Discurso ante el Consejo de las Américas

HILLARY CLINTON

Muchas gracias. Gracias. Estoy encantada de estar aquí. Sé que ha sido una jornada larga, pero según me han informado ha sido un día muy productivo. Les doy las gracias a Bill y a Susan y a todos los que hayan hecho de esta reunión todo un éxito. Sé que han escuchado discursos de muchos de nuestros funcionarios de la administración, de este Departamento, obviamente Tom Shannon y Jim Steinberg, así como del resto del gobierno. Permítanme agradecerles su participación. Como explicó Bill, esta mañana estuve en Nueva York participando en una de esas icónicas experiencias de Nueva York, pronunciando el discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad de NYU, en la cancha del nuevo estadio del equipo de los Yankees de Nueva York. Nada puede ser mejor eso. [Risas].

Esta reunión recoge todas las conversaciones que el presidente Obama y yo, y otros funcionarios de la administración, hemos venido sosteniendo con nuestros homólogos de las América en los últimos cuatro meses. Estamos muy agradecidos por haber tenido esas oportunidades.

Antes, escucharon a mis colegas hablar sobre la importancia que le damos al Hemisferio Occidental. Nosotros consideramos que todos somos parte de las Américas, y como tal estamos unidos por la historia, la geografía, la economía, la cultura, las raíces y los lazos familiares y por un futuro común.

Hoy, nuestro criterio es que nuestro hemisferio es, y puede ser, un centro dinámico de crecimiento y oportunidades para todos los pueblos que viven en él, y que juntos podemos vislumbrar un nuevo futuro para nuestro hemisferio, que nos dé la posibilidad de mejorar la calidad de vida, incrementar el nivel de vida, encarar los actuales problemas de seguridad y aplicación de la ley, a la vez que resolvemos problemas como los de la energía, el cambio climático y tantos otros.

Como dijo antes Jim Steinberg, las elecciones democráticas son ahora la norma en el hemisferio, pero la urna de votación por si misma no es suficiente. Con respecto a ello tenemos ideas muy claras, y eso conlleva nuestro compromiso más profundo con los ideales democráticos, pero también sabemos que una democracia sostenible es mucho más que celebrar elecciones. Por ese motivo, hemos de colaborar en alianzas del siglo XXI para construir una sociedad civil vibrante, para exigir el rendimiento de cuentas a las instituciones democráticas, para insistir en el estado de derecho, para establecer sistemas jurídicos independientes y capaces, y para respetar los derechos humanos.

Hemos hecho avances en la liberalización del comercio y la apertura de mercados, pero ahora tenemos que asegurarnos de que los beneficios del crecimiento económico lleguen a toda la gente. La desigualdad en los niveles de ingresos es uno de los grandes desafíos que afronta el mundo y eso ustedes lo saben bien, porque participan en la labor de los gobiernos, o de las ONG, o de empresas o academias, o en otras instituciones en el hemisferio, de que nuestro hemisferio no es el más pobre del mundo, pero es el más desigual cuando se trata de oportunidades económicas. Eso es sencillamente inadmisible. En realidad es algo indigno para nosotros. Quiero decir, este hemisferio tiene algunas de las personas más competentes e increíblemente exitosas en la Tierra, y por eso hemos de colaborar entre todos para asegurarnos de que los beneficios de la prosperidad económica que queremos recomenzar y repartir sean distribuidos de manera equitativa.

Tenemos que dar a la gente las herramientas que necesita para alcanzar el potencial que Dios les dio y facultar a ciudadanos de todas las condiciones sociales para que contribuyan a crear y participar en sociedades más equilibradas y justas.

En la reciente Cumbre de las Américas, el presidente Obama expuso las maneras en que Estados Unidos se comprometerá con nuestros asociados en la región. No nos interesa la retórica sin resultados. Estamos decididos a tomar medidas concretas para profundizar y cumplir la agenda de la cumbre, y a establecer asociaciones pragmáticas y con principios que vayan más de las soluciones ‘que sirven para todos’ que no reflejen la diversidad y el alcance de nuestro hemisferio. Por eso, tenemos la intención de ser flexibles e innovadores para lograr mejoras materiales en la vida de más gente, en más lugares.

