Discurso de investidura

Presidenta anderea, legebiltzarkideok, egun on guztioi:

Hona nator, Lehendakari izateko zuen konfiantza eske. Gaur egun handia da
guztiontzat. Hiritarren asmo politikoak, demokrazia barruan, gauzatzen
direnean beti da egun handia.

Baina gaur berezia da. Askoren ustez ezina zena, gaur egina izango da. Ez da
gobernuaren berritze bat bakarrik, euskaldunen heldutasuna erakusten duen
aldaketa ere bada. Demokrazia sendoaren heldutasuna da hori.

Gaurko aldaketak gure autogobernua gogortu egingo du. Euskaldunek badakite
gobernu bat edo beste bat edukiagatik gure erakundeak gureak direla betirako.
Ez dela inor jabe bakarra eta horregatik direla gureak, guztionak betirako.
Gaur zuen konfidantza eskatzen dut elkarren arteko liskarrak alde batera
uzteko. Euskaldunen arteko zatiketa baztertzeko, gizartea batzeko.
Euskal hiritarren egiazko arazoak konpontzeko lan egin nahi dut. Batez ere,
gaur kaltetuenak direnei laguntzeko.

Euskadi moderno eta indartsua egiteko eskatzen dizuet konfidantza.
Indar desberdinak, eritzi politiko desberdinak, identitateak onartuz, ahaleginak
gehituz ereiki nahi dut Euskadi.

Tolerantzia eta balore demokratikoak zaintzen dituen gizartearen partaide izan
nahi dut.
Euskadin, aurrera egin dugun bakoitzean, beti egon da desberninen arteko
akordioa, alderdi politikoen indarren elkartasuna: hori da gure tradiziorik onena.
Eta hori gaur ere, nik eskaintzen dudana.

Nire gobernuak elkarlana bultzatuko du, arazoei aurre egiteko: alderdien
artekoa, hiritarren artekoa, baina baita ere erakundeen artekoa.
Posible da demokrata guztiok arazo handien inguruan elkartzea. Eta hori da
gizarteak eskatzen diguna.

Poza ematen dit gaur Legebiltzar honetan ez ikustea terrorismoa babesten
duen inor. Eta argi esan behar dut: egon behar genuen guztiak gaude hemen.
Ez daudenak euren erabakiz daude kanpoan: ez dituztelako demokrazia arauak
onartzen. Heriotza eta mehatxu terrorista lagunbide duena ezin da hemen
egon.

Comparezco hoy ante esta Cámara, cumpliendo con lo dispuesto en el artículo
33 del Estatuto de Gernika, para solicitar su confianza, no sólo para ser elegido
Lehendakari, no sólo para formar un Gobierno y presidirlo, sino para abrir un
nuevo tiempo político en Euskadi. Un tiempo para reforzar nuestra democracia
y nuestro autogobierno. Un tiempo para avanzar en el proyecto de
modernización de este país; de apuesta clara por su desarrollo; de diálogo
social para hacer frente a la crisis económica; de combate contra el terrorismo
en todos los frentes y de unidad de todas las fuerzas políticas para consolidar
la paz y la libertad.

Pido su confianza para unir a la sociedad vasca, para acabar con la
confrontación política e institucional y dejar atrás el tiempo de la división y de
los bloques enfrentados. Para poner las prioridades de la política allí donde
están los problemas y las preocupaciones reales de la gente. Para ocuparnos
del presente y del futuro de este país y de su ciudadanía, especialmente de la
que pasa dificultades, de la que tiene problemas.

Pido su confianza para gobernar este país y hacer de Euskadi un país mejor,
más moderno y más fuerte. A la cabeza de España y de la Unión Europea en
desarrollo humano y en bienestar. En definitiva, para liderar un proyecto
colectivo que nos una a todos.

Porque con esa confianza me propongo impulsar propuestas y proyectos que
sean compartidos por la inmensa mayoría de esta sociedad. Con un Gobierno
que supere los viejos discursos separadores de “los nuestros” y “los otros”,
para conjugar un “nosotros” que nos integre a todos y a todas.
La Euskadi que quiero liderar es la que suma fuerzas políticas y sociales, la
que suma sentimientos de identidad, mundos lingüísticos y culturales,
tradiciones y sensibilidades distintas, para construir entre todos un país
tolerante, culto, abierto a la modernidad; un país que se distinga por su calidad
democrática, por su cohesión (a la vez que por su pluralidad y diversidad); por
sus niveles de bienestar y por su capacidad de hacer frente a los desafíos del
futuro.

Y es para mí una enorme responsabilidad pero también un enorme orgullo
poder hacerlo de la mano del partido más antiguo de este país: del Partido
Socialista de Euskadi. Y quiero por ello mostrar hoy mi reconocimiento a
aquellos primeros hombres y mujeres que, en medio de una clase obrera
marginada y explotada, supieron ponerse en pie con el orgullo de la dignidad
callada de los pobres.

Ellos iniciaron una tradición política que ha hecho de los más desfavorecidos,
objeto de reivindicación política y social. Una tradición política que hoy se sube
a esta tribuna con la legítima pretensión de querer liderar un gobierno para unir
al país.

La Socialista Vasca ha sido una propuesta política que ha sabido, no sólo
convivir con otras tradiciones de este país, sino que, sobre todo, ha querido y
ha conseguido llegar a acuerdos y pactar con otras tradiciones diferentes.

Nunca en Euskadi las propuestas políticas han sido guetos cerrados sin
relación unas con otras. Siempre ha habido, en todas las formaciones,
personas que han tenido la sensibilidad y el valor de apreciar las propuestas de
los otros. Lauaxeta, asesinado por el franquismo, escribió uno de los poemas
más contundentes a favor de los mineros vizcaínos “Ene Bizkaiko meatze
gorri/zauri zaree mendi ezian” Rojas minas de mi Bizkaia, sois heridas en los
verdes montes.

Esa es seguramente nuestra mejor tradición, la que yo quiero reivindicar hoy
aquí: la voluntad de convivir, de superar nuestras legítimas diferencias y de
llegar a acuerdos entre propuestas políticas diferentes, para representar así
mejor al conjunto de la sociedad vasca y construir un país para todos.

La creación de Euskadi como entidad política se debió precisamente a eso: al
acuerdo entre las distintas sensibilidades de este país. Euskadi es la expresión
política de la unión voluntaria de vascos y vascas que piensan y se sienten de
manera diferente. Y por eso todos tenemos la obligación de buscar la forma de
progresar juntos respetando los valores democráticos.

Yo propongo una democracia de ciudadanas y ciudadanos libres y soberanos.
Que puedan decidir que es lo que quieren ser o hacer. Propongo la Euskadi
que permite a las vascas y a los vascos ser libres, porque nadie, ni gobiernos ni
instituciones, les imponen su forma excluyente de ver el mundo.

Y por ello, aseguro desde el inicio que no voy a gobernar para una parte, sino
que voy a gobernar para el conjunto del país, y lo voy a hacer al frente de un
Gobierno fuerte, sólido y estable. Un Gobierno de diálogo, que va a arrancar
precisamente tras un ejercicio previo de diálogo con aquellos que han tenido
voluntad de acordar con el grupo al que represento.

Una voluntad de diálogo que quiero agradecer expresamente al PP del País
Vasco y que ha hecho posible el documento que recoge las ‘bases para el
cambio democrático al servicio de la sociedad vasca’ que PS y PP han suscrito.
Un acuerdo, que dará estabilidad al nuevo gobierno, asentado en valores
democráticos y en las libertades y los derechos de ciudadanía de los hombres
y mujeres de Euskadi; que asume positivamente el principio de igualdad y el
pluralismo de la sociedad vasca; que consagra el diálogo y el acuerdo como
método esencial para construir este país; y que pone el acento en las
necesidades y prioridades de la Euskadi real.

Un acuerdo que habla de un nuevo Gobierno “que deje atrás las políticas de
confrontación, de división y enfrentamiento que tensionan a la sociedad,
separan a las fuerzas políticas democráticas y generan inseguridad,
inestabilidad e incertidumbre”. Porque –y sigo citando literalmente-: “La
solución de los grandes problemas de Euskadi requiere de todo lo contrario, de
seguridad y estabilidad, de responsabilidad y altura de miras”.

Y habla también de la necesidad de un Gobierno “que una y cohesione al país
desde el diálogo y el acuerdo entre diferentes, con políticas que garanticen la
igualdad de oportunidades, teniendo en cuenta los derechos universales de
ciudadanía”.

Todo ello, estoy convencido, que puede ser suscrito por todos los Grupos de
ésta Cámara y espero, por eso mismo, que este acuerdo sea un verdadero
anticipo de otros muchos que me propongo impulsar a lo largo de la Legislatura
que ahora comenzamos.

Porque el Gobierno que voy a presidir va a liderar la política del “sí”. Sí al
diálogo y al entendimiento entre las fuerzas políticas democráticas. Sí a la
cooperación entre instituciones. Si al autogobierno y a las potencialidades que
encierra para resolver nuestros problemas colectivos. Sí al pluralismo y
diversidad de la sociedad vasca. Sí a los derechos de ciudadanía. Si a la
unidad de los demócratas para defender las libertades. Sí a la paz y al fin del
terrorismo. Sí a Euskadi en una España plural y en una Europa cada vez más
unida y cohesionada. Y un sí no menos rotundo a la democracia, a la legalidad
democrática.

Por eso mi primera obligación como Lehendakari será trabajar sin descanso
por la libertad plena de los ciudadanos y ciudadanas vascas que hoy todavía
no son libres a causa de la amenaza terrorista. Mi primer empeño será poner
fin al terrorismo de ETA, buscando para ello la máxima colaboración con el
Estado y con todas las fuerzas democráticas.

