MARIANO RAJOY
Señor presidente de la Asamblea General, señor secretario general, señoras y señores jefes de Estado y de Gobierno, señoras y señores ministros, señoras y señores embajadores, señoras y señores,
Sean mis primeras palabras para felicitar al señor Vuk Jeremic por su elección como Presidente del 67º período de sesiones de la Asamblea General. Estoy convencido de que, con su liderazgo e impulso, esta alta institución será capaz de hacer frente a los numerosos retos que tendrá ante sí en los próximos doce meses. Deseo también expresar mi agradecimiento a su antecesor, el embajador Abdulaziz Al-Nasser, y sumarme a las felicitaciones por su trabajo, deseándole todo lo mejor en sus nuevas tareas.
Señor Presidente,
España otorga un protagonismo fundamental a las Naciones Unidas. Por este motivo, he querido estar presente en la apertura de este Debate General, el primero que tiene lugar tras mi investidura como Presidente del Gobierno de España. Siempre es un honor para un jefe de Gobierno dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Lo hago hoy en nombre de un país comprometido con la Comunidad Internacional y con la búsqueda de soluciones conjuntas para los problemas a los que nos enfrentamos.
Fruto de ese compromiso es nuestra voluntad de servir de nuevo en el Consejo de Seguridad en el período 2015-2016. Quiero referirme en mi intervención a las razones que avalan la voluntad de España de trabajar en el Consejo con un espíritu abierto, constructivo y comprometido con la paz y seguridad internacionales, con la promoción y defensa de los derechos humanos, y con la búsqueda de un desarrollo sostenible para todos.
Señor Presidente,
Además de la situación económica y financiera, los desafíos a los que se enfrenta hoy la sociedad internacional son más numerosos y complejos que nunca. Esta Organización y su Asamblea General son clave en la forma de afrontarlos. Año tras año discutimos aquí estos problemas y sus posibles soluciones. Por eso creo que debemos preguntarnos hoy si estamos mejor que el año pasado y, aunque pueda parecer lo contrario, yo creo que sí.
En un año hemos sido testigos de la inquebrantable voluntad de los ciudadanos árabes por consolidar sistemas democráticos en sus países. En España vivimos una difícil, pero exitosa, transición a la democracia y, por ello, sabemos que el camino no es, ni será, fácil. Nuestra experiencia puede ser útil a todos los países árabes que están viviendo procesos de transición. Quiero reafirmar nuestro compromiso con la construcción de sociedades abiertas, inclusivas y democráticas, cuyas instituciones satisfagan los anhelos de dignidad y desarrollo de los ciudadanos.
En estos procesos no tienen cabida los movimientos que promueven la violencia, sea cual sea la justificación que se le quiera atribuir. Cualquier ataque o agresión, ya sea contra personas o instituciones, no es admisible y merece nuestra más rotunda condena.
El año pasado también dedicamos nuestros esfuerzos a buscar soluciones a la crisis en el Cuerno de Ãfrica y, en especial, a la situación en Somalia. Las dificultades persisten, pero Somalia avanza ya hacia la normalización. La cooperación en la lucha contra la piratería en el Ãndico es hoy mayor que nunca y durante nuestra reciente presidencia del Grupo de Contacto contra la Piratería en las costas de Somalia hemos avanzado en la búsqueda de una respuesta internacional a este fenómeno criminal.
Asimismo, los esfuerzos humanitarios en esta región han permitido una mejora de la situación. España y el Programa Mundial de Alimentos firmaron hace cuatro meses un acuerdo para crear el mayor centro de preposicionamiento de alimentos del mundo en las Islas Canarias. Este centro del PMA permitirá atender, de forma más rápida y eficiente, las emergencias alimentarias en el continente africano.
Afganistán sigue avanzando en el camino hacia la estabilidad, un camino que España ha recorrido junto al pueblo afgano durante más de una década. En ese empeño hemos dejado recursos, infraestructuras y, desgraciadamente, la vida de muchos compatriotas. Mi país seguirá contribuyendo al desarrollo de Afganistán y a su búsqueda de la estabilidad y seguridad necesarias para ello.