Pero entendemos que se trata de una responsabilidad compartida. Y no es solamente una responsabilidad pública. Creemos que también es una responsabilidad tanto del sector privado como de la sociedad civil. Nuestra tarea acaba de comenzar y espero poder participar más a fondo en el seguimiento que queremos darle a la declaración que emane de esta cumbre.

Viajaré a la región otra vez a fines de este mes para asistir a la toma de posesión del presidente electo de El Salvador, así como a una reunión ministerial de Caminos hacia la Prosperidad, en El Salvador, y para asistir a la asamblea general de la OEA en Honduras.

Por nuestra parte, Estados Unidos ha venido participando con nuestros vecinos, instituciones interamericanas y el sector privado para encontrar maneras cooperativas y efectivas de lograr progresos en áreas de urgente preocupación. Me complace realmente el liderazgo que el gobierno de México mostró al enfrentar un desafío tan grave con el del virus de la gripe H1N1 y la cooperación demostrada a través de nuestro hemisferio en apoyo de México, y también para tomar medidas preventivas nosotros mismos.

Colaboramos con la ciudad de Nueva York y la OEA para iniciar lo que llamamos la Red Social de Protección que se basa en programas exitosos realizados Brasil y México y en otros países para proporcionar oportunidades más amplias de educación y mejor salud.

USAID dirige sus esfuerzos a establecer alianzas que proporcionen oportunidades vocacionales a jóvenes en situación vulnerable en varios países caribeños.

El Departamento de Hacienda, junto con USAID y otras agencias, continúa el desarrollo de un fondo de crecimiento de microfinanzas que aumente el capital disponible y las oportunidades para la iniciativa empresarial local.

Nos estamos preparando para la reunión de la Alianza de Energía y Clima, a realizarse en junio en Lima, y trabajamos con varios de nuestros socios en proyectos innovadores.

El Departamento de Estado dirige el amplio esfuerzo de nuestro gobierno para atender el asunto de la seguridad alimentaria en nuestro hemisferio y más allá de nuestras fronteras.

Hemos solicitado otros 320 millones de dólares para el presupuesto de 2010 para apoyar los gobiernos democráticos del Hemisferio Occidental. Como el presidente Obama dejó bien sentado, aguardamos el día en que todos los países de las Américas, inclusive Cuba, puedan participar en nuestras alianzas hemisféricas de manera compatible con los principios de la Carta Democrática Interamericana.

Y por último, permítanme reiterar que Estados Unidos pondrá todo de su parte para asegurar que los beneficios del crecimiento económico y el comercio se compartan ampliamente. Creemos que la iniciativa Caminos hacia la Prosperidad es el tipo de plataforma estratégica que puede ampliar las oportunidades económicas, promover la justicia social y generar una competencia sana que fomente el verdadero progreso. De manera que espero con interés reunirme en El Salvador con otros ministros para explorar cómo podemos avanzar a la próxima etapa.

Los desafíos que nuestro hemisferio afronta son complejos, al igual que lo es nuestro mundo. Pero la oportunidad de establecer una interdependencia positiva no tiene límites ninguno. Tenemos una oportunidad sin precedentes de colaborar en favor de metas y objetivos comunes. Ustedes tendrán nuestro compromiso sostenido basado en la asociación y el respeto mutuo del Departamento de Estado, de la Casa Blanca y de la administración Obama. Estamos comprometidos con esto a largo plazo y creemos que podemos enfrentar la prueba de nuestros tiempos.

Esta mañana les dije a los graduados que comienzan su vida adulta en una época de desafío histórico. Sabemos que hay una crisis económica mundial. Conocemos las amenazas de ideologías extremistas y enfermedades pandémicas. Hay tanto que nos hace vacilar. Pero esto es un desafío al que podemos hacer frente. Estoy segura de ello. Soy optimista y estoy absolutamente convencida. Pero no sucederá sólo porque esperamos que así sea. No sucederá por nuestra planificación. Sucederá porque hemos actuado juntos. Buscamos mejores prácticas e intercambiamos opiniones sinceramente, nos escuchamos unos a otros y entonces determinamos que progresaremos. Esa es nuestra perspectiva y nuestra esperanza, y esperamos con interés trabajar con ustedes para lograrlo.

Muchas gracias.

Enviado por Enrique Ibañes