo; sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Una política que nos llene de entusiasmo, de alegría, de esperanza para que nos potenciemos. No de miedo y de resignación.
Creo en la solidaridad y en el trabajo en equipo. Y creo que cada vecino es una oportunidad de encontrarnos, de trabajar juntos, de realizar cosas, más allá de nuestras diferencias o, digamos, contradicciones. Creo en la honestidad y en la humildad de los argentinos. Y no me cabe esa idea de que somos corruptos y mentirosos.
Somos mejores de los que nos han dejado ser las equivocaciones de muchos de nuestros dirigentes. Y un país tan rico, como la Argentina, es inaceptable la pobreza. Todos tenemos derecho a vivir mejor.
Pero también tenemos que reconocer que en estos últimos años se ha avanzado mucho, y no podemos volver atrás. Por eso, la Asignación Universal por Hijo es un derecho, no es un regalo. No es un regalo que alguien nos dio y otro nos puede sacar. Vamos a trabajar para que desde el Congreso se apruebe y esto realmente tenga continuidad en los futuros gobiernos.
Pero yo sueño con un país donde no haya pobres que sean manipulados por la política. Por eso vamos a trabajar incansablemente para reducir la pobreza. Porque no puede ser parte del paisaje. No, y mucho menos cuando 14 millones de argentinos se encuentran en la exclusión. Va a ser la primera prioridad de nuestro gobierno terminar con la pobreza en la Argentina.
Creo que todos los argentinos, de todas las regiones, tienen que tener las mismas oportunidades para desarrollarse y ser felices. Por eso creo en un Estado que les dé los instrumentos a aquellos que más los necesitan para poder desarrollarse y progresar. Y desde ahí, otra prioridad va a ser una educación pública de calidad, innovadora, que lleve a nuestros chicos y a sus familias al siglo en el que vivimos.
Lo que hemos avanzado, lo que hemos realizado, en la Ciudad de Buenos Aires, me llena de optimismo y esperanza. Y me animo a proponerles a que juntos transformemos otra vez, como supimos ser, a nuestra educación pública en la mejor de Latinoamérica. Con nuestros maestros y nuestros chicos lo vamos a lograr.
Hay que cuidar cada empleo que existe en este país; en cada PyME, en cada fábrica, en el Campo o en el comercio. Pero, también, tenemos que llenar de empleo de calidad todas las provincias. A diario, nos encontramos con argentinos que nos dice ‘yo me tuve que ir de mi pueblo, de mi provincia, al Gran Buenos Aires, al Gran Rosario, al Gran Córdoba, en búsqueda de una oportunidad’. Y todos ellos sabemos que viven en condiciones infrahumanas. ¿Y por qué? Si tenemos economías regionales de una enorme potencialidad, que pueden realizar el sueño de que seamos realmente una Argentina poblada equilibradamente, una Argentina federal de verdad. Y para eso vamos a ser un gobierno que trabaje con inteligencia para desarrollar este país.
Durante décadas hemos vivido entre gobiernos irresponsables y ajustes económicos que tantas angustias nos han traído. Y, además, nos dicen que hay dos alternativas: o privatizar mal como los 90′ o administrar pésimo como los 2000′. Y eso es falso. Eso es absolutamente falso.
Aerolíneas Argentinas seguirá siendo estatal pero bien administrada. Porque no se puede haber perdido 5.000 millones de peso que hubiesen posibilitado que no haya un argentino que no haya sin cloaca y agua corriente en el día de hoy. Y sabemos que son millones de argentinos que no tienen estas necesidades básicas cubiertas. Pero esta Aerolíneas Argentinas que soñamos, tiene que tener objetivos superadores. Tiene que ayudar a que vuelen el doble de argentinos todos los años. Y eso nos acercará al número de vuelos por habitantes que ya tienen Chile y Brasil.
YPF seguirá manejada por el Estado. La YPF que ellos privatizaron, y que ahora confiscaron, violando la constitución nacional y trayéndonos mucho descrédito frente a todo el mundo. Esta YPF, nuestra YPF, va a liderar la recuperación de la soberanía energética que este gobierno perdió. Porque un país para crecer necesita de energía. Y esta recuperación va a ser, teniendo en cuenta la importancia de cuidar el medio ambiente, por eso le daremos fuerte impulso a las energías renovables.
Además, con inversión, con inteligencia, a mediano plazo vamos a terminar con el flagelo, con el maltrato, con la humillación de los cortes de luz que sufren tantos argentinos.
Las jubilaciones seguirán en manos de la ANSES, pero la ANSES no será más una herramienta para la política partidaria. Porque cada argentino merece una jubilación digna sin sufrir el apriete de un político.
Creo en la democracia y en sus instituciones. Creo en la necesidad de tener reglas claras y para todos. Por eso es tan importante que tengamos una Justicia independiente con jueces probos, que fallen conforme a la ley, haciendo respetar la ley, y no por aprietes y amiguismos de la política.
También creo en la libertad de expresión y en el derecho a pensar diferente y a expresarlo sin miedo a represalias. Basta de perseguir al que piensa distinto.
Creo que el poder es de la gente, no de los gobernantes. Los dirigentes estamos para servir, no para concentrar, concentrar, concentrar poder e ir por todo.
Aprendo de las lecciones de nuestra historia. Pero tengo mi visión puesta en el futuro. Y toda mi energía en cambiar el presente para construir la Argentina que soñamos.
Sé que hemos tenido muchas frustraciones. Me pasa a diario que hay gente que me dice ‘Mauricio, no me animo a soñar en grande porque no se si puede aguantar una nueva desilusión’. Pero podemos estar mejor, vamos a estar mejor. Tenemos un país lleno de riquezas, con gente maravillosa, capaz, emprendedora. Yo sé que puede dar miedo, pero el coraje y el amor pueden con el miedo. Y tenemos que despertar esta parte de nuestra consciencia que está dormida, que nos lleva a ser protagonistas. Protagonistas de nuestro destino, de nuestro futuro, de nuestra felicidad.
Por eso les quiero pedir denme la mano y vayamos juntos y construyamos esa Argentina que soñamos para nosotros y para nuestros hijos. Vamos juntos. Hoy más juntos que nunca. Muchas gracias, vamos Argentina.

Enviado por Martín Szulman