Este año en Río de Janeiro hemos reafirmado nuestra visión común en favor de un futuro sostenible económica, social y medioambientalmente. España ha estado comprometida con los Objetivos de Desarrollo del Milenio desde sus comienzos, con el mayor programa de cooperación de su historia, por valor de casi mil millones de dólares, instrumentados a través del Fondo España-PNUD para los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Están ya en marcha las negociaciones para fijar unos nuevos objetivos de desarrollo sostenible y adaptar la estructura institucional a dicho compromiso. España mantendrá una presencia activa y constructiva en este proceso.
Señoras y señores,
La lucha contra la impunidad internacional ha conocido también importantes avances este año. La Corte Penal Internacional ha iniciado su primer caso contra un ex jefe de Estado, demostrando que el fin de la impunidad por los crímenes más graves es un objetivo cada vez más cercano para la sociedad internacional. Quiero reiterar hoy el llamamiento a la ratificación universal del Estatuto de Roma.
Quiero referirme de manera especial al valioso y creciente papel que América Latina está desempeñando en el desarrollo de este sistema multilateral. Los logros y los avances que ha conquistado la región en ámbitos como la consolidación democrática, el crecimiento económico o la integración regional están teniendo su correspondiente reflejo en el incremento de su peso en la esfera internacional.
América Latina ha mostrado su potencial en la consolidación del multilateralismo que promueve esta Organización. España tiene el orgullo de compartir este espíritu a través de las Cumbres Iberoamericanas y este año la Cumbre se celebrará en España, en Cádiz. Este foro de encuentro muestra la apuesta de la Comunidad Iberoamericana por el diálogo, la igualdad y el respeto mutuo, siempre con la mirada puesta en el futuro.
Señor Presidente,
Creo que estos avances, que no son los únicos, son muestra de un año alentador, pese a las dificultades, y de que el sistema multilateral va dando respuestas a las crisis y necesidades, promoviendo el respeto y la defensa activa de los derechos humanos, y fomentando la presencia y participación de la mujer en todos los ámbitos y regiones.
Pero, lógicamente, merecen tanto o más nuestra atención aquellos problemas en los que apenas ha habido avances o aquellos problemas que han surgido a lo largo de este último año, pues a ellos deberemos dedicarnos con más ahínco en los próximos doce meses.
En primer lugar, quiero citar la crisis en Siria. Hace un año, en esta Asamblea se hizo un llamamiento apremiante al régimen sirio para que pusiera fin a los abusos y crímenes contra su población. Pese a los esfuerzos de la Comunidad Internacional, la situación no ha dejado de deteriorarse. Miles de víctimas inocentes, el sufrimiento insoportable de la población civil y el grave riesgo de extensión del conflicto a los países vecinos nos obligan a actuar. Quiero hoy reiterar el llamamiento al fin de toda violencia en Siria e instar al presidente Assad a que asuma su responsabilidad y deje paso a un proceso político que permita superar el conflicto de forma pacífica. Apoyamos la labor del Enviado Especial Conjunto, Lakhdar Brahimi, para alcanzar este fin. La Comunidad Internacional, las Naciones Unidas, la Liga Ãrabe y la Unión Europea seguimos preparados, a través de diferentes mecanismos, para acudir en ayuda de Siria.
En este escenario regional tan incierto el Líbano ha conseguido mantenerse hasta ahora al margen de la espiral de violencia, un logro que ha sido alcanzado, en buena parte, gracias a la labor del contingente de la UNIFIL, en el que España es activo partícipe.
Seguimos un año más sin avances en el proceso de paz de Oriente Próximo. Defendemos que la solución al conflicto de Oriente Medio pasa por la existencia de dos Estados, el israelí y el palestino, que convivan en paz y seguridad. Todo retraso en la consecución de este objetivo conduce a una creciente frustración que se traslada al conjunto de la Comunidad Internacional. La Comunidad Internacional y, ante todo, los actores implicados, han de adoptar ya, con valentía, los gestos y decisiones necesarios para alcanzar esa paz global, justa y duradera que dé respuesta a los legítimos anhelos de ambos pueblos.
Mi Gobierno, comprometido con ese objetivo de paz, está convencido de que la creación de un Estado palestino viable es un elemento clave en la solución del conflicto y que tendrá efectos beneficiosos para la seguridad y el bienestar de Israel, para la normalización de las relaciones regionales y, finalmente, para el conjunto de la Comunidad Internacional. Hasta ese momento las partes deben evitar poner en peligro la viabilidad de la solución de los dos Estados.