Deseo también dejar constancia, desde el primer momento, de mi fe en el
sistema democrático, sustentado en la Constitución y el Estatuto de Autonomía.
El sistema que otorga legitimidad a nuestro autogobierno, que fue respaldado
por la ciudadanía vasca en las urnas y que hace posible la existencia misma de
este Parlamento y de todas nuestras instituciones.
Deseo, por eso mismo, prestigiar y poner en valor nuestras instituciones y
reafirmar el papel central que corresponde a este Parlamento en el desarrollo
de nuestra vida política.

Y añadiré que aquí estamos todos los que tenemos que estar, porque partimos
de la aceptación previa de unas normas de convivencia que son básicas para
participar en la vida política y poder, así, representar a la ciudadanía.
Este Parlamento es un fiel reflejo de la sociedad vasca y de su pluralismo
interno. Incluye a todos y no margina a nadie, porque respeta y acoge en el
debate público todas las expresiones políticas que están presentes en nuestra
sociedad: la derecha y la izquierda, el autonomismo, el nacionalismo y el
independentismo.

Todas ellas pueden ser defendidas con entera libertad desde el respeto a las
reglas de juego del sistema de libertades. Reglas que excluyen, como no
puede ser de otra manera, cualquier tipo de apoyo o justificación de la violencia
terrorista.

Por eso, únicamente aquéllos que han decidido automarginarse, situarse al otro
lado de la legalidad y en su contra, son los que no pueden tener asiento en
esta Cámara. Y eso lo entiende la inmensa mayoría de esta sociedad, que está
harta de aquellos que se reivindican a sí mismos como una organización
política cuando no lo son, porque están sometidos a los dictados de una banda
terrorista y han demostrado su incapacidad para romper amarras con ella.
Yo vengo a pedir la confianza de esta Cámara para presidir un gobierno de
total lealtad al significado último del Pacto Estatutario. Un Gobierno que, por lo
tanto, nunca podrá ser frentista. Todo lo contrario. El gobierno que voy a
presidir tendrá siempre la mano tendida y buscará el entendimiento con todos
aquellos que estén dispuestos a colaborar en el desarrollo del futuro de la
sociedad vasca y de su autogobierno.

Yo ofrezco un proyecto para toda la ciudadanía de este país, desde el
convencimiento de que la política es insustituible como instrumento de
convivencia. Todos y cada uno de nosotros somos insustituibles en la
política vasca. La convivencia necesita de la voluntad de cada uno de
nosotros.

Mi Gobierno va a trabajar por una Euskadi de todos, hecha por todos. Un país
de ciudadanos y ciudadanas libres e iguales en derechos y obligaciones. Un
país que no clasifique a las personas por su procedencia, por sus apellidos, por
la lengua que hablan, el partido en que militan o la iglesia a la que acudan.
Quiero que Euskadi esté con los mejores, a la cabeza de las comunidades
autónomas y de las regiones del mundo en desarrollo económico, empleo y
bienestar.

Me comprometo a defender los intereses de todas las vascas y de todos los
vascos, especialmente de los más desfavorecidos.

Creo en la solidaridad, en una sociedad en la que nadie se quede al margen.
Creo en la igualdad, porque es lo que más cohesiona y lo que más une a una
sociedad y a un país.

Creo en la necesidad de proteger a los más vulnerables y en la idea de que
para lograr esos objetivos son necesarios el Estado y unos servicios públicos
de calidad.

Quiero que todos los vascos y las vascas disfruten del bienestar que hoy sólo
disfrutan algunos. Quiero que tengan más expectativas vitales, nuevos
derechos y mejores prestaciones públicas para tener una mejor oportunidad de
desarrollo social y laboral.

Defenderé la transparencia, la austeridad, la participación ciudadana, la
pluralidad y la calidad de la información y del debate público. Mi acción de
Gobierno estará basada en la verdad. Para mí, en un proyecto de sociedad, no
hay más ideal que lo real. La Euskadi real de la que tantas veces me han oído
hablar en esta misma tribuna.

ECONOMIA
Pero soy consciente de que acudo a pedir la confianza de esta Cámara en un
momento singularmente delicado de nuestra economía.

Muchos hombres y mujeres de este país lo padecen de manera directa porque
han perdido su empleo, viven la dificultad de acceso al crédito o tienen
problemas para llegar a fin de mes. Ellos y ellas pueden tener la seguridad de
que la prioridad de mi Gobierno será paliar está situación de dificultad que
atraviesan y que para ello tomaré medidas de forma inmediata.

A pesar de las previsiones de quienes hasta ahora han tenido la
responsabilidad de gobernar, hoy sabemos que desgraciadamente el
comportamiento de la economía vasca está siendo similar al del resto de la
economía española y mundial. Ahora podemos constatar que durante los
primeros meses del año en curso, las tasas de crecimiento de nuestra
economía son negativas, lo que está teniendo una repercusión inmediata en el
empleo, y también en la recaudación fiscal.

La crisis se está dejando sentir ya, y con toda contundencia, en todos los
sectores de nuestra economía: primero en la construcción, posteriormente en la
industria, en la pesca, en la agricultura y por último en los servicios.
Las fortalezas de nuestra economía, especialmente de nuestro potente sector
industrial, y contar con un instrumento poderoso como es el Concierto
Económico, han sido buenos amortiguadores a la hora de sentir los efectos de
la crisis, pero no son un muro que nos aísle de las turbulencias de la economía
mundial.

Ello dibuja un panorama muy complicado para la primera fase de esta nueva
Legislatura, especialmente en lo que se refiere al empleo y a la recaudación,
como he mencionado antes.

La crisis mundial a la que nos enfrentamos no tiene comparación con otras de
épocas anteriores, ni por su dimensión, ni por las características que la
explican, ni por la actual complejidad e integración de un entramando
socioeconómico mundial sumamente globalizado. Como tampoco tienen
comparación las extraordinarias medidas anticrisis que se han activado desde
los poderes públicos.

Por ello resulta muy complicado establecer un calendario de salida de la crisis.
No sabemos cuándo se va a estabilizar el sistema financiero mundial, ni cuáles
van a ser las nuevas condiciones del mismo y, por lo tanto, las repercusiones
finales sobre el sistema productivo. Como tampoco sabemos las perspectivas
reales del sector inmobiliario, ni cómo va a evolucionar el consumo privado,
pieza fundamental para la reactivación del sistema productivo, incluida la
inversión.

Esta compleja situación viene marcada además por la integración de nuestra
economía en el sistema económico español, europeo y mundial. En estos
últimos días el Fondo Monetario Internacional ha descrito un escenario
financiero no especialmente optimista, prolongando la recesión a una buena
parte del año 2010. El G7, por su parte, adelanta un poco la reactivación, pero
en cualquier caso no la prevé hasta bien iniciado el próximo año. Y por último,
todos los oráculos económicos fían la salida de la crisis en la recuperación de
la economía norteamericana.

En todo caso, el que nos veamos inmersos en esta complicada y globalizada
situación económica no significa que no podamos hacer nada. Desde el
Gobierno Vasco se pueden hacer muchas cosas y las vamos a hacer.
Lo primero es un diagnóstico claro y realista de nuestra situación, porque como
en todos los ámbitos de la vida un buen diagnóstico es clave para adoptar la
estrategia y las políticas adecuadas.

De este primer diagnóstico podemos sacar las claves de nuestra actuación en
materia económica en los próximos cuatro años.
En primer lugar, es una crisis financiera que está repercutiendo sobre la
financiación de empresas y familias. Por tanto hay que actuar para facilitar esta
financiación.

En segundo lugar, existe una crisis inmobiliaria que se ha reflejado de forma
más cruda en el sector de la construcción. Debemos ser capaces, por lo tanto,
desde la iniciativa pública, de fomentar las inversiones en infraestructuras,
incluida la vivienda para amortiguar esta caída.

En tercer lugar se está produciendo un estancamiento del consumo. Por lo que
resulta necesario activar medidas, tanto directas como a través de políticas de
renta, para evitar un desplome de la demanda interna.

En cuarto lugar, consecuencia de las otras tres, se está produciendo un
desplome del empleo. En estos momentos el número de parados en las
oficinas del INEM supera las 115.00 personas. Y este va a ser uno de los ejes
básicos de nuestra actuación, tanto a través de políticas activas como
paliativas.

Y en quinto lugar, se están produciendo ya, situaciones personales y familiares
derivadas de la pérdida de empleo y de recursos económicos que deben ser
atendidas, con urgencia, desde las políticas sociales.

Y todo ello sin desatender la provisión de los servicios públicos que desde el
Gobierno Vasco se prestan a los ciudadanos y ciudadanas.
Estas grandes líneas son fundamentales, no solo para paliar las consecuencias
de la crisis, sino también para colocar a nuestra comunidad en una situación
favorable cuando cambie el ciclo económico, y salir mejor y antes que otros de
la fase recesiva.

Pero para ello, todos, Gobierno, oposición, entes locales y forales, sindicatos,
organizaciones empresariales y agentes económicos tendremos que arrimar el
hombro. Deberemos apoyarnos en la fortaleza de nuestra economía y
desarrollar una política económica que contribuya al crecimiento, y en la que,
sin duda, los factores de ese crecimiento dependerán del incremento de la
productividad y de nuestra competitividad.

Para ello, la política económica de mi Gobierno irá dirigida a reforzar las
capacidades de crecimiento de nuestra economía y lo haremos guiándonos por
tres principios esenciales: primero, una política fiscal y presupuestaria que
contribuya a reanimar la demanda; segundo, una política de promoción
económica que refuerce la competitividad de nuestro aparato productivo, y,
tercero, un diálogo permanente con los agentes económicos y sociales que
involucre a todos los que tenemos responsabilidades en el devenir
socioeconómico de nuestra comunidad.