Señoras y señores,
De particular gravedad es la situación en Mali y en todo el Sahel. A la crisis humanitaria se han sumado una grave inestabilidad política y una revuelta armada, que ha degenerado en movimientos terroristas que ya han causado muy graves daños a la población en el norte de Mali. España condena sin paliativos la violencia y apoya los esfuerzos de Naciones Unidas, la Unión Africana y la CEDEAO para lograr una solución a esta crisis. Estos esfuerzos deben contar con el decidido apoyo de los países de la región, cuya población también sufre la inseguridad que la crisis genera, y, sobre todo, deben ser liderados por los propios malienses, que necesitan superar esta crisis institucional y restablecer la integridad territorial de su país.
En otro orden de cosas, deseo subrayar los esfuerzos dedicados por la Comunidad Internacional en general, y el grupo E3+3 en particular, por relanzar las conversaciones con Irán con el fin de despejar todas las dudas suscitadas por el Organismo Internacional de la Energía Atómica relativas a su programa de enriquecimiento nuclear. Estas conversaciones se sustentan en la voluntad de encontrar una solución política y diplomática, una oportunidad que esperamos que todos los actores involucrados sepan aprovechar. Reiteramos nuestro llamamiento a Irán para que cumpla dichas resoluciones sin dilación y que ratifique y observe el Protocolo Adicional a su acuerdo de salvaguardias con el Organismo Internacional de la Energía Atómica.
También quiero expresar nuestro apoyo al proceso de las «Conversaciones a Seis» como marco para la búsqueda de una solución diplomática a la crisis planteada por el programa nuclear de la República Democrática Popular de Corea. Consideramos que dicho país debe poner fin, de forma completa y verificable, a todas sus actividades nucleares con fines militares, cumplir todas las Resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en esta materia y respetar sus compromisos con el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Señor Presidente,
Hemos avanzado en este año hacia un mundo más pacífico, justo y sostenible; pero, como en los casos que acabo de citar, queda mucho por hacer. Para ello España seguirá trabajando junto con Naciones Unidas, pues creemos que sólo mediante una acción concertada de la Comunidad Internacional se encontrarán soluciones. El deseo de mi país de servir en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el bienio 2015-2016 responde precisamente al convencimiento de que España puede seguir desempeñando, en el seno del Consejo, un papel activo en la búsqueda de soluciones conjuntas a los problemas comunes. Ese convencimiento viene respaldado por la ejecutoria de España hasta hoy, por el compromiso demostrado con el multilateralismo y por las iniciativas lideradas por nuestro país en la búsqueda de la concordia y el desarrollo sostenible.
España seguirá contribuyendo, dentro de sus posibilidades, a las operaciones de mantenimiento de la paz, tanto mediante la aportación de tropas, como a través de la Base de Naciones Unidas para apoyo a las operaciones sobre el terreno sita en Quart de Poblet, en España. Nuestro compromiso con Naciones Unidas seguirá firme, participando activamente en aquellas iniciativas que hemos venido apoyando en los últimos años, por creer que son claves para lograr el futuro que deseamos.
El desarme y la no proliferación deben ser objetivos compartidos de toda la Comunidad Internacional. Consideramos que es necesaria la reactivación de la Conferencia de Desarme con un programa de trabajo ambicioso. España también apoya la renovación del mandato de la Asamblea General para proseguir las negociaciones de un Tratado sobre el Comercio de Armas. Seguiremos trabajando para que sea un documento sólido, eficaz y jurídicamente vinculante, y en el que se contemple la defensa de los derechos humanos y del Derecho Internacional humanitario.
Desde nuestra posición de miembros del Consejo de Derechos Humanos seguiremos defendiendo el vínculo innegable entre el respeto a los derechos humanos y la paz y seguridad en el mundo. Continuaremos trabajando igualmente para conseguir una moratoria universal de la pena de muerte.
Mi país seguirá apoyando las negociaciones de un Convenio Global contra el Terrorismo en el seno de las Naciones Unidas. Ésta es una lacra que, por desgracia, España conoce bien. Deseo recordar hoy a todas las víctimas del terrorismo y transmitirles nuestro reconocimiento. En el mes de julio se celebró en Madrid una Conferencia de Alto Nivel sobre Víctimas del Terrorismo, en el marco del Foro Global contra el Terrorismo, en la que reiteramos la importancia del papel que las víctimas juegan en la completa deslegitimación, tanto social como moral, del terrorismo. Quiero agradecer el apoyo del Secretario General y del presidente de la Asamblea General en esta tarea.
Continuaremos impulsando los objetivos de ONU Mujeres tras un primer año cargado de trabajo y resultados. En este sentido, España, que ha sido el mayor donante de la entidad en su primer año de andadura, mantiene su compromiso con la igualdad entre hombres y mujeres, y con los esfuerzos para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas.
Mi país es un firme defensor del diálogo y del uso de medios pacíficos para la solución de controversias, y por ello el próximo viernes vamos a presentar, junto con Marruecos, una iniciativa para promover la mediación y desarrollar las capacidades nacionales y locales en la cuenca mediterránea. Esta iniciativa será la primera plasmación en esta región de la Resolución 65/283 de esta Asamblea General y del trabajo del Secretario General y del Grupo de Amigos de la Mediación.
Señor Presidente,
España mantiene su compromiso activo en favor de una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable al contencioso del Sahara Occidental que prevea la libre determinación del pueblo saharaui de acuerdo con los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas. Como miembro del Grupo de Amigos, España apoya de manera decidida la labor del Secretario General, de su Enviado Personal y de MINURSO.
Señoras y señores,
Entre países amigos y aliados como son España y el Reino Unido, un diálogo directo y sincero debe permitir superar cualquier diferencia. Por ello, quiero hacer hoy un llamamiento al Reino Unido para que reiniciemos el diálogo bilateral sobre la descolonización de Gibraltar, de acuerdo con los parámetros indicados por estas Naciones Unidas y plasmados en la Declaración de Bruselas de 1984. Hemos perdido ya demasiados años.
Voy terminando, señor Presidente,
Los esfuerzos de los Estados miembros de esta Organización no serán suficientes si no los acompañamos de la necesaria adaptación de Naciones Unidas al mundo actual. El Secretario General ha lanzado un proceso de reforma del funcionamiento de la Organización que mi país sigue atentamente. Quiero reiterar que España apoya esos esfuerzos del Secretario General y llamamos al resto de miembros a seguir dialogando abiertamente sobre sus propuestas, analizando las mismas sin prejuicios y con la valentía suficiente para romper el statu quo cuando sea necesario.
En este sentido, quiero reiterar nuestro apoyo a las reformas del Secretario General en materia de operaciones de mantenimiento de la paz. Igualmente, España es un firme impulsor de la iniciativa «Unidos en la Acción», una apuesta esencial para modernizar el sistema de Naciones Unidas, mejorar su eficacia y eficiencia en la lucha contra la pobreza y las desigualdades, y permitirle así hacer más con menos. Prueba del compromiso de España con esta iniciativa es que mi país ha sido su primer donante, aportando más de la mitad de los fondos totales para su financiación.
Quiero decir, por último, que el Consejo de Seguridad también tiene que adaptarse lo antes posible a la realidad del siglo XXI, que es muy distinta de la que le vio nacer. Los próximos meses seguiremos abiertos al diálogo en este tema y esperamos que, bajo la dirección del Presidente Jeremic, podamos encontrar entre las posturas conocidas un terreno común sobre el que construir un nuevo Consejo de Seguridad más eficaz, inclusivo, representativo y responsable ante la Asamblea.
Señor Presidente,
Son muchos los retos que afrontamos. La firme voluntad de España es poder contribuir activamente a que, cuando dentro de doce meses nos reunamos aquí de nuevo, la lista de problemas sea menor y podamos reconocer que tenemos unas Naciones Unidas más eficaces y más eficientes que hace un año, que sigan siendo garantía de paz y seguridad internacional, centro de estímulo e impulso de los derechos humanos, y motor de un desarrollo sostenible para nuestro futuro y el de nuestros hijos. En ese esfuerzo, y, con la misma determinación de siempre, esta Asamblea General de las Naciones Unidas puede contar con España.
Muchas gracias.