1.- POLÍTICA FISCAL Y PRESUPUESTARIA
Es evidente que de la correcta gestión de los recursos públicos dependerá
nuestra capacidad de desarrollar las medidas necesarias para fomentar el
desarrollo económico y el mantenimiento y la creación de empleo.
Sobre todo cuando nos encontramos con que en estos primeros meses del año
estamos asistiendo a una caída de la recaudación, que se está situando en
unas cifras muy inferiores a las calculadas y aprobadas el pasado mes de
octubre por el Consejo Vasco de Finanzas Públicas. Estas previsiones de
recaudación se basaban en un escenario de evolución de la economía vasca
que desgraciadamente no se está cumpliendo y esto hará que previsiblemente
cerremos el ejercicio 2009 con déficit, circunstancia que no se producía desde
el año 1993.

Pero lo que les puedo adelantar desde ahora es que mi intención es cubrir, ya
desde este ejercicio presupuestario de 2009, las necesidades que requieren el
momento económico actual, y que esto obligará a emitir endeudamiento.
La apelación al endeudamiento no es un acto irreflexivo, sino que ha sido muy
sopesado por nuestra parte en los últimos meses. El actual endeudamiento
vivo del Gobierno Vasco equivale al 0,9% del PIB vasco, con lo que el margen
de que disponemos es muy alto, por encima de los 3.000 millones de euros sin
que el ratio se dispare. En consecuencia, este es el margen que vamos a utilizar para desarrollar las medidas anticrisis sin que se resienta la estabilidad de nuestras cuentas públicas.

En todo caso, estos recursos extraordinarios sólo van a aplicarse a políticas y
medidas extraordinarias, básicamente de inversión, sin que en ningún caso
cometamos el error de cubrir un gasto de carácter estructural con
endeudamiento.

COOPERACIÓN CON OTRAS ADMINISTRACIONES
Además hay que tener muy claro que no vivimos en una isla. La economía
vasca se encuentra extraordinariamente interrelacionada. Esta interrelación no
es solo a nivel económico, sino lo es en el ámbito administrativo. Por eso uno
de los ejes que vamos a fomentar es el de la coordinación y cooperación entre
los diferentes ámbitos institucionales, de dentro y de fuera de Euskadi, para así
conseguir las sinergias necesarias para desarrollar proyectos estratégicos.
Por poner sólo algunos ejemplos: la Fuente Europea de Neutrones por
espalación, la Y ferroviaria, el soterramiento del tren en Vitoria, las estaciones
intermodales, el desarrollo del puerto de Bilbao, la regeneración de la bahía de
Pasaia o la línea 3 del metro de Bilbao, son proyectos que necesitan y están
teniendo la colaboración de diferentes administraciones. Y yo me propongo
buscar esa misma complicidad para otros proyectos igual de importantes para
este país.

La Euskadi que yo contemplo es un país en red, donde cualquier punto pueda
considerarse central, próximo a los demás; una Euskadi abierta al mundo,
cohesionada por intereses comunes y animada por idéntico dinamismo y
ambición de progreso.

Al logro de estos objetivos estratégicos va a contribuir de manera extraordinaria
el TAV, una infraestructura a la que vamos a dar un impulso definitivo en la
Legislatura que comienza.

Hemos perdido demasiado tiempo y me propongo recuperar el tiempo perdido
y adelantar, todo lo posible, la ejecución de las obras en el tramo guipuzcoano.
Las empresas y los trabajadores que realizan la construcción de esta
infraestructura vital para el progreso del país sentirán el aliento y la solidaridad
de mi Gobierno y con él, el de la inmensa mayoría de esta sociedad, que
contempla atónita cómo la banda terrorista que amenaza la libertad de todos,
ha situado al TAV en el centro de sus ataques.
Todos ganamos con la alta velocidad ferroviaria, un proyecto que no solo
mejorará los desplazamientos de personas y mercancías entre las tres
capitales vascas, acercándonos al resto de España y de Europa, sino que
además contribuirá a aliviar el problema ambiental que suponen los miles de
camiones que diariamente circulan por nuestras carreteras.

Es una de nuestras prioridades y será atendida como tal. Esta obra es hacer
país y nadie lo va a impedir y pondremos todos los medios para que se haga
cuanto antes, arropando a empresarios y trabajadores que se están implicando
a fondo con el desarrollo de Euskadi.

2. POLÍTICAS DE PROMOCIÓN ECONÓMICA
Pero, además, el desarrollo de todos estos proyectos debe ser compatible, en
el medio plazo, con el reto permanente de incrementar la productividad y
reforzar el potencial productivo de nuestras empresas.
La industria vasca ha sido, es y debe seguir siendo la columna vertebral de
nuestra economía, y por lo tanto, la base fundamental del bienestar de nuestra
sociedad.

No podemos dejar, de ninguna manera, que ningún proyecto empresarial viable
y con futuro se vaya al traste por problemas de financiación.
Para apoyar a nuestra industria, vamos a incrementar el esfuerzo realizado en
I+D+i, racionalizando la extensa red de agentes y centros tecnológicos que hoy
trabajan en este campo, dedicando un alto porcentaje de recursos a mejorar e
incrementar las tecnologías y productos que dominamos.

Vamos a fomentar y traccionar en las empresas industriales la subida por la
escalera tecnológica de productos.

Vamos a apoyar la internacionalización de las empresas industriales, a
potenciar las ingenierías actuales y a fomentar nuevos grupos internacionales
de consultoría e ingeniería.

Fomentaremos también la creación de grupos industriales, alianzas y fusiones,
con núcleo accionarial vasco, y prestaremos atención a los proyectos serios
que permitan la creación de nuevas empresas de contenido tecnológico.
Prestaremos una especial atención a la consolidación y desarrollo de nuestro
sector energético, por un lado para garantizar el abastecimiento en términos de
diversificación, calidad y coste; por otro para fomentar el ahorro y la eficiencia
energética; y por último para contribuir a desarrollar el estratégico sector de la
energías renovables, sector en el que podemos constituirnos en punta de lanza
a nivel mundial.

En materia de capital humano, intensificaremos el esfuerzo presupuestario en
educación y reordenaremos la estructura del Gobierno para volver a unificar el
Empleo y las Políticas Sociales y ponerlas al servicio del país.

Promoveremos un ambicioso programa que frene la destrucción de empleo y
los EREs que estamos conociendo casi a diario. Sostener el empleo que
tenemos será uno de los grandes objetivos de mi Gobierno. Desde el primer
día tomaremos medidas para favorecer las actividades generadoras de empleo,
persistiremos en la promoción del empleo femenino y juvenil, y articularemos
políticas para reducir la temporalidad de nuestro mercado laboral.

3. DIÁLOGO PERMANENTE CON LOS AGENTES SOCIALES
Pero insisto, esta es una tarea que no corresponde sólo al Gobierno, sino a
todos los agentes económicos y sociales, y sólo puede tener éxito en un
entorno de entendimiento, diálogo y colaboración.

Por ello, cumpliré mi compromiso y convocaré de forma inmediata a
empresarios y sindicatos a una Mesa de Diálogo Social que busque alcanzar
un gran Acuerdo Económico y Social que abarque, desde luego, al mercado de
trabajo, pero que incluya también a los asuntos que influyen en la
competitividad de nuestro tejido productivo.

Y no puedo dejar de referirme aquí a la huelga general que algunas centrales
han convocado para el próximo día 21. Quiero volver a emplazarles a que
reconsideren su decisión, a que den una oportunidad al diálogo social en este
país y a que traigan sus reivindicaciones y sus propuestas a la mesa de
negociación que como digo convocaré de forma inmediata.

Tengo un profundo respeto al derecho a la huelga, pero este es un derecho
que debe ejercerse con sentido de la responsabilidad, sobre todo cuando se
trata de una Huelga General, que debe ejercerse sólo cuando se agotan los
márgenes de diálogo y negociación. Cosa que es obvio que no ha sucedido en
este caso.

Mi Gobierno desarrollará y ampliará el Pacto Social que alcanzamos la
Legislatura pasada –gracias, en buena medida, al buen trabajo del grupo al que
represento-, para que Euskadi siga siendo ejemplar por sus políticas sociales,
por su atención a las personas dependientes y por sus políticas de igualdad
entre hombres y mujeres.

Debemos afrontar con realismo este periodo de crisis, pero el Gobierno que
aspiro a presidir no sacrificará sus políticas sociales ni abdicará de su afán de
progreso social.

Que nadie tenga dudas al respecto: si alguien merecerá atención especial de
mi gobierno serán quienes carezcan de empleo; serán quienes cobran las
pensiones más bajas; serán las personas con alguna discapacidad; serán los
trabajadores que han agotado sus prestaciones por desempleo y serán las
personas que pasan momentos de dificultad.
No habrá recortes en derechos sociales; al contrario, seguiremos ampliando
derechos y políticas sociales en nuestro país.

MEDIDAS DE CHOQUE
Éste es el marco en que se inscribirá la acción económica del Gobierno a lo
largo del conjunto de la Legislatura. Pero, de una forma inmediata, mi Gobierno
adoptará medidas de choque para hacer frente a la crisis económica:
Iniciaremos conversaciones con el Gobierno central para asumir la
transferencia de las Políticas Activas de Empleo.
Crearemos un fondo de ayuda a la promoción del empleo y la formación de los
trabajadores.

Adoptaremos medidas para agilizar el acceso de PYMEs y autónomos al
crédito de 500 millones de euros suscrito con las sociedades de garantía
recíproca Elkargi y Oinarri, y se ampliará el convenio financiero a otras
entidades.

Asimismo, adoptaremos un conjunto de medidas concretas para apoyar a dos
sectores claves: la automoción y el sector de la construcción.
Se acelerará la licitación de obra pública, se promocionará la rehabilitación de
edificios y el aumento de su eficiencia energética y se ampliará el aval público
para la adquisición de Vivienda de Protección Oficial.

Se pondrá en marcha, desde los Ayuntamientos, un plan, con un fondo
especial, para la recolocación de parados y un refuerzo de la cobertura de
desempleo para los trabajadores en situación de mayor necesidad.
Y se facilitará la ampliación del plazo de la hipoteca, sin coste adicional, para
las familias en situación de especial dificultad.

Esto no son más que algunas medidas, orientaciones y principios de una
política económica y social que se convierte en prioritaria por la gravedad del
momento y que, repito, necesita del acuerdo y del consenso para ser más
eficaz.

Y espero que todos sepamos estar a la altura de las circunstancias, de lo que
demanda la sociedad vasca, para dar un claro ejemplo de unidad frente a los
problemas que requieren del empuje de todos nosotros.

CONSTRUIR LA PAZ
Lo mismo que requiere de la unidad de todos, el gran objetivo de país:
“construir la paz”, tal y como lo entendía nuestro recordado Fernando Buesa.
“Paz que exige renuncia a utilizar la violencia como instrumento para conseguir
objetivos políticos. Paz que exige la desaparición de la violencia. Paz que
requiere justicia para las víctimas inocentes de tanta barbarie. Paz que necesita
reconciliación y oportunidades de reinserción para quienes causaron víctimas y
daños. Paz fundada en la libertad de defender cualquier pretensión política por
procedimientos exclusivamente democráticos. Paz con generosidad, pero sin
precio político”.

Pakea irabazi behar dugu. Euskaldun guztion lana da hori. Pakea
askatasunaren eskutik etorriko da. Bata lortzeko bestea bermatu behar dugu.
ETAren terrorismoaren eragina sakona izan da gure gizartean. Bihotz bat baino
gehiago gogortu du, hiritarrak elkartzen dituen kateak hautsi dira. Hori izan da
terrorismoaren garaipen nagusiena: euskal gizarteak terrorismoaren biktimak
isolatuak ixtea, gure gizarteko partaidetza ukatuz. Demokraziaren indarra
hiritarrak gure erakundeen inguruan biltzea da, terrorismoarena, aldiz, gizartean
etsipena zabaltzea.
ETAren arazoa geurea da: euskal gizartearena. Gure esku dago zulo honetatik
irtetzea.

Nire gobernuak bere indar guztiak jarriko ditu ETAri aurre egiteko. Bereziki
geurea dugun Ertzaintzarekin, eta, baita ere, Espainiako gobernuari eta
Frantziakoari laguntza eskatuz.
Baina ez da nahiko hori, beharrezkoa bada ere. Euskaldun bakoitzak egin
behar dio aurre indarkeriari. Guztiok esan behar dugu: ETArekin amaitu behar
dugu. Horretarako demokraziaren baloreak zabaldu eta sakundu behar ditugu
gure gizarteko zirrikitu guztietan. Ziur nago euskaldun gehiengo handiak hori
nahi duela.

Ni egunero ETAren aurrean egongo den Lehendakaria izango naiz. Euskal
gizarteak aintzindari izango nau terrorismoaren aurkako borrokan.
Desgraciadamente, los vascos hoy seguimos viviendo bajo la amenaza de
ETA. ETA sigue pretendiendo matar. ETA sigue creando miedo en demasiados
sectores de la sociedad vasca.

La banda terrorista debe perder toda esperanza de alcanzar sus objetivos
totalitarios. Nunca va a destruir la Euskadi que hemos puesto en marcha. Pero
su amenaza obliga a muchas personas, de muy distinto signo político y de
colectivos diversos, a vivir protegidos de la amenaza terrorista.
En Euskadi no sobra nadie dispuesto a defender sus argumentos con las
únicas armas de la política: la palabra y el voto. Pero no puede haber sitio para
las bombas y las pistolas.

Hoy podemos decir que la tenacidad de la democracia ha llevado a ETA a la
posición más débil de su historia, por mucho que todavía tenga capacidad de
matar como ha demostrado en el último año con los asesinatos viles y
cobardes del empresario Inaxio Uria en Azpeitia, del brigada Luis Conde en
Santoña, del agente de la Guardia Civil Juan Manuel Piñuel en Legutiano y de
nuestro compañero Isaías Carrasco en Arrasate-Mondragón.

Hoy quiero rendir a todos ellos y a todas las víctimas del terrorismo el
homenaje de quien sabe que este país no se construirá nunca sobre el olvido,
sino sobre la memoria de todos aquellos que fueron injustamente asesinados,
porque todos ellos forman parte de la esencia misma de Euskadi, por
representar su diversidad y defender sus valores democráticos.
Estamos más cerca del final de ETA, pero no lo hemos logrado todavía. La
organización terrorista ha decidido continuar su brutal historia. Ha
desaprovechado las oportunidades que la democracia, sin renunciar ni a uno
solo de sus principios ni a una sola de sus reglas, le ha ofrecido, y por lo tanto
ETA sólo tiene ya un destino: poner fin a su barbarie criminal definitiva e
incondicionalmente.

La voluntad de mi Gobierno es trabajar sin descanso para ver ese final más
pronto que tarde y acompañarlo con la necesaria deslegitimación política y
social del terrorismo y de los falsos argumentos en que algunos han basado el
uso político de la violencia en este país durante años.

Para ello reclamaré el apoyo de todas las fuerzas parlamentarias. Para diseñar
una estrategia antiterrorista compartida por todos los grupos de esta Cámara.
Podemos hacerlo y debemos a hacerlo.

Tenemos un problema serio en la sociedad vasca porque viven entre nosotros
ciudadanos totalitarios que no reconocen los valores del sistema democrático y
amparan la violencia terrorista.
El gran triunfo de los terroristas no se basa sólo en los asesinatos cometidos,
sino en su intento de petrificar miles de corazones vascos. Joseba
Sarrionaindia reivindica con esteticismo frío esa sociedad sin alma: “Harrizko
ixiltasuna” lo llama. Una persona mira desde una ventana, en silencio, sin
mover un dedo, como se desangra un guardia civil, mientras una nube solitaria
cruza el cielo.

Es verdad que no estamos como hace 20 años, cuando la reivindicación del
asesinato se hacía de forma masiva y pública por las calles de Euskadi. Mario
Onaindia expresaba con frase breve, la tragedia de lo cotidiano: “Vivo en un
país donde se reivindica el asesinato” decía. El terror se ha difundido por los
más diversos vericuetos de las relaciones sociales en Euskadi, aunque muchas
veces ha asumido el ropaje neutro de la indiferencia. El terrorismo ha
conseguido tener atemorizados a miles de vascos que esconden su miedo
cerrando los ojos ante el dolor ajeno. Y una ciudadanía atemorizada pierde la
libertad. Poco a poco vamos avanzando: vamos recuperando trozos de
conciencia olvidados, atisbos de piedad retornan lentamente a los corazones
de los vascos.

Y en esta labor de re-humanización de la sociedad vasca, las víctimas y su
tenaz resistencia al olvido merecen un reconocimiento muy especial. La
reivindicación de las víctimas no sólo es una cuestión de deber moral, es
también la fuerza que inicia nuestra redención colectiva de los oscuros años de
plomo. El escritor Fernando Aramburu nos previene con claridad contra la
tentación social de exigir que el futuro se construya ajeno a la responsabilidad
del pasado, sin enfrentarse a tiempo con los propios demonios: “Escribí sin
odio contra las formas verbales destinadas a propalar el odio, alimento básico
del terrorista. Y escribí contra el olvido calculado tras el cual acecha el futuro
revisionista, borrador profesional de huellas, el manipulador de datos, el
negador venidero de cuanto ocurrió”.

Les aseguro que mi gobierno tendrá muy en cuenta estas palabras y, también,
la denuncia callada de las victimas. Soy consciente de que la victoria definitiva
frente al terror de ETA requiere un rearme moral de la sociedad vasca.
Utilizaremos sin prejuicios todos los medios que en derecho sean posibles para
combatir a ETA. Especialmente dotaremos de recursos y, lo que es más
importante, de apoyo político a la Ertzaintza para esta labor. Pero va a ser
necesario que derrotemos al terror en nuestras propias almas, recuperando la
humanidad y el valor de la vida individual.

En esta tarea de hacer frente al terrorismo pido el apoyo de todos ustedes, sin
excepción. La lucha contra el terrorismo debe ser una actitud colectiva de las
ciudadanas y ciudadanos vascos. Es necesaria la deslegitimación social, en
todos los ámbitos, de todas las personas y organizaciones que amparan o
justifican el terror. Sé que podemos colaborar. Es algo que la ciudadanía vasca
nos exige de forma clamorosa.

Yo voy a presidir un Gobierno que ha sido expresamente amenazado antes de
empezar su andadura. Una sociedad democrática no puede tolerar que su
gobierno legítimo sea chantajeado por una organización terrorista.
Nuestra fuerza, la fuerza de la democracia, es el apoyo ciudadano. La fuerza
del terrorismo es el desistimiento de esos ciudadanos frente al terror. Yo y mi
Gobierno manifestamos con orgullo nuestra voluntad de vivir con dignidad, sin
dejarse amedrentar. Los Socialistas sabemos que hay cosas por las que
merece la pena sufrir, lo mismo que centenares de políticos, empresarios,
periodistas, jueces y fiscales, profesores, policías o concejales y ciudadanos
vascos que con valor cívico ejemplar se enfrentan a las amenazas, muchas
veces, en soledad absoluta. Son un ejemplo de heroísmo ciudadano para los
vascos y para todos los demócratas del mundo.

Mi gobierno hará un esfuerzo especial en la labor de socializar los valores
democráticos entre los ciudadanos vascos y que desaparezcan de los espacios
públicos cualquier atisbo de comprensión y justificación de la violencia y los
violentos.

Si queremos que el terrorismo desaparezca no sólo tendremos que detener a
terroristas; también deberemos reaccionar ante sus expresiones públicas y
conseguir su deslegitimación social, especialmente en los ámbitos de la
enseñanza, el asociacionismo y los medios de comunicación. Y les aseguro
que este Gobierno hará todo lo posible para conseguirlo.

GARANTIZAR LA LIBERTAD DE TODOS, FOMENTAR LOS VALORES
DEMOCRÁTICOS.
Euskal gizartean demokrazia sakontzea planteatzen dut nik. Hiritar bakoitza
beste hiritar baten parekoa izatea, aukera berdinak izatea bere etorkizuna
ereikitzeko.

Balore demokratikoak adostu behar ditugu guztion artean. Pertsona bakoitzaren
askatasuna bermatzeko bide egokiak bilatu. Desberninak izateko eskubidea
onartu. Erakunde berdinak onartzeak eta etorkizun amankomunaren partaide
izateak egiten gaitu euskal hiritar.

Seguramente el primer compromiso de un gobierno democrático con sus
ciudadanos es garantizarles la igualdad y la libertad. Y la libertad es real
cuando, en la vida cotidiana, los ciudadanos encuentran opciones diferentes,
propuestas contradictorias entre las que realmente pueden elegir. Cuando
escoger una opción u otra, entraña riesgos personales, la libertad es mera
retórica.

Por ello mi gobierno garantizará por todos los medios democráticos la libertad
de las personas. Hará que nadie tenga que pagar un precio, cualquiera que
este sea, por ser libre. Por expresar en libertad su propia opinión.

Pero además, y esto nos incumbe a todos, debemos hacer un esfuerzo de
reflexión compartida sobre la esencia misma del sistema democrático.
La democracia, además de un sistema de mayorías y de gestión de las
voluntades libremente expresadas, es también un conjunto de derechos y de
normas legales que ponen límite a la acción de la comunidad o de los
gobiernos sobre los individuos o colectivos minoritarios. Porque este entramado
de derechos y de normas es lo que, en última instancia, garantiza la libertad de
las personas.

Desde hoy les aseguro que a mi Gobierno le gusta la pluralidad, la libertad de
elección, la heterogeneidad y que renuncia a proponer desde las instituciones
políticas un modelo oficial de qué ser y cómo ser.
Parece sencillo, pero hemos visto como llevarlo a la práctica cuesta, sobre todo
cuando no hay costumbre. Ramón Saizarbitoria lo expresa de forma sencilla:
“pluraltasuna, berez ona den arren, deserotasunak dakartza, batez ere bokazio
hegemonikoa duenarentzat” La pluralidad, siendo en sí misma positiva, trae
algunas molestias, sobre todo al que tiene una vocación de hegemonía.

En Euskadi conviven diferentes formas de entender la cultura, la identidad. Y
en nuestra sociedad tiene esto mucha más importancia que en otras. Somos
así los vascos. Mi gobierno no impedirá a nadie ser como quiera ser o tener la
identidad que prefiera tener. No pedirá a nadie que cambie de parecer y no
denostará al que no comparta nuestra posición.
Lo que debemos ser capaces de hacer es mirar al “otro” e intentar entender sus
razones. Aceptar su derecho a no ser como nosotros Y después buscar la
forma, (la forma legal también), para que el “otro” y “yo” podamos convivir sin
renunciar cada uno a su elección. Esa es la política que mi Gobierno va a
fomentar.

La conclusión es obvia: para que podamos garantizar las diferentes opciones,
nadie puede imponer su propia posición al conjunto de los vascos. Los
Socialistas renunciamos a imponer al conjunto de la ciudadanía vasca nuestra
forma de entender la identidad. Pero mi gobierno garantizará que los
Socialistas, los Nacionalistas o los que no sean ni lo uno ni lo otro, puedan
reivindicar, para sí mismos, la identidad que prefieran.

SOLIDARIDAD ACTIVA
Lo que nos une a los vascos, lo que nos debiera unir, son las instituciones que
nos permiten ser diferentes. El orgullo de poder decir: En mi país puedo ser
como me parezca, el sistema constitucional y el autogobierno me lo garantizan.
Pero hay algo más importante aún: la solidaridad interna. Una sociedad, para
que sea tal, y no una mera suma de personas individuales, debe garantizar la
solidaridad con todos sus miembros. Cada ciudadano debe tener la convicción
razonable de que todos compartimos el riesgo en un futuro común. Que más
allá de los intereses estrictamente personales, creemos que el progreso común
nos beneficia todos. Y que en momentos de crisis, como el actual, debemos
todos hacer un esfuerzo por el bien general. Somos ciudadanos vascos porque
juntos nos vamos a enfrentar a la crisis, y porque juntos vamos salir de allá.

Somos ciudadanos vascos porque cuando vemos que una persona, o un
colectivo tienen un problema, en vez de decir ellos tienen un problema,
decimos: la sociedad vasca tiene un problema y lo tenemos que solucionar
entre todos. La solidaridad activa es el cemento que une a los individuos en
una misma sociedad. Cuando un vasco tiene un problema tenemos un
problema colectivo y, cuando un vasco perjudica, nos perjudica a todos.

REFORZAR LA CONVIVENCIA Y EL AUTOGOBIERNO
También estamos ante el reto de dar un nuevo impulso a nuestro marco de
convivencia. Y por eso me comprometo a trabajar para recuperar el espíritu de
pacto que trajo a este país el Estatuto de Autonomía.

Trabajaré desde el primer día de mi mandato para revitalizar el Estatuto de
Gernika. Y, para ello, lo primero que haré será ponerlo en valor y defenderlo,
con claridad y sin reservas mentales. Consciente, además, de que ésta es la
primera obligación de un Lehendakari: defender lo que constituye la máxima
expresión de nuestra legalidad democrática, ratificada por la ciudadanía vasca
en las urnas.

Cumpliré a rajatabla esta obligación. Gobernaré con el Estatuto en la mano,
para avanzar en libertad, en seguridad, en derechos de ciudadanía y en el
progreso económico y social de los hombres y mujeres que viven y trabajan en
Euskadi.

Ese es el marco que nos ha permitido vivir el mayor período de autogobierno
de toda nuestra historia contemporánea. Nos ha dotado de instituciones
propias. Ha ido poniendo en manos de este país los medios indispensables
para abordar con eficacia nuestros principales problemas políticos,
económicos, sociales y culturales.

Pero, además, el Estatuto ha sido, y sigue siendo, el punto de encuentro
necesario que requiere el especial pluralismo de Euskadi: el elemento
indispensable de vertebración y de convivencia democrática y generador de un
consenso básico sin precedentes hasta la fecha.

Y por eso yo quiero reafirmar su valor como marco de convivencia democrática.
Porque en el Estatuto cabemos todos. Eso es lo que le diferencia de otras
aventuras que dividen y enfrentan al país.
Y tengo la ambición y el propósito de dar un impulso al desarrollo del Estatuto,
hasta su plena culminación.

– Primero, potenciando su dimensión social. Utilizando todas sus
competencias y recursos para poner en marcha más y mejores políticas
sociales, de bienestar y de cohesión y articulación del país.
Desarrollando en su vertiente interna todas aquellas competencias
asumidas que aún hemos sido incapaces de desarrollar durante
demasiados años y que mi Gobierno traducirá en leyes. Hay dos que,
por su impacto social, no pueden esperar: y son la Ley Municipal y la de
Vivienda.
– En segundo lugar, abriendo una negociación seria con el Gobierno de
España, para asumir las transferencias pendientes, empezando como ya
les he avanzado con las Políticas Activas de Empleo.
– Y en tercer lugar, poniendo en marcha un proceso de reflexión con todas
las fuerzas parlamentarias sobre su futuro con voluntad de reforzar el
marco de autogobierno, y nunca de abandonarlo; desde el consenso de
todos, y no desde la imposición unilateral; Y con arreglo a la legalidad
democrática vigente, y no al margen o en contra de la legalidad.

Como Lehendakari, defenderé en todo momento los intereses de Euskadi ante
la Administración del Estado. Y lo haré con vigor y con decisión. Sin miedo a
discrepar cuando sea necesario. Pero poniendo siempre la voluntad de
acuerdo por encima de cualquier enfrentamiento artificial de carácter
coyuntural.

Yo no tengo intención de vender frustraciones a este país como si fueran
trofeos políticos. Yo no convertiré cualquier desacuerdo que pueda tener con el
Gobierno de España en motivo de orgullo ideológico, sino en acicate para
negociar mejor. No hay motivo doctrinario alguno que me impulse a llevarme
mal con el Gobierno de España y sí muchos motivos prácticos para encontrar
más motivos de cooperación que de disenso.

Quiero ganar el futuro y hacerlo con todos.

INVERTIR EN TALENTO Y CONOCIMIENTO
Aspaldiko esaldia da “Txikiak handia bentzi leidi, asmoz eta jakitez”. Hiritarrak
ezagutzan ondo jantziak izatea eta aurrera egiteko borondatea dira
progresoaren oinarriak. Esaldi horrek aspaldiko egia esaten digu, baina gaur
oraindik egia handiagoa da. Gizarte modernoan aurrera egin ahal izateko
ezinbestekoa da hiritarrak ondo prestatuak izatea.

Oraintsu Josu Jon Imazek gogoratzen zigun Finlandiaren kasua. Krisialdi
larrian, gizarte txikia izanik ikerketa eta hezkuntzaren alde egin zuen apostua.
Nire gobernuak ere ez du zalantzarik izango: ikerketa eta hezkuntza maila
hobetzea izango da helburu nagusia. Gaur krisialditik irten behar dugu, baina
baita ere, gaur hasi behar dugu biharko hiritarrak eta progresua prestatzen.
Y el primero de los recursos disponibles para ganar el futuro es el
aprovechamiento del talento personal y el atesoramiento de nuestro capital
humano. En la sociedad del conocimiento nada es más estratégico que contar
con un sistema educativo de primer nivel.

Euskadi debe mucho a sus escuelas, a sus educadores, a sus universidades y
a sus científicos. Contamos con un buen sistema educativo: el que tuvo su
origen en el Pacto Escolar de 1992, suscrito cuando un Socialista, de nuevo
Fernando Buesa, dirigía desde el Gobierno la Educación Vasca.

Pero han pasado los años y hoy nuestro Sistema Educativo requiere de una
reflexión estratégica entre todos los sectores que lo conforman, el público y
también el privado. Nuestro Sistema Educativo requiere sobre todo de pactos,
de acuerdos. Precisa modernizarse para adaptarse a las necesidades actuales
y también previsiones para el futuro.

Mi Gobierno hará de la Educación un ámbito especialmente beligerante en
defensa de la democracia, de combate a los presupuestos ideológicos del
totalitarismo y de deslegitimación ética, social y política de la violencia y el
terrorismo en cualquiera de sus formas.

Reorganizaremos la enseñanza no universitaria con el objetivo de alcanzar un
nuevo pacto escolar para que todos los centros sostenidos con fondos públicos
puedan trabajar en un horizonte de seguridad y de garantía de futuro para sus
proyectos.

La Escuela Pública será el referente fundamental de la actuación de mi
gobierno. Invertiremos en la modernización y ampliación de los centros y en la
creación de otros nuevos allá donde sean necesarios.
El objetivo de la educación básica es alcanzar un bilingüismo integrador, para
lo que se fomentará la utilización vehicular de las dos lenguas oficiales, su
conocimiento y su uso, siempre contando con el criterio de las familias y de los
profesionales docentes.

En este sentido, mi Gobierno derogará de inmediato aquellos artículos que,
relativos a las lenguas, se contienen en los distintos decretos que establecen el
currículo de la educación básica, el de infantil y el de bachillerato, por no
respetar la propia Ley de la Escuela Pública y por haber surgido fuera de los
consensos necesarios para hacer avanzar la política lingüística.
En el ámbito de la educación superior, la sociedad espera que la universidad
pública sea una universidad de excelencia para que cumpla adecuadamente su
misión de producir y transferir conocimiento, a la vez que forma a los nuevos
cuadros y líderes sociales y empresariales. Todo ello como parte de un
compromiso social que incluye el impulso de la fortaleza moral e intelectual de
nuestra sociedad.

Las distintas clasificaciones universitarias, tanto nacionales como
internacionales, indican la necesidad de que la UPV/EHU mejore sus
resultados, aunque también es cierto que en determinadas áreas su posición
es relevante y que el impacto de sus investigaciones ha crecido durante los
últimos años.

En este sentido, medidas adoptadas en los últimos años como el Plan
Universitario y la creación de Ikerbasque son avances, pero insuficientes, para
recuperar el tiempo perdido en el fortalecimiento de la I+D universitaria y en el
tratamiento progresivo del relevo generacional. Basta constatar que la
investigación universitaria vasca únicamente ha ejecutado poco más del 15%
del gasto total de Euskadi en I+D+i.

Por eso, mi gobierno apoyará de forma continuada la actualización y mejora de
las infraestructuras científicas, así como la formación y contratación de jóvenes
investigadores y el incremento del Personal de Administración y Servicios,
especialmente para el apoyo a los grupos de investigación.

Entre estos retos, no es de menor importancia llevar a buen puerto en nuestro
sistema universitario la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior,
a la vez que se reordena la oferta de titulaciones para hacerla más atractiva y
útil para los estudiantes y para la sociedad y se avanza significativamente en la
oferta de áreas de conocimiento en inglés.

Estas medidas afectan a todas las universidades de nuestro sistema de
enseñanza superior. Todas ellas contribuyen al desarrollo de Euskadi según su
tamaño y oferta y con todas se establecerán contratos-programa para financiar
líneas de trabajo de interés, sin olvidar la subvención a la UNED como
universidad pública que atiende a estudiantes vascos.

I+D+i
La actual crisis económica está poniendo de manifiesto la necesidad de
intensificar la apuesta por la I+D+i para aumentar la productividad de las
empresas y lograr nuevos productos con un mayor valor añadido.

Esa promoción de la innovación ha de estar ligada a una mejor gestión y
ejecución de la I+D, a un sistema universitario fuerte y de calidad, a una red de
organismos públicos y centros privados de investigación y a un entorno social
más proclive a la actividad científica, a la innovación y al espíritu emprendedor.
Por eso, y a pesar de la actual crisis económica, impulsaremos la inversión en
I+D+i con la meta de alcanzar el 2,5% del PIB en 2012, potenciaremos la
interrelación de la investigación vasca con las principales líneas estatales de
actuación en I+D y de los Programas Marco europeos, buscaremos el apoyo
estatal para proyectos de dimensión europea, perfeccionaremos la concreción
de la transferencia en investigación y optimizaremos, de acuerdo con el sector,
la Red vasca de parques tecnológicos.

Ésta es mi idea de Euskadi: un país volcado en la educación de los jóvenes,
volcado en la investigación y abierto a la innovación.

SANIDAD
El objetivo de nuestra política sanitaria va a ser contribuir a la cohesión social y
al desarrollo de Euskadi. Vamos a reforzar todas aquellas políticas dirigidas a
conseguir la mejor asistencia universalizada, gratuita y de calidad.
Y no vemos otra manera de hacer efectiva esta política que colocar al
ciudadano, sus derechos, necesidades y expectativas, en el centro del sistema
sanitario vasco. Y, por ello, vamos a desarrollar y ampliar los instrumentos
legales y de gestión necesarios para garantizar el ejercicio de estos derechos y
deberes, tanto los que tienen que ver con sus derechos individuales (dignidad,
privacidad y autonomía) como aquellos más instrumentales del derecho a la
asistencia sanitaria (tiempos de espera y capacidad de elección).

Es importante también reconocer la significativa contribución que la salud
realiza a la sociedad. Porque no sólo contribuye de manera obvia al bienestar
de las personas, sino que constituye uno de los aspectos que añade más valor
a las economías modernas.

Por ello este gobierno apostará por la inversión en la salud como una apuesta
estratégica que, mejorando la salud de las personas, desarrolle al mismo
tiempo la economía, la innovación, el desarrollo y la nueva sociedad del
conocimiento. Y lo haremos buscando la mayor eficiencia en el gasto, y el
mayor retorno social del importante volumen de recursos económicos públicos
que la sanidad representa en Euskadi. Nuestro compromiso será por la
austeridad en la gestión pública de la sanidad, la profesionalidad y el rigor, sin
partidismos, en la gestión de estos recursos y la transparencia respecto de los
resultados alcanzados por cada una de las unidades y servicios que conforman
el servicio público de salud vasco.

Tenemos muy claro que Osakidetza, como la mayor organización pública del
País Vasco tanto en presupuesto como en número de trabajadores, necesita de
sus magníficos profesionales para lograr los ambiciosos objetivos que nos
proponemos para estos próximos años. Queremos hacer de Osakidetza de
nuevo un referente en España y Europa de servicio público innovador, eficiente
y vinculado a la sociedad a la que debe servir. Y para ello necesitamos un
nuevo modelo de relación y compromiso con todos sus profesionales.

Por eso vamos a propiciar un modelo de gestión y liderazgo con los
profesionales y no sobre ellos, abriendo espacios de escucha, de participación
y de colaboración nuevos. Primaremos el compromiso de los profesionales con
el servicio público, su desarrollo profesional, la mejora de competencias y el
logro de resultados, y mecanismos retributivos acordes a dichos logros, de
manera equitativa, rigurosa y abierta a todos los profesionales y trabajadores.
Queremos una asistencia sanitaria que llegue por igual a todos los territorios de
Euskadi y a todos los grupos sociales. Vigilaremos la equidad en el acceso a
los servicios de salud, con especial preferencia a las necesidades de los
grupos con más necesidad o más vulnerables. En este sentido reforzaremos
las dotaciones sanitarias en aquellos ámbitos y territorios hoy menos
favorecidos. Para ello, realizaremos un nuevo mapa de recursos sanitarios del
País Vasco que detecte las deficiencias existentes tanto respecto de nuevos
servicios necesarios como de obsolescencia de los existentes. En particular
proponemos mejorar la oferta hospitalaria y de media y larga estancia allí
donde hoy es de difícil acceso o resulta deficitaria y acometer las inversiones
tan retrasadas en nuevos centros de atención primaria. Resulta imprescindible
al mismo tiempo priorizar la inversión en nuevas tecnologías para lograr una
sanidad más acorde con la nueva sociedad de la información y el conocimiento.
Desarrollaremos aquellos servicios de información y telemáticos que permitan a
los ciudadanos un mejor y más seguro acceso a la información que necesitan
para cuidar su salud así como para acceder y comunicarse con los servicios de
salud, y a los profesionales de la salud ejercer de manera cómoda y eficiente
su trabajo.

La sanidad es un área muy dinámica y los retos son continuos, como nos lo
recuerda la nueva gripe de estos días. Vamos a seguir una política de total
transparencia con la población, reforzando los sistemas de vigilancia, la
disponibilidad de medicamentos ante posibles agudizaciones de estos brotes y
apoyando el desarrollo de las vacunas necesarias. Para reforzar nuestros
sistemas abriremos un centro colaborador de la OMS en el País Vasco.

Este Gobierno actuará con realismo, pero también con ambición. Con realismo
para reconocer que, en lo económico, vivimos tiempos difíciles que obligan a
ser rigurosos con los recursos públicos, introduciendo mejoras de gestión que,
entre otras cosas, permitan ahorrar allí donde es posible ahorrar, como en el
gasto farmacéutico; racionalizando los conciertos con entidades privadas; y
optimizando los recursos sanitarios propios, mediante la adecuada
coordinación entre la asistencia primaria y hospitalaria.

Pero, además de realismo, necesitamos ambición, porque se puede hacer
mucho más. De ahí nuestro compromiso con la sanidad pública de garantizar
su suficiencia económica, asignándole una dotación presupuestaria estable y
progresivamente creciente, de forma que, al final de la Legislatura, el gasto
sanitario experimente un aumento de un punto en relación con nuestro PIB.

VIVIENDA
El derecho a una vivienda digna en Euskadi no está garantizado. Más de
82.000 ciudadanos necesitan acceder a una primera vivienda y más de 63.000
quieren cambiarse a otra que responda a sus necesidades y no pueden
hacerlo. Además, el mercado de alquiler es escaso y caro.
En lo que a Vivienda se refiere, podemos decir que no hemos aprovechado los
años de bonanza económica y disponibilidad presupuestaria para incrementar
en la medida necesaria la producción global de viviendas de protección pública
y la producción adecuada de las diversas tipologías de las mismas.
Desde el punto de vista Legislativo, dos de las tres Leyes clave para solucionar
el problema de la vivienda siguen pendientes: la Ley de Vivienda y la Ley
Municipal.

Tenemos por tanto tarea pendiente. Es una exigencia, que asumo con decisión,
aunar los intereses de los promotores y constructores en reactivar el sector
inmobiliario con los intereses de miles de ciudadanos que quieren,
sencillamente, disfrutar de un hogar, bien sea en propiedad o en alquiler.

Construir vivienda protegida, alquiler y rehabilitación serán las tres líneas para
conjugar ambos intereses. Reitero mi compromiso de fomentar la construcción
de 40.000 viviendas protegidas, 16.000 en alquiler. Y fomentaremos la
rehabilitación de casas, edificios y barrios, que genera empleo y es respetuosa
con el medio ambiente.

IGUALDAD
Eliminar la discriminación en todos los ámbitos y por todos los motivos será una
constante de mi gobierno. No podemos tolerar y no vamos a tolerar que las
mujeres queden un peldaño por debajo de los hombres en ningún ámbito de la
vida: ni en el trabajo, ni en la política, ni en el ocio, ni en la familia; en ninguno.
Por eso, la lucha contra esa otra forma de terrorismo que es la violencia de
género, el apoyo al empleo femenino, las medidas de conciliación de la vida
laboral y familiar, el apoyo a la corresponsabilidad en las cargas familiares y la
promoción de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social y política serán
objetivos prioritarios en los próximos años.

Y como primera medida, puedo anunciarles la creación, dentro del
Departamento de Interior, de una dirección general para la lucha contra la
violencia de género.
Vamos a combatir también la más irritante de las discriminaciones laborales: la
salarial. Ninguna mujer cobrará un solo euro menos que un hombre por hacer
el mismo trabajo.

Vamos a apoyar, más si cabe en este momento de crisis, el empleo femenino,
especialmente para las mujeres en la madurez, a partir de los 45 años.
No puedo dejar de mencionar aquí el desarrollo pleno de la Ley de
Dependencia que, impulsada por el Gobierno socialista, pretende paliar las
graves situaciones derivadas de la dependencia personal. Se ha avanzado un
camino, pero la Legislatura que comienza tiene que ser la del desarrollo pleno
de la aplicación de la Ley, actuando de forma coordinada Gobierno y
Diputaciones.

Mi Gobierno afrontará también el problema demográfico que tenemos, con una
población de las más envejecidas de Europa y necesitada de recuperar cuotas
de juventud. Para ello impulsaremos un ambicioso plan de crecimiento
demográfico con medidas de apoyo a las familias, a las mujeres que quieran
convertirse en madres sin renunciar a su carrera profesional y con políticas
para la emancipación de los jóvenes.

Es decir, un paquete importante y numeroso de medidas que faciliten la vida de
las personas desde la protección a la familia plural como pilar elemental e
imprescindible del estado del bienestar.

DIVERSIDAD E INTEGRACIÓN
Uno de los valores que caracteriza a la sociedad vasca actual es su diversidad,
que afecta a los modos de vida y a los modelos de convivencia, y también a la
construcción de la identidad colectiva.

Hoy ya no se entiende qué es ser vasco sin las personas emigrantes, como
hace años no se entendía sin los inmigrantes interiores de España, o sin las
colectividades vascas en el exterior, porque, lo queramos o no, el “ser vasco”
no se contiene en una fórmula química, o en una definición étnica o en un
grupo sanguíneo.

Queremos ser vascos sobre una cultura e identidad “recreada” entre todos,
porque creemos en una Euskadi multicolor más que en una gris, o en blanco y
negro. Esto tiene su correlato en términos de ciudadanía y, por tanto, en
conjunción de derechos y deberes y en trato igualitario de todas las personas
que hoy componemos Euskadi.

En el proceso de incorporación de personas emigrantes a nuestra sociedad
debemos aprovechar los beneficios que aportan, gestionando adecuadamente
los procesos de integración sociocultural, que abarcan no sólo a las
Administraciones sino también a la sociedad en su conjunto, ofreciendo
soluciones eficaces a los retos que la inmigración plantea en Euskadi, donde
apostamos por escenarios de cohesión social, participación y gestión de la
convivencia.

POLÍTICA LINGUÍSTICA
Euskal gizartean bi hizkuntza daude. Biak bereak eta biak ofizialak. Nire
gobernuak ez du inor baztertu nahi, are gutxiago euskal hiztuna. Badakigu
milaka hiritarrek egiten duten ahalegina euskara ikasten. Euskara ikasten dute
ikasi nahi dutelako, erabili nahi dutelako.

Nire gobernuaren laguntza izango dute bideak errazteko, laguntza emateko.
Baina bermatu behar dugu batzuren guraria besteen askatasuna ez mozteko.
Gizarte batek bi hizkuntza izateak aberastasuna dakar, baina ahalegin bereziak
eskatzen ditu. Era bateko edo besteko hiztunek egin beharreko ahaleginak,
elkarren errespetuz.

Nuestra diversidad es también lingüística. En Euskadi conviven dos lenguas, el
euskera y el castellano, y el objetivo de mi Gobierno será reforzar esta
convivencia, evitando que se creen guetos o comunidades separadas por los
idiomas.

Soy consciente de la riqueza y el extraordinario potencial comunicativo que
supone para Euskadi poseer dos lenguas y por eso mi Gobierno llevará a cabo
una política lingüística de cohesión y convivencia, alejada de cualquier tipo de
confrontación, que siga las directrices fijadas por el Consejo Asesor del
Euskera.

En este sentido, les anuncio mi propósito de ampliar, mediante una
modificación normativa, las funciones del Consejo Asesor del Euskera, para
que pueda ser también un verdadero órgano de Encuentro Lingüístico, que
oriente adecuadamente las relaciones entre el euskera y el castellano, avance
propuestas para su mejora y rinda cuentas periódicamente a este Parlamento
de los resultados de sus trabajos.

Me he comprometido, y cumpliré mi palabra, a mantener la financiación pública
de las actividades realizadas en euskera, con el compromiso explícito de no
reducir su dotación económica, porque entiendo que la cultura hecha en esta
lengua merece una atención constante y un trato especial. Todo ello, sin
menoscabo del apoyo a la cultura vasca que se expresa en castellano porque
el compromiso con la cultura vasca es con toda ella, se exprese en el idioma
que se exprese.

Me propongo además alcanzar un amplio consenso con todos los grupos para
llevar a cabo reformas en la radiotelevisión pública en orden a hacer de EiTB
un servicio público plural y de calidad, y de convertir a ETB 1 en instrumento
útil y eficaz de desarrollo de una cultura en euskera moderna y plural.
Una política lingüística integradora es un instrumento básico para la puesta en
marcha del Plan Estratégico de Acción Cultural en el País Vasco. Un Plan que
quiero sustentar en el diálogo. Diálogo en una doble dirección: entre el
Gobierno y los agentes de la cultura, en primer lugar; y diálogo también en el
seno del propio mundo de la cultura vasca, especialmente necesitada de
órganos y espacios de encuentro.

Y les anuncio también que mi Gobierno empezará a trabajar desde el primer
día en la preparación de un Congreso Vasco de la Cultura que acoja a
representantes culturales de los dos ámbitos lingüísticos de Euskadi, para
reflexionar abiertamente sobre los contenidos de una verdadera política cultural
para la Euskadi del siglo XXI.

Nuestro objetivo será promover una cultura abierta, democrática y de calidad,
que posibilite l expresión de la pluralidad de la sociedad vasca, de sus agentes,
creadores y grupos de interés. Sin dirigismos ni exclusiones por razones
políticas, estéticas o de pensamiento. La política cultural debe garantizar la
libertad de creación y la igualdad de oportunidades para todos los creadores de
este país.

También quiero proponer a todos los ciudadanos, a las Administraciones y a
todas las instituciones un compromiso activo en apoyo de la candidatura de
Donostia-San Sebastián como Capital Europea de la Cultura 2016, y, más en
general, en la defensa y difusión de nuestra mayor riqueza: nuestra cultura y
nuestras lenguas.

ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
Un requisito esencial de nuestro bienestar es la eficacia de nuestras
Administraciones, el buen funcionamiento de nuestros servicios públicos.
Estoy decidido a introducir reformas para mejorar el funcionamiento de la
administración vasca, también de la Justicia, y adecuar sus estructuras a las
nuevas realidades.

Es necesario abordar sin dilación la delicadísima situación financiera de las
entidades locales y su necesaria reforma.

En la anterior Legislatura los desacuerdos entre instituciones hicieron imposible
el esfuerzo de mejora de la financiación de los municipios, pero es evidente
que la situación financiera local requiere una reforma que permita una
financiación suficiente para los servicios que asumen los municipios y que
permita también que, mediante su integración en los grandes planes del
Gobierno, esos servicios garanticen su capacidad de atender a todos los
ciudadanos y la mejora constante de su calidad.

Mi propósito es traer a esta Cámara lo antes posible la Ley Municipal. Una ley
que quiero pactar con el resto de los grupos y también con Eudel. El
municipalismo será una de las señas de identidad de mi gobierno porque el
papel de los Ayuntamientos es decisivo en el empleo, la protección social y la
integración de las personas inmigrantes.

Por ello les anuncio que es mi intención que una de las primeras reuniones que
mantendré en Ajuria Enea como Lehendakari sea con la ejecutiva de la
Asociación de Municipios Vascos, Eudel.

Pienso en las ciudades, pero no me olvido de las necesidades del campo y de
los pueblos pesqueros. Mi Gobierno comenzará su andadura dando voz al
sector y para ello crearemos unos consejos consultivos que lo sean de verdad,
estableciendo con ellos un calendario de reuniones periódicas.

Trabajaremos por un sector primario con voz y representación propia, no
tutelado ni sometido a la Administración, que no dependa de criterios
clientelares a la hora de recibir ayudas públicas. Los municipios rurales y
costeros serán atendidos de forma integral para garantizar así un desarrollo
sostenible desde el punto de vista económico y medio ambiental, sin perder al
mismo tiempo su patrimonio histórico y su tradición bien rural, bien pesquera.

HACIA UN PROGRESO SOSTENIBLE
Estamos en un momento en el que resulta prioritario adecuar nuestro modelo
de crecimiento económico y de bienestar social a los retos que representa la
sosteniblidad del Medio Ambiente.

Quiero, por lo tanto, comprometerme, desde ahora mismo, a emprender una
senda de respeto y liderazgo en el cumplimiento de todos aquellos Acuerdos
Internacionales que han establecido instrumentos y medidas razonables para
combatir el cambio climático.

Quiero comprometerme, desde ahora mismo, no sólo a secundar con nuestro
esfuerzo las Disposiciones ambientales de la Unión Europea y de la
Administración General del Estado sino a imprimir un sello de calidad a nuestra
propia gestión bajo un lema, Eco-Euskadi, que aspira a convertirse en un
referente en este ámbito.

El compromiso de mi gobierno contra el cambio climático es contundente.
Siguiendo la máxima de “piensa global, actúa local”, hacemos nuestras las
conclusiones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, y nos
comprometemos con las políticas especificas para el cumplimiento de los
objetivos europeos en el triple objetivo de 1) reducir para el año 2020 en un
20% las emisiones de gases de efecto invernadero 2) conseguir que al menos
el 20% de la energía tenga su origen en fuentes renovables, y 3) auspiciar la
eficiencia energética como criterio imprescindible tanto en el tejido industrial
como en las áreas residenciales y de servicios.

En esta línea, me propongo alcanzar convenios con el conjunto del tejido
industrial vasco para la implantación de planes ambientales de mejora
energética, impulsando el desarrollo de cuantas medidas de optimización sean
precisas, con activa participación en la Comisión de Prevención y Reparación
de daños medioambientales, para mejorar la aplicación de medidas preventivas
de daño ambiental, fortaleciendo la responsabilidad ambiental de las
actividades económicas y productivas.

Me comprometo a que el Plan Vasco de Lucha contra el cambio climático pase
de ser una mera declaración de intenciones, a ser definitivamente una realidad.
Para ello, y teniendo en cuenta el carácter “transversal” de la política
medioambiental, impulsaremos el desarrollo pluridepartamental de las políticas
que sean necesario implementar, para consolidar avances y poner en práctica
las medidas que se acuerden en la lucha contra el cambio climático.

En esta línea dejo constancia de mi compromiso en elaborar durante esta
legislatura, una Ley contra el Cambio Climático, para la reducción de
emisiones de gases de efecto invernadero, con competencias y atribución de
medios necesarios a los Ayuntamientos para hacer recortes drásticos en la
emisiones a nivel local.

Lideraremos un modelo de desarrollo sostenible, con el firme propósito de que
Euskadi ocupe una posición puntera en el campo de la investigación y la
innovación del nuevo desarrollo de tecnología de baja emisión de carbono, y el
uso del hidrógeno como recurso energético básico, impulsando la
generalización del uso de las energías renovables, en un proceso de
evolución tecnológica para el crecimiento económico con nuevos recursos
energéticos.

Aprovecharemos la oportunidad que la lucha contra el cambio climático nos
ofrece, para nuestra recuperación económica mediante la creación de empleos
en tecnologías de energía verde.

De la misma manera, y al objeto de atajar el problema del impacto ambiental
del transporte, en la lucha contra el cambio climático, para la reducción de las
emisiones de gases de efecto invernadero, me comprometo a elaborar durante
esta legislatura, una Ley de Movilidad Sostenible, que impulse el transporte
colectivo y el no motorizado, y que sirva de marco general de aplicación en las
políticas de transporte de todas las Administraciones Públicas.

Para lograr estos objetivos, todas las puertas estarán siempre abiertas a todos
los sectores implicados, y fundamentalmente a las Diputaciones Forales y a
todos los Ayuntamientos de Euskadi, para la definición de criterios y trabajo
conjuntos, con el objetivo general de que Euskadi sea modelo de desarrollo
humano y gestión económica, medioambientalmente sostenible.

CONCLUSIÓN
Concluyo aquí la exposición de los ejes fundamentales de mi programa de
Gobierno; pero esta exposición no resultaría completa si no reiterase, una vez
más, algo que ya he mencionado a lo largo de mi intervención y no me cansaré
de repetir.

Inicio mi acción de Gobierno con la mano tendida a todos los grupos presentes
en esta Cámara y una firme voluntad de diálogo y de consenso.
Esta voluntad de acuerdo, de consenso, de pacto, tiene también interlocutores
fuera de este Parlamento, en los agentes sociales y en los diferentes colectivos
de la sociedad vasca.

Pero mi oferta de consenso se refiere, con particular énfasis, al partido que
hasta ahora ha tenido responsabilidades de gobierno y que será principal
partido de la oposición en la Legislatura que comienza.

Culminar con éxito nuestros retos colectivos es una misión que corresponde,
en primer lugar, al Gobierno y mi Gobierno sabrá estar a la altura de las
circunstancias; pero es muy deseable que el principal partido de la oposición
actúe con responsabilidad y contribuya al logro de los grandes retos colectivos
de la sociedad vasca.

Decía al empezar que iniciamos hoy una nueva etapa. Pero es una nueva
etapa que hunde sus raíces en el pasado que hemos compartido. Confío por
ello en ser un digno heredero de los lehendakaris que me han precedido:
Aguirre, Leizaola, Rubial, Garaikoetxea, Ardanza e Ibarretxe. A todos les
debemos mucho. Especialmente a los que pertenecen a esa generación que
conoció los años oscuros de la dictadura y que, en la oscuridad, supo soñar lo
que hoy somos.

Acabo con una referencia personal. Yo soy un ciudadano de Portugalete que
nunca había soñado con el honor de una responsabilidad tan relevante como
para la que hoy solicito la confianza de esta Cámara.

Soy hijo y nieto de trabajadores. Mi padre, Eduardo López Albizu, al que todos
llamaban ‘Lalo’, trabajó como ajustador en los astilleros de La Naval, en
Sestao. Mi abuelo paterno, Emilio, casi se dejó la vista en “la colada” de Altos
Hornos de Vizcaya. Mi otro abuelo, Antonio fue jefe de máquinas de un
mercante que hacía la línea del Río de la Plata en los años cuarenta y
cincuenta.

El ejemplo y el compromiso político de mi familia, su lucha por la libertad, por la
democracia y por los derechos de los trabajadores -una lucha por la que mis
padres conocieron el destierro y las cárceles franquistas- me ha traído hasta
aquí.

Para mí la razón de ser de la política es mejorar las condiciones de vida de las
personas y trabajar por los valores de libertad, solidaridad y justicia.
A ello voy a dedicarme como Lehendakari del Gobierno de Euskadi en los
próximos años y para ello solicito la confianza de esta Cámara.

Hau da eskaintzen dudana. Baina baita ere herritarrei eskatzen diedana ere.
Elkarren arteko errespetua, desberdintasunak onartzea, akordioak bilatzeko
ahalegina egitea, euskal gizartea batzea, gure erakunde demokratikoak
defendatzea.

Eta oraingo egoeran ahalegin gogorra egin behar dugu krisialdetik irtetzeko,
indarrak batuz. Ni beti egongo naiz elkarlanerako prest.
Hona hemen gobernu berriaren eskua, zabala, lankidetza eskaini eta eskatzen
duena.

Ez dut nik inoiz gordeko.
Eskerrik asko.

Discurso enviado por: Yuri Morejón